- Repíteme el plan desde el principio- gruñó uno de los mercenarios de barba morena afilando su espada. Tysha suspiró y se cruzó de brazos. Estaba harta de repasar el plan, llevaban hablando del tema durante semanas.
- Iremos por el camino del sur, en dirección al molino- respondió con voz cansada- vosotros dos fingiréis violarme y en alguna parte del camino nos encontraremos a Jaime Lannister y su hermano Tyrion. Jaime irá tras vosotros haciéndoos huir y yo me quedaré con Tyrion. Iremos a una posada, charlaremos un rato y...- hizo una pausa y bajó la vista algo avergonzada. Podía fingir una violación, podía hablar durante el rato que hiciera falta con un enano. Pero lo que estaba a punto de hacer...
- ¿Y?- presionó el otro mercenario de ojos azules acercándose a ella. Tysha suspiró de nuevo y alzó la vista hacia los dos hombres.
- Y entonces follaremos- respondió molesta. No le gustaba aquel plan. Tywin Lannister podría entregarles todo el oro de Roca Casterly si quería pero Tysha no se sentía bien engañando así a su hijo. Si lord Tywin quería adentrar a Tyrion en el mundo de las mujeres y lo que hay debajo de sus faldas podría haberle llevado a cualquier burdel de Desembarco del Rey. En cambio aquello...
- Muy bien, chica- el mercenario de la barba morena envainó su espada, se acercó a la joven y la sujetó la barbilla con una mano para inspeccionarla la cara con una sonrisa satisfactoria en los labios- Además de lista eres guapa, al gnomo le vas a encantar- Tysha desvió la vista y dió un paso atrás liberándose de la mano de aquel mercenario- ¿Qué te pasa, encanto? ¿Acaso no estás contenta?- ahora era el mercenario de los ojos azules el que la miraba sonriente- ¿No eres consciente de la suerte que tienes? ¡Te va a desvirgar nada menos que un Lannister! La mitad de las putas se morirían por empezar su trabajo como vas a empezarlo tú- eso es lo que Tysha era, una puta. Pero hasta las putas tienen buen corazón- Claro que si lo que ocurre es que tienes miedo a ser desflorada, puedo ayudarte yo- el mercenario de la barba morena se acercó más a ella y la tocó los pechos con las dos manos- Podríamos pasar un buen rato- susurró. Tysha le asesto un puñetazo sin pensárselo dos veces haciendo que el hombre se tambaleara hacia atrás. El hombre de los ojos azules se echó a reír- ¿Qué te parece? Además de guapa, doncella y lista eres peleona. Tesoros como tú se encuentran sólo en uno de cada cien burdeles del mundo. Y ahora será mejor que nos pongamos en marcha antes de que mi compañero decida violarte de verdad- los tres comenzaron a andar, Tysha delante y los otros hombres detrás. La joven sentía las miradas de los mercenarios clavadas en ella, desnudándola con la mirada. Estaba a punto de llorar. Pero las putas no lloran, ni sienten, ni piensan. Las putas sólo obedecen y dan falso amor a cambio de dinero, nada más. Unos metros más allá les pareció distinguir las voces del gnomo y su hermano charlando alegremente.
- Vale, ven aquí que te preparemos para tu caballero- los dos mercenarios comenzaron a romper el sencillo vestido de Tysha hasta dejarlo casi destrozado, suficientemente entero como para taparla pero suficientemente roto como para dejar entrever su figura- Muy bien- ambos hombres la miraron de arriba abajo evaluando su estado- Revuélvete el pelo- Tysha pasó sus dedos por su melena dorada y comenzó a enredarlos en ella hasta dejar su hermosa cabellera rubia convertida en una maraña- Perfecto. Ahora llora un poco, que se note que has sufrido- eso no le llevó mucho tiempo. Tan sólo con pensar en lo que estaba a punto de hacer las lágrimas descendieron rápidamente por sus mejillas- Maravilloso, das verdadera lástima- las voces de los dos hermanos eran cada vez más fuertes de modo que uno de los mercenarios se colocó detrás de ella poniéndole un cuchillo en el cuello y el otro la agarró con fuerza de la cintura. Sabía que todo estaba preparado pero aún así Tysha sintió miedo- Grita- susurró el mercenario a su espalda presionando la hoja del cuchillo contra su cuello- y lucha- Tysha no dudó ni un segundo en hacer lo que se la pedía. Comenzó a chillar tan alto como le permitieron sus pulmones y forcejeó intentando librarse de los mercenarios mientras éstos trataban de quitarle los restos de su vestido. El sonido de la conversación entre los dos hermanos cesó de repente y dio paso al sonido de unas pisadas al correr y otras algo más lentas pero igual de apresuradas. Jaime Lannister apareció ante ellos vestido con su armadura, tan hermoso que Tysha olvidó por un momento su papel. Se limitó a llorar mientras Jaime lanzaba estocadas con su espada a los dos mercenarios, amenazándoles con mandarles a los siete infiernos si no la soltaban. El mercenario de la barba morena desenvainó su espada y comenzó a luchar contra Jaime. El que estaba detrás de Tysha la empujó al suelo y echó a correr hacia el bosque. Tysha cayó al suelo raspándose las piernas y los brazos.
- ¿Estás bien?- dijo una voz notablemente preocupada. La joven alzó la vista y se encontró cara a cara con los dispares ojos de Tyrion Lannister. "Es más feo de lo que me han contado" pensó Tysha asintiendo lentamente. Aquel al que llamaban el gnomo era un hombre grotesco, con la cabeza el doble de grande que el cuerpo y los ojos dispares, uno verde y otro negro. Sólo el cabello dorado demostraba que era un Lannister- No te preocupes, estás a salvo- Tyrion ayudó a Tysha a ponerse en pie y ésta le abrazó con fuerza. El gnomo apenas le llegaba a Tysha a la altura del pecho de modo que la devolvió el abrazo lo mejor que pudo sin poder evitar sonrojarse. Sin contar a sus criadas, nunca había tenido contacto directo con una chica. A lo lejos escucharon la voz de Jaime perderse entre el bosque, maldiciendo a los mercenarios y pidiéndole a Tyrion que se ocupara de la chica. Los dos jóvenes se miraron el uno al otro incómodos sin saber qué decir hasta que Tyrion rompió el hielo- Debes de haberte llevado un buen susto- alzó una mano y entrelazó sus dedos con los de Tysha- Ven, cerca del molino hay una posada, te vendrá bien beber algo caliente- echaron a andar y permanecieron un rato en silencio. Tysha no dejaba de mirar a Tyrion con curiosidad. "Es feo" se dijo, "pero parece una buena persona". Había algo en él que la desconcertaba, quizás su apariencia de niño a pesar de tener aproximadamente la misma edad que ella, quizás sus pequeños ojos dispares o quizás su desconocimiento de las cosas que estaban a punto de sucederle. De todas formas sintió un gran cariño hacia aquel hombrecillo que no había dudado en ayudarla a pesar de no tener ninguna posibilidad de enfrentarse a los dos mercenarios- Por cierto, no me he presentado. Soy Tyrion, de la casa Lannister- el enano le dedicó una media sonrisa e hizo una pequeña reverencia- ¿Y cómo se llama la dama que me acompaña?
- Tysha- sonrió la joven olvidando por un momento toda la farsa que había planeado semanas atrás- Me llamo Tysha.
