N/A: Ante todo recomiendo leer "Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas". Porque tiene romance, amistad, dos casos originales y mucho humor. Vale, también algo de drama, pero eso es culpa de los guionistas, ya que sigo la línea de acción de la cuarta temporada. Es importante porque este fic es una continuación y voy a hacer alusiones a momentos que suceden en la primera parte.

Pero si preferís empezar desde aquí, os hago un resumen rápido: Durante el caso de Riley Jetkins en Las Vegas (cuarta temporada) Emily y Hotch se acercan más de la cuenta y se empieza a forjar una confianza que traspasa las barreras profesionales que tanto se esfuerza por mantener Hotch. A partir de ahí suceden muchas cosas y se empiezan a ver los sentimientos de Aaron al respecto. Al final lo dejan al margen y justo después de una recaída aparece un viejo enemigo.

¿Qué eso no os dice nada? Pues ya sabéis lo que tenéis que hacer. Dicho esto, gracias por leer.

DISCLAIMER: Los personajes de Mentes criminales y el hilo conductor de esta historia no me pertenecen, son propiedad de CBS.


Capítulo 1: Luz que agoniza

Emily empezaba a estar preocupada. Ver a Hotch tan derrotado por el caso de Canadá le había provocado un nudo en el estómago. Nunca le había visto tan afligido, tan vulnerable. Además se habían besado y le había confesado que la necesitaba. En aquel momento le hubiera gustado saltar en sus brazos y decirle que todo estaría bien, que nunca se iría de su lado. Le hubiera gustado besarle y haber hecho el amor con él. Pero no habría sido lo correcto. Si juegas con fuego te acabas quemando y ya que habían tomado una decisión, no podían echarse atrás, y mucho menos en un momento de debilidad como el que había tenido. Tendrían que hablarlo con calma, cuando ambos estuvieran serenos.

Seguramente Hotch se sentiría traicionado al negarle lo que anhelaba en aquel momento, pero se le pasaría. Si lo hubiesen hecho si se habrían arrepentido. Ambos.

Pero desde que leyó el mensaje de texto en el móvil, ofreciéndole una disculpa, no había tenido noticias de él. Hotch nunca llegaba tarde. Estaban en un caso de última hora y JJ decía que no cogía el teléfono. Entonces una terrible sensación se apoderó de ella. "No tenía que haberle dejado…" ¿Y si le había pasado algo? ¿Y si ese leve ataque de ansiedad se había convertido en algo más grave? ¿Y si había tenido un accidente? Eso no podía ser, se habrían enterado.

Estaban en casa del . El SUDES había asesinado a dos hombres y le había mandado un mensaje bastante personal, amenazando la vida de su hijo. Estuvieron hablando con él, dándole pautas sobre lo que tenían que hacer y pidiéndole los historiales de sus pacientes. JJ se alejó para llamar a García y ella la siguió.

-JJ ¿Sabes algo de Hotch? –Tenía un mal presentimiento. Algo no estaba bien.

-No, nada. –Emily suspiró.

-Es raro, ¿Verdad?

-Pues sí. –Pudo notar que ella también estaba preocupada.

Para colmo, el hijo de Barton, Jeffrey, se había escapado al colegio, con lo cual solo Reid y ella se quedaron junto al Doctor repasando los historiales que había sacado García. Tenían solo cinco horas para revisar una lista demasiado larga y ni si quiera podía dejar de pensar en Hotch.

-Hay demasiados historiales que examinar en tan poco tiempo. Podría ir a buscar a Hotch, estaría de vuelta en media hora. –Era cierto, su apartamento estaba cerca de ahí. No solo necesitaban ayuda con ese caso, necesitaba saber que estaba bien.

Intentó no pensar en nada en el coche y no tardó en llegar a casa de Hotch. Vio su coche aparcado, subió hasta su piso y llamó a la puerta.

-Hotch, abre, soy Emily. –Nada. Nadie contestó al otro lado. Suspiró frustrada y cogió su teléfono para llamarle. El móvil de Hotch si sonó al otro lado. Entonces se temió lo peor. Comprobó la puerta y se percató de que estaba abierta, luego irrumpió en el apartamento con su arma en alto. Vio las llaves y el maletín, un agujero en la pared y lo que más la asustó: un charco de sangre que empañaba la moqueta. El miedo la invadió, pero respiró hondo e hizo acopio de todas sus fuerzas. No podía venirse abajo ahora, tenía que descubrir lo que estaba pasando. Llamó a García para que mandara a la policía y para que le buscaran y luego a Reid para contarle lo que pasaba. Revisó la escena y apuntó todo lo que vio: signos de forcejeo, la mancha en el suelo, la página que faltaba en la agenda de Hotch… El FBI no tardó en llegar y examinar la habitación. García volvió a llamarla tiempo después.

