Love Live no me pertenece, es de sus respectivos dueños.

En un hermoso departamento en el centro de Akibara se encontraban una rubia de descendencia rusa y una pelimorada de Kansai. Eran mejores amigas desde su primer año en la preparatoria, con el tiempo les llego el amor y su relación se hizo más fuerte. Pero ese día era diferente, en ese mismo departamento parecían tener una acalorada discusión. Ambas jóvenes se encontraban en el comedor, después de desayunar se irían a la escuela, aunque su discusión no parecía tener fin.

-¡Ya Elicchi, mi vida no es fácil! –grito molesta la pelimorada, pocas eran las veces en las que se enojaba y ese día estaba más que furiosa.

-¿Qué no lo es? ¡Lo único que haces es ir a la escuela, estar en el consejo estudiantil, entrenar e ir al templo! –bramo la rusa.

-¡Elicchi, mi vida es difícil! Ser la madre de muse no es fácil, unirlas no fue fácil y lo sabes de contado –Nozomi se cruzo de brazos con el ceño fruncido – aparte, tu solo cuidas a Arisa-chan, eso ni es difícil.

-¡Tengo que cuidarla! No puedo dejarla sola con la hermana de Honoka, no le tengo completa confianza a esa niña –entrecerró los ojos- es mi hermana menor, sabes que debo cuidarla.

-¡Pero exageras! Ella es una persona madura, sabrá cuidarse si algo pasa. Y te puedo apostar Elicchi, que ¡nada malo pasara!

-¡Tu que vas a saber! –Vocifero molesta- ¡solo confirmas que mi vida si es difícil!

-Hay algo que tú no entiendes…-negó con la cabeza y suspiro- ¡Ser tu novia también es difícil!

-¿A que te refieres? –se cruzo de brazos y la miro molesta.

-A que no dejas que te agarre la mano, no quieres que te bese en público, ni siguiera quieres que te toque cuando estamos con las demás ¡ser novia de una rusa no es fácil!

-¡Ya hacemos muchas cosas en privado! –exclamo con sus mejillas algo sonrojadas.

-¡Pero eso no basta! ¡Si te pusieras en mi lugar lo entenderías! –Su mirada molestia se transformo en una de travesura- ¿Qué tal si hoy tu eres Nozomi y yo soy Elicchi?

-¿Disculpa? ¿Cómo funcionaria eso, yo soy rubia y tú tienes el cabello morado? Me niego a pintarme el cabello –la miro con cierto escepticismo.

-No, solamente nos cambiaremos de peinados –se levanto con gracia de la silla y se deshizo de su peinado.

-¿Cómo crees que esto funcionara? –arqueo la ceja.

-Si, el día de hoy fingiremos ser la otra, al final del día hablaremos para ver si seguimos pensando igual –le sonrió y se posiciono atrás de ella- yo te ayudare a peinarme y tu a mí, ¿te parece bien?

La rubia suspiro y se dejo peinar- Nozomi, yo tengo el cabello más corto que tú, voy a parecer una niña de primaria.

-No creo que te veas peor que Nicocchi- se rio suavemente y prosiguió en peinarla- este será nuestro experimento social, con el veremos la verdad tras la otra.

-Lo leíste en una revista, ¿verdad? –giro su cabeza levemente para ver la sonrisa de burla de su novia.

-Si~ pero ya no te muevas que si tardo no llegaremos a la escuela~

*o*

Después de peinarse, ambas jóvenes caminaron a la escuela en un silencio incomodo. La alta rubia llevaba el mismo peinado que su acompañante solía usar, dos coletas bajas. La ojiverde llevaba una coleta alta con la misma liga de la rusa.

-Nozomi…digo, Elicchi, esto es extraño –hablo la ojiazul algo cohibida, no es que le molestara el peinado, solo que no le gustaba la idea de fingir alguien que no era.

-No seas melodramática Nozomi, esto es una gran idea –sonrió con un aire de victoria.

-Eso lo entiendo pero…

-¡Eli-chan! –grito una efusiva pelinaranja que no dudo en lanzarse sobre su rubia senpai.

-Hey Honoka, Buenos días –le sonrió con cierta calidez. Pero por sonreírle recibió un codazo por parte de su novia- digo, Honoka-chan.

