Hola hola ;)

Espero q os guste este fic que he diseñado con mucho cariño.

Este fue mi primer fic, aunq lo publique ahora :P

Espero que os guste. Es un 5º libro, aunq halláis leído ya el 5º leed este porfi, q me lo he currao.

Aunq ya he leído el 5º libro, este fic lo empecé a escribir antes de leer el libro, y descubrí que tenía muchísimas cosas en común (aún me doy tortas a mí misma pq no me creo lo que he coincidido.)

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Capítulo 1: Las cartas.

Harry Potter se sentó en su cama y suspiró. Por primera vez en lo que podía recordar tenía un cumpleaños feliz, o al menos dentro de sus parámetros, bastante feliz. Por primera vez había recibido una llamada de teléfono de sus amigos del colegio sin que su tío Vernon se enfadara (bueno, sin que se enfadara mucho). Incluso la tía Petunia le había dejado ir al un centro comercial de Londres a celebrarlo, eso sí le habían ido a buscar en coche los padres de Hermione Granger, una compañera del colegio.

Habían ido ella y Ron Weasley y sus hermanos, y habían pasado una tarde muy agradable (sobre todo por los gemelos Weasley, que no paraban de gastar bromas) A media tarde había venido incluso el padre de Ron y parecía que todavía se asombraba por todo (para él eso de estar entre muggles era muy divertido)

Y es que Harry y sus amigos eran magos, y también los padres de Ron. Aunque los tíos de Harry eran muggles, gente normal y corriente, incapaces de hacer magia. Aunque también lo son los padres de Hermione (dentistas), solo que tíos de Harry repelían la magia, la odiaban. Y era por eso que también odiaban a Harry, y que él no había tenido un cumpleaños feliz en lo que podía recordar.

Sus padres habían muerto cuando él tenía un año a manos del mago tenebroso Lord Voldemort, aunque en realidad él sólo quería matarle a él y a su padre. Pero su madre, defenderle y morir por él le había protegido con un tipo de magia contra la que Lord Voldemort no podía luchar ya así casi muere, quedándose Harry con sólo una cicatriz en la frente. Hasta el curso anterior en el que había renacido completamente librándose de la protección que tenía Harry contra él. Ahora el miedo de que en cualquier momento entrara por la puerta de la casa de los Dursley le amenazaba a cada momento y era por eso que a pesar de los momentos felices de aquel día se seguía sintiendo inseguro.

Pero había algo más, su padrino Sirius Black, el mejor amigo de su padre (acusado injustamente de la muerte de los Potter) no le había escrito. No tenía la menor idea de donde se encontraba desde una pequeña nota que había recibido de Remus Lupin (otro de los amigos de su padre) que le comunicaba que Sirius estaba con él y le preguntaba como se encontraba.

Sabía que no era seguro que le enviaran cartas, y menos contándole cosas, pero algo dentro de su corazón le decía había algo mal, que no sucedía como debería. Algo sobre Sirius. Y la cicatriz, le dolía horrores desde hacía algo más de una semana. No había parado de dolerle desde que Lord Voldemort había recuperado su cuerpo, pero en los últimos días el dolor era insoportable, le ardía, e incluso la pequeña Ginny Weasley se había fijado en que tenía un ligero color rojizo, como una herida en la que se cae la costra antes de tiempo, o aún peor, como una quemadura.

De repente Hedwig, su lechuza empezó a ulular. Harry se levantó de su cama e intentó chistar a la lechuza para que se callase, porque ya era muy tarde y tenía miedo de que despertase a tío Vernon. Pero entonces un aleteo al otro lado de la ventana le sobresaltó. Era una lechuza común, no blanca como Hedwig, seguramente era una lechuza de correos. Harry abrió la ventana y la lechuza entró. Tras soltar la carta sobre la cama de Harry se metió en la jaula de Hedwig y empezó a picotear del comedero.

Observó detenida mente la carta antes de cogerla. El pergamino parecía muy gastado. o muy barato.

- ¡Lupin! - exclamó Harry.

Sí, era muy probable que la carta fuese de Lupin, él era un hombre-lobo, por eso la mayoría de los magos no le querían contratar y apenas tenía dinero. Desenroscó el pergamino y lo leyó.



Hola Harry:

Hace ya tiempo que debería haberte escrito, pero pensé que quizás
eso te asustaría. Pero hoy ya no he podido aguantar, es demasiado
tiempo, y es posible que empezases a dudar (y como tú bien sabes no
es bueno que te desesperes).

A principio de verano, como tú ya sabes, Sirius se vino a buscar al
antiguo grupo y a mí, y pasó dos semanas viviendo conmigo. Todas
las mañanas íbamos a desayunar a una pequeña cafetería muggle (tal
y como están las cosas, últimamente Sirius sólo se mueve entre
muggles). Y entró Peter.

