Konoha estaba muerta, era así como se encontraba. Sus calles estaban mudas, tristes e inexistentes. ¿Cómo había terminado todo así? La respuesta la sabían todos pero estaban demasiado asustados para decirlo en voz alta. Sakura caminaba para ver a la Hokage esa noche. Como resultado de años de entrenamiento en el arte de la supervivencia, Sakura ocultó sin esfuerzo el sonido de sus sandalias contra la superficie del camino de tierra. Se movió veloz y se limitó a echar una ojeada sobre las calles vacías detrás de ella. No había viento para tirar de su cabello rosa pálido, hasta los hombros, para resaltar la emoción rebosante detrás de sus ojos verde esmeralda. Llegó a un tramo de escaleras en la base de la torre, en el corazón del pueblo, y ella comenzó a escalarlas. Sus piernas se estremecieron en el aire helado y su estómago se apretó con anticipación cuando se dio cuenta de lo cerca que estaba de su destino. Su rencor, creciendo cada día que pasaba; su amor por él, muerto. Su tristeza, muerta. Ella estaba viva pero no se sentía así. Y jamás lo perdonaría. Ella llegó a la cima. Después de dudar, por un momento, desapareció detrás de un par de puertas.

—¿Me llamaste? —dijo Sakura, acercándose a su maestra.

—Sí, lo hice —Levantó su rostro demacrado por todos los días que llevaba sin dormir —. Cierra la puerta y retírense —dijo refiriéndose a los dos ANBUS que acompañaban a la pelirrosa —. Supongo que por la cara que tienes ya sabes lo que ocurrió —dijo Tsunade.

—Hai(*)— la pelirrosa por fin levantó su rostro. Sus ojos, ardientes de rabia —. Sasuke ha tomado Suna — dijo con los dientes apretados.

—Sí, y no tardara en venir hacia nosotros — sus ojos avellana, volviéndose sombríos. Sakura no podía contener su furia más tiempo, ya no era la niña dulce de antes, ya no podía tentarse a ser buena persona en tiempos tan duros. Konoha los necesitaba.

—¡Estaremos listos cuando él llegue! — gritó. Su rabia, manifestada en cada palabra—. ¡Naruto y yo acabaremos con él! Tsunade sonrío de medio lado al ver lo decidida que se mostraba su ex alumna. Sakura la había superado años atrás y ahora, a sus veinte años, estaba lista para defender a su aldea.

—Naruto aún no puede regresar de su viaje con Yamato — dijo la Hokage con tristeza—. Sasuke es demasiado fuerte incluso para ti —admitió en voz baja. Sakura abrió la boca, y luego la cerró. Su maestra tenía razón, no podían ganarle a ese bastardo. Incluso habían escuchado rumores sobre que se había aliado con Uchiha Madara. No tenían posibilidad. Le daba igual; ella pelearía.

—¿De verdad no hay nada que podamos hacer? —su mente trabajando en una y mil posibilidades. —Kakashi y yo hemos estado hablando… —la Hokage quedó interrumpida cuando unos gritos desesperados afuera de la torre fueron escuchados.

—¡HOKAGE-SAMA! ¡ESTÁ AQUÍ!— un ANBU entró por la puerta totalmente alarmado. Sakura ensanchó sus ojos. No podía ser, la villa no estaba evacuada; niños, mujeres y civiles estaban expuestos. Sakura activó su Byakugō no Jutsu. El sello empezó a invadir su frente. El diamante, brillando, lista para la batalla.

—¡NO!- Tsunade gritó a su alumna y antes de que cruzara la puerta, la detuvo con su brazo.

–¡SHISHOU!(Maestra) ¡¿PERO QU…?! — Sakura gritó. Necesitaba salir y enfrentarse al Uchiha; darles tiempo a los civiles de refugiarse.

—¡Sakura, no! — la Hokage le soltó el brazo —. ¡DEMONIOS! ¡¿POR QUÉ AHORA?!- gritó. Tsunade corrió hacia su escritorio sacando pergaminos de este. Ya no había tiempo, el plan tenía que ser ejecutado en ese mismo instante. Sakura miraba a su maestra interrogante. ¡No había tiempo para eso!

—Shishou(Maestra) Tsunade comenzó sus sellos rápidamente.

—¡Sasaukage no jutsu! Una grieta se formó en el suelo donde Tsunade había clavado sus manos, al retirarlos los sellos empezaron a absorberse abriendo el suelo y una luz se iluminó. Voces lejanas se oían en el agujero blanco.

¡Naruto!— una voz demasiado reconocida para la pelirrosa se oyó a lo lejos

—. ¡SASUKEE!

Sakura dejó de respirar al escuchar la siguiente voz.

¡Por favor! Si... te vas... Si te vas… ¡SERÁ LO MISMO QUE ESTAR SOLA! — se escuchaba una pelirrosa mucho más joven. Sakura no podía creer lo lejano que era ese día al de ahora. Ya no sentía nada por él y de todas formas dolía. —A partir de ahora se abre un nuevo camino para nosotros —siguió el pelinegro mucho más joven del que ahora conocía. —¡Yo…! ! YO TE QUIERO TANTO SASUKE! ¡SI TE QUEDAS JUNTO A MI TE JURO QUE NO TE ARREPENTIRAS! Cada día será estupendo…. Seremos realmente felices…Haré cualquier cosa por ti… por eso… ¡POR FAVOR, QUÉDATE!