-¿Eh? –la recién llegada la miro algo confundida- ¿desde cuándo me dices así?

-Este…pues –ahora se comenzaba a avergonzar.

-¿Es algun tipo de plan secreto? –se alejo un poco de la rubia y miro con atencion su peinado y el de su acompañante- ¿Por qué Nozomi-chan trae el peinado de Eli-chan y Eli-chan trae el de Nozomi-chan? –pregunto confundida.

-Ayúdame –pidió la rusa a su novia que solo rio levemente.

-Es que Elicchi, se comporto muy insolente esta mañana y acordamos que ella seria yo, y yo sería ella para demostrase unos puntos –le sonrió maternalmente a la pelinaranja y acaricio su cabeza con ternura.

-Oh, eso no tiene sentido, pero bueno –se encogió de los hombros con una sonrisa- ¿hoy abra entrenamiento?

-No abra entrenamiento hoy, Honoka –hablo la pelimorada con una voz tranquila y serena, tal y como la voz de su novia.

-¡Wow! Nozomi-chan, eso sonó como Eli-chan –sus ojos azules brillaron de la emoción.

-Recuerda que hoy soy Elicchi- volvió acariciar su cabeza con ternura.

-¡Cierto! Eli-chan –vio a la pelimorada- Nozomi-chan –soltó una leve risa al ver el suave sonrojo de la rubia- ¿nos vemos en el receso?

-Claro que si, Honoka –añadió con una sonrisa la ojiverde.

-¡Entonces nos vemos después! –sin más se fue.

En lo que la pelinaranja se fue, la rusa la vio y soltó un profundo suspiro- ¿Cómo es que lo haces ver tan natural? –Volteo a ver a su acompañante que solo se limito a caminar sin ella- ¿Nozomi?

Nozomi giro levemente la cabeza y le sonrió encantadoramente-No soy Nozomi, soy Elicchi –y dejándola sonrojada se fue.

-¿Enserio hago esa sonrisa cuando le hablo? –murmuro con sus mejillas sonrojadas y comenzó a seguirla.

En el salón del consejo estudiantil

-Dios, pensé que no acabarían nunca- entre quejidos de cansancio, la rubia se sentó en su lugar del consejo y apoyo la cabeza en la mesa.

-Pero las clases no fueron tan difíciles- la pelimorada ladeo la cabeza con algo de duda y se sentó al lado de su novia.

-No me refiero a las clases, me refiero a explicar todo sobre el cambio de peinados –se incorporo y suspiro- lo peor fue explicarle a Rin, "pero nya, eso es raro nya, ¡yo quiero a Nozomi-chan de mamá!" –imito con fastidio la voz de la pelinaranja menor.

-No puedes culparla, así es Rin- hablo con toda calma.

-No la culpo, solo fue fastidioso ¿desde cuándo le rascas a Rin por detrás de la oreja? –arqueo la ceja con duda.

-Recuerda que Nozomi no le dice así a Rin –corrigió con una sonrisa de burla.

-Y yo no me burlo así –suspiro algo fastidiada- pero bien, ¿desde cuándo le rascas a Rin-chan por detrás de la oreja? Porque me obligo a hacerlo.

-Desde que nos unimos muse, es algo…nuestro- dijo con simpleza, no le parecía algo malo en realidad.

-¿También es algo suyo que Hanayo-chan las vea con odio?

-Si, es bastante linda cuando se enoja –coloco su mano derecha sobre su mejilla y sonrió ensoñada.

-Lo que no es lindo es aguantar esa mirada- un fuerte escalofrió recorrió su espalda- pensé que se me iba a lanzar encima.

-No lo haría, ella es muy buena- rio suavemente y comenzó a acomodar unos papeles que se encontraban en la mesa- ¿estas lista para admitir que mi vida es más difícil que la tuya?

-¡Ja! Claro que no, aun te falta experimentar lo que tiene que pasar Ayase "Elicchi" en el consejo estudiantil –se levanto de su asiento y abrió las ventanas.

-Yo hago el mismo trabajo que tú en el consejo estudiantil- hablo con la cabeza ladeada- no veo que hagas algo diferente.

