ViktorXYuuri

AU

Posible OoC

Sí estas de acuerdo con lo anterior mencionado, por favor continua y disfruta la lectura.


Eros & Agape.

¡¿Eros es yo y yo soy Eros?!

Yuuri sabía perfectamente la razón de todos los murmullos discretos y los no tan discretos, aquellas miradas de reojo y otras tantas que observaban con total descaro, este tipo de escenas, desde hace algunas semanas son bastante normales para él, aun más ser el centro de atención de todo eso.

Después de todo...

— ¡Yuuri!

¿Quién no se detendría a admirar a Viktor Nikiforov? ¡Por todo lo sagrado, Viktor era en simples palabras una bomba de sensualidad! ¡Todo en él era perfecto, desde su cabello hasta la suela de sus zapatos!

Y ese hombre perfecto lo llamaba a él.

Yuuri camino directamente hacia el hombre, sin inmutarse por las miradas, las habladurías y los susurros a su alrededor, su vista solo se mantenía fija en Viktor, en su sonrisa y la forma en como ese hombre lograba aquellos movimientos tan calientes y ¡Sólo había abierto la puerta del auto!

— ¿Esperaste mucho tiempo? — Pregunto con una pequeña sonrisa en sus labios, Viktor negó levemente.

—Solo el necesario. — Mentía, Yuuri lo sabía...

Phichit le había mandado un mensaje hace treinta minutos diciendo que había visto el lujoso auto de Viktor estacionado justo frente a la entrada de la universidad.

El pelinegro subió al Aston Martin* de Viktor, la puerta se cerro y observo a Viktor rodear el auto para subir también.

—Hoy tenía tiempo de sobra.

Yuuri no lo duda.

— ¿Y todo ese tiempo de sobra, será sólo para mí? —Su voz adquiere un tono juguetón, Yuuri ahora mismo está jugando a ser un niño mimado en busca de la total atención de Viktor.

— ¡Por supuesto! — Responde de inmediato, hipnotizado con la bella sonrisa del japonés, el movimiento de sus manos al buscar el cinturón de seguridad, su mirada se pierde en el escote de aquella camiseta que deja —para su gusto— demasiada de la hermosa piel de Yuuri expuesta, Viktor abre y cierra sus manos sobre el volante del auto, conteniendo el impulso de tocarlo, de delinear la clavícula de ese chiquillo —porque sí, Yuuri a su lado aun es un chiquillo, un chiquillo malditamente sensual—, sus manos tocarían su pecho, como ahora Yuuri lo hace al colocarse el cinturón, bajarían a su abdomen y se detendría un momento para acariciar su cintura y sus caderas...

Sí Yuuri se lo permitía, no, incluso aunque no quisiera, Viktor dejaría innumerables marcas en toda su piel y así todo mundo sabría que ese niño le pertenecía.

— ¿Viktor? —Yuuri se inclino hacia él, su holgada camiseta le dio una perfecta vista de su torso, Viktor tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para no lanzarse hacia él y hacerlo suyo en ese mismo lugar. Lamentablemente para Viktor había dos casas que se lo impedían:

La primera, no quería ni podía dejar que otras personas a parte de él vieran el tipo de expresiones o sonidos que Yuuri haría durante ese acto.

La segunda, el contrato que había entre ambos se lo prohibía, Viktor no quería hacer nada que arruinara la confianza que Yuuri había depositado en él. Pero, era demasiada tentación para un simple humano.

¿No dicen acaso que lo prohibido es lo más deseado?

— ¿Qué es lo que quieres hacer primero? — Debía hacer todo lo posible para sacar aquellos pensamientos de su mente.

Sí, porque no importaba que le sonriera coquetamente cada vez que sus miradas se encontraban, no importaba que coincidentemente siempre que salían juntos Yuuri se vistiera de aquella manera tan provocativa, con jeans que estilizaban hermosamente sus piernas y camisetas que le permitían ver más allá de lo estrictamente necesario, todo eso no importaba.

Porque Viktor debía resistir.

Yuuri mordió su labio inferior, sus mejillas se pintaron levemente de carmín, se acerco a Viktor, todo lo que los asientos lo permitían, extendió su mano y la coloco sobre el hombro del ruso.

—No he comido nada desde esta mañana, ¿Podemos ir...? — Viktor nunca podría negarse a nada de lo que Yuuri le pidiera, su voz suave pero firme, sus destellantes ojos, su sonrisa al saber que definitivamente él haría todo por verlo feliz.

—Bien, te llevare a comer primero.

— ¡Gracias, Vitya! — El toque en su hombro desapareció y todo en su mundo parecía no tener sentido ya.

Viktor debía resistir.

