Fanfic 02
Nuevo fic, algo más largo que el anterior y espero que mejor escrito… xP
Gracias a todos los que leyeron mi primer fic y me alegro de que gustara, xD.
CAPITULO 1: A Little Scream (un pequeño grito)
-Sherlock no puedes estar hablando en serio.
-John, no sé por qué te molesta tanto.
El ambiente en el 221b de Baker Street estaba muy caldeado. La pelea había comenzado apenas hace cinco minutos pero el motivo se remontaba a hace unas horas.
FLASH BACK
-Muchas gracias por la ayuda chicos, realmente andábamos un poco perdidos con este caso.
El inspector detective Lestrad era uno de esos hombres afables que adoraban su trabajo. Su despacho estaba lleno de papeleo sobre casos sin resolver que el mismo se dedicaba a ordenar y clasificar, dejando los más destacados para cedérselos al único detective consultor. Y no era porque él mismo no quisiera hacer ese trabajo, realmente le encantaba ayudar a mantener la paz en Londres pero sabía reconocer cuando no eran capaces de avanzar y por suerte o por desgracia (depende de a quien preguntaras en Scotland Yard) Sherlock estaba dispuesto a resolver aquellos que consideraba suficiente misteriosos y a la altura de su intelecto. Sí, el pequeño de los Holmes. Difícil de tratar, pero aun así un buen hombre, él no lo dudaba. Había tenido la suerte de conocer a los dos hermanos Holmes. Tan brillantes y tan diferentes. Sherlock sin duda era la mejor ayuda en su trabajo. Mycrof… Mycrof era increíble sin duda, trabajaba para el gobierno (o él mismo era el gobierno), pero además era el hombre que había conseguido hacerle disfrutar de su tiempo libre, porque aparte del trabajo, Lestrad no tiene mucho (o tenía). Su vida sentimental había pasado por un gran bache y se había centrado exclusivamente en su trabajo, hasta que redescubrió lo que era la vida lejos de crímenes, robos y delitos en general. Eso era Mycrof.
Pero no es de Mycrof y Lestrad de quien hablamos. No. Es del caso, eso, el caso que Sherlock había resuelto en apenas una hora.
-Chsss, ¿Un poco perdidos?- Sherlock y su simpática manera de decir de nada.
-Sherlock.-Y John haciendo de moral de Sherlock. Sin duda una pareja extraña y excepcional.
Sí. Pareja. Desde hacía apenas una semana esos dos cabezotas que se habían empeñado en negar sus sentimientos hacia el otro, uno alegando no tenerlos y otro asegurando que él no es gay, por fin habían dado el gran paso (que sin duda todo Londres pensaba que ya había sido realizado hace mucho y que a ninguno de sus conocidos cercanos pareció asombrar lo más mínimo) y habían reconocido quererse. Por fin.
-Por cierto, felicidades. -Lestrad sonrió con su sonrisa más sincera hacia John y luego Sherlock. Una sonrisa dulce, y aun así con un pequeño toque de 'yo ya sabía que sucedería' y un poco de burla, muy poco.
John correspondió con otra sonrisa, ésta más grande y luminosa, de felicidad, alegría aunque escondiendo un poco de vergüenza y un 'lo sé, pero me costó verlo'.
Sherlock simplemente rodó los ojos quitándole importancia al hecho de que el inspector lo supiese.
-¿Cómo lo has…?-John hizo el amago de preguntar cómo lo sabía si ellos aun no lo habían hecho público.
-Mycrof. - Sherlock y Lestrad a la vez aunque queriendo decir cosas muy diferentes.
''En serio John, tengo que explicártelo todo. Es evidente.''
''Verás él me lo contó.''
-Vaya… tenía que haberlo sospechado. Felicidades a ti también Lestrad. Ya era hora.
-Mira quien fue a hablar.
-Lestrad, si no tienes más casos para mí nos marchamos. -¿Por qué tantas felicitaciones?, Sherlock estaba cansado ya de Scotland Yard, demasiada policías mediocres. Y esa señora que no paraba de repetirle a un policía que su marido había desaparecido cuando era evidente que se había fugado con la sirvienta más joven.
-Sherlock no seas aguafiestas sólo estamos charlando un poco, no te matará ser más amable, ¿Sabes?- Vaya y ahora encima tenía que aguantar que John lo llamara aguafiestas. ¿Qué clase de insulto era ese?