El pecho de la Sakura adulta se oprimió y un nuevo sentimiento de enojo se esparció en su pecho. Que ingenua y estúpida pudo haber sido en esa época.

—¿Qué significa esto, Tsunade sama? — levantó su mirada hacia su maestra, su rostro sin alguna expresión, como si lo que acababa de escuchar significara nada. Tsunade se detuvo antes de contestar.

—Sakura, has sido mi aprendiz durante muchos años. Tienes recursos valiosos a tu disposición, particularmente tu enfoque y determinación. Tu mente es aguda y tus habilidades han crecido enormemente desde que te tomé bajo mi cuidado. Y lo más importante de todo,... Confío en ti. Sakura la miró fijamente en blanco. Este no era un momento para la adulación. La expresión de Tsunade se endureció. —Eres la candidata perfecta para esta misión. Será una gran apuesta pero tengo una buena sensación al respecto. Sé que tus sentimientos hacia Sasuke no nublarán tu juicio; a comparación de Naruto. Sakura frunció el ceño, estaba sentada en el borde de su asiento y su mente estaba tambaleándose. ¿Qué...?

-Sakura, te estoy asignando la misión de detener esta guerra y salvar el mundo tal como lo conocemos-. La pelirrosa se quedó boquiabierta.

—Tienes que detener a Sasuke— añadió Tsunade con una sonrisa, como si eso de alguna manera tomara el borde de su declaración cargada. Sakura trago grueso. ¿Se refiere a...?

—Regresarás al pasado. Cambia lo que tengas que cambiar y termina al Uchiha cuando sea el momento adecuado. Sakura se levantó su mentón y descubrió que sus palmas estaban húmedas, su respiración se había acelerado. Pero sus ojos verdes tenían rastros de firme desafío. Cualquier cosa que Tsunade estuviera tramando sonaba como completa locura. Pero la determinación de Tsunade tampoco flaqueó. Concentrándose en la creciente ansiedad de Sakura, se acercó al lugar donde se encontraba su apreciada estudiante.

—Necesitamos hacer esto—dijo—. Este jutsu prohibido es nuestra última esperanza— Tsunade puso una mano sobre el hombro de su aprendiz.

—¿De verdad es lo único que podemos hacer?— Sakura preguntó. Su corazón latía con fuerza.

—Escúchame con cuidado ahora, Sakura. Si aceptas esta misión, tu vida nunca será la misma. Y si juegas bien tus cartas el poder de este jutsu te dará la oportunidad de cambiar nuestro destino. Y reescribir el pasado. En ese momento una explosión resonante se escuchó en la aldea. Ambas mujeres corrieron hacia la ventana y vieron a lo lejos, a lo largo de la pared cerca de las puertas de la aldea, una enorme nube de humo y llamas.

—Ya no hay tiempo— siseó Tsunade con rastros de pánico en su voz. Condujo a Sakura hacia el casi cráter en el suelo con voces. Su cuerpo se entumeció con sorpresa y confusión.

—¿Este jutsu me enviará de regreso en el tiempo?-preguntó.

—Sí. Si estás de acuerdo con esta misión— dijo Tsunade por encima del hombro –…Si aceptas, debes renunciar a la vida que conoces ahora; hasta este día, los lazos que hiciste serán destruidos, o reconstruidos,… según decidas— Tsunade continuó—. El destino de nuestro mundo descansará sobre tus hombros— Su rostro se ensombreció—. Y creo que dada la oportunidad de alterar el pasado, tendrás la oportunidad de exterminar la amenaza. Para que todos tengamos la oportunidad de una vida plena— El rostro de Tsunade por fin mostraba un inicio de esperanza en sus ojos.

Sakura se congeló. Él. Sabía exactamente que amenaza Tsunade se refería. Ahora sus pensamientos se estaban nublando. Con su mente llena de rabia. No la defraudaría. Ella abrió la boca pero de inmediato la cerró porque no sabía qué decir.

—Los acontecimientos serán los mismos ya que estaban destinado— continuó la Hokage

—. Sakura, es vital saber que no debes cambiar mucho las cosas, tienes que saber cuándo y cómo intervenir. Fija un objetivo y adhiérete al plan, considera qué aspectos de tu vida pasada podría influir en el presente— Tsunade dijo apresurada. —Sakura Haruno— dijo, su expresión sombría pero severa—. ¿Aceptas esta misión? Con todo el ruido y las explosiones reverberantes, era difícil incluso formar un pensamiento coherente... Fue esa misma comprensión la que empujó a Sakura a responder, mientras que apartaba sus gritos internos de protesta.

—... Acepto, Tsunade-sama. Tendría la oportunidad de cambiar el pasado. ¿Hasta qué punto el jutsu la enviaría de regreso?... Reescribir la historia. No cambiar accidentalmente el pasado y exterminar la amenaza cuando el tiempo sea adecuado. Sakura se lanzó hacia la luz, dispuesta a cumplir su misión