Marinette carraspeó y dio un paso atrás, muy incómoda por la cercanía de ese muchacho hacia su persona ¿El espacio personal donde quedo?
— Eres muy linda —Las mejillas de la aludida estaban rojas por el cumplido— ¿Tienes novio? —Marinette sonrió nerviosa al chico que claramente le estaba coqueteando.
— Tengo un gato —Declaró, obviamente el chico se rió.
— ¿Un gato?
— Es negro.
Marinette dejaba salir palabras, aparentemente sin significado. Diciéndolas así, por lo nerviosa que se encontraba.
— No te preocupes no soy supersticioso —Su mano rodeo sus hombros, Marinette hizo una mueca sin saber cómo apartarlo.
— Es muy posesivo...
— Ah... ¿Sí? —Repuso— No te preocupes, me considero un amante de los animales —Su sonrisa era soberbia— ¡Me adoran!
Ella tragó saliva.
— Dudo que te adore.
— ¿Por qué, no? —Su rostro estaba muy cerca del suyo, poniéndola mas nerviosa ¿Lo golpeaba? ¿O no?
— S-soy... su dueña.
— Y yo seré tu futuro esposo.
Marinette intento no rodear los ojos. Era peor que Chat Noir, no, a su modo el gatito era encantador, por otro lado, este individuo era desagradable.
— Solo me quiere a mí —Espetó mientras veía como los labios del joven se acercaba a los suyos. ¡De acuerdo, le pegaba!
Sin embargo no fue necesario, alguien lo aparto hacia atrás. Agarrándolo del cuello.
— ¿Que estás haciendo? —Su tonó sonaba alegre y esbozaba una sonrisa, pero cualquiera que lo conociera notaria que era falsa y un enojo recorría su ser.
— Estoy intentando conquistarla.
Chat Noir siguió sonriendo.
— ¿Es así? —Articuló— Te puedo dar unos consejos.
— No es necesario, lo tengo todo controlado.
— ¿Lo está? —Su sonrisa ahora ya daba miedo— Porque te aconsejaría que primero...— Levantando el pulgar de la mano que no lo sujetaba. ¡Que te apartes!
Sonrió.
— Segundo, que no la mires —Repuso levantando el índice— Tercero, que no le hables —Añadió agregando el del medio— Cuarto, que no la toques —Sonriendo más grande, levantando el anular— Y quinto... —Ya teniendo su palma levantada— No intentes conquistar a mi novia.
El muchacho estaba boquiabierto mirando a la -al parecer- pareja, claramente desconcertado. ¡Eso no se lo esperaba!
— ¿E-es tu novia?
Chat Noir seguía sonriendo. Esa sonrisa que decía que en minutos si no se iba, lo mataría.
— No es cierto.
El gatito sin vacilar, atrajo a Marinette de la cintura y le plantó un fogoso beso, que ruborizó al muchacho.
— ¿Ahora lo crees? —Liberándola.
El joven estaba pálido: "T-tienes buen gusto"
— Así es, así es.
Al decirlo iba activando el cataclismo. El muchacho tragó saliva mirando la bola negra formándose en su mano.
— Estoy un poco oxidado —Explicó— ¿Te molesta si entreno contigo?
Con solo decir eso, el joven había desaparecido en una corriente de aire.
— Podría haber sido un poco más perseverante —Le comentó a Marinette. Ella negó con la cabeza, como si el minino no tuviera caso. Y no lo tenía.
— Dudo que lo fuera, si lo estás apuntando con el cataclismo.
— Cierto, cierto —Afirmó— ¿Y que fue eso? ¿No le dijiste que tienes novio?
— No estaba seguro de que lo éramos, hasta que se lo dijiste —Su cara sonrojándose por no saberlo.
— Te confesé mi amor, te bese —Dijo— Pensé que había quedado claro.
— No me dijiste que éramos novios... —Su mirada estaba baja, avergonzada— No estaba segura. Necesitaba que me lo digas en palabras.
— ¿Ahora estas segura de que somos novios? —Ella asintió— Y dime... ¿Le dijiste algo sobre mí? ¿Al menos para que sepa que hay "alguien"?
— Le dije que tengo un gato.
— Sutil.
— Y es muy posesivo.
— Me conoces bien —De nuevo, la tomó de la cintura y la atrajo hacia a él, sus labios se iban acercando en cada segundo.
Ella sonrió en medio del beso.
