LA BOCA DEL ENCIERRO

POR: MIRLAURE

ADVERTENCIA: Sin no has leído el 5to libro y no queres enterarte de lo que pasa, entonces no leas este FF. Gracias.

NINGUNO DE LOS PERSONAJES DE ESTE FANFICTION (A EXCEPCIÓN DE LOS INVENTADOS POR MI) ME PERTENECEN. SON TODOS PROPIEDAD DE J.K. ROWLING Y DE TODAS ESAS EMPRESAS COMO WARNER BROS.

Capítulo I: El Peor Recuerdo

-Vamos, no será tan terrible compañero, no es para que tengas esa cara-le dijo el pelirrojo.

-Si. supongo que no lo es-contestó el joven de ojos verdes y pelo azabache enmarañado.

-Oh, Harry! No seas tan melancólico. Hay cosas mejores en el mundo que Hogwarts-le dijo una muchacha, escondida detrás de un gran libro.

-Claro que las hay. Pero Hogwarts es como mi casa, Herm.-respondió Harry, mirando su comida con tristeza.

-Pero no lo extrañarás tanto. Además, estarás con nosotros, ¿o no?.-se apuró a decir el pelirrojo.

-Si, supongo que sí.-dijo Harry esbozando una débil sonrisa.

Un muchacho de unos veintidós años despertó agitado en su departamento. Miró a su alrededor. Todo estaba oscuro. Se refregó la cara con las manos, y empujó su pelo negro hacia atrás. Salió de la cama y fue hacia la cocina. Tomó una jarra y se sirvió algo extraño dentro de un vaso. Hizo un movimiento de varita y el lugar quedó iluminado. Se sentó en una silla, junto a una mesa de algarrobo. Había sido un sueño. No, no era un sueño. Un recuerdo. Se puso de pie y miró a través de la ventana. El cielo estaba estrellado, sin rastros de la luna. La ciudad entera descansaba plácidamente. Sintió un escalofrío. Había sido una noche como aquella cuando. sintió que la garganta se le secaba. Sus ojos esmeraldas se empañaron con unas pocas lágrimas. Apoyó sus codos sobre el marco de la ventana, y encerró su cara entre las manos. Siempre el mismo recuerdo. ¿no había manera de olvidarlo todo? Pero él no lo quería olvidar. No quería olvidar a sus amigos.

-Fue.mi. culpa-dijo el joven con la voz entrecortada.-Lo lamento. Realmente lo lamento, Ron. Lo lamento, Herm.-agregó luego dificultosamente. Varias lágrimas cayeron de sus ojos, escondidos detrás de las manos. Largo rato permaneció Harry Potter en aquel depresivo estado.

La mañana llegó antes de lo que él esperaba. Se sentía agotado, y no deseaba hacer nada. Aunque en su trabajo lo estaban esperando. Tenía que ir. Debía ir. Era su deber. pensó, mientras se vestía con una bellísima túnica color ciruela. Se acercó hacia un hogar a leña, tiró en el fuego unos polvos extraños, y rápidamente se vio envuelto en unas llamas verdes.

-Ministerio de Magia

Harry Potter se vio transportado instantáneamente hacia un gigante y elegante edificio. Subió al ascensor junto a varias otras personas. Iba distraído, y casi no notó a la muchacha que entró en el ascensor, junto a él.

-¿Una mala noche, Harry?-preguntó la muchacha. Potter giró la cabeza para encontrarse con ese bellísimo par de ojos celestes. Sonrió levemente.

-Me encanta como te queda el pelo recogido-le dijo, manteniendo la sonrisa. La muchacha tenía el pelo castaño claro atado en una colita alta, de la cual le caían prolijos bucles. Tenía varias mechas lisas, sueltas de la colita.

-Gracias. Pero no me contestaste. ¿Una mala noche?-volvió a preguntar la chica.

-Catherine, luego.-le dijo Harry, borrando su sonrisa. La voz del ascensor anunció que habían llegado al piso dos, en el cual, estaba el Cuartel de Aurores. Harry y Catherine bajaron allí.

Caminaron en silencio, hasta llegar frente a una puerta. Al abrirla, entraron en una espaciosa habitación en la cual había varias personas yendo y viniendo, conversando animadamente, leyendo El Profeta y otras revistas. Harry y Catherine se separaron, cada uno yendo a su propio escritorio.

-Buenos días, Harry-lo saludó un muchacho pálido, de pelo marrón oscuro, lacio y brillante, con una sonrisa pícara, ojos negros y una expresión alegre.

-Buenos días Derek-le devolvió el saludo, mientras tomaba asiento.-¿Algo nuevo y que valga la pena?-preguntó Potter, tomando una serie de papeles que tenía sobre el escritorio.

-Harry, hace años que por acá no sucede nada "nuevo y que valga la pena". Sólo los típicos que sueñan con dominar el mundo.-le dijo Derek, mientras que con una elegante pluma de águila escribía en un largo pergamino. Harry soltó un bufido.

-¿Aburrido Potter?-le preguntó una voz masculina, arrastrando las palabras. Levantó la mirada. Frente a él, con una expresión arrogante, se hallaba un muchacho de su edad, de pelo rubio lacio, y ojos grises.

-¿Qué diablos haces acá?-le preguntó Harry, de mala forma, y su rostro adquirió una expresión de pocos amigos.

-Vengo a traerles algo "nuevo y entretenido"-le dijo Draco Malfoy.

-¿A sí? Pues bien, habla de una vez y luego, lárgate. No eres bienvenido-le dijo Harry.

-¡Calma Potter! O tu carácter terminará por arruinarte la vida... aún mas.- le dijo Malfoy con una sonrisa maliciosa. Harry se hubiera abalanzado sobre él, de no ser por Derek, quien lo sostuvo del hombro.

-¿Qué quieres?-preguntó Derek.

-Me han enviado a avisar que se registró por la zona de Macron Heirgh, el uso de Artes Oscuras. Quieren que vayan urgentemente tres Aurores de calidad.

-Enviaré a alguien-dijo Harry, apretando tanto los dientes que casi no se lo escuchaba.

-Creo que deberías ir vos, Potter. A mi punto de vista es algo muy... interesante.

-¿Interesante?-dijo Harry, y posó sus ojos en los de Draco, el cual tenía una mirada casi ávida.-voy para allá. Derek, llama a Cathy, ella viene con nosotros.

-Pero...-comenzó a protestar Derek. Potter quitó sus ojos de los de Draco, y miró en dirección a su amigo, el cual calló instantáneamente-Voy por ella.-dijo poniéndose de pie. Potter no era alguien a quien conviniera desafiar. Derek se perdió entre los aurores.

-¿De que trata este asunto tan interesante?-preguntó Harry, juntando sus manos sobre el escritorio, y resistiendo la tentación de golpear a Malfoy en el medio de la cara.

-Lo verás cuando llegues. Créeme, es muy interesante. Bueno, por lo menos lo será para vos.-respondió Malfoy, sentándose frente a Harry, y apoyando sus pies sobre el escritorio. Harry ignoró esta actitud y continuó.

-No comprendo que puede resultar tan interesante de un registro de Artes Oscuras en una calle casi desabitada de la ciudad de Hogsmade.-continuó Harry, tratando de parecer calmo e inmutable.

-Pues... no es cualquier Arte Oscura. Es...-los ojos de Malfoy brillaron de manera sobrenatural- una obra de arte.-Harry sintió un escalofrío. Escuchó pasos en su dirección. Catherine y Derek aparecieron detrás de Malfoy.

-En marcha.-dijo Potter poniéndose de pie. Malfoy bajó los pies del escritorio, y se puso de pie también, dispuesto a partir junto con ellos.- ¿Qué crees que haces?

-Yo iré con ustedes. Después de todo, estoy a cargo de esto.-dijo Malfoy, y pasó frente a Harry, de manera pomposa, hacia la salida-Síganme.

-Una mas... una sola más y...-susurró Harry para sí mismo, pero Catherine lo escuchó.

-Vamos Harry, cariño, debes contenerte esta vez. Recuerda que la última vez que lo golpeaste te suspendieron del trabajo durante un mes.-le dijo mientras le tomaba una mano. Harry le sonrió.

-¿Qué haría sin ti, señorita Starblair?-le preguntó, chistosamente.

-Nada. Sencillamente, nada.

Las calles de Hogsmade estaban poco habitadas aquella mañana. Harry dejó que Malfoy los "guiara" hasta el lugar de los hechos. Potter sabía que si lo escuchaba hablar una sola vez mas, lo convertiría en polvo, así que dejó que se les adelantara un trecho. Finalmente, doblaron en una esquina dando a un callejón sin salida, y la soleada mañana de verano, cambió por completo. La calle estaba cubierta por una espesa niebla blanca, y todo en su interior parecía sumamente oscuro. Parados cerca de la nube de niebla, donde se los podía ver, había dos hombres, conversando. Cuando los vieron llegar, corrieron hacia ellos.

-Señor Potter, que placer el que haya venido.-dijo uno de los hombres.

-Drowser, ¿qué sucede acá?-preguntó Harry.

-No lo sabemos-contestó Drowser-perseguimos hasta acá a dos brujos, que habían estado realizando magia negra en las Tres Escobas. Ya sabes... lo de siempre. Pero cuando los acorralamos acá, todo cambió.-hizo una pausa, y su mirada sé ensombreció.-Se detuvieron, nos enfrentaron, y antes de que pudiéramos hacer cualquier cosa, dijeron unas palabras incomprensibles, y esta niebla empezó a brotar de todas partes, la luz del sol comenzó a desaparecer, la oscuridad se hizo muy intensa, y los hombres quedaron detrás de esa niebla. Fredlix se lanzó a través de la niebla, tratando de atraparlos, pero entonces... -Drowser tragó saliva- desapareció.-El silencio era horripilante. Harry, palideció repentinamente. Por eso Malfoy había querido que él viniera. No cualquier persona. Él. La vista se le empezó a nublar, y recuerdos brotaron a su mente.

**** FlashBack****

-¡Corran!-gritó Harry, deteniéndose en seco, en aquel oscuro bosque.

-¿Estas loco? ¡No puedes contra él!-lo contradijo Ron.-No te dejaremos.

-Ron, por dios, todo está dicho. La profecía lo dice así. O él, o yo. No hay vuelta. Lárguense de acá. Ustedes no tienen nada que ver.

-Harry, no seas estúpido. ¿Qué no aprendiste nada en todos estos años? No hay nada dicho. Vos decidís tu destino-exclamó Hermione, con lágrimas en los ojos.

-Y esto es lo que elijo Herm. No puedo seguir viviendo si él también existe. Uno de los dos tiene que morir. No lo entienden. No pueden entenderlo. Y no les pido que lo hagan, sólo... váyanse. Rápido. Llegará muy pronto.-exclamó Harry poniendo sus manos en los hombros de Hermione. La muchacha lloraba desconsoladamente.

-Ya es tarde Harry. Estoy acá.-exclamó una voz fría.

-Lord Voldemort-dijo Harry dándose vuelta, y poniéndose frente a sus amigos.

-Harry Potter. Así que sabes de la profecía. Te felicito. Dumbledore se dignó a decírtelo. Pues bien, terminemos con esto de una vez. Hace diecisiete años que esto tendría que haber terminado Harry, diecisiete años... -dijo Voldemort lentamente. Harry levantó su varita, y Voldemort hizo lo mismo.

-Vayanse, ahora.-les susurró Harry a sus amigos, quienes miraban la escena, aterrados.

-No-contestó el pelirrojo, sacando su varita y poniéndose junto a Harry. Hermione lo copió.

-¿Qué creen que hacen?-preguntó Harry, empalideciendo.

-¿Crees que te vamos a dejar solo? No justo ahora compañero. No hoy.-habló el pelirrojo, sonriendo. Pero Harry lo leyó en sus ojos. Ron sabía que podía morir. Y no le importaba. Potter quería decirles gracias, pero las palabras no salían. Se limitó a sonreír.

-¡Que encantador! Bueno, morirán todos juntos-exclamó Voldemort, y soltó una risa capaz de helar la sangre.- Crucio-el maleficio golpeó contra Hermione, la cual cayó de rodillas, pero no gritó. No se rebajaría a hacerlo. Harry no tardó en contraatacar.

-Expelliarmus-exclamó, y Voldemort salió disparatado tres metros hacia atrás cayendo, sin embargo, de pie. Ron corrió hacia Hermione, ayudándola a ponerse de pie.

-¿Siempre lo mismo Harry? Jairebla!-atacó nuevamente Voldemort.

-Escudos!-Harry formó un escudo dorado frente a él, que detuvo el maleficio.-Lufrius!-y rayo de luz turquesa brotó de la varita de Harry, formando un torbellino a su paso. Voldemort miraba como poco a poco se acercaba, con una sonrisa en sus labios. Levantó lentamente la varita

-Absorbus!-dijo tranquilamente. El rayo turquesa golpeó contra la punta de la varita, y desapareció al instante.-Vaya Harry, eres mejor de lo que pensaba. Digno adversario mío. Pero sabes algo, deberemos hacer esto mas interesante, porque tus amigos no estan participando demasiado.-una sonrisa maliciosa se curvó en su rostro. -Draco bloudreis!- Un gigantesco dragón de fuego salió desde la varita de Voldemort, y se dirigió directo hacia Ron y Hermione. Ambos levantaron las varitas, y comenzaron a defenderse de la amenazante bestia. Harry corrió hacia ellos, para ayudarlos, pero escuchó nuevamente la voz de Voldemort- Cadeius!- unas cadenas entrelazaron a Harry desde los pies hasta por encima de los codos. Calló de rodillas al suelo.- Es interesante Harry, como el ser humano puede ser tan predecible. Apenas lancé un dragoncito contra tus queridos amigos, y ya fuiste a su rescate. ¿Sabes como se llama eso, Harry?-habló tranquilamente Voldemort, mientras caminaba hacia el joven Potter, mirando en dirección hacia donde estaban Ron y Hermione, batiéndose con el dragón.