-No creo que sea motivo de celebración que estemos saliendo, John.-Cuatro ojos se clavaron sobre el detective consultor que esta vez no supo deducir cuando era el momento de callar.
-Sherlock, para mi es motivo de felicitación que dos amigos míos sean felices juntos.-El pobre Lestrad pensaba en serio que conseguiría hacer entender a Sherlock lo que significaba preocuparse por un amigo.
-¡Oh! Amigos. Vamos Lestrad… ¿Debería yo felicitarte por tener sexo con Mycrof en tu despacho?
-¡¿Qué?-John realmente no esperaba conocer esa clase de datos sobre Lestrad y Mycrof. Su cuerpo se había tensado y su postura corporal dejaba claro que estaba preparado para lanzarse a Sherlock si seguía haciendo comentarios como ese.- ¡Sherlcok! Eso es la vida privada de Lestrad y tu hermano, no deberías deducir ese tipo de cosas.
Lestrad había cogido un tono rojizo demasiado intenso. Quería desaparecer. Maldito Sherlock. ¡¿Cómo? .¿Su ropa, un papel movido, una mirada a la mesa en una milésima de segundo?
-El condón en la papelera. Demasiado obvio.- Maldita esa aura de suficiencia que le rodeaba.
-Sherlock, deberías alegrarte por ellos… igual qu-
-Oh, vamos John… el amor es inútil. ¿Por qué debería alegrarme por algo que no produce ningún tipo de ventaja?
FIN FLASH BACK
-Sherlock, lo que le dijiste a Lestrad fue muy grosero.
Por suerte la señora Hubson no estaba en casa ya que había ido a visitar a un familiar, porque si hubiera estado se hubiera alarmado por la discusión que se estaba produciendo en el 221b.
Una discusión que llenaba toda la casa que apenas unos minutos antes estaba en completo silencio.
La cocina con los restos de uno de los experimentos de Sherlock sobre la mesa y la nueva mini nevera que John había comprado especialmente para la conservación de restos humanos y demás para que estos no quedaran mezclados con la comida. El cuarto de baño que ahora compartían con ambos cepillos de dientes cada uno en su respectivo vaso perfectamente colocados en la encimera. Con las toallas, una junto a la otra, en la percha cerca de la ducha que a veces hasta compartían (con la escusa de ahorrar tiempo). El dormitorio, que anteriormente había pertenecido a Sherlock pero que ahora se vería tan vacío sin todas las cosas de John en el armario o las estanterías. Ese dormitorio donde ambos compartían el sueño y hacían el amor. Porque ya no había más dormitorio que uno, quedando otra habitación vacía que ambos habían empezado a reformar para utilizarla de almacén de todos los datos acumulados de todos los casos que el detective había resuelto con ayuda del doctor y algunos anteriores. Hasta el salón con su cálida chimenea, con unas nuevas fotografías de ambos de jóvenes (por separado) y otras más nuevas donde aparecían juntos y sonrientes que habían sido colocadas cuidadosamente en marcos, con las tazas del té que habían tomado juntos esa misma mañana aun sobre las mesitas junto a los sillones, con el violín bien guardado y colocado sobre la mesa, con el ordenador (de John, aunque era usado casi indistintamente por ambos) aun abierto desde el que John escribía todas sus aventuras, con ese cojín tan conocido por ambos y que ninguno sabía exactamente de donde había salido, con todo.
Sí, todo el piso que era una prueba más de que ambos se complementaban y compenetraban perfectamente. Todo. Todo fue inundado por la mayor discusión que habían tenido. Gritos que no parecían encajar en ningún rincón. Gritos que mataban el silencio. Gritos que desgarraban ambos corazones.
-John, vamos… tampoco ha sido para tanto. -Sherlock sonaba malhumorado. Realmente no entendía por qué John se había molestado. No había mentido ni utilizado (demasiado) a Lestrad.
-Lestrad estaba siendo amable. Podrías esforzarte un poco más en conservar a nuestros pocos amigos, ¿no crees?
-No me gusta que se metan en mi vida personal.
-¡Pero tú puedes ir deduciendo lo que te dé la gana sobre los demás!
