Aclaraciones: Los siguientes personajes no me pertenecen. Salieron de la gran imaginación de Rumiko Takahashi.
"Reto 5 días - Declaraciones extrañas del Foro ¡Siéntate!"
Manzana
Special Edition
Capítulo I
Las 30 —ridículas— maneras de decir me gustas.
Otro día normal en su vida, como eterna esclava de Naraku. Que fastidio era tener que obedecer al hombre más detestado de todos los tiempos, y que además, por su culpa, ella también fuera odiada, sólo porque había matado a algunos incautos bajo las ordenes de su padre. Además, tenía la maldita suerte de que poseer un aroma idéntico al de él, lo que ya le había ocasionado algunos problemas. Quién sabe cómo, Naraku se hacía de enemigos —y luego el muy cínico se preguntaba el por qué—, ocasionando que algunos monstruos la atacaran, pensando que es él. Agradecía que ella era lo suficientemente para protegerse sola, y que los youkais que la atacaban no le hacían mucho frente. Otro punto para seguir odiando a su amado padre.
Su única esperanza, para ya no seguir con esa vida, era Sesshomaru. Pero este no tenía interés en ayudarla. Y no conforme con eso, provocó que ella se enamorara de él. Frunció el ceño al darse cuenta que en vez de pensar de una manera más fría y ver a Sesshomaru como un simple aliado, ella se imaginaba en otras situaciones con él. Pero que va, ese hombre era muy orgulloso y prejuicioso, y Kagura estaba segura que sólo un milagro haría que él pensara en ella en algo más que la chica que le pasaba información.
Ese día, no tenía intenciones de encontrarse con él. Su prioridad, era y sería buscar su libertad. El amor estaba de más. Aunque admitía que de vez en cuando le gustaba fantasear con él, y no de una manera lujuriosa y mucho menos romántica. Kagura era ruda, e imaginarse a Sesshomaru en algunas de esas dos situaciones le era imposible, nada lógico y hasta enfermo. Creía que lo más romántico que podía aspirar, era que él le dijera que tenía un aroma diferente al de Naraku. Tal vez, un pequeño intercambio de palabras que no tuviera que ver con su lucha contra su padre. A lo mejor, y ya se estaba extralimitando, que Sesshomaru le dijera: ¿Por qué me ofreces algo para matar a Naraku? ¿Qué no sabes que de cualquier manera lo voy a matar?
Kagura lanzó un suspiró al aire, imaginarse a Sesshomaru diciéndole que mataría su creador, era la escena más romántica que se le había ocurrido, que no pudo evitar sonrojarse, y ver a Sesshomaru dándole una merecida paliza a Naraku. Quién sabe, si eso ocurriera, le gustaría pasar un poco más de tiempo con él. Mandar volar a Jaken con su abanico y prestarle su pluma a Rin para que se fuera a dar una vuelta por un rato. Por supuesto, que el dragón acompañe a la niña, ¿Qué tal si se cae de la pluma y nadie está cerca para rescatarla?
Agitó su cabeza y olvidó esas ideas ridículas. Ante todo su prioridad, después, Sesshomaru. Por mientras, debía seguir ordenes, de un estúpido plan, del cual estaba segura que todo saldría mal, ella terminaría involucrada y al final, algún tonto trataría de matarla a ella primero, en vez de ir tras la mente maestra que pensó que en todo eso.
Llegó a donde Naraku le dijo, al pozo que siempre cruzaba Kagome. Su amo le dictó la orden de buscar alguna información que le fuera de utilidad. Bajó de su pluma, y caminó con sigilo hasta el extraño pozo devorahuesos.
No tenía nada en particular. Era un pozo viejo, sin nada mágico. De lo que poco que sabía, es que Kagome llegaba a esta época, no más. A lo mejor, lo que Naraku pretendía era que ella regresara a su época y destruir el pozo. ¿Qué información le llevaría? Ninguna, porque no existía nada en especial con ese lugar.
Le dio una vuelta al pozo, sin nada en particular. Césped, flores, una que otra mariposa. Sin darse cuenta, pateó algo que por fin llamó su atención, por el extraño ruido que emitió. En nuestra época, ese ruido sería de un papel metálico. Se agachó por el extraño objeto, y lo miró con mucha curiosidad. Se trataba de una bolsa de regalo color rojo metálico.
Con ambas manos, Kagura lo levantó, un poco inquieta por lo que pudiera suceder. Al tocar la bolsa, el mismo ruido de la bolsa de plástico se emitió. Impresionada, siguió provocando el mismo ruido por un minuto. Enseguida, bajó la mirada para percatarse que no hubiera algo más. Y sí que había algo más.
Una revista tirada en el césped, con la portada de una chica con un uniforme de marinero, al que Kagura rápidamente relacionó con la ropa de Kagome. A lado de la muchacha, un chico, con el uniforme negro de las secundarias de Japón.
