Disclaimer: Todo lo que tenga que ver con esta serie y copyright, junto con todos sus personajes pertenecen a Mitsurou Kubo. Es un fanfic basado en la serie de MAPPA y Sayo Yamamoto, con fines de entretenimiento.
Advertencias: No es ninguna adaptación, pero es una historia que habla del amor en tiempos de guerra, yo lo inicié desde el acontecimiento histórico de Hiroshima. No tiene R-18 son puro feelings.
Aclaraciones: Romance y angustia, puesto que ya intuyen bien lo que va suceder.
Prólogo: Conticinio, «Hora de la noche, en que todo esta en silencio»
Lágrimas del pasado…
Año 2018. Rusia, ciudad de San Petersburgo.
Me llamo Viktor Nikiforov.
Ahora soy solamente un viejo más del montón esperando su hora de muerte.
Sin embargo, antes solía ser un guapo médico ruso del que muchos japoneses y estadounidenses sentían una mezcla de envidia, desconfianza y odio a la vez por muchas razones que no llegaran a concluirse, pero esto no solo pasaba por ser de otro país que no fuese Japón, sino porque era ruso con aire de personas de Norteamérica, y solo por el hecho de ser ruso ya era un problema.
La molestia de Rusia radicó en las fronteras, cuando un día Japón situó sus ojos hacia la fría Siberia de mi madre Rusia, porque ya saben que estas tierras compartían fronteras. El interés militar de los japoneses en estas tierras eslavas provocó que ambas naciones tuviesen varios conflictos de territorio, lo que incitó una futura guerra fronteriza Soviética-japonesa [1].
Prácticamente ser un extranjero ruso de cabellos blancos, alto y ojos azules estaba sobrevalorado en tierras niponas en ese entonces, por diversas razones ajenas a mi percepción como visitante. Tampoco es que quisiera averiguar el por qué ellos actuaban así con gente como yo, aunque ya conocía una de las tantas razones puesto que luego de mucho tiempo, lo entendí.
No tengo 98 años vividos por nada, pero me mantuve en perfectas condiciones físicas hasta que sufrí un terrible accidente a los 80 años; me resbalé de unas escaleras sin remedio alguno quebrándome una parte de las caderas y me quedé totalmente imposibilitado de mi cintura hacia abajo.
No me arrepiento de haber vivido todo lo que pude vivir.
Mi juventud fue muy buena, aunque difícil en ese entonces porque Rusia era una unión soviética todavía, o sea nada tolerante con los demás países que resultaban ser una amenaza. No obstante, sé que mi cuerpo no resistirá mucho más, y a decir verdad estoy cansado de estar vivo.
Ahora, hablando de mi vida, lo único que quiero resaltar es acerca de mi «amor» y mis cortos momento de mi «vida» junto a la persona que tanto amaba.
¿Sabes? Yo siento que «él», no, siento que yo debo ir por él porque me ha estado esperando durante mucho tiempo en ese lugar donde mis ojos lo dejaron por última vez, tanto que lo único que deseo es ver mi amor de nuevo y reunirme para siempre con él.
Estudiamos medicina juntos.
Yo nací en el año 1920 y fui alguien especial en las fuerzas de la milicia rusa, sobre todo en lo que hacía en mi profesión, la cual terminé a los veintidós años junto a ese hermoso prodigio japonés.
En ese tiempo los buenos médicos eran de gran ayuda en las guerras, por eso, lo mejores eran enviados a campos de concentración. Rusia y Japón no tenían buenas relaciones en ese momento siquiera de colaboración, pero cuando ocurrió la guerra contra EEUU y lo que se venía, fueron uniendo potencias y ambas colaboraron juntas, aunque Rusia no se metió del todo, mandó a sus mejores médicos.
Duran mi larga trayectoria, sobre todo en esta vieja y veterana memoria, yo tenía claro que a pesar de ser un médico también era un simple ruso enamorado de la vida y por supuesto, de la persona más bella del mundo, sí, de él, el japonés prodigio del que les hablé y su nombre era Yuuri Katsuki, un hombre de la raza más bella que jamás había conocido y quien cautivo para toda la eternidad, quien hasta el son de hoy no he podido olvidarme y cada vez que lo recordaba y lo recuerdo, me siento destrozado.