—Tus labios... — Dijo sin pensar, o más bien lo dijo porque había estado pensando en ellos todo el día.

— ¿Mis labios? — Viktor extendió su mano y toco el mentón de Yuuri, elevándolo un poco, su dedo pulgar delineo sus labios lentamente, justo como había pensado desde que lo conoció... sus labios eran suaves y tan apetecibles. — Vitya... — Yuuri tomo la mano de Viktor.

— ¡Lo siento! — Se disculpo inmediatamente, dándose cuenta de lo cerca que estuvo de perder el control, últimamente era aun más difícil contener sus deseos.

Lo mejor sería llevar a Yuuri a comer como él se lo había pedido.

—Vitya... — Yuuri lo llamo y el cuerpo de Viktor se estremeció.

—Yu-Yuuri... — El interior de la boca de Yuuri era cálido, su lengua tersa y húmeda, sus labios rodeando su dedo pulgar, la leve succión y finalmente, para darle la mejor imagen mental que alguna vez haya podido tener, Yuuri finalizo aquella atrevida acción al lamer su dedo...

—Puedes besarme. —Susurro y es como si hubiese escuchado a alguien totalmente diferente, y eso era una locura, porque definitivamente quien estaba frente a él, con las mejillas encendidas y a punto de ser devorado era Yuuri.

No podía ser nadie más.

No quería que fuera nadie más.

—Eres un verdadero demonio, Yuuri... El demonio más seductor que he conocido.

...

—Nos veremos el domingo...

Después de un largo y productivo día, Yuuri por fin estaba de vuelta en casa, acorralado entre la puerta de la entrada principal y el cuerpo de Viktor.

—Sí, estaré esperando por el domingo. —Viktor no espero ninguna otra señal de parte del pelinegro, no es que la necesitara.

Había esperado tanto por ese momento, Yuuri deslizo sus manos sobre sus hombros, tuvo que pararse de puntillas para poder alcanzar sus labios, Viktor no tuvo tiempo para pensar en cuan adorable fue eso, simplemente todo dejo de funcionar para él, que solo pudo concentrarse en lo bien que se sentía aquel beso.

Ahora realmente odiaba a todos aquellos que habían tenido la suerte de besar a Yuuri, no solo de besar, de tocar o de siquiera verlo.

Yuuri abrió sus labios entonces Viktor no dudo en tomar el control, presionando su lengua dentro de la boca de Yuuri.

Era imposible.

Yuuri y sus besos adictivos. Seria imposible dejarlos ahora que los había probado, ¿Quién podría hacerlo? ¡Todos aquellos que lo dejaron ir, seguramente estaban arrepintiéndose ahora! Ya era tarde, Yuuri ahora y por siempre, sería solo suyo.

—Yuuri. — Apenas sus labios se separaron, su nombre fue lo primero que dijo. Su voz entrecortada por la falta de oxigeno, la excitación era evidente en su mirada, su piel sudorosa y caliente, no podía creer que un solo beso le hiciese sentir así de bien.

Viktor dejo caer su rostro entre el hombro derecho y el cuello de Yuuri.

No se arrepiente de su decisión de buscar a alguien con experiencia, de otra manera Yuuri jamás habría llegado a su vida; no obstante su sangre hierve al pensar que alguien más ya ha tocado a Yuuri, por primera vez se siente celoso de todas aquellas personas que tuvieron la dicha de tenerlo en su cama.

Viktor ha descubierto con Yuuri lo posesivo que puede llegar a ser.

—Te quiero en mi cama. — Susurro, mientras rodeaba su cintura. — Todas las caricias, todos lo besos, todas las marcas quiero borrarlas y reemplazarlas, solo yo puedo tocarte, solo yo puedo besarte... solo yo puedo marcarte.

El cuerpo del pelinegro se estremeció al sentir la boca de Viktor en su cuello, mordiendo, lamiendo y chupando.

Yuuri cerró la puerta al entrar a su casa, bueno, a la casa que rentaba junto a Phichit. Las luces aun estaban apagadas así que su compañero no se encontraba en casa, el pelinegro suspiro levemente, segundos después escucho el auto de Viktor al marcharse.

Ese jodido auto que costaba más dinero de lo que el podría ganar en toda su vida, siempre que subía se sentía tan nervioso, incomodo, siendo precavido hasta con el aire que respira dentro de aquel espacio.

Dejo las llaves en el recibidor.

Camino por el largo pasillo que lo llevaría a la sala. El reflejo que le dio la pantalla de 62 pulgadas era totalmente desconocido para él, sus ojos comenzaban a irritarse, seguramente gracias a los lentes de contacto, Yuuri alzo sus manos y mientras caminaba hacia su habitación se hizo cargo de su cabello.

