Bueno, este es mi primer fic, hace mucho tiempo que lo llevo madurando, espero que sea de vuestro agrado. Agradezco los reviews.
Ranma y los demás personaje no me pertenecen, son obra de la genial Rumiko Takahashi.
CAPÍTULO 1: INICIANDO UNA NUEVA VIDA
Han pasado 3 años desde la famosa "boda fallida" entre Ranma y Akane, desde ese momento, la relación entre ellos sigue siendo la misma: confianza plena, pero peleas continuas. Después de una de las visitas del grupo de prometidas, Ranma estalló.
Era un día como otro cualquiera en el que Ranma practicaba sus katas en el Dojo Tendo cuando, como si de una manada de elefantes se tratara, aparecieron en él Shampoo, Ukyo y Kodashi.
Las tres "prometidas" increpaban a Ranma por no haber tomado una decisión aún. En ese momento, Akane llegaba de su carrera matutina quedando sorprendida ante aquel escándalo.
Hace tiempo que Akane tomó la decisión de no prestar atención cuando se mostraban aquellas escenas. Esa decisión fue consecuencia de una fructífera conversación entre ella y su ahora gran amigo Moose.
Flash back
Como en tantas y tantas ocasiones, Akane había presenciado una de las apariciones estelares de Shampoo ante Ranma y el fin había sido el de siempre: Shampoo menospreciando a Akane y refregando sus sinuosas curvas por Ranma, Akane con su aura encendida y Ranma sin controlar su boca, lo que tuvo como consecuencia una panorámica de Nerima mientras surcaba los cielos por parte del artista marcial y gracias a su prometida menos dulce.
Akane se sintió triste, traicionada, humillada… y comenzó a pasear sin rumbo fijo con el objetivo de aclarar sus ideas cuando al llegar al parque, se encontró con alguien conocido.
-¿Moosee? – preguntó dubitativa Akane.
-Hola Akane – contestó el chico- puedo imaginar lo que te trae por aquí…
Los dos quedaron en silencio por un tiempo en el que Akane no dejaba de contemplar a Moose. El chino era un chico guapo, alto, moreno, con expresivos ojos azules (aunque tapados por sus gruesas gafas). Nunca se había detenido a pensar en él, en sus sentimientos. Realmente se le veía triste, decaído.
-Sí, más de lo mismo… -expresó Akane melancólica.
-¿Sabes Akane? Tú y yo somos muy parecidos. Es algo de lo que me di cuenta hace tiempo – dijo Moose sin dejar de mirar al infinito- aunque hay algo que nos diferencia: yo he sido capaz de expresar lo que siento, aunque no por ello la humillación a la que me veo sometido sea menor.
Akane abrió los ojos de repente para cerrarlos y bajar la cabeza. Sabía que lo que Moose decía era absolutamente cierto, era absurdo negar la evidencia.
-Es bien sabido lo que sientes por Ranma –continuó el chico-pato- de la misma forma que es conocido lo que ese cabeza hueca siente por ti.
Akane sonrió melancólica mientras pensaba lo equivocado que estaba.
-Te equivocas Moose, mis sentimientos no son correspondidos – contestó Akane con los ojos vidriosos.
-Eres tú la que se equivocas, tú y Ranma, por no tomar una decisión en condiciones. En mi aldea, los ancianos de la tribu nos enseñaron que es difícil madurar. Después de mucho meditarlo me he dado cuenta de que cada uno madura a un ritmo distinto y al igual que he observado la diferencia entre Ranma y tú, me he dado cuenta de que he alcanzado mi madurez mucho antes que Shampoo, y es eso lo que más me distancia de ella.
Akane se sorprendió ante tal declaración.
-¿Entonces opinas que yo soy más madura que Ranma? –preguntó Akane de forma incrédula- Él ha tenido muchas más experiencias en su vida que yo, fue separado de su madre prácticamente al nacer, se sometió a un duro entrenamiento con un padre incomprensivo, se puede decir que se ha hecho a sí mismo …
-¿Y qué? –cortó Moose- Tú también perdiste a tu madre cuando eras pequeña y también has tenido que afrontar situaciones difíciles, una de ellas que te comprometieran con un idiota que no sabe valorar lo que tiene.