Él era un chico magnífico cuando lo conocí, pero que les digo, ¡uno demasiado bello!... él realmente me mataba con su sonrisa, su humor y con sus extraños estados de ebriedad para resolver problemas complicados dentro de los hospitales ambulantes de esa época.
Y la verdad que no arrepiento de haber vivido junto a él tampoco, pero sí me lamento de perder a mi alma gemela sin haberme despedido de forma adecuada, y eso es algo que me atormenta siempre.
Yo sabía que él era mi alma gemela porque tengo la certeza de que lo volveré a ver algún día en otro tiempo, o en otra vida, pero sé que nos buscaremos con el mismo nombre para vivir juntos y ser felices.
Él sabe cuánto lo amé y lo seguiré amando hasta después de mi inminente muerte.
Yuuri, a pesar de ser un hombre libre de prejuicios sociales con su condición; de que le gustaban solo los hombres, se le permitió estudiar medicina en su país porque realmente era bueno en lo que hacía y había salvado muchas vidas, pero en ese tiempo los nipones, aunque podían ser homosexuales, era como un tema tabú sacarlo al aire y expresarlo libremente, pero era peor que alguien te descubriera en actos libidinosos.
Si eso pasaba, eras castigado severamente por la milicia Dios sabe que maldades te harían.
Yuuri era una persona serena y dulce al momento de actuar y resolver los inconvenientes que aquejaban los pacientes con mucha facilidad. Yuuri se ganaba su corazón y el de los niños, y era algo que amaba en él porque Yuuri era mi ser de luz encarnado en la Tierra.
En cambio, como todos sabemos alguien como Yuuri era de los muchos hombres en ese tiempo, obligados a servir a su país; sí, porque ni siquiera el mejor médico de su división se salvaba de no ir a la guerra porque era considerado un acto de traición a su país o podías entrar en lista de sospechosos.
No obstante, solo los mejores eran enviados a la milicia como bien expliqué y para desgracia, él fue uno de esos tantos que sufrió la mala suerte de muchas cosas que pasaron, y en parte siento que es mi culpa.
Si bien sabes, tratar a los enfermos y heridos de muerte, mutilados, hasta hombres reventados por minas o bombas, era el deber de él y mío, al menos hasta que todo acabase, o sea era una tarea titánica mientras el campamento estaba siendo bombardeado porque no sabías cuando podía caer una bomba encima de ti matándote al instante.
Así que allí sí tienes que morir en el campo de batalla, pues morirás y punto.
Yo sabía que muchos no regresarían y tenía ese maldito mal presentimiento porque prácticamente estaban obligando a esos hombres a hacer cosas que nunca habían hecho en su vida, los estaban obligando a pagar un pecado inexistente y absurdo de un estado hambriento por poder.
Ahora, uno de los puntos más graves era ser un hombre y rechazar mujeres en ese tiempo, eso es como haber perdido tu honor como tal y el respeto por ellas, cuando realmente no es así porque es un concepto de machismo radical.
La verdad yo no entendía esa época de radicalismo y homofobia, pero tal parece que así iba las cosas porque todo acto de ese tipo era considerado crimen de la humanidad por no seguir los estándares de la procreación y sexo entre hombre y mujeres.
¿Absurdo verdad? Pues así teníamos que obligarnos a follarnos a alguna mujer, lo teníamos que hacer.
Si señores, en esa época ser descubierto en esas andanzas era algo serio que debía ser repudiado y pagado de forma psicológica para todos aquellos que pensaban de forma libre, así como lo hacían los famosos estadounidenses que tanto odiaban los japoneses. Este tipo de pensamiento poco práctico enervaba a la milicia de Japón y los reprimía debido a su ideología.
Pero volviendo a la historia, lo recuerdo claramente...
Yuuri y yo habíamos estudiado juntos en ese entonces y nos conocimos en la secundaria.
Él y yo nos gustamos mucho por alguna razón, el perfume que usaba era como una primavera de vainilla y lavanda con un toque almendra; era dulce y sereno. Supe que era diferente a los demás porque tenía más tacto con las personas y también tenía una personalidad dulce y fuerte a la vez.
De verdad que nos llegamos a amar en silencio, demasiado diría. Al inicio tuvimos miedo de decirnos lo que sentíamos por todo lo que pasaba, dado que también si te le declarabas abiertamente a un compañero y éste compañero no era leal a ti, ni a tus intereses, te podía delatar y hacerte un daño tremendo.
