Ninguno de los personajes me pertenecen, todos ellos son creación y propiedad de Sunrise.
Su pelo castaño contrastaba contra la madera algo más oscura del instrumento. Fue en lo primero que se fijó. No podía observarla con claridad en medio del humo, pero las notas fluían suaves de sus dedos y la canción era poesía pura en sus labios. Había sido una sorpresa encontrarla, en una ciudad que no conocía, en un bar que no conocía. Simplemente de paso dando vueltas por donde las corazonadas la llevaban. Aspiró suavemente el humo de su cigarrillo, paladeando con cuidado el tabaco que se extendía suave por la lengua adormecida en alcohol. Pensó en cómo fumaría ella, siempre lo pensaba, le gustaba imaginarse a los demás en esos pequeños detalles que decían con mayor exactitud que sus propias palabras cómo eran. Cerró los ojos, el humo aún dándole vueltas entre los labios escapándose suavemente. Una boquilla. Seguramente ella usaría una boquilla estilizada. Dejó caer la cabeza sobre su palma, apoyada en su mano podía verla con más tranquilidad, la propia columna de humo que levantaba no empantanaba su visión. El centro de su atención era aquella poderosa mujer en el escenario.
Seasons came and changed the time
When I grew up, I called him mine
He would always laugh and say
"Remember when we used to play?"
Tuvo la certeza de que todo lo que esa mujer cantaba suavemente lo había pasado. Era como una carretera conocida, recorrida una y otra vez, pero no por ello aún descubierta del todo. Era como recorrer ese mismo camino minado por la lluvia inclemente. Sí, esa mujer conocía lo que cantaba, lo encarnaba en cada sílaba. Se removió algo incómoda, era poco creíble que alguien hubiera llegado a despreciar a un prospecto como ella.
Now he's gone, I don't know why
And till this day, sometimes I cry
He didn't even say goodbye
He didn't take the time to lie.
Terminó de golpe su vaso, conocía la música, sabía que se acercaba su final, no dejaría que ella desapareciera tan repentinamente como entró. Estaba curiosa, muy curiosa. Quería saber más de ella, quería conocerla más allá. Se sorprendió deseándola completa, no sólo como un cuerpo caliente con el cual gastar la noche, sino una persona por descubrir. Una pequeña, o tal vez enorme, aventura que podría retenerla por más tiempo en esa ciudad de paso.
Bang bang, he shot me down
Bang bang, I hit the ground
Bang bang, that awful sound
Bang bang, my baby shot me down...
La música terminó, y con ella la presentación de la dama escarlata. Se retiró con una inclinación en agradecimiento ante los aplausos. La mujer morena se levantó de un salto, depositando precipitadamente el pago de su bebida en la mesa. Siguió el recorrido de la cantante por el escenario y trazó una ruta imaginaria cuando los muros la ocultaron. Un par de empujones, una escabullida rápida y ya estaba frente a la puerta que daba al pequeño e improvisado camerino. Sonrió, aún con el cigarrillo en los labios a medio consumir. Abrió la puerta y la encontró, mirando su silueta esbelta en el espejo. Apreció por un momento su cintura fuerte, no delgada ni quebradiza, sino recubierta por una capa de músculos apenas visibles, un abdomen acostumbrado a la vida ajustada. La castaña se volvió hacia ella inmediatamente, cortando todas sus meditaciones en torno a su figura. Levantó una ceja, luego la otra. La pregunta era clara "¿Hay alguna razón por la cual no deba sacarte a patadas?". Siguiendo un impulso sacó su cajetilla de cigarros para ofrecerle uno. La mujer conservó su rictus serio y sorprendido por unos segundos antes de sonreír levemente.
-Soy una cantante, ¿recuerdas?, se supone que debo cuidar mis cuerdas vocales- Acotó, mientras terminaba de colocarse una camisa rayada y le indicaba con los ojos que cerrara la puerta abierta a miradas indiscretas.
-Fumas más que yo en una semana cada vez que te subes a ese escenario- Respondió, ahora enarcando una ceja ella y señalando con el pulgar hacia atrás. La castaña sonrió divertida antes de sacar uno. Los ojos verdes siguieron atentos la acción delicada de cada dedo extrayendo el pequeño cilindro de la caja, mientras la otra mano rebuscaba en un bolso que estaba a su lado. La boquilla dorada centelleó a las luces falsas y débiles del camerino. No reprimió su sonrisa, había adivinado después de todo.
-Ara ara, supongo que es inevitable. Entonces, ¿A quién debo las gracias?- La boquilla sostenía el cigarrillo aún apagado, su boca se distendía en un gesto relajado, pero sus ojos la escrutaban minuciosamente.
-Kruger, Natsuki Kruger- Contestó, apagando la colilla ya consumida. -¿El tuyo?- Inquirió, alargando el encendedor para prender su invitación.
-Viola, Shizuru Viola- Aspiró la primera bocanada, encendiendo definitivamente el tabaco. –Gracias, Natsuki Kruger, pero, ¿A qué debo tu… inesperada aparición?- Recalcó las últimas palabras, enfatizando su pregunta para conseguir una buena respuesta.
-Está iniciando el invierno, no puedes correr por la carretera empapada con una moto…- Shizuru enarcó ambas cejas, exigiendo silenciosamente una explicación más coherente, mucho más coherente. Natsuki sonrió. Estaba segura que le habían disparado y la habían dañado, pero también estaba segura que el idiota que lo hizo cayó con más heridas que la mujer frente a ella. Su instinto, nuevamente, la había guiado no hacia una presa, sino hacia una compañera. –Digamos que creo que pasaré aquí una temporada y me gustaría que alguien me guiara en un par de cosas…- Extendió uno de sus brazos hacia atrás, en una invitación muda para que la acompañase. Shizuru sonrió, sus sentidos le decían que ella era confiable y, aún de no serlo, podía cuidar de sí perfectamente.
-Si me invitas a un té podría enseñarte un par de cosas que tal vez podrían interesarte- Pasó delante de ella, invitándola con el humo que esparcía a su paso. Natsuki siguió su suave cabello castaño. No podía imaginar quién la había dañado, tampoco podía concebir cómo lo había hecho. De un momento a otro estaba llena de interrogantes, y todo por seguir una corazonada, una loca corazonada. Sacando las llaves de su motocicleta la siguió fuera del local. Eso por ahora no importaba, lo pensaría más adelante, cuando decidiera si la carretera seguiría alargando su camino o si su vehículo descasaría por unos meses del interminable viajar.
NdA: Honestamente, no sé si esto era un One-shot o un prospecto de historia, lo encontré entre algunas cosas cuando limpiaba el pc, me gustó así que terminé el capítulo... creo que podría hacer una mini serie con él, pero la verdad por ahora no estoy segura. Lo dejaré en espera... La canción es You Shot me Down de Nancy Sinatra. Amo a Tarantino, amo Kill Bill, supongo que de ahí nació esta idea. Por ahora creo que es todo... saludos y gracias por leer. Hasta la siguiente entrega.