Akane se sonrojó ante tal comentario.
- Después de mucho pensarlo, me he dado cuenta que no soy culpable de nada,-expresó Moose- no soy culpable de amar a Shampoo y no estoy dispuesto a pagar por ello, por eso, cuando hoy he sabido que iba a visitar a Saotome tomé una decisión: no voy a ir tras ella, no le voy a preguntar ni me voy a enfadar y, sobre todo, no le voy a reclamar absolutamente nada.
-Ojalá fuera tan fácil… –pensó la peliazul en voz alta.
-Lo es, sólo nos lo tenemos que proponer, cuando se den cuenta de que no vamos a estar para lo que ellos quieran, se darán cuenta de lo que pueden perder, si lo hacen tarde, ellos serán los que perderán. Tenemos demasiado valor Akane, si no lo quieren percibir, allá ellos.
-¡Es cierto!- gritó Akane tras meditar las palabras del joven chino- además, después de esto sé que puedo contar contigo. No estoy sola, tú también te sientes como yo. Además, eres a la primera persona a la que no le niego mis sentimientos, como tú bien dices, no tiene sentido negar la evidencia.
-¡Por supuesto que estoy aquí y aquí estaré siempre! –exclamó
-¿Sabes Moose? –dijo Akane adoptando una pose dramática- Como dice Humprey Bogart en Casablanca: " creo que este es el inicio de una hermosa amistad".
Y ambos se echaron a reír.
Fin del flash back
-Airén, hacer mucho tiempo que Shampoo no saber nada de ti, ya no venir a visitarme -comentó la china haciendo pucheros.
-Sí, Ranchan, ya apenas te pasas por el restaurante para que te haga algo de comer –añadió Ukyo.
-Verán, es que he estado entrenando mucho y apenas tengo tiempo de nada… –contestó Ranma un poco nervioso por la situación.
-Pero yo no poder esperar tanto, en la aldea pedir noticias sobre nuestra boda y yo tener que decir algo.
-¿Boda? ¿Qué boda? ¡Mi Ranchan no se va a casar contigo! –gritó Ukyo- ¿Verdad cariño? – preguntó dulce mientas se giraba hacia Ranma.
-Jojojojo ¿Qué dicen plebeyas? Mi amado Ranma-sama me desposará a mí.
Y así comenzó una de las monumentales peleas que se dan en el Dojo Tendo a consecuencia del manido tema, y que continuó por las calles del Distrito de Nerima.
Ranma miraba sorprendido la escena mientras que sus ojos se cruzaron con los de su prometida.
-¿Has visto algo igual? –preguntó Ranma.
-Continuamente, Ranma, esto es así desde hace años – y continuó su camino hacia el baño- Voy a darme una ducha.
Ranma se sorprendió ante la indiferencia de su prometida, poco a poco esa indiferencia se convirtió en enfado ya que pensaba que Akane no le prestaba la suficiente atención, al fin y al cabo era su prometida oficial, ella debía preocuparse por el bienestar de su futuro esposo y celarlo ante las demás autoproclamadas prometidas. Por lo que corrió hacia ella.
-¿Eso es todo? ¿Eso es lo que te interesa lo que ellas digan? –preguntó
-No sé a qué te refieres Ranma –pensó mientras que relacionaba la situación con lo que habló con Moose hacía varios meses- ¿Qué se supone que he de hacer?
-No sé, ¿cómo quieres que yo lo sepa? ¡Eres tú la que tienes el deber hacia mí! –dijo exaltado, aunque no muy convencido, el joven artista marcial- ¡Se supone que soy tu prometido!
-¡¿Deber? ¡¿Hablas de deber? –gritó Akane- ¡Claro, yo tengo deberes hacia ti! ¡¿Y tus deberes, Ranma? ¡¿Cuáles son tus deberes?
-Y-yo, y-yo –tartamudeó y se quedó sin palabras.