Luego de que ambos, no hiciéramos muy íntimos, con mensajes indirectos y coqueteos sutiles, fui yo quien me arriesgué y me declaré primero con miedo a lo que podía pasar, yo le pedí ser mi pareja de por vida.
Después de una semana de suspenso, inseguro y con miedo, él notó mi nerviosismo y se acercó a mí cuando me vio llorar en la cama temblando, ese día estábamos a solas en el apartamento y él solo me abrazó con fuerza y me dijo que, si no lo estaba jodiendo de verdad y le dije no, que mis sentimientos eran reales, entonces él me acepto como su novio muy feliz porque yo también le gusté mucho.
Ambos nos besamos y nos acariciamos, incluso, nos acostamos e hicimos el amor toda la jodida noche.
Luego de eso inventamos casarnos en secreto de forma espiritual, obviamente, fuimos a la universidad en Japón donde decidimos vivir juntos como pareja después, pero nadie lo sabía obvio porque muchos tenían compañeros varones y era lo que menos importaba. hubo muchas cosas que vivimos juntos, vamos que fue todo como un sueño, y un sueño demasiado corto.
Sabíamos que nuestro amor estaba prohibido, que era castigado severamente hasta con la muerte en ese tiempo por cualquier sociedad de los países de la alta élite que estaban en guerra, más bien por los gobiernos que promueven la promiscuidad y peores cosas jamás vistas dentro la guerra, porque quien sabe que otras cosas más no vimos.
El machismo estaba a flor de piel y la apología al odio ni se diga, el rechazo a la creciente homosexualidad peor, todo estaba al revés en el mundo de ese entonces, cuando no debería ser de ese modo.
Aun sabiendo todo eso ambos decidimos que mejor era mantener nuestra relación en secreto para estar juntos, desafiando las leyes autoritarias del mundo en ese entonces, sabiendo que era peligroso y que cada minuto que pasábamos juntos era una como bomba de tiempo, una que no sabías cuando iba estallar hasta que sucedía y ya era tarde.
—Lo amaba tanto.
Hice una pausa desviando mis ojos celestes opacados por el dolor y la tristeza que evocaban esos recuerdos, observando la fría nieve caer a través del vidrio de la ventana en Rusia.
—Y todavía sigo amándolo con todas mis fuerzas. Hubiese querido morir a su lado, o que él envejeciera conmigo aquí en Rusia, pero ahora él está allá esperándome y quiero buscarlo para llevarlo conmigo de vuelta a casa.
Mi muerte está próxima, lo sé.
Sí, hablo de mi muerte porque la siento rondar por los pasillos mientras duermo, ella me visita y me dice que el día se acerca.
¿Es que sabes? Mi alma me pide que vaya a buscarlo pronto porque quiere irse junto con él, quiere liberarlo de su sufrimiento, pero antes quiero que una parte buena de él y mía se queden escritas en la historia mientras las otras cosas de mi cabeza se desvanecen, dejando de ser a la hora que mis ojos se cierren para despertar con él.
«Mientras Viktor Nikiforov contaba su historia, una mujer llamado Hada, más bien una periodista... iba escribiendo ese relato en una laptop, era algo realmente hermoso y triste, tanto que sus lágrimas estaban a punto de aflorar».
Ahora mismo solo me veo escribiendo cartas inconexas para el pasado mas no para el futuro. Mi pasado se fundió junto a él.
Mis detalles en las memorias no son tan vagos con respecto a nuestros momentos juntos, dado que todo lo que viví a su lado fue real, porque si quedaba algo de él y mío allí me lo llevaré a la tumba donde podremos recordarlo juntos de nuevo.
«Oh~ esos recuerdos vagos y únicos del pasado», cada beso, cada caricia, cada lágrima que lloramos juntos... recordar mis cosas con él es vivir con mi Yuuri a cada instante, que realmente fue maravilloso y perfecto tenerlo ese poco tiempo conmigo.
Antes de que la noticia estallará en todo el mundo, él estaba a mi lado días antes de que eso sucediera, la bomba de Hiroshima no sólo se llevó su alma, sino que también llevó mi vida, mi corazón, sus palabras, sus recuerdos y gran parte de mi alma.