-¿Amistad?-dijo Harry jadeante, ya que las cadenas estaban demasiado apretadas como para hablar con normalidad.

-Culpa.-susurró voldemort al oído de Harry- Es tu culpa, Harry, que ellos estén acá. Y será tu culpa si algo malo les sucede. Vos los arrastraste hasta acá, Harry. Vos les permitiste que se quedaran. Y ahora, ellos sufrirán su castigo.

Voldemort levantó la varita, en dirección al gran dragón, y con un movimiento, lo hizo desaparecer. Ron y Hermione miraron estupefactos a su enemigo, y luego, a Harry, atado con las cadenas, de rodillas en el piso. Tanto Ron como Hermione tenían varias heridas y quemaduras, pero se mantenían en pie.

-Ambos son muy buenos brujos. Y es por eso, que les doy ahora, su única oportunidad. Únanse a mi, y les perdonaré la vida. Si se niegan... morirán.-exclamó Voldemort, posando sus ojos rojos en los amigos de Harry.

-Nunca-dijeron Ron y Hermione, al mismo tiempo y sin dudarlo.

-Entonces...-dijo Voldemort levantando la varita. Ron y Hermione levantaron las suyas. Harry intentó gritar, pero las palabras no salían. Estaba desesperado, trató de soltar las cadenas, o de alcanzar su varita, la cual había soltado cuando las cadenas le presionaron las muñecas, y ahora yacía en el suelo, a pocos metros de él.

Rayos de luces iban de un lado para el otro. Estaban batiéndose a duelo. Harry veía todo. Lo sabía. Ellos no terminarían esta batalla con vida. Morirían. Morirían por su culpa. Se sintió desesperado e impotente. Su culpa, su culpa, su culpa...

Un chorro de agua azul oscuro golpeó contra el pecho de Ron. Este, calló al suelo, casi inconsciente. Hermione corrió hacia él. Lo tomó entre sus brazos. Estaba vivo. Pero herido.

-Ron... vamos, levántate.-sacudió a Ron un poco, el cual trató de ponerse de pie, pero le resultaba muy dificultoso. Lo besó en los labios, y Ron hizo todo lo posible por ponerse de pie. Pero Voldemort no esperaría hasta que estuviera recuperado para atacar. Aprovechó el momento, y dirigiendo su varita hacia Hermione, lanzó un maleficio que golpeó contra su brazo derecho, haciéndola soltar su varita. El brazo sangraba. Voldemort atrajo ambas varitas hacia sus manos. Ron y Hermione estaban desarmados. Era el fin. Ron se puso de pie, junto a su novia. Voldemort Sonreía, triunfante. Levantó la varita para hacer un último ataque, pero antes, habló:

-Es su última oportunidad. Únanse a mi.

-Ya hemos tomado una decisión, y no vamos a cambiar.-dijo Hermione, mientras se acercaba aún mas a Ron. Harry quería gritar, pedir auxilio. La desesperación era tremenda. Cerró los ojos deseando con todo su ser soltarse de esas cadenas. Ante sus sorpresa, las cadenas desaparecieron. Se puso de pie. Tenía el cuerpo entumecido, pero no se detuvo. Fue directo hacia su varita. Corrió como nunca antes lo había echo, la tomó entre sus manos, y apuntó hacia Voldemort, pero ya era tarde

-Aldrazkeb nimbag kaidun balazda!-gritó Voldemort. Una nube espesa de niebla blanca brotó de la varita de Voldemort, y envolvió a Ron y a Hermione. Era imposible verlos. Harry se detuvo en seco, sin saber que hacer. Todo duró segundos, pero fue suficiente. La nube desapareció, y junto con ella, sus dos mejores amigos.

-¡¡¡NNNOOO!!!-gritó Harry.

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Espero que les haya gustado... es solo el primer capítulo y traté de no hacerlo muy largo. Por favor, dejen reviews!! Acepto todo tipo de opiniones.... GRACIAS!