-Muy elocuente, como siempre –dijo Akane- cuando cumplas con tus deberes, estaré encantada de hacer lo mismo con los míos- continuó hablando relajada– Ahora voy a ducharme, si tienes algo más que decirme, estaré encantada de continuar con esta conversación- y caminó hacia el baño.
Ranma se quedó con la boca abierta, jamás esperó una respuesta de ese modo. Akane parecía mayor, parecía adulta, se estaba convirtiendo en una mujer, y él estaba a años luz de conseguirlo. Debía hacer algo y sería esa misma noche.
Mientras, en el furo, Akane repetía mentalmente la conversación. No se podía creer lo que le había dicho al idiota de su prometido y sin embargo lo había conseguido. Cogió su móvil y se lo contó todo a Moose.
A la hora de la cena, todo parecía normal. Cada uno en su sitio degustaba los deliciosos manjares preparados por Katsumi y Nodoka.
Cuando acabaron de cenar y hablar un rato, cada uno fue a sus respectivas habitaciones. Akane estaba en su cama cuando sintió unos golpecitos en su ventana. Se levantó sabiendo a quien iba a encontrarse.
-Hola Akane, ¿puedo pasar? –preguntó dubitativo el chico de la trenza.
-Claro, ¿te ocurre algo Ranma?
-No, es sólo que creo que tienes razón, tengo que atender mis deberes y tengo que comportarme como un buen prometido.
Akane abrió los ojos, nunca pensó que la idea de Moose fuera tan efectiva, en apenas cuatro meses la situación había dado un vuelco.
-¿A qué te refieres? Estás muy raro Ranma.
-Verás Akane –dijo sentándose en la cama- después de mucho pensar, me doy cuenta que esta situación es mi culpa. Bueno, mía y del desgraciado de mi padre, que no hace una derecha.
La chica comenzó a reírse.
-No, ahora en serio –dijo Ranma sonriendo- Mi vida no ha sido normal, tengo diecinueve años, dentro de poco estudiaré en la universidad y no he conseguido tener una vida normal. Te veo con tus amigas en la escuela y me doy cuenta que es algo que yo no tengo.
-Pero tienes a Hiroshi y Daisuke, con ellos te llevas bien –cortó Akane.
-Sí, son buenos tíos, pero se llevan todo el tiempo pensando y preguntándome por nuestra relación e imaginándose y aconsejándome todo tipo de cosas –dijo Ranma algo sonrojado- La verdad que debo confesarte que aunque no me sentó bien verte pasar tanto rato con Moose, envidio vuestra relación, sois buenos amigos y se nota. Por eso me he dado cuenta qué es lo que quiero: quiero ser un chico normal, bueno todo lo normal que puedo ser teniendo en cuenta que me transformo al tocar el agua fría, pero quiero tener una vida corriente, con amigos y amigas, con mis padres, con tu familia… y contigo…¡y necesito que me ayudes a conseguirlo! –exclamó con energías- ¿Lo harás Akane? –preguntó esperanzado.
Akane lo miró a los ojos y se perdió en ellos. Sintió pena porque sabía que era cierto todo lo que Ranma le había contado, él había estado solo mucho tiempo, ya que aunque iba con el tío Genma, él no era una gran compañía, su vida no había sido fácil: había sido separado de su madre con apenas dos años y había sido un chico nómada que no había encontrado la estabilidad hasta que no llegó a su casa, donde no cesaron los problemas, así que tomó la que, sin saberlo, sería la mejor decisión de su vida, lo ayudaría.
-¡Claro que te ayudaré! No sé cómo, pero te ayudaré –contestó con una sonrisa que embobó al chico- pero ahora déjame descansar, tengo que pensar cómo hacerlo.
-Gracias Akane, sabía que podía confiar en ti, como siempre…
Se acercó a ella, le dio un beso en la mejilla y saltó por la ventana.
Akane se quedó sorprendida. Se tumbó en la cama mientas que se acarició la cara hasta que se quedó dormida.
Bueno, espero que les haya gustado el capítulo, prometo actualizar prontísimo.