Fue como si borrasen la mitad de mis memorias por completo, pero no, Yuuri me dejo escrito con sangre nuestra vida juntos. Lo sé.
Es cierto que entré en estado Shock cuando vi la televisión y los periódicos, porque a pesar de estar en un helicóptero ruso huyendo obligado hacia mi país, el haber presenciado con mis ojos como aquella bomba borró toda la tierra que el ocupaba, yo simplemente no podía creerlo, ni quería creerlo.
Allí seguía la hermosa joven de ojos celestes y cabellos negros atenta a su relato.
—Señor Viktor... —dijo ella cuando lo vi soltar unas espesas lágrimas y era realmente desolador como me miraba, con tristeza—. ¿Puedo preguntarle algo?
—Dime. Tú puedes preguntarme lo que sea —mi voz era cada vez más débil y antaña, aquella que no perdía su dulzura y calidez.
—¿Podrías contarme cómo fue su último lapso en Japón con Yuuri? ¿Cómo fueron los últimos momentos de su relación juntos? Quiero saber cómo fue su amor, porque de la guerra ya sabemos de sus consecuencias. Quiero saber acerca de su amor en tiempos de guerra.
Atrayendo mi atención hacia ella la miré sonriendo, pero con un silencio prolongado. Finalmente estuve listo para seguir hablando.
—Ya veo, entonces te lo contaré, pero si me dejas descansar un poco ahora prometo contártelo a la noche.
Encontrar a Yuuri fue mucha suerte, pero mucha de verdad, mejor dicho, fue suerte para ambos estar destinados a encontrarnos en mundos tan distantes.
Una bendición y maldición para mí, a fin de cuentas, fui yo quien se quedó solo con ese pedacito de amor que me dejo Yuuri y no me arrepiento por eso. Así que decidí vivir mi vida normal y seguir con mi pedacito de luz, esa parte del alma de Yuuri que se quedó allí conmigo.
Esas fotos que tenemos juntos, aquellas fotos que guardaba todos los recuerdos de mi amado Katsudon junto a la liga nupcial de nuestra boda secreta.
La chica sonrió ante el relato, dejando caer unas lágrimas de nuevo, pero tenía miedo de que no volviese a abrir los ojos a la noche y no se lo contase, pudo deducirlo en su mirada.
Sin embargo, yo no me iba ir a aún, Yuuri no me iba dejar irme todavía y lo presentía. No hasta que le contará todo el amor que viví junto a él. Ella quería oír al menos esa parte de mi historia de amor.
Ella se sintió realmente feliz y orgullosa de que eso hubiese sucedido, posiblemente la única vez en la historia de la humanidad que el mundo había empezado a cambiar desde hace mucho, pero que hubo una época donde todo era áspero e intolerante.
Afligido por recordar tanta miseria, me acosté y cerré mis ojos mientras ella tomaba mi mano, algo preocupada. Podía sentir en el aire en el olor agridulce que ella desprendía por el miedo.
Entonces que terminé por contarle un parte de la misma historia y luego me quedé dormido.
Recuerdo que, Yuuri estaba desangrándose por el impacto de bala que recibió y nadie lo ayudó, ni siquiera las enfermeras, solo yo logré parar la hemorragia con éxito porque era el único médico de turno.
No obstante, una semana antes del gran evento que cambiaría nuestras vidas, el ser descubierto nos trajo problemas, los militares de la época lo aislaron a él y lo apresaron. Recuerdo que le hicieron muchas preguntas acerca de nuestra relación y lo que hacía un médico ruso manchando el honor de los japoneses.
Tuve suerte de que me perdonaran la maldita vida.
No me detuvieron a mí porque le ofrecieron salvarme a mí si se ofrecía ir a la guerra como voluntario, o sea, querían enviarlo lejos de mí para siempre. Aquello que le ofrecían era más bien como un trato suicida por lo que él no se negó y fue a ese pueblo lejano llamado Hiroshima, donde el horror se hizo cenizas en cuestión de segundos a los tres días que llegó a ese lugar.
Cenizas en las que se encuentra mi esparcida alma ahora en busca de clemencia.
Hada al oír ese último susurró quedó espantada y pensó de manera seca lo triste que fue la vida y la gente que dice vivir en esa vida de ese entonces, esa es la puta verdad.
