Vivi en ¡¿¡WTF!?!
Se acabó la tranquilidad
Entre viaje y viaje, y más con los nakama que tenía, resultaba muy complicado encontrar un tiempo para uno mismo o, simplemente, para poder descansar. Por supuesto que, como suele decirse, hay que tener cuidado con lo que se desea porque puedes conseguirlo. En este caso, para ser exactos, quería decir que encontraron una isla tranquila en donde descansar y relajarse sin más alboroto y jaleo que el provocado por ellos mismos.
Vivi se encontraba sobre una suave alfombra rodeada de almohadas y con una sombrilla para cubrirla de los rayos del Sol. A pesar de ello, se sentía bastante fatigada y con mucha modorra, tanta que, estaba segura, se podría caer dormida en cualquier momento. Y, por supuesto, de tanto pensar en quedar dormida fue suficiente para que le saliera un bostezo que avergonzaría al león más grande del Mundo. Por lo menos tenía la suficiente consciencia sobre si misma, y modales, para cubrirse la boca con la mano mientras sus párpados se le estaban haciendo más y más pesados. No tenía ninguna duda de que se pondría a dormir en cualquier momento y, por suerte, su larga melena, ahora recogida en una cola de caballo, salvo un par de mechones que le caían sobre su rostro, no mostraría peor aspecto desmarañado del que ya tenía, más o menos, en estos momentos.
Vestía una simple camiseta de manga larga, no tanto pues terminaba un par de dedos por debajo del codo, ¿o sería por encima?, hacia la muñeca. La camiseta era blanca salvo las mangas que eran azules, como su cabello. Esta camiseta dejaba mucho a la vista pues era corta, llegando sólo hasta un par de dedos por debajo de su pecho y con un amplio escote que marcaba sus senos, incluso de manera muy explícita aunque no había sido su intención al ponerse esta camiseta. La verdad es que no había pensado mucho en que ponerse ya que, se suponía, que era un momento de descanso y relax. De ahí la camiseta y que llevase sólo las bragas, un tanga, ¿o era la parte inferior del bikini? No sabría responder a esa pregunta. Ya sabes, demasiado calor y cansancio. Por supuesto que, a falta de falda o pantalón, shorts o cualquier otra prenda, se había cubierto con un pareo que más parecía el mantel para el picnic al tener diferentes líneas de varias tonalidades de azul que formaban cuadrados por toda la superficie. Y para rematar se había puesto, o le había puesto alguien, una camiseta floreada sobre los hombros. Sus pies estaban descalzos.
Finalmente había decidido echarse una siesta y que ya la despertarían cuando fuera la hora de comer, algo que estaba segura de que no necesitaría aviso al haberse acostumbrado a los sonidos, gritos, de ese momento, o cuando se volvieran porque ya llegase el anochecer. Por supuesto que siempre, pero siempre, siempre, que uno está dispuesto a hacer algo, surge, de improviso un hecho inesperado que trastoca todos los planes. En el caso de Vivi se trataba de…
¡¿Pero wtf es eso?!
Tal vez no la manera más educada de decirlo pero, por suerte para Vivi, no lo dijo si no que lo pensó por lo que, únicamente, se mostró malhablada ante si misma.
Por cierto, y sin ánimo de excusar el lenguaje usado por Vivi, hay que decir que contemplar la aparición de lo que parecía ser un conejo blanco de unos 170 cm. pero que, una vez abierto los ojos como platos ante semejante visión, pudo comprobar que se trataba de una muchacha de piel muy pálida y cabello rubio, corta melena que seguía la forma de su cabeza sin llegar a tocar los hombros, ni por delante, ni por detrás. Los ojos de Vivi también se habían abierto de manera tan exagerada porque, desde el ángulo en el que se encontraba reclinada en el suelo, parecía ser que aquella muchacha iba completamente desnuda, salvo por un chaleco naranja, que resaltaba una barbaridad contra la palidez de su piel.
Vivi pensó que algo le podía haber pasado y, sin pensárselo dos veces, salió tras la muchacha lo más rápido que la llevaban sus pies descalzos. Aunque así también se estaba moviendo la conejita y no parecía tener ningún problema por ello. Incluso pudo sacar un reloj, del interior del chaleco, y, sorprendentemente, palidecer aún más al comprobar la hora.