-Dime García.

-Escucha, he llamado a los hospitales para saber si habían ingresado a Hotch en uno de ellos.

-Sí, ¿Y? –Preguntó rogando porque estuviera vivo.

-No aparece como paciente, pero en el Hospital Saint Sebastian me han dicho que el Agente Derek Morgan del FBI dejó a una persona sin identificar.

-Eso no tiene sentido.

-Ya… ¿Ha podido haber una confusión con los carnets? –Los carnets… Morgan… Hotch… Todo cobró sentido.

-¡La Parca! –Eso era realmente malo. –Foyet le quitó el carnet a Morgan.

Le volvió a pedir el nombre del hospital a García y le dijo que la llamaría desde allí. Corrió como una loca hasta llegar al Saint Sebastian.

-Estoy buscando al paciente que dejó anoche un Agente Federal llamado Derek Morgan. –Dijo agitada enseñando su placa.

-Espere un momento. –La enfermera cogió el teléfono y poco después la acompañó a donde se encontraba Hotch. Ahí le vio, tumbado en la cama, respirando con calma, dormido. Emily sintió una paz que nunca antes había sentido y suspiró aliviada. –La doctora vendrá en seguida a explicarle.

-Gracias. –Respondió con amabilidad. Se acercó a Hotch tragando saliva y acarició su mano con delicadeza. La doctora no tardó en llegar. Nueve puñaladas, aunque las arterias principales no estaban dañadas. Era un milagro que estuviese vivo… No… No era un milagro, era lo que Foyet había querido. Ese malnacido sabía perfectamente como apuñalar a alguien repetidas veces sin que muriera.

Se quedó a su lado mirándole, sentía que las lágrimas querían acudir a sus ojos pero no las dejó. No podía llorar, no ahora. Miró el historial de Hotch y entonces vio las mismas iniciales que había dejado el SUDES en las escenas de los dos crímenes: L.C. Preguntó a la doctora y llamó inmediatamente a Reid para decirle que significaba que el paciente tenía hijos. Rossi no tardó en llamarla y le contó lo que había pasado. Por su parte, Reid había recibido un disparo en la pierna protegiendo a Barton y habían detenido al SUDES.

Morgan, JJ y Rossi entraron en el hospital y hablaron un momento hasta que la doctora les avisó de que Hotch estaba despertando. Emily se acercó y al verle abrir los ojos sintió una sensación extraña.

-¿Dónde estoy? –Su voz sonaba apagada.

-En el Hospital. –Le respondió Rossi.

-¿Cómo he llegado?

-Foyet te trajo. –Respondió Morgan.

-¿No te acuerdas de lo que pasó? –Pregunta ella. Hotch pareció recordar algo.

-¿Se llevó algo?

-¿A qué te refieres?

-La Parca siempre se lleva algo de las víctimas. ¿Qué se llevó? –Emily pensó.

-En tu agenda de teléfonos únicamente faltaba una página, la de la letra B. –La miró por un momento. Parecía tranquilo, como si no le hubieran apuñalado nueve veces, como si no hubiera sido brutalmente atacado por un asesino en serie.

-¿Y qué dejó él? –Miró a Rossi preocupada.

-No lo sé…

-Siempre les deja algo a sus víctimas. –Nadie conocía tan bien a Foyet como Hotch.

-Eché un vistazo por la casa pero no vi nada que me pareciera raro.

-¿Dónde está mi ropa? –Emily alcanzó la bolsa examinando la camisa cubierta de sangre, mientras Hotch comprobaba la placa de Morgan y descubría algo. Suspiró sabiendo lo que pasaba. Emily se asomó y vio que era una fotografía.

-De soltera Haley se apellidaba Brooks. –Compartió una mirada temerosa con Rossi. –La había puesto en la B por si alguna vez me quitaban la agenda. Sabe dónde viven.