-Es lo que tú crees, pero tú no has ido a la junta con la directora ni tenido que lidiar con el club de artes mixtas o el club de arquería, puede que Umi esté a cargo de ese club, pero es difícil cuando esas chicas van a una regional –le sonrió con soberbia y se encamino hacia la salida.

-¿Adonde crees que vas? –la pelimorada le pregunto con intriga.

-Voy a hacer lo mismo que Toujo Nozomi en los descansos, iré a molestar a nuestras "hijas" –rio con burla y después se fue del salón.

-Elicchi exagera, no puede ser tan difícil, ¿verdad?

Fácil fue todo lo contrario a lo que pensó Nozomi, después de firmar y sellar unos papeles de autorización tuvo que ir a hablar con la líder de artes mixtas que parecía sumamente molesta. La causa de su malestar era que no les habían mandado las nuevas colchonetas para su entrenamiento, la "presidenta" tuvo que arreglar el problema ante esa firme mirada y sus puños de acero que la ponían nerviosa. Después vino una junta como la directora que se alargo bastante, la mujer no dejaba de replantear lo importante de que sus estudiantes vivieran su vida escolar de la mejor manera que pudieran sin preocupaciones o algo así, después de hacer jurar a Nozomi que procuraría el bienestar de la escuela la dejo ir. Para su fortuna no tuvo que lidiar con el club de arquería, estaban tan ocupadas en su entrenamiento para la regional que no pudieron hablar con la "presidenta", pero aun así no se salvo del club de cocina, que solicitaba algo sumamente estúpido, solicitaron Melón Yubarí que es sumamente jugoso y de medidas perfectas, pero también es casi rimo. Claramente negó la obtención de dicho ingrediente, así que después de mucho dialecto y unas cortesías de parte de la dulcería de los padres de Honoka, aceptaron usar Melón Honeydew.

La cansada sacerdotisa, después de su jornada laboral, decidió descansar en el consejo estudiantil, donde para su fortuna no se encontraba aun su rubia novia para burlarse de ella.

-No vuelvo a irme del consejo sin ayudarle a Elicchi, la pobre queda muerta cada vez que me voy –suspiro cansada y recargo su espalda en el respaldo de su silla.

-Elicchi~, ¿Cómo te fue? –entro la rusa con un tono de burla.

-Ya sabes como me fue, ¿Por qué preguntas? –no la miro, solo se quedo mirando al techo mientras intentaba relajar su cuerpo.

-Pero que grosera estas hoy, ¿fuiste con el club de arquería? –inquirió con una sonrisa de burla mientras se acercaba a su novia.

-No, no me necesitaban, fui al club de cocina…-soltó cansada.

-No debiste ir sola, se ponen imposibles cuando no pueden conseguir sus ingredientes- se posiciono atrás de la pelimorada y le sonrió desde arriba- ¿Qué pidieron esta vez? ¿Caviar almas? ¿Hongos Matsutake? ¿Queso de leche de Alce?

-Nada de eso, pidieron un tipo de melón carísimo –le sonrió cansada y la rubia le acaricio con suavidad la mejilla- ¿vas sola o quien te acompaña?

-¿Con el club de cocina? Suelo ir con Kotori cuando no entra a clases o con Hanayo, su ternura ablanda el corazón de esas fieras malvadas –se rio con suavidad y beso con afecto al frente de su acompañante -¿te duele algo?

-Me duele el orgullo, ¿Quién diría que las de cocina dan más miedo que las de artes mixtos?

-Y eso que no visitaste a las chicas de la banda de guerra, se toman muy apecho eso de la "guerra"

-Me alegra no haberlo hecho –soltó otro suspiro cansado- ¿Qué hiciste tu? –se incorporo y su acompañante se sentó al lado suyo.

-Nada en especial, fui a ver a las chicas, Nico dijo que como yo soy tu debía molestarme como lo hace contigo. Me dijo senos de vaca, monstruo pechugón y esas cosas –la rusa vio como la sacerdotisa se le formaba un leve tic en el ojo- ¿estas bien?

-Si, estoy bien, solo deja que vea a esa Nicocchi y me encargare de hacerla sufrir –su tono de voz era confuso, era tierno pero a la vez aterrador.