-Tarde, tarde… no tengo tiempo.
La voz, que Vivi, dadas las circunstancias, esperaba sonar agitada y con claros signos de agotamiento, por culpa del esfuerzo que realizaba corriendo de aquella manera, sonó totalmente opuesta a lo esperado. Tranquila y sosegada, casi que podía decirse que monótona.
A pesar de la carrera, y la ventaja que le llevaba la conejita, Vivi se encontró con que casi la tenía al alcance de la mano. Por muy poco pero, eso no quería decir que no pudiera contactar con ella pues Vivi aún no había perdido la voz para no hacerlo.
-Espera, no corras tanto- a diferencia de la voz de la conejita, Vivi se daba claras muestras del esfuerzo que estaba realizando. Su respiración estaba acelerada y muy pronto daría muestras de cansancio-. Quiero preguntarte unas cosas, por favor. Sólo unas pregunt…
Antes de que supiera lo que estaba pasando, el suelo, firme por el que se encontraba corriendo tras una conejita en medio del bosque, desapareció bajo sus pies desnudos. Igual que para la conejita pero que, en su defensa, no se cayó por el agujero que había en medio del bosque si no que se lanzó de cabeza a él.
Era de esperar que, a pesar de todo lo que hubiera visto y vivido, Vivi tuviera una reacción normal y esperada ante semejante situación. Su grito resonó por las paredes de aquel agujero logrando ensordecerla por unos instantes, y haciendo que se pensara dos veces el volver a dar un nuevo grito cuando se hubiese recuperado del resultado del primero.
Lo peor de todo, porque siempre se puede empeorar una situación ya de por si mala, era que, de manera sorprendente, perdió de vista a la conejita que, apenas unos segundos antes, se encontraba a medio metro por delante suya en la caída libre que habían estado compartiendo hasta unos instantes.
Ciertamente esta situación era algo más extraña de las que solía tener Vivi normalmente pero, no por ello, iba a quedarse quieta sin hacer nada para impedir el desenlace, único y plausible, de su caída. Ya llevaba un minuto entero y no parecía que pudiera encontrar algo que hacer para impedir lo inevitable.
-Espero que cuando me encuentren no lo hagan teniendo el cuerpo reventado de la conejita bajo el mío porque eso les llevaría a formularse muchas preguntas con las que obtendrían, solamente, vergonzosas respuestas sobre mis últimos instantes en este Mundo y decisiones absurdas.
Entonces fue cuando se dio de cuenta de que había perdido la camisa floreada pues solamente la llevaba sobre los hombros. Esto era lo último que necesitaba que le pasase. Le había perdido la ropa de un nakama, que se la había prestado por motivos altruistas, incluso podría decirse que caballerosos, para que ella se la perdiera por caerse en un agujero en medio del bosque. Un agujero bastante grande que, para cualquier persona que prestase atención, o no, nunca lo sería para conseguir que se cayeran en su interior para morir de una manera muy desagradable reventando su cuerpo y esparciendo sus restos por todas partes.
-Por lo menos no le mancharé la camisa con mis entrañas… a no ser que, por alguna burla de la providencia, terminase posándose sobre mis restos.
Todo se encontraba a oscuras pero, a pesar de esta clara falta de luz, era capaz de mirarse a si misma sin ningún tipo de dificultad. Casi como si una fuente de luz la acompañase todo el rato, o que ella misma fuera la fuente de luz. Por eso mismo no se le podía reprochar, tantas cosas, que no hubiera visto que se le acercaba el suelo, o era ella quien lo hacía, ya que era tan negro como todo el resto del profundo agujero. Milagrosamente no se hizo el menor daño a pesar de una caída semejante.
-Supongo que acaba de gastar todas mis vidas de golpe junto a toda la suerte que me podía tocar durante mi permanencia en el mundo- Vivi se puso en pie sacudiéndose el polvo de la ropa-. Pero no me verás quejarme por ello ya que, en primer lugar, sigo con vida y, en segundo lugar, tampoco es que se pueda ver mucho en este sitio.
