Disclaimer: Candy Candy y sus personajes pertenecen a Mizuki e Igarashi, no así el poema que leerán a continuación, ese es de mi total autoría.


Por: Maride White,

Mi ángel pecoso.


En esta tarde hermosa,
Tengo a mi lado a la chica más preciosa;
se distingue por su encanto

Y destaca con su belleza entre todas las rosas.
Las últimas, se encuentran celosas
Porque mi amada sonríe esplendorosa,

Ajena a toda cosa.


Tan dulce y hermosa,

Opaca la intensidad de las olas.

Su boca, tentadora (deseo probarla

Sin demora), entreabierta

Es una clara señal, de que ansía lo mismo;

Que navegue en su cavidad

Hasta que el aire llegue a escasear

Y ninguno pueda más.


Me acaricia y me arrulla,

Me conciente a más no poder.

Soy el hombre más dichoso

Al tener, a mi lado, esta mujer.


La que aún sin conocerme, a mí se acercó

Sin prejuicios ni dobles intenciones,

Tan sólo con el deseo de aliviar mis dolores.


Tal vez fui descortés y no la trate muy bien,
no quise herirla, era mi forma de ser:

Reservado, callado y solitario

Y ella llegó como un tornado,

En el momento más inesperado,

Pero, sin lugar a dudas, no hubiera salido mejor

En caso de ser planeado.


Las grandes cosas de la vida,

Llegan como la brisa…

No sabes de dónde viene

Pero sientes que tu piel acaricia.


Ella llegó de repente y no me fue indiferente.

La alegría que poseía llenó de color mis días;

Hasta el punto de que, para respirar,

Necesitaba de su compañía.


Me trató como nadie, me abrió su corazón,

Sin pretensiones… sólo con un puro amor.


Hoy me arrepiento, mil veces, por aquella decisión.

Si bien, no fue culpa de nadie pudimos haber

Encontrado, juntos, alguna otra solución.


Pero… Todo pasa por algo, ¿no?

Hoy, esos días de amargura y dolor

Han quedado siendo desecho,

Vertido en algún zafacón.

...

Me siento la mujer más feliz
Al tenerte junto a mí,
Provocas que mi corazón,
Del pecho, se quiera salir.


Abrazados como estamos,

Digamos adiós al pasado

Es hora de tomar,

El futuro en nuestras manos.


Es momento de cuidar

El nido que hemos formado,

Y disfrutar a nuestros hijos

Que son el mayor regalo.


Bendito el momento en que te conocí,

Bendita la hora en que llegaste a mí,

Mi ángel, mi sol, la inspiración de mi corazón.

Mi paz, mi ilusión, por siempre:

¡Mi gran amor!


Gracias por tomarse un momento y leer mis locuras, por soñar conmigo de la forma en que sólo Candy y Terry pueden motivar e inspirar. ¡Feliz tarde!