Disclaimer: Naruto no me pertenece todo es propiedad de Masashi Kishimoto.
Él y Ella.
– Hyūga – Fue el saludo que él le dio mientras la enfocaba con sus ojos negros.
– Uchiha-san – Fue la respuesta de ella, simple, fría como él.
Ese era el trato que estaban acostumbrados a llevar frente a otros, falso, ensayado, con fría cortesía, algo común en él por su personalidad distante, algo común en ella por su timidez, alejando cualquier pregunta o mirada inquisitiva que pueda surgir por un movimiento fuera de lo común.
Sin embargo ellos se divertían con esto, cuando se filtraba una mirada de él hacia ella, miradas llenas de lujuria, con una promesa silenciosa. Se divertían cuando se tocaban fingiendo ser un accidente o cuando se perdían por horas sin que nadie se enterara.
Una relación donde el factor principal era no ser descubiertos, una relación donde la satisfacción carnal estaba garantizada, impulsada por la empatía entre ambos, él era el último de los Uchiha alguien que vivió la mayor parte de su vida lleno de odio, roto, en busca de venganza solo para quedar vacio al encontrarla y ella era la heredera de su clan, un clan que la repudiaba, vista como un fracaso, una deshonra.
Ambos estaban solos.
– Algún día van a descubrirnos – Le dijo ella en una oportunidad y la única respuesta que recibió de él fue aprisionarla contra la pared mientras le susurraba muy cerca de los labios:
– Algún día, hoy no Hinata – Y eso era suficiente para hacer que ella perdiera cualquier ápice de duda o miedo que hubiera en su cuerpo, entregándose al placer que él podía darle, buscando su cuerpo a sabiendas que encontrar sus sentimientos sería mucho más difícil.
Era aquí cuando la ropa empezaba a sobrar, aumentaban los suspiros entre ellos, la pasión, la lujuria, se tocaban reconociendo ya la familiar sensación de sus cuerpos, aquel que él ya conocía de memoria y recorría con extrema vehemencia. Ella recorría su espalda con las uñas, rozaba sus brazos, enredando una pierna en su cintura, atrayéndolo, intentando fundirse como uno.
Él se perdía en ella, en su aroma, en sus ojos níveos, en aquel consuelo que ella podría ