Disclaimer: Ninguna de estas franquicias me pertenecen, son de sus respectivos autores, yo solo jugaré con sus personajes y con sus corazones, como siempre.

Prologo.

Miró su reloj una vez más.

No es que la persona con la que supuestamente iba a juntarse estuviese atrasada ni nada por el estilo, pero realmente se ponía tensa sabiendo que su acompañante y su persona llamaban demasiado la atención. No es que ninguna de ambas lo intentase, solo era algo normal. No podía decir mucho al respecto, estaba acostumbrada a ese aspecto de su vida desde que empezó a liderar una empresa tan grande como Arendelle Corp.

"Me pones nerviosa cuando miras la hora a cada rato." La chica a su lado, de pelo largo blanquecino la miraba con cansancio.

"No he visto a Diana en semanas, ella quería hablar de algo importante, me tiene un poco ansiosa." Negó con el rostro para finalmente cruzar sus brazos en su cintura.

"Te has puesto muy sentimental este último tiempo." Weiss habló, bajando un poco el tono de su voz, pero conservando la misma severidad. En sus manos llevaba un vaso con café con el logo de Starbucks que había comprado antes de llegar a su encuentro. Le dio un largo sorbo.

"La empresa me tiene así, y Anna, claro, que me hace sacarlo en vez de encerrarme y no hablar de mis problemas."

Weiss simplemente se levantó de hombros. Ella más que nadie sabía cómo funcionaba una compañía de ese tamaño, incluso aunque su puesto no fuese una directora general como ella, sino la directora de marketing de la compañía minera Schnee, siendo dirigida por su padre. Tenía mucho peso en sus hombros por ser heredera, así que era fácil que se entendiesen entre sí por la similitud de sus problemas laborales.

"Las cosas mejoraran, Elsa, al menos no tienes que estar en mi posición esperando derrocar a tu manipulador padre."

Soltó una leve risa al escuchar a su amiga hablar con todo el veneno y exasperación posible mientras rodaba los ojos. Si bien sus padres se habían divorciado en el pasado y luego fallecieron con el pasar de los años, debía admitir que agradecía no haber tenido una relación como la de la peliblanca, aunque tomasen decisiones equivocadas. Estar en una casa gigante, lleno de familiares y que las cosas sean malas entre ellos, destruyéndose los unos con los otros, sin tener nadie en quien confiar, debe ser una sensación absolutamente solitaria.

"Siento interrumpirlas."

Ambas levantaron el rostro, mirando a la chica, unos centímetros más alta que ambas, con cabello rubio y ropa formal.

"Parecía que estaban hablando de cosas importantes." Diana se les acercó, saludándolas cordialmente con su mirada estoica. A diferencia de ellas no andaba con ropas casuales, parecía bastante formal para ser un día no hábil, ya que la chica aún era joven, teniendo dieciséis años y aun estando en la secundaria.

"Problemas laborales, pero no te preocupes"

Elsa le sonrió levemente a la menor, la cual asintió, con su rostro aun mostrando algo de inseguridad.

Las tres empezaron a caminar sin rumbo fijo, recorriendo las calles que por suerte no estaban tan atestadas de personas. No quería que se armara un espectáculo, siendo las tres reconocidas, no exentas de miradas.

"¿Nos contarás que sucedió?" Weiss habló luego de unos minutos de silencio.

Diana miró el suelo, dudando un poco en si hablar o no. Era joven pero no significaba en lo absoluto que tuviese menos problemas. Ninguna de las tres eran exactamente personas normales con problemas normales, ni mucho menos problemas simples.

"Mi tía está empezando a hacer un desastre con la cadena. Hace unos días estuve tentada a dejar la escuela e ir a tomar la dirección, pero en este momento no es una decisión sabia de tomar. Considerando mi edad y mi falta de estudios en tema administrativo."

"¿Y no querías estudiar medicina?" La peliblanca soltó de golpe, aun tomándose su café.

La menor asintió con su rostro, intentando mantenerse firme. Miró a la chica y le sonrió.

"¿Y fuiste a visitar el hospital a pesar de todo?" Le dijo, intentando sonar lo más considerada posible con su tono de voz, al contrario que la peliblanca.

"Ese es el problema. Fui, pero…"

Ambas notaron como un poco de tono rojizo se apoderó de sus mejillas en cosa de segundos para luego desaparecer, como si no hubiese pasado nada.

"…Resulta que me quedé pensando en voz alta en el salón, fue un error y debí ser más cuidadosa, mis dos amigas cercanas armaron un escándalo al saber que yo podía retirarme de la escuela e ir a hacerme cargo del hospital. El problema no se detuvo ahí…"

Guardaron silencio, esperando que siguiese hablando.

"…Falté un día, solo uno, solamente para ir a ver como estaban las cosas con los hospitales, entonces llegó Akko."

"¿Akko?"

Dijeron al unísono, se miraron entre ellas con curiosidad, y voltearon a ver a la chica. Su rostro había vuelto a llenarse de rojo, pero ahora lucía mucho más tensa y claramente frustrada.

"Una compañera de clase. Dios, es una temeraria. No éramos muy cercanas en lo absoluto, pero ella se metió en la cabeza de que ambas éramos rivales. ¿Pueden creerlo? Entonces empezó a acercarse, a comparar calificaciones y a pedirme ayuda para algunas labores. En un principio me negaba, pero luego se volvió insufrible, hasta que empecé a aceptar."

"¿No me digas que escuchó que te ibas y te persiguió?" Le dijo a la chica, frunciendo un poco el ceño, había vivido algo así, reconocía exactamente esa situación como propia. Vio de reojo como Weiss negaba con el rostro, sin dejar de mirar hacia el frente.

"Apareció en el edificio administrativo de la cadena, buscándome, vuelta loca creyendo que iba a dejar la escuela. Luego se excusó diciendo que lo hacía porque éramos rivales, que no podía huir, cosas sin sentido. Fue todo un alboroto. Logré controlarla antes que mi tía llamara a seguridad. Estaba segura en aquel momento de aceptar la carga del lugar, pero cuando ella se presentó, toda la determinación simplemente vaciló."

"¿Qué te dijo la chica que te hizo vacilar?" Weiss lucía asombrada y botó el vaso vació en un basurero.

No tenía que mirar a su amiga para saber que estaban pensando lo mismo en aquel momento. Conocieron a Diana hace un par de meses, pero no pudieron evitar crear un lazo con ella, por la situación que vivía, y como en algunos factores se sentían identificadas con los aspectos caóticos de su vida. Personalmente no podía dejar a una chica tan joven cargar con todo, no quería que pasara por momentos tan desastrosos como los que vivió ella misma. Incluso Anna, le dijo que la decisión era correcta, incluso sin saber nada de Diana, admitió que si tuviese los conocimientos o las experiencias haría exactamente lo mismo.

No pudo evitar sonreír ante el recuerdo. Si era así de preocupada y atenta era en parte gracias a Anna. Esperaba ansiosa aquel día donde pudiese presentársela en persona, ya que no había existido oportunidad.

Diana soltó un suspiro pesado antes de hablar.

"Me dijo que no debía renunciar a mis sueños." Soltó otro suspiro, notándose la exasperación en sus gestos, el cual consistía en apretarse el puente de la nariz, así como de igual forma sus orejas parecían tomar color. "Me hizo meditarlo un poco más. Creí que era imposible hacer ambas cosas. Quiero ser una doctora como mi madre, pero también quiero mantener su legado vivo. Entendí que no perdía nada con intentarlo."

"¿Todo terminó bien entonces?" Habló luego de unos segundos eternos de silencio. Pensó que la peliblanca haría un comentario, porque en su cara se vio que quería comentar algo. Quizás alguna crítica o un comentario no del todo bien intencionado, y tal vez por eso se calló a sí misma.

"Con mi tía, como siempre, supongo. Con Akko, aun no estoy del todo segura. Me siento algo incomoda con ella."

Weiss soltó una risa. Una risa lúgubre y extraña. Ambas rubias la miraron con curiosidad.

"¿Acaso te gusta esa chica?"

Su voz salió critica, tal y como lo había imaginado. Los celestes se enfrentaron a los azules. Diana parecía haber sido dirigida muy de sorpresa, generando tanto sobresalto como molestia. Se miraron desafiantes.

Solo pudo soltar un suspiro al ver que ninguna decía nada. Unos segundos más y Weiss sería la primera en explotar y decir algo que quizás se arrepentiría y Diana no era de las personas que hablaban de sus problemas personales, mucho menos si no se dirigían a ella de una buena manera. No tenía que conocerlas del todo para saber las razones de su actitud, mucho menos tenía que ser un genio para saber que claramente Diana sentía algo por esa chica Akko, así como Weiss solo estaba frustrada por sus propios problemas personales.