En cuclillas, dejó la bolsa por un lado y tomó el nuevo y extraño objeto. En su corta vida, había visto algo similar, y comenzaba a preguntarse cuál era su función.
Abrió la revista y comenzó a hojearla. Todos los títulos llamaban su atención. Leyó con rapidez, el corto artículo de :"Los beneficios de los frutos rojos". Le pareció interesante y algo que podía utilizar. Después siguió con los tips de belleza, y la moda actual, que si bien, la extraña ropa que presentaban en la revista no era de sus gustos, los accesorios como los aretes, fueron su nuevo delirio. Total, que se enfocó por completo en lo de belleza, pues presentaba cosas que ella no sabía. El que fuera una esclava, y que el "chico" que te gustaba no le hiciera caso, no era motivo para verse mal.
Nunca había estado tan entretenida en su vida. Sin embargo, al seguir leyendo, se topó con otros artículos. Como el "¿Tu novio te engaña?", test para saber si tu novio es el ideal para ti, un listado de treinta manera para decirle a alguien que le gustabas.
—¡Qué ridículo! —exclamó Kagura ante el artículo. Jamás dejaría que alguien le dijera como hacer las cosas, y menos que unos cuantos papeles le aseguraban, que de una manera discreta, se le podía decir a alguien que le gustas.
Pero la tentación, y lo desconocido que resultaba ese tipo de temas, hicieron que se sentara y se pusiera a leerlos. Que más daba, eran cosas que ella nunca haría, y al leer la primer manera de decir me gustas, se dio cuenta que no sabía de qué demonios hablaban.
"Hazle un video con fotos de ustedes dos, y luego súbelo a YouTube"
—¿Qué? — ¿Qué demonios era un video? ¿Qué demonios era fotos? ¿Qué demonios era YouTube?
Siguiente consejo.
"Cocínale un rico postre y dile que lo hiciste especialmente para él".
—¿Un postre? —Definitivamente no conocía la palabra, pero eso de cocinar, no iba con ella.
"Llévate bien con sus amigos. Él se dará cuenta que le interesas".
—¿Debo llevarme bien con Jaken? —¡Jamás! El enano verde no era para nada de su agrado. Que Sesshomaru se olvide de ella, o que aviente a Jaken en un risco. Aunque lo más práctico, era que Kagura se olvidará de Sesshomaru.
Siguió leyendo, uno por uno, e imaginándose como seria si trataría de llevarlos a cabo. Si alguna frase no le entendía, las demás rayaban en lo vergonzoso.
Sin darse cuenta, Sesshomaru rondaba el lugar en busca de su hermano menor. Había dejado a Jaken cerca de ahí, al cuidado de Rin. Nunca se imaginó encontrarse con Kagura. Aceptaba que ella siempre le era de utilidad, pues sabía muchas cosas que le podían indicar el paradero de su enemigo. Que ella estuviera ahí, cerca de donde se encontraba Inuyasha y compañía, significaba que algo tramaba Naraku. Estaba seguro, que era mejor acercársele para que le preguntara dicho plan.
Como era normal en él, no emitió ningún ruido al acercarse. Espero que Kagura se diera cuenta de su presencia. Nunca se hubiera imaginado que Kagura, estuviera sentada recargada en el pozo, leyendo quien sabe qué. Algunos metros los separaban, pero era la distancia suficiente para que ella ya se diera cuenta de su presencia.
La boca de Kagura se movía, leyendo cada palabra. Cansado de esperar, decidió por fin llamarla.
—Kagura— dijo el youkai, sin obtener una respuesta inmediata. La demonio del viento no lo escuchaba, pues estaba imaginándose todas las situaciones posibles con él, si seguía al pie de la letra, esas maneras de confesar su amor. A todas llegaba a la conclusión de que no terminarían bien.
—¡Kagura! —Volvió a hablarle. Sólo que ahora era con una especie de coraje.
¿Qué diablos significaba esto? ¿Por qué Kagura lo ignoraba? Si algo existía que Sesshomaru realmente odiaba, era que lo ignoraran cuando el hablaban. Y Kagura lo estaba haciendo, de la peor forma. Como si no se diera cuenta de que él existiría. No sólo eso, Sessshomaru estaba consiente que él era el único al que Kagura le pidió ayuda, y en esa mujer, en vez de estar al pendiente de lo que decía, estaba muy concentrada en otra cosa.
No iba permitirle darle ese gusto de hacerlo enojar. Esa mujer no tenía ese derecho. Caminó hacia ella, y sin pensarlo, le quitó la revista. Kagura casi se va de lado, por el susto que le sacó Sesshomaru. ¿Cuándo demonios llegó ahí? Repentinamente, un sonrojo la invadió pues en un segundo fantaseaba con él y en el otro, ya lo tenía enfrente. Y además, él tenía la revista en sus manos, justo en la misma página que ella estaba leyendo.