-No te enojes Nozomi, ya me encargue de ella –rio suavemente al ver la cara de confusión de su novia- ni lo pienses, no le hice tu famoso "washi-washi"

-¿Entonces que le hiciste?

-Solo le hable a Rin, ella se encargo de perseguir a Nico mientras gritaba "¡No molestes a mi Non-chan Mamá! –Soltó una carcajada al recordar aquel acontecimiento- quien diría que tiene sus beneficios ser la "madre" de muse.

-Al menos te divertiste…

-¿Has comprobado que ser Ayase Eli no es algo fácil? –la miro con una sonrisa de victoria al percibir la contestación.

-No, esto no es nada a lo que Toujo Nozomi tiene que sufrir diario –le sonrió con cierta picardía que le dio mala espina a la rusa- ¿sabes lo bueno de ser Ayase Elicchi?

-¿Q-que? –pregunto algo asustada por esa sonrisa.

-Que puedo hacer esto –la tomo de la mano y después la jalo logrando Eli quedara sentada arriba de ella- Toujo Nozomi suele ser la "domada"

-No me hagas esto, sabes que no me gusta esta posición –pidió de la mejor manera que pudo. En verdad no le gustaba ser la "domada" de la relación, siempre que pelimorada novia lo intentaba le recalcaba en la cara y le decía que solo Nozomi se veía linda siendo eso.

-No tienes opción, hoy soy la sexy rusa y tu eres mi "hermosa domada" –antes de que Eli pudiera replicar, Nozomi ya la estaba besando apasionadamente. No todos los días podía tener a una endemoniadamente hermosa rusa en sus piernas, era mejor aprovechar a dejarlo pasar.

Aunque la tomo por sorpresa, la ojiazul termino por regresar esos apasionados besos a su amada, que estaba que desbordaba de felicidad. Nozomi se aferro a la cintura de la rubia y sus besos no cesaron hasta que sus cuerpos reclamaron oxigeno, solo así se separaron, fue más por obligación que por placer.

-¿Ves? No fue tan difícil –agrego sonrojada la sacerdotisa que no dejaba de jadear por su falta de aire.

-Ya, ya veo –le costaba hablar a la rusa, pero logro esbozar una sincera- ¿sabes que haría mejor este día?

-¿Qué vaya a cerrar la puerta con seguro y que te quite la ropa ahora mismo? –sonrió con cierta picardía.

-Suena tentador, pero no –se levanto del regazo de la pelimorada y le sonrió divertida- que hoy salgamos y como tú eres yo, entonces tu pagaras TODOS mis caprichos –antes la mirada de miedo de la pelimorada ella se fue victoriosa.

En el transcurso de fin de clases Nozomi no se dejaba de preguntar ¿tan malo era pagar los caprichos de su novia? Para ser sincera consigo misma, todo lo que ella pedía en sus citas era pagado por su rubia novia, hasta el mas mínimo detalle era pagado por ella, ¿Qué tanto podía pedir una rusa que no carecía de nada? Tampoco es que la pelimorada le pidiera mucho en sus citas, eran cosas sencillas a su punto de vista.

Pensó y pensó hasta que llego a la conclusión que fuera lo que fuera lo afrontaría con la frente en alto. Sin contar que también tenía una estrategia para vengarse de Eli.

-¿Te parece si me adelanto para cambiarme de ropa? –la voz serena de su novia la hizo salir de sus planes de venganza.

Nozomi al salir de sus cavilaciones le sonrió con traversa- ¿Qué te vas a poner de ropa?

-Pensaba en unos jeans y una camisa color…

-Nop, recuerda que eres yo –se levanto de su asiento con esa sonrisa de travesura- ¿te acuerdas que te compre un lindo vestido celeste? –La rubia asintió- quiero que lo uses hoy, recuerda que Toujo Nozomi no usa pantalones para salir con su novia –fue saliendo del salón tal y como ella había abandonado el consejo estudiantil.

Los ojos de Eli nunca estuvieron más abiertos que en ese día, no es que le molestara por completo usar alguna falda o vestido, es solo que prefería usar unos cómodos pantalones. Ya lo presentía, esa era la venganza de su novia, hacerla usar un vestido era lo que estaba planeado, pero no se quedaría así, ella probaría su punto de alguna manera. Ser Ayase Eli es todo menos ser fácil.

En el departamento de Nozomi.

-Que bueno que guarde estos pantalones de Elicchi en mi vestidor –giro feliz con el par de pantalones- el punto es parecerse a Elicchi, ¿Qué mejor que usar sus pantalones en nuestra cita? –sonrió y se comenzó a poner esos pantalones azules, pues era la unica prenda que le faltaba para estar completamente vestida. Los pantalones eran de Eli, eso estaba claro, pero aunque la camisa blanca con estampados fuera suya, aun así se sentía como si viera a su amada rubia.

Cuando acabo de vestirse se dio una vista en el espejo y se ruborizo levemente, no era ella a quien veía en el espejo, era a su amada rubia que siempre estaba con ella. Es cierto, lo de cambiar de lugar lo saco completamente de una revista que solía llevar Nico a la escuela, pero fue la unica opción que se le ocurrió para que su novia se diera cuenta de que su vida no era fácil. También decía la revista que así crearían un mejor lazo y su relación seria más estable.

Soltó un leve suspiro y vio su reloj de pared. La rubia llevaba una hora de retraso… ¿Qué le había pasado?

Entonces fue cuando recordó de que ella era la rubia en ese preciso momento. Abrió los ojos asustada, tomo su bolso y salió corriendo de su apartamento a toda velocidad -¡Elicchi me va a matar! –Debía llegar al apartamento de Eli si quería prevenir su muerte -¡pantalones de Elicchi no me fallen ahora!

Corrió y corrió hasta que en la entrada del edificio departamental vio una rubia cabellera, se detuvo cansada y tomo aire pues había corrido mucho.

-Nozomi, ¿Por qué llegaste tarde? –pregunto la rubia que veía a la recién llegada con algo de molestia fingida.

-Lo siento, pero se me hizo algo tarde, se me olvidaba que tu…-lo logro terminar de hablar porque al levantar la mirada se encontró con un ángel.

La rubia cabellera que esa mañana llevaba amarrada con dos coletas ahora estaba sujeta con una trenza como ella la solía usar al salir con su novia. Ese vestido celeste daba mucho a la imaginación, corte en V, el área de la falda se encontraba suelta resaltando así sus perfectas rodillas y sus torneadas piernas que eran el puente hacia sus pies que portaban unas zapatillas blancas.

-Te ves, hermosa –le dijo con una tímida sonrisa que pocas veces solía dar.

-Gracias, tu también te ves bien –le correspondió aquella tímida sonrisa- veo que tú fuiste la que te quedaste con mis pantalones.

-Bueno, tengo que meterme en mi papel –hablo un poco más relajada y se posiciono al lado de su pareja- ¿lista para irnos?

-Estoy lista desde hace una hora –añadió con un leve suspiro- pero no importa, vámonos antes de que se nos haga tarde.

-Me parece bien, Nozomi –hablo con cierta delicadeza en la voz y comenzó a caminar con su pareja.

La sacerdotisa de muse no poseía tanto dinero como lo tenía su novia, pero había un lugar donde la podía llevar sin necesidad de pagar tanto.

El parque, un hermoso lugar con grandes árboles, niños jugando e incluso había parejas en ese mismo lugar.

Así que, para demostrarle que era difícil ser Toujo Nozomi, la consintió de manera exagerada como ella a veces lo solía hacer.

Le compro un helado de chocolate extra grande, le limpio la banca con un pañuelo que traía en el pantalón, cuando nadie las estaba viendo le robo un beso en los labios, la obligo a pasar por donde nadie la pudiera ver con la excusa que nadie podía verla así de hermosa y etc.

-¿Por qué tienes que ser tan exagerada? –hablo algo cansada, por fin después de buscar se habían sentado en una banca en el parque donde no había gente transcurriendo.

-Porque así es Ayase Elicchi –le guiño el ojo con cierto encanto.

-Yo no soy así –hizo un puchero y le saco la lengua.

-Que yo recuerde, yo tampoco hago eso –rio por debajo- al menos soy mejor actuando siendo tu que tu de mi.