Amor y tiempos de guerra: Artículo redactado por Hada.
Ella redactaba en su artículo:
La vida es injusta muchas veces, pero teníamos que aprender a levantarnos si queríamos seguir, vamos que era puto asco muchas veces porque siempre debíamos levantarnos y pelear sin importar lo que nos depare el futuro más adelante.
Si esto no hubiese sido así la historia de la humanidad no tendría sentido ahora, ni un por qué para luchar por su vida, su libertad y sus malditos derechos.
Y es así, por un lado, tenemos a un humano riñendo por todo lo que no vale la pena luchar y potro lado, tenemos a más seres humanos luchando por un todo que vale ser escuchado con claridad y atención, a los que los grandes señores de las naciones hacen oídos sordos, porque las ideologías convergen únicamente en sus propios intereses y otras cuestiones que se escapan de las manos de simples personas, que no trabajan en conjunto para ganar.
Ellos están dormidos y por eso, no avanzamos.
La causa más común de una pelea en una guerra de cualquier índole es el poder, la locura, las drogas, el control, las armas, y por supuesto, cosas que no tienen verdadera importancia por la igualdad y el respeto humano por el hambre, por los huérfanos y otras muchas cosas en el mundo que deben ser vistas con más cuidado.
No, eso ya les vale mierda, ellos son los dueños del mundo y nosotros nos gusta que nos controlen.
Ahora, el planeta es un verdadero infierno que se sumerge en caos y destrucción constante, y lo fue todavía más con todo lo que vivió y se sigue viviendo Viktor con sus recuerdos.
Suicidas japoneses llamados "kamikazes" en ese tiempo, eran obligados a suicidarse en nombre de patria, y otros, por Dios sabe qué fueron el puto mal de Japón junto con la maldita armada estadounidenses, aunque estos últimos siguen siendo el cáncer del mundo, pero la culpa es de los gobiernos y las altas esferas mundiales, por querer tener el control de todo lo importante para ellos mientras muchos otros se mueren de hambre en el mundo y crean más caos con sus guerras por el petróleo por ejemplo; todo es culpa de sus caprichos e intereses porque prefirieron la guerra a que la paz mundial domine la existencia humana, y lo peor que ahora siguen prefiriendo pelear.
—Nunca, pero nunca vamos a acabar si seguimos así y no despertamos por eso debemos unirnos, debemos gritar y tomar el control de nuestras vidas antes de que ellos sigan avanzando.
Volviendo a la historia. El punto clave fue cuando Japón usó a sus militares obligados a actuar como suicidas, esto despertó la alarma psicológica en militares de alto rango de los Estados Unidos de ese tiempo, por lo que estos pensaron que serían una verdadera amenaza y así como piensa la mente de un suicida la reacción de un demente psicológicamente, es mucho peor.
Entonces fue así como inicio todo, ¡Boom! Vamos a matar a esos malditos japoneses, no importa cuanta gente inocente muera en el acto... ¿terrible verdad? Pues sí, la vida es una mierda controlado por grandes intereses de terceros con gran poder económico y armamentístico.
Ya todos sabemos lo que pasa cuando te metes con los intereses de países grandes.
—Lo siento no quise tocar el tema de la guerra, pero sabes, existen tantos conflictos que no entendemos —ella dedicó una hermosa sonrisa mientras el viejo dormía—. Me alegra saber que soy la mujer que grabara tus recuerdos y los de Yuuri o al menos una parte de ellos, espero que cuando despiertes, puedas contarme un poco más de él como lo prometiste, sé que ya me has contado un motón de cosas que tengo escrita sobre vuestra vida, pero necesito más solo un poco más de cómo fue ese final entre ustedes dos.
Claro, pero ella siguió pensativa con respecto al mundo y sus condiciones mientras escribía:
Los humanos somos una mierda, una sin remedio alguno, ¿hasta cuándo serán idiotas algunos?, ¿hasta cuándo dejarán de sufrir? De destruir el amor, la vida y muchas cosas que aún podemos salvar.
Todos sabemos que sin sufrimiento no se obtiene nada, pero tampoco necesitamos sufrir de mil formas en una guerra o algo horrible para llegar alto y aprender de nuestros errores. En definitiva, la gente en sí necesita de mucha ayuda, lo único que debemos hacer es cambiar nuestros pensamientos como seres inteligentes que somos, no hacerlo solo, porque no vinimos solos al mundo, en el momento que nuestra madre nos concibe, no estamos solos porque ella nos tiene con ella, ella nos trae al mundo y también, cabe recalcar que nos rodean miles de cosas a nuestro alrededor.
El mundo sigue siendo una ruleta rusa dando vueltas y buscando constantemente ver quién es el próximo en morir por esa solitaria bala, pero a quien le toca, le toca y se acabó. ¿Verdad? Nadie muere solo tampoco a no ser que mueras de una forma horrible e igual así no estarás solo, ¿por qué? Porque están tus recuerdos contigo, todo lo que tenías, aunque sea lo más mínimo es parte de ti.
Es una condición que no podríamos parar ni matando a los principales terroristas mundiales, no hay más culpable que quien permite todo y se queda de brazos cruzados, esa es la cruel verdad.
La milicia son los títeres de los gobiernos con esa simple excusa de no revelarse contra su país por miedo a ser castigados, o de tener lealtad hacia los cerdos mayores, pero seguro si hubiese una conciencia unilateral, los políticos y los de arriba tendrían mucho miedo a sus propios habitantes y militares.
Pensar en que todos esos atentados y guerras se llevan tarde o temprano lo que amamos, es algo triste y desconsolador. Así que, si no son los desastres naturales, es el hombre quien se atribuye el derecho de tomar la vida de otro ser humano.
¿Maldad tal vez? O sí, unos se vuelven malos, otros nacen malos, ¿mal genético?, no, siempre ocurre a medida crecemos, es como si algo se desarrolla dentro de nosotros, nosotros los producimos de algún modo. Si existen otras razones, científicamente no se ha comprobado.
La noche cayó y el ocaso de un bello atardecer se asomó sobre las ventanas de la mansión del viejo cuando ella dejó de escribir para atenderlo.
"continuará"
Yo casi podía sentir los rebeldes y necios pensamientos de esa mujer colarse en el aire. Su curiosidad era realmente dulce de su parte, pero a veces me ofuscaba un poco porque no me dejaba ir con mi Yuuri.
—Ya estoy mejor Hada, ¿me ayudas a recostarme en la cama? Estoy cansado y luego de la segunda parte quiero cerrar mis ojos y dormir nuevamente.
Ella se levantó y me ayudó. Yo había quedado acurrucado como niño entre las sábanas y ella sentada a mi lado acarició mis cabellos.
—Me hubiese gustado que fuese mi abuelo, siento como si lo fuera realmente, gracias por contarme esto—me dio un beso tierno en la frente sacándome una leve sonrisa.
—Gracias a ti por ayudarme a escribir mi última carta a Yuuri y no te preocupes que ya eres como la nieta que nunca tuve, espero que, en otra vida, Yuuri y yo...
Intenté explicar con una sonrisa mientras mis recuerdos se transportaban al día en que conocí a Yuuri y luego todo terminara días antes de la tragedia, iba terminar de contarle su historia.
—Tú y Yuuri serán, serán felices y tendrán la oportunidad de que nunca tuvieron, porque ustedes son almas gemelas llamándose de forma desesperada. Ustedes se unirán en la eternidad y será un para siempre.
Sonreí ante su afirmación porque más claro no podía estar.
Ahora...
¿Cómo fueron sus días en Japón cuando llegó? ¿Y cómo fueron sus últimos días junto al amor de su vida? Pues eso haría, contar un poco de su Yuuri, contar un poco de ese amor antes de partir para siempre con su hermoso Katsudon.
Definiciones:
[1] Guerra Soviética-rusa: Las Guerras fronterizas soviético-japonesas fueron una serie de conflictos fronterizos entre Japón y Unión Soviética la ocurridos entre 1932 y 1941.
Notas finales: Solo quiero decirles que este fic es un Two-shot, que tendrá dos capítulos y se acabará porque solo veremos a Viktor relatando la historia con Yuuri en su momento y todos sus sentimientos a flor de piel, no habrá R-18, sorry.
Les traigo esto porque necesito un respiro de las demás historias que ando corrigiendo, claro sigo escribiéndolas, pero las historias que surgen a veces no son largas, pero tuve la necesidad de escribir sobre esto.
Matta Ne~