Phichit suele decirle que su rostro es muy lindo y que debería aprovechar eso, pero a él no le gusta recoger su cabello hacia atrás, no le gusta, puede parecer estúpido pero Yuuri, literalmente, se siente desnudo.

Aunque extrañamente esta bien sí es Viktor.

Su teléfono suena y por el tono, Yuuri ríe, es como si lo hubiese invocado al pensar en él.

— ¿Ya estas en casa? Supongo que sí ya que Viktor acaba de llamarlo...

—Estoy en casa. — Confirma y configura el alta voz, deja su teléfono sobre la cama y termina de ponerse su chamarra, esa que a Phichit no le gusta por el color.

En su defensa debe añadir que es bastante cómodo andar en casa con ella, así que el color no debe importar mucho.

— ¿Cómo te fue?

—Bien, ¡Encontré el libro que buscaba, Viktor fue tan amable en comprármelo! — Yuuri busco en el cajón del buro y ahí estaban, justo como los había dejado esa mañana: sus amados y preciados lentes.

—Cariño... — Phichit ríe del otro lado de la línea, también escucha la risa de una segunda persona, ese sin duda debe ser Chris. — Es obvio que no fue por amabilidad.

Yuuri lo sabía.

Y Phichit sabía que Yuuri sabía.

El rostro de Yuuri enrojeció.

—Me beso... — Susurro tan bajo que fue un verdadero milagro que Phichit lo hubiese escuchado.

— ¿Fue a la fuerza? Porque si hizo algo que...

— ¡NO! ¡Yo lo deje! — Aclaro de inmediato, no quería que el encabezado de las noticias del día siguiente anunciarán un asesinato y el encarcelamiento de su mejor amigo.

— ¡Awwww! ¡Tu primer beso Yuuri!

— ¡Felicidades Yuuri! —Sí, era Chris.

Yuuri se coloco sus lentes y fue como si también volviese su sentido de la moralidad y la culpabilidad.

—Viktor tiene dinero pero no tiene en que gastarlo, tu necesitas dinero pero no lo tienes, no es nada malo Yuuri, pero sí ya no quieres seguir con esto, puedes terminarlo. — ¿Cómo es que Phichit podía adelantarse a sus propios pensamientos?

Quizás porque Phichit alguna vez llego a tener esas mismas culpas y remordimientos.

Phichit tenía razón, ambos tanto Vikor como Yuuri habían llegado a un acuerdo.

Pero...

—Le mentí.

—Le mentimos. —Rectifico.

—Yo, nunca antes he hecho esto... —El pelinegro se deja caer a su cama. Observa las bolsas del centro comercial regadas por todo el piso, la mayoría es ropa, algunos artículos como lentes de sol, cremas hidratantes, un bálsamo para labios bastante caro de la marca Chanel y los libros que tanto había querido.

Viktor había especificado que quería a alguien con experiencia, en todos los ámbitos posibles. Yuuri necesitaba dinero en ese entonces, desesperado y teniendo a Viktor como último hilo salvador, junto a Phichit y Yuri Plisetsky—su antiguo y gruñón compañero— lograron engañarlo.

Básicamente Yuuri no sabe ni lo que hace cuando está con Viktor, siguiendo únicamente las indicaciones de su compañero y su ex compañero.

—Yuuri, tengo que irme, nos vemos en un rato. — Y antes de colgar, el pelinegro pudo escuchar perfectamente la voz de Viktor, su cuerpo se estremeció al recordar nuevamente el beso y las palabras de él.

"—Te quiero en mi cama. Todas las caricias, todos lo besos, todas las marcas quiero borrarlas y reemplazarlas, solo yo puedo tocarte, solo yo puedo besarte... solo yo puedo marcarte."

—Viktor... tu has sido y serás el primero en todo... — Yuuri alza sus lentes para poder limpiar sus ojos húmedos, debe comenzar a hacer la cena y después ordenar la estantería de su habitación añadiendo sus nuevas y muy valiosas adquisiciones.

El espejo del pasillo le devolvió el reflejo que conoce perfectamente, un simple, ordinario e inseguro chico.

Todos excepto Viktor conocen al verdadero Katsuki Yuuri.

¿Continuará?

.

.

.


*Aston Martin One-77: USD 1,6 millones. Apenas 77 unidades se han producido de uno de los Aston Martin más exclusivos de los últimos tiempos, el One-77.

Si llego a continuarlo, será dentro de un largo tiempo. Mientras tanto se queda como capitulo único.

Lo sé, lo siento...

japanese dogeza (inserta la voz de Viktor porfa :v)

Nos leemos.

PD: Sí les gusto ¿Que tal un lindo comentario? ;D