-¿Eso crees? No es nada difícil ser tú, solo debo molestar a Nico, hablar con las chicas y crear problemas innecesarios en el grupo- contesto con una sonrisa burlona.

-¿Yo creo problemas? –La miro un tanto molesta- yo no los creo, intento ayudarlas.

-Nozomi, debes admitir que a veces eres poco ¿ortodoxas es la palabra? Eso de hacer que Kotori se pusiera celosa de mi para que se le confesara a Umi no fue nada divertido –pronuncio con cierto nerviosismo al recordar como la inocente Minami Kotori la había acorralado contra la pared y la había cuestionado de su relación con Umi.

-¿Insinúas que lo hago con dolo? –se levanto ahora si molesta.

-Nozomi, no lo dije con esa…

-¿No lo dijiste con esa intención? Vaya que novedad- se rio con ironía.

-Por favor no te enojes –ella también se levanto e intento calmarla. Eran pocas las veces que la veía así de molesta. Pero no era como su molestia de la mañana, era dolorosa esa mirada con ojos lagrimosos.

-¿Alguna vez pensaste el porqué hice esto? –la miro con severidad y ella negó- lo hice porque quiero que nos veamos mas como individuos y no solo como "la pareja perfecta", tu vida y la mía es difícil en varios aspectos, pero tu empezaste a decir que tu día a día era mil veces más difícil que el mío, ¿crees que mi vida es fácil? –Su mirada de molestia se transformo en una de tristeza- no lo es, tu más que nadie debería entender por lo que paso cada día, las inseguridades, el miedo de un día irme y que me olviden…

-Nozomi, lo lamento, yo…-intento tomarla de los hombros pero la pelimorada se dio la vuelta y comenzó a correr- ¡Nozomi! –corrió para intentar alcanzarla, pero no lo logro por sus malditas zapatillas y el vestido que no dejaba de interponerse en su andar.

Al final no logro alcanzarla, decepcionada y triste se sentó en una banca. Comenzó a pensar con detenimiento el porqué de sus acciones, ella más que nadie entendía a su novia, había sido su soporte cuando Nozomi lloro porque sus padres no la habían llamado por su cumpleaños número dieciséis. Lo que comenzó como un tonto juego había terminado por un espiral de confusión.

-Si que soy tonta –rio secamente- era tan obvio lo que Nozomi pretendía con ese "experimento"… ¿Cómo puedo ser tan idiota?

-Yo pienso que eres más linda que tonta –hablo una gruesa voz masculina.

Eli lo vio y de inmediato supo que no tenía buenas intenciones con ella. No era su cabello negro desarreglado o sus ropas arrugadas, era esa sonrisa y esos ojos que cargaban deseo puro.

-¿Te parece si me acompañas a un bar y platicamos sobre tu inútil novio? –dijo con fingida sinceridad.

-No, no pienso ir a ningún lugar contigo –hablo seriamente y se levanto de su asiento con la disposición de irse.

Para su desgracia el joven la tomo del brazo- oh vamos, ¿tan malo es querer salir con un extraño? Los extraños somos buenos ayudantes en el amor.

-Suéltame o comienzo a gritar –amenazo e intento liberarse del agarre pero como era de esperarse. El era más fuerte y no la soltaría.

-Anda, yo te guio al bar –sonrió con fingida inocencia y comenzó a tirar de la rubia.

-¡Suéltame! ¡Ayuda! –grito para pedir auxilio, pero no había nadie cerca de su posición.

Siguió tirando para liberarse, pero él era más fuerte, poco a poco perdía las esperanzas de que alguien la pudiera ayudar.

-¡Nozomi! –esa voz, era la voz de la persona más importante de su vida.

La rubia giro y vio como de un rápido movimiento la pelimorada aparto la mano del chico y la abrazo con posesión.

-Llegue tarde, lo lamento –le sonrió para transmitirle calma a su asustada novia.

El joven pelinegro las vio y se quedo perplejo- ¿no me digan que ustedes son…?

-Si, ella es mi novia –le sonrió con soberbia y beso los labios de la rusa posesivamente.