-Vamos. –Dijo Rossi. Todos salieron rápidamente de la habitación. –Morgan, llama a García para que manden una unidad especial. JJ intenta contactar con Haley. –Se volvió hacia ella. –Emily, quédate con Aaron. –Asintió y les vio salir corriendo. Miró hacia Hotch, que sostenía la foto en su mano y se sentó junto a él rezando internamente porque estuvieran bien. De repente su ritmo cardíaco se aceleró y se acercó a él preocupada.

-¿Qué ha pasado? –Preguntó la doctora.

-No lo sé. –La doctora la hizo salir.

Se sentía impotente al verle así. Esperó unos minutos, ansiosa, deseando que Jack y Haley estuvieran a salvo. Hotch no se merecía perderles, ninguna persona se merecía que le arrebatasen a su familia. Unos minutos después su móvil sonó y JJ le anunció que estaban bien.

-Están a salvo. –Le dijo a Hotch, viendo como su expresión se relajaba. Al poco tiempo se pudo sentar. Parecía más despierto.

-¿Estuviste en mi casa? –Emily asintió cruzada de brazos. -¿Cómo consiguió entrar? –Estaba tranquilo, tratando de entenderlo todo.

-No estoy segura. –Hotch suspiró. -¿Te apetece hablar de lo que pasó?

-No lo sé, después de la primera puñalada no recuerdo nada. –Haley apareció por la puerta y al verla, Emily acarició el brazo de la rubia gentilmente, intentado darle fuerzas y dejándoles solos.

No conocía mucho a Haley, solo la había visto en un par de ocasiones que habían ido a tomar unas copas y Hotch la había llevado. Era una mujer agradable, habían congeniado y se llevaban bien, aunque no tenían mucho en común, salvo una cosa: Hotch. Sentía pena porque se hubiera separado de él, se notaba que se querían pero que el trabajo se había interpuesto entre ellos. De todas maneras eso no era asunto suyo.

Emily pensó en la entereza que estaba mostrando Hotch. No había rastro de la debilidad que vio en sus ojos la noche anterior. Pese a la situación y a verse obligado a estar lejos de su hijo, parecía lleno de determinación. Había notado un cambio en su mirada.

Se acercó a Morgan y pudo ver la preocupación en sus ojos. JJ llegó con el U.S. Marshal que protegería a Haley y Jack. Estos se acercaron y Morgan se agachó a la altura del niño.

-Jack… Serán unas vacaciones cortas. –Luego acarició su cabeza con ternura.

-Aaron se va a sentir muy solo. –Dijo Haley con tristeza. –Cuidadle.

-Lo haremos. –Contestó Emily intentando darle confianza. No podía imaginar por lo que estaría pasando.

-Adiós. –Dijo despidiéndose, compartiendo una mirada cómplice con ella.

-Hasta pronto. –Contestó JJ dándole un abrazo.

Desde el pasillo, Emily vio al lado de Morgan como Haley y Jack subían al coche. JJ se acercó diciéndoles que Reid estaba bien.

-Llevará muletas durante un tiempo, pero dice que lo de dar patadas a las puertas es cosa de Morgan. –Emily sonrió por primera vez ese día, sin embargo, Morgan permanecía serio.

-Que Foyet te quitase la cartera no tiene que ver con esto, pero le gustaría que te torturases por ello.

-Ya lo sé. Foyet desea controlar a los demás. Quería que me hundiese y ahora quiere hundir a Hotch.

-Exacto. Es su plan y lo vamos a frustrar. –Dijo convencida viendo como Jack y Haley se marchaban. No permitiría que Hotch perdiera lo más importante en su vida. No le dejarían solo. Le ayudarían hasta encontrar a Foyet, volvería con su familia y sonreiría de nuevo.

Entonces se dio cuenta… La angustia que la invadió cuando no aparecía, el miedo que había sentido al entrar en su apartamento, la paz que sintió al descubrir que seguía con vida y la fuerza que encogió su corazón al verle despertar. Giró sobre sus pasos y se sentó abatida en la sala, apoyando la cabeza contra la pared y mirando hacia arriba.

-Mierda… -Susurró. Se había enamorado de Aaron Hotchner.


N/A: Voy a mezclar los puntos de vista de Emily y Hotch a lo largo del fic, igual que hice la vez anterior, pero es cierto que mientras en la otra prevalecía el punto de vista de Hotch, en esta continuación será el de Prentiss. Más que nada por no deprimiros. Este capítulo es más bien de transición y lo cierto es que es el que menos me gusta del fic... La semana que viene más y mejor.