-¡Prácticamente me lo estaba gritando! –Su tono se elevó junto con la del doctor.
John estaba empezando a ponerse muy rojo. La ira lo dominaba completamente. ¿Cómo podía haber dicho aquellas cosas? Y aun quedaba lo peor…porque marcadas con fuego habían quedado las últimas palabras de Sherlock justo antes de marcharse: `` Oh, vamos John… el amor es inútil. ¿Por qué debería alegrarme por algo que no produce ningún tipo de ventaja?´´
¿QUÉ SIGNIFICABA ESO?
-¿Y lo último que has dicho?¿A qué coño te referías?-Su mirada era seria y su expresión dejaba claro que estaba intentando contener toda la ira. Sherlock se asustó, realmente no había visto demasiado al militar que había dentro de John y no sabía lo acojonante (no podía expresarlo de otro modo) que resultaba ser el que recibiera esa mirada, ser su objetivo. Sabía que se había metido en un buen lío, pero no sabía cómo parar aquella pelea y no creía estar equivocado. John lo estaba acusando injustamente y eso lo enfadaba.
-Te refieres a que es inútil.-No preguntaba, estaba claro que se refería a eso, y más claro quedó cuando John endureció aun más su mirada ante el recuerdo de las palabra inútil.- No estoy equivocado. No representa ninguna ventaja.-Como su hermano ya se había encargado de recordarle hace algún tiempo.- Por lo que es inútil, aunque tampoco es una desventaja clara, claro que podría ser utilizada en mi contra. Pero como en algunos experimentos, hay que arriesgarse para conocer el resultado. – Si creyeran en algún dios Sherlock podría haber jurado por él que aquellas palabras las dijo con la total convicción de mejorar el asunto, aunque el resultado fue justo el contrario.
-Así que lo nuestro no es nada. Inútil. Que te quiera es inútil para ti, plantearte quererme sin duda más aun. ¡Esto es solo un experimento más!-John había explotado completamente y ahora gritaba enfurecido más aun que antes si esto era posible.- ¡Como mezclar dos sustancias para ver si explotan! -Sherlock estaba completamente conmocionado y no conseguía articular palabra alguna.- Pues sí, ha explotado. ¡Y nos estamos quemando!
John no era un experimento. Eso pensó el detective, pero sin embargo lo que dijo fue completamente diferente, seguramente movido por el ambiente tan tenso que había y porque estaba molesto con John. Tal vez no escogiera las palabras adecuadas, pero creía que le había dejado claro que no era un experimento. Su enfado aumento más aun por el miedo a que aquello se le saliera de las manos. Podía ser una estupidez pero si John iba a enfadarse él más aun. ¿No era John el que estaba dudando ahora?
-¡Ja! –Ni un malo de película hubiera sonado tan frío como él.- No seas idiota, John. ¡Un experimento! ¿Para qué? Cada vez entiendo menos estos estipidos sentimientos. –Casi lo dijo con asco, aunque realmente estaba intentando defenderse desesperadamente del ataque de John, en un cutre intento de hacerse el frío.- ¡Que pérdida de tiempo!
-Claro, para el único detective consultor del mundo Sherlock Holmes los sentimientos son algo menor, despreciables, ¡Inútiles!
Y ahí estaba otra vez la palabra inútil. Aquellas palabras llegaron a Sherlock como una bofetada. Si de verdad existiese eso que llaman alma, la suya tenía un arañazo en toda la cara. Pero… ¿Era eso lo qué él pensaba de los sentimiento? Sin duda era lo que hacía ver a los demás.
-Ya tienes algo nuevo que publicar en tu puñetero blog. El gran Sherlock que no sabe nada sobre el sistema solar es además un completo desastre con las relaciones. Un monstruo. Adelante escríbelo. Lo estás deseando.
La expresión de John cambió completamente. El militar se fue para dejar a un hombre pequeño y herido. Triste y confundido. Con una mirada que comenzaba a ahogarse en lágrimas.
-No, Sherlock, yo nunca podría escribir algo así de ti…
Sin dejar tiempo para nada más cogió su chaqueta y salió del piso dando un portazo.
¡Tralará…!
Y dentro de semana y media… la segunda parte! (Serán 3 capítulos en total)
Espero que os haya gustado (aunque sea un poco… ^^)
Achlys-Nyx!
