Esta es mi primera historia. La comenze por que soñe una de las escenas que aparecera mas adelante, si es que veo que quieren continuacion. Puede que no tenga ni pies ni cabeza pero vale la pena intentar.

Disfruten!~


Ichigo Kurosaki, estudiante universitario, dedicado a la rama de la medicina, cursando el primer año, 20 años de edad, ama a los gatos, ojos color café, cabello color naranja…lo único que odiaba de si mismo…su cabello. Esa había sido la causa de la muerte de su madre. Un borracho la vio, decidió que no le gustaba su cabello y termino la vida de la pobre mujer. También era la causa de los pocos enemigos que tenia. Constantemente gangas irían detrás de el diciéndole "berry" y arrojándole cosas hasta que el tuviera que defenderse y se enredara una pelea. Por su puesto, el tenia sus amigos, unos que nunca lo dejaban solo, Ishida, Sado, Shinji y Renji. Ellos siempre estarían ahí para ayudarlo a pelear contra quien fuera, tampoco es que ellos buscaran la pelea. Solo Ishida estudiaba con el en el mismo salón de clases. Sado estudiaba música, mientras, Shinji y Renji estudiaban artes culinarias.

La vida de Ichigo era relativamente normal, nada fuera de lo común…excepto su cabello. Su padre tenía su propia clínica y sus hermanas estaban en la escuela. El también tenía unas mascotas, dos gatos, los cuales amaba como si fueran su propia familia. Eran un par de gatos aparentemente gemelos, aunque él siempre los vio diferentes, tenían ya los 5 años y aun actuaban como simples gatitos. Los encontró en la acera cerca de su casa cuando tenían solo semanas. Los recogió sin pensarlo dos veces pero, no solo porque morirían si los dejaba solos pero también por que los vio extrañamente pequeños, mas pequeños de lo común. Cuando los llevo al veterinario para ver si era que tenían algo mal, la doctora solo sonrió y le dijo que no se preocupara, que se debía a su raza que era "munchkin". Los munchkin tiene las patas mas cortas que los gatos comunes haciendo que se vean un poco extraños pero no menos adorables. Lo que mas los distinguía el uno del otro son sus ojos, Zan tiene un ojo azul y otro verde mientras que Getsu los tiene café. Ichigo se apegó rápidamente a esos gatos, haciéndolos parte de su familia. Los gatos también estaban muy apegados a él, inclusive lo defendían de cualquier cosa amenazante, un buen ejemplo, su propio padre. En las mañanas los gatos estarían esperando cerca de la puerta del cuarto de su dueño a que entrara su ruidoso padre para siempre saltar sobre causándole múltiples rasguños donde sea que alcanzaran.

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Ichigo llega a su casa después de pasar un rato con sus amigos en bar. No estaba ebrio pero tampoco estaba completamente sobrio. Enseguida que llego a su habitación solo se dejo caer en su cama cayendo en los brazos de Morfeo en solo segundos.

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Algo lo hizo despertar de su sueño. Algo dolía, pero no era un dolor molestoso, se podría decir que le gustaba la sensación. Abrió un poco los ojos notando que solo podía ver algo azul, era algo como…cabello? Se alarmo un poco al darse cuenta de que había algo encima de él. No. Había alguien encima de él. ¿Quién podría ser? Controlo el pánico que se quiso apoderar de el, fue ahí que se percato que el sujeto le estaba mordiendo el cuello. El pánico se apodero de el y con todas sus fuerzas empujo al sujeto observando como caía al suelo. En ese mismo instante sintió una punzada en su cuello, esta vez si era un dolor molestoso. Observo como el sujeto se lamia los labios y se ponía de pie, notando que debía medir al menos 6 pies y que era un hombre.

-¿Quién eres?- pregunto en un susurro no estando seguro de que hacer.

Una sonrisa maliciosa fue su única respuesta.

Ichigo se sobresalto cuando vio la sangre en exageradamente afilados caninos. Se quedo paralizado mientras el sujeto saltaba por la ventana de su habitación desapareciendo al instante que aterrizo en el suelo. Ichigo tenia la boca un poco abierta con una cara que mostraba sorpresa y un poco de miedo. Cuando logro calmarse un poco, su mano fue automáticamente a su cuello notando que no sangraba pero tenia dos pequeños círculos de sangre ya seca. De momento recordó que sus gatos dormían con el. Miro a su alrededor notando que los gatos estaban simplemente mirando por la ventana como si extrañaran a el que anteriormente salió por ella. Ichigo suspiro con alivio alzándose un poco para cerrar las ventanas. Después de la anterior acción se sintió un poco entumecido notando como su vista se oscurecía en las esquinas. Decidió entregarse a la oscuridad sintiendo también el cansancio que cargaba.

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Ichigo se levantaba lentamente de su cama. Su reloj le indicaba que era hora de prepararse para ir a la universidad. Se levanto perezosamente caminando hacia el baño para ducharse y lavarse los dientes. Después de la ducha se amarro la toalla en la cadera y se dirigió al lavabo donde se lavaría los dientes. Como clásico baño, todo lavabo tiene un espejo justo arriba del mismo. Ichigo comenzó a lavarse los dientes mirándose en el espejo checando de una vez si necesitaba afeitarse o si tenía algo extraño en su rostro. Casi se atraganta el cepillo de dientes cundo se percato de algo. Dos pequeñas marcas adornaban el lado izquierdo de su cuello. Ichigo abrió los ojos como platos. Así que después de todo no fue un sueño y un vampiro si lo visito por la noche.


Que opinan? Dejen reviews si ven algun error o algo. Lo arreglare enseguida. Si quieren continuacion, solo diganlo. Si veo que vale la pena, el proximo cap estara aqui para el fin de samana.

Sayo!~