A Sirius casi le da algo, pero estábamos entre muggles y no
podíamos hacer nada (además de que Sirius ahora no tiene varita).
Así que Peter nos dijo que había algo que nos tenía que decir
Voldemort en persona, estaba asustado, y evasivo, pero parecía que
decía la verdad.

Ahora me doy cuenta de lo estúpido que fui, Sirius salió primero
con Peter, pero yo tenía que pagar, cuando yo salí de la cafetería,
ellos habían desaparecido.

Ahora mismo no sé nada de él, de donde está o cómo está, pero tenía
que comunicártelo. Espero que al menos tú estés bien, y no te
muevas de la casa de tus tíos (por mucho que no los soportes) a
menos que sea acompañado de un mago cualificado (esto es muy serio)

Atentamente:

Remus Lupin

Harry no entendía nada, ¿qué ganaba Voldemort teniendo en sus manos a Sirius? Realmente él no era un mortífago, así que no tenía sentido. Pero a pesar de todo, estaba asustado, cada vez que presentía algo relacionado con su cicatriz, ocurría. Parecía como si tuviese una unión psíquica con Voldemort a través de su cicatriz.

Se dejó caer en la cama. Lupin tenía razón, debía quedarse con sus tíos (por mucho que le pesase) por que él en aquel momento lo único que podía hacer era estar preocupado.

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Iban pasando los días y la preocupación de Harry iba en aumento, ¿por qué no tenía noticias?¿por qué pasaban aquellas cosas en las que él nunca podía participar? Sólo desesperarse.

Lo pero vino cuando recibió a mediados de agosto tres cartas que lo pusieron aún peor. La primera le llegó en un trozo de papel de libreta muggle cuadriculado, estaba escrito a bolígrafo ¿?:

Harry:

No te preocupes, estamos los dos bien.

Sirius.

Sólo aquello, a Harry le dio muy mala espina, nueve palabras. ¡Y vino con una paloma común! Reconocía la letra, pero., el resto., no tenía sentido.

Dos días después le llegaron las otras dos cartas, para terminar de amargarle. La primera era de Dumbeldore le pedía que no fuera a casa de los Weasley, y que pidiese a sus tíos que lo llevasen a la estación y lo acompañasen hasta que les encontrase alguien responsable de él que iba a estar allí desde las nueve (no era un niño, eso le enfadó algo). Y lo peor fue que tuvo que enseñarles la carta a los Dursley para que aceptasen llevarle a Londres.

La segunda era de Ron, decía, muy enfadado (se le notaba por la letra) que él no podría ir a su casa durante el verano, que como no podía ir casi a ninguna parte, su madre se encargaría de comprarle los libros. Que, a pesar de que le molestaba, ya se verían en el andén 9 y ¾. Incluía una pequeña posdata en la que le decía que había recibido un regalo Búlgaro de Hermione, que se había ido allí a principios de agosto, pero que ni siquiera lo había abierto. "Tendrá cara" terminaba.

Harry se preguntó por cual de las dos cosas estaría enfadado, sonrió, era como volver a tenerlos al lado. Él también había recibido una postal de Bulgaria. Era mágica y mostraba la misma imagen de una casa típica a lo largo de las estaciones del año, la mejor era la de invierno en la que sólo se veía blanco. Pero el regalo ya se lo había hecho en su cumpleaños.

Pasar hasta el final de verano con los Dursley, hacía mucho tiempo que no hacía aquello. Pensó que debía estar madurando, o tenía realmente miedo, porque por alguna razón, no sentía tantas ganas de revelarse y irse como otros años. Por su parte Dudley seguía tan niño como siempre, con la diferencia de que parecía que había aumentado su inteligencia, su madre había tardado hasta una semana en encontrar los bollitos que tenía escondidos en su habitación.

Sólo faltaban tres días para el uno de septiembre, se estaba muriendo de ganas de irse. Se tiró en su cama y empezó a patalear por el aire para calmar los nervios, si no lo hacía, empezaría a gritar. Tenía tantas ganas de irse de Privet Drive, que se pasaba el tiempo dando vueltas como un poseso por la habitación. Incluso había terminado hacía tiempo lo deberes de verano. Tía Petunia aprovechaba esos ataques eufóricos de Harry para "castigarlo" limpiando la plata o encerando el parqué. Últimamente se le estaban poniendo las manos muy ásperas de tanto producto de limpieza, o terminaba el verano o acabaría con las manos peladas.

---------------------------------------------------------------------------- ----- Espero que os esté gustando *^^* Dejad reviews please!!!!! Nios leemos Bkñs Tiz