Era uno de esos momentos extraños en los que la habitación de los merodeadores se encontraba en silencio. Nada de la voz tronante de Sirius "¡Eh, Jimmy deja de cascártela y sal del baño!", ni de las risas nerviosas de Peter cada vez que James y Sirius se insultaban con una sonrisa en la cara y en medio de empujones que no podían ser otra cosa que cariñosos. Oh sí, era un momento extraño y Remus estaba dispuesto a aprovecharlo, no todos los días uno podía estudiar tranquilamente en su cuarto.

Se sentó en la cama rodeado de todo lo necesario para escribir el pergamino sobre "Los elfos domésticos y sus procesos de esclavización" para Historia de la Magia. Le estaba quedando un gran trabajo, un muy buen trabajo hasta que…

BAM

Sirius Black no entra en las habitaciones de una manera discreta. Los portazos siempre le acompañan, no especialmente porque esté enfadado, aunque Sirius siempre parece un perro a punto de ladrar, es como si tuviese demasiada fuerza y poca capacidad para controlarla.

-¿Estudiando? Vamos, Remus, incluso tu cerebro necesita un poco de descanso…

Remus simplemente le dirige una mirada por encima del pergamino para volver enseguida a centrarla en las líneas que estaba leyendo.

No todo el mundo puede permitirse tener un concepto tan relajado del deber como tú.

Sirius meneó la cabeza con desaprobación, mientras rebuscaba en su (no excesivamente ordenado) baúl. Al cabo de un momento Remus supuso que había encontrado lo que buscaba a juzgar por el sonoro "ajá" que salió de su boca. Le sintió moverse por la habitación y…

-No, Canuto, los Rolling no. Por si no lo notaste hay gente intentando estudiar – hizo el gesto de levantar los pergaminos que estaba leyendo en una muda súplica.

Solo obtuvo en respuesta una media sonrisa malvada, mientras Sirius subía un poco el volumen. Definitivamente había alguien ahí arriba que odiaba profundamente a Remus Lupin. Tenía que odiarle para enviarle a un Sirius que finge tocar la guitarra, mientras se muerde los labios con Mick Jagger de fondo y encima pretender que terminase un largo ensayo sobre los elfos domésticos. El necesitaba silencio y paz, no que sus hormonas bailasen rock al ritmo de los movimientos de cabeza de Sirius Black.

-Sirius…. Por favor.

Eso es, Remus, muy bien. Ese es el tono. Ante todo no hay que sonar suplicante. Eso es, firmeza ante todo. Sirius sacude la cadera en un tono especialmente alto de Jagger mientras emite un sonido de satisfacción.

-Oh venga Remus, es el puto Mick Jagger.

Se lanza en la cama y le arrebata los pergaminos. ¿Para qué respetar el espacio personal de un pobre licántropo cuando se le puede torturar tranquilamente? Y lo peor es que ya no tiene tan claro que quiera seguir escribiendo sobre aburridos elfos domésticos. Suena mejor quedarse así, escuchando a Jagger, con un Sirius tumbado con los pies apoyados en la pared y la cabeza apoyada en las piernas de Remus. Pero no va a ceder tan pronto.

-Me temo que los elfos domésticos no son tan… entusiastas, de los Rolling como tú.

Sirius mira los pergaminos con el ceño fruncido.

-Ya veo… ¡Mierda Remus! Ahora le voy a tener que dar la razón a mi madre con lo de reducirles las cabeza… -Niega con la cabeza, sonriendo- Alguien que no se entusiasma con los Rolling merece eso como mínimo… ¡Ahora va a resultar que mi madre no es una perra y únicamente es que tiene buen gusto musical!

Remus siente la carcajada burbujeando en el fondo del estómago. Se ve que los elfos iban a tener que esperar.