-Si no tienen novio se vuelven lesbianas, el mundo me odia o se acabara con gente así –hablo asqueado y se fue corriendo del lugar.

Cuando ya no sintió la presencia del chico se alejo un poco de los labios de Eli- Vaya chico, no me imaginaba que fuera algun tipo de homofóbico o algo así. Es un alivio, pensé que tendríamos que correr o llamar a Umi-chan para que nos defendiera –se rio suavemente y vio la cara de desconcierto la chica que tenía en sus brazos- ¿Qué tienes? ¿Te hizo algo?

-No, no me hizo nada es solo…-le sonrió suavemente- gracias por regresar, no sé que hubiera hecho sin ti…

-Le hubieras dicho que te gustan las mujeres y ya –dejo de abrazarla mientras le seguía sonriendo.

-No creo que eso hubiera funcionado…

-No perdías nada en intentarlo, el tipo resulto ser un homofóbico- soltó una leve risa- creo que tenemos mucha suerte.

-¿Por qué volviste? –Inquirió-Te fuiste muy molesta…

-Sentí que algo malo te estaba pasando, por eso volví- rodeo con su brazo la cintura de la rubia- puede que se vea algo extraño por las estaturas que tenemos, pero así es como tú me transmites paz –añadió con una voz calmada.

-Es bastante cómodo –confeso con un tenue sonrojo en sus mejillas.

-¿Verdad que si? Cuando me abrazas así, no siento que más mis preocupaciones, es como si…

-¿Cómo si estuviéramos en una burbuja? –Termino Eli con sonrisa relajada- ahora entiendo el porqué no te gusta soltarme.

-Por eso y muchas cosas más querida –la ojiverde volvió a reír suavemente- ¿Nos vamos?

La rubia solo asintió con una alegre sonrisa y comenzaron a caminar al departamento de la pelimorada. El transcurso fue en completo silencio, pero no era incomodo, era esos silencios cómodos que solían tener. Ese silencio les dio el tiempo para pensar en sus acciones y en su próxima estrategia.

Cuando por fin llegaron al departamento ambas se acostaron en la cama sin pensar siquiera en cambiarse de ropa. Solo se acostaron y se miraron detenidamente.

-Gracias, no sé que hubiera hecho sin ti –la rusa rompió el silencio- si no hubieras llegado…

Nozomi coloco su dedo contra los labios de su amada para callarla-Todo por mi linda e inteligente Elicchi~

-¿No que yo era tu? –pregunto con una leve sonrisa en los labios. Había extrañado toda la mañana escuchar esas palabras de su novia.

-Creo que cada una aprendió la lección –le sonrió tiernamente y se recargo en el pecho de la rusa- ahora quiero dormir en los fuertes brazos de mi amada Elicchi –su voz, aunque sonaba como la de una niña caprichosa, fue como la medicina del cansado cuerpo de Eli.

-Entonces duerme, que mi deber será cuidar tus sueños, mi amada Nozomi –le acaricio con suavidad su espalda para lograr dormirla.

-Y el mío será cuidar de tu pura alma, mi Elicchi…

Poco a poco el sueño la fue venciendo y la rubia no tardo en caer en los de Morfeo.

Ambas habían aprendido la lección, no es que una tuviera la vida más fácil que la otra, solamente que esas vidas se complementaban tal cual eran. No había necesitad de cambios ni de una prueba para que su relación fuera mejor, ellas tenían una relación perfecta. No por algo eran "el matrimonio de muse".

Bien, por fin pude subir este one-shot que había pedido alguien hace tiempo. Una disculpa porque no me acuerdo quien, no encuentro el nombre, así que, ¡lo lamento! Buscare el nombre y lo pondré en cuanto lo encuentre.

Este pequeño one-shot lo tenía escrito desde hace un buen rato, solo que no lo encontraba en el desorden que tengo de laptop xD.

Pero bien, espero que lo disfruten así como yo lo hice al escribirlo n_n

Ya saben: dudas, críticas o alguna cosa por favor no duden en comentarlo. Sus reviews alimentan la creatividad de cualquier escritor, así que regalen aunque sea un review a cada historia que lean en sus hermosas vidas.

Nos vemos en la siguiente actualización~ n_n