¿Qué haría Anna en ese instante?

Probablemente algo complicado de hacer para si misma.

Como si su pensamiento tuviese magia, o algún tipo de poder divino, pudo jurar que vio aquel cabello rubio rojizo frente a sus ojos, como un pequeño atisbo.

Se quedó inerte, buscando con la mirada, observando alrededor, hasta que pudo dar con su objetivo. Frunció ligeramente los labios y llevó sus manos hacía las dos chicas, tocando los brazos de ambas, haciendo que estas dieran un salto, dejando de lado su pelea silenciosa tal cual gatos.

"Anna está con Ruby."

Weiss de inmediato dio un salto y buscó con la mirada, inspeccionando alrededor en busca de la mencionada chica. La relación de ambas era muy confusa, donde ambas tenían una relación estrecha, aunque Weiss dijera lo contrario, de todas formas, Ruby Rose era su guardaespaldas así que era difícil que hubiese días donde no la viera, como en ese instante, el cual era el día libre de ambas.

Ninguna de las chicas de cabello rojizo se percató de sus miradas, ellas seguían caminando en paz, hablando animadamente, mientras tenían una tercera acompañante.

"No las conoces, pero ellas son Anna y Ruby." Se dirigió a Diana, la cual miraba hacía todos lados, sin saber exactamente a quien observar.

Quizás era un buen momento para hacer presentaciones, juzgando que rara vez existía una posibilidad como aquella de estar todas desocupadas. Cuando va a ofrecer dicha presentación, vio en los ojos azules un asombro culminante, que incluso llegó a preocuparla.

"¿Diana?"

Weiss habló por ella, al parecer olvidando todo ese pequeño momento de ambas.

La rubia se quedó pasmada unos momentos, sin moverse, incluso había llevado su bolso hasta el frente de su cuerpo, como si de manera automática quisiera esconderse, algo que parecía muy raro viniendo de la menor.

"Esa es Akko."

Su voz salió temblorosa, a lo que ambas mayores solo pudieron mirar de nuevo al grupo, fijándose en la desconocida integrante.

Una chica que lucía más alta que las otras dos, inclusive se notaba aún más ese rasgo al estar al lado de Anna, que era la más baja. Su cabello era largo de color café, llevaba ropa casual y podía notar a duras penas una especie de parche en la nariz, como si tuviese un corte.

"¿La del curita en la cara?" Weiss habló, nuevamente quitándole las palabras de la boca.

"Si, hoy estuvo hablando conmigo y tuvo un pequeño accidente. Dios, no puedo creer que esté hablando con sus novias…"

Sintió sus mejillas arder un poco ante la afirmación, y quiso reír al escuchar un "no es mi novia" de su amiga la peliblanca.

"Que pequeño es el mundo."

Dijo finalmente, mientras el grupo se alejaba más y más. Las presentaciones podían esperar, o sería incómodo para las menores, y realmente no quería provocar algún tipo de problema, mucho menos sabiendo lo cerrada que estaba Diana con la situación.

Miró su reloj, ya llevaban mucho tiempo dando vueltas sin parar.

"¿Vamos a comer algo? Conozco un buen restaurante por esta zona."

Al parecer la idea distrajo lo suficiente a sus acompañantes, así que empezó a caminar en la dirección contraria a la que había ido el otro grupo, y fue seguida por sus amigas.

Haría una nota mental para preguntarle a Anna acerca de esta chica Akko, ella no sería capaz de mentirle en lo absoluto.

Indagaría un poco mas en el asunto.


Aquí, yo, de nuevo. ¿Cómo llegué a esta idea? No lo sé, pero quiero que todos vean la clase de locuras que puede inventar mi cabeza.

La cosa es simple, aquí habrá mucho drama, cada pareja con sus propios problemas, y ayudándose entre ellas para superarlos. Mis herederas bellas tendrán el punto de vista en sus capítulos, donde me enfocaré en sus experiencias. Y bueno, no todo será negro, hay muchas situaciones divertidas y finales felices, o eso creo.

El orden de los capítulos será Frozen – Rwby – Lwa. Elsa – Weiss – Diana. Espero subir en menos de una semana, ya que son capítulos cortos, así que estaré mencionando las actualizaciones en mis redes sociales.

Esta no es una historia, es una EXPERIENCIA.

¡Nos leemos pronto!