Al ver la cara de espanto que mostraba Kagura, leyó de reojo la revista. Kagura, sudaba frío por la situación tan extraña. Se decía que Sesshomaru, menos se fijaría en ella por estar leyendo esas cosas tan absurdas.
—Tonterías— farfulló el youkai.
—¡Yo no estaba leyendo eso! —Se apresuró a decir Kagura, arrebatándole de las manos la revista.
Sesshomaru notó la alterada que estaba buscando quién sabe qué cosa en esas extrañas hojas. Kagura nunca le mostraba un respeto como debería a él. El hecho de arrebatarle la revista, le decía que era demasiado impulsiva. No le molestaba, pero esperaba que no lo volviera hacer, aunque con lo poco que lo conocía, era imposible.
—¡Mira! —Le señaló una página completamente indiferente. —Yo leía sobre esto. Como algunas frutas nos pueden ayudar a mantenernos mejor.
No cambio su serio semblante, pero si se sorprendía como Kagura trataba de engañarlo al decirle que leía otra cosa, cuando era tan evidente que el listado de las maneras de decirle a alguien que le gustas, era lo que en realidad la tuvo concentrada.
—Aquí dice que las manzanas, ayuda a las mujeres a tener un rubor natural. Eso era lo que yo leía, sobre los frutos rojos. Si no lo sabes, a las mujeres nos interesa vernos bien— aseguró. Microsegundos después reaccionó. ¿Qué estupideces decía? Le platicaba a Sesshomaru cosas que a él no le importaban para nada. Hablar sobre manzanas y sus beneficios, una idiota manera de decirle a alguien que eres inteligente.
—¿Piensas que me interesa? —habló el youkai de cabello plateado.
Kagura tenía la mayor cara de vergüenza que pudiera existir en el planeta. La repentina llegada de Sesshomaru, y el tener que hablar sobre otras cosas que no fuera Naraku, la terminaron por incomodar. Tal vez, si ellos estuvieran en otra época, las cosas serían más fáciles para ella. Ser otra persona, sin la dominación de Naraku, una vida perfecta y con todos las oportunidades para decirle "me gustas" a Sesshomaru. ¿Y porque no hacerlo ahorita? Ya sabía que la iba a rechazar, que importaba si se lo dijera de una manera discreta.
—No— susurró. Recordó el una de las frases que decía el artículo.
"Dile algún alago sobre su personalidad. Recuerda ser sincera."
¿Un alago? ¿Qué podía decirle?
—Oye— Se puso de pie, y se llevó ambas manos para atrás, jugando con su abanico cerrado. —A mi parecer, eres un youkai muy fuerte.
¡Bien! ¡Lo dijo! Ahora debía esperar que la muerte se la llevara. Por fin se había confesado.
El youkai no dijo nada. Sesshomaru no recibió eso como un alago, sino como una confirmación de algo que ya sabía. ¿Por qué volverle a decir eso, que con otras palabras, ella ya le había dicho? Al ofrecerle los pedazos de la perla, para que él matara a Naraku, era evidente que ella respetaba su poder.
—¿Qué es eso? —La ignoró, y su mirada si tornó a la llamativa bolsa de regalo que estaba a los pies de Kagura. Ella levantó la bolsa, sin saber cómo darle una respuesta. Estaba un poco decepcionada, porque él no dijo alguna palabra sobre su comentario. A lo mejor algo hizo mal o esas hojas si eran puras tonterías.
—No lo sé. Lo encontré por aquí— aseguró. Abrió la bolsa, y metió la mano, despertando la curiosidad de Sesshomaru.
Un agradable aroma salió de la bolsa. A Kagura, le resultó muy atrayente y extrañamente tentador el nuevo objeto. Sin embargo, a Sesshomaru le pareció muy dulce para sus exigentes gustos.
Notas de la autora:
Hola a los que leen. Perdón por el retraso de subir esto hasta ahorita. La verdad, me costó trabajo relacionarlo todo, porque se podía decir que se cuenta la misma historia en dos épocas distintas, y al final relacionarlo. ¿Qué quiero decir con esto? Que en el siguiente capítulo cuento la historia de Kagura y Sesshomaru en la época moderna (sus reencarnaciones), más precisamente en la misma época que Kagome. ¿Por qué no pensé en algo menos confuso? No lo sé. Me pareció buena idea mezclar las dos épocas. Además, como en el último capítulo, no creo poder explicar a detalle como relacionan las historias, pues lo voy a continuar. Por ahí vi en el topic que podía hacer más capítulos, y es lo que voy hacer.
Espero que les haya gustado. Es la primera historia romántica que hago de ellos dos, y sobre todo, con un poco de humor (un triste y la verdad pésimo humor). La verdad prefiero el angts, y es mi otra excusa para el retraso. El romance y el humor no van conmigo, por eso, este fic es un verdadero reto. No esperen verme escribir otro fic igual. No creó volver hacerlo.
Que tengan lindo día y gracias por leer.