Así era. El fondo de un agujero oscuro sigue siendo tan oscuro como el resto del agujero. ¿O es qué esperabas que en el fondo se encontrase algún tipo de luz? Aquí lo único que parecía tener luz era el cuerpo de la propia Vivi, y ella no sabía el motivo de que esto fuera así. A no ser que fuera la manera para no perderse a si misma. ¿Eso era algo posible?
-La verdad es que no sé si me podría perder a mi misma, perder de vista a mi cuerpo ya que, en verdad, si que estoy perdida- Vivi alzó la vista para ver un pequeñísimo punto de luz a una distancia que se le antojaba todas las vidas que tuvo que gastar para sobrevivir-. Aunque sepa que estoy en el fondo de un agujero que hay en el bosque de esta isla. A pesar de ello, ¿puedo considerarme perdida? Bueno, como no puedo salir por donde entré supongo que pronto si podré decir que estoy perdida ya que no lograré encontrar la boca de este agujero.
Y tal y como había predicho Vivi, con sólo un par de pasos, o eso pensaba ya que no podía ver como los daba, perdió de vista la boca del agujero. Incluso retrocediendo la misma distancia que creía que había dado, resultó inútil porque no terminó bajo la boca del agujero. Aunque, en su lugar, si que se encontró en otra parte. Una en la que no había estado y en la que había más luz para ver los alrededores. Que sólo era suelo de roca y paredes de oscuridad en donde la luz nunca parecía poder llegar para mostrarlas.
Si antes había pensado que la luz procedía de si misma, ahora Vivi podía estar segura, casi al ciento por ciento, de que así se trataba porque, justo delante de ella, a unos diez metros, pie más, mano menos, se encontraba una puerta que parecía estar tanto clavada en el suelo como flotando en el aire. Y, si eso ya era algo sorprendente por si mismo, más lo era el que saliendo de la puerta, o formando parte de ella, se encontraba una persona. Una muchacha.
Ante esto, y esta situación, Vivi no pudo evitar preguntarse de quién se podía tratar y cómo había podido acabar en semejante lugar. Curiosamente se trataban de preguntas que podía formularse a si misma. Bueno, la primera, la de quién se trataba, no hacía falta porque sabía quien era ella.
-Yo soy Nefertari Vivi- se dijo a si misma totalmente convencida, o no tan convencida-, ¿verdad?
-Hajimemashite.
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Continuará en el próximo capítulo: ¿Cuántas ganas tienes de cruzar?
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Bueno, está muy claro de qué va este fic, ¿verdad? pues, entonces, no hay ninguna necesidad para que un servidor exponga nada al respecto. Solamente esperar que la historia, o los sucesos que se den en ella, os gusten, sean de vuestro agrado o capten su interés.
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Disclaimer: Por supuesto que esta vez pongo uno, aunque por el simple hecho de ponerlo, ya que se me juntan demasiados Mundos.
Los personajes de One Piece pertenecen a Oda-sama-sensei.
El Mundo en el que se mueven es el de "Alice in Wonderland" que pertenece a Lewis Carroll.
La manera de enfocar la historia está basada en la utilizada en "Fushigi no Kuni no Miyuki-chan" (o sea, "Miyuki-chan in Wonderland") de las Clamp-sama-hime.
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Lo que deja claro que no tengo ni idea de hacer nada de nada o, lo que es lo mismo, necesito demasiado de muchos y poco de mi mismo -.-U
Por supuesto que no dejo claro nada sobre el fic, no quiero decir que sucede en el Universo One Piece o si es que se trata de un UA de One Piece. Todo dependerá de la opinión de los lectores y como piensen sobre el desarrollo, y la manera, en que sucede para ver si se trata o no de el mismo lugar.
Aunque, la verdad, ¿importa mucho si es así o no?
Bueno, ya veremos lo que tardará el siguiente capítulo… a no ser que esto lo estés leyendo cuando el fic haya sido completamente subido pues, en ese caso, sólo debes pulsar el botón para el siguiente capítulo. Si no es así y lo estás leyendo en los días, semanas, de haber sido subido pues… gomen por la tardanza para el siguiente capítulo.
GLOSARIO:
Hajimemashite: Encantada de conocerte.
REVIEWS.
REVIEWS.
Me despido hasta el próximo capítulo mientras espero vuestras palabras.
Nos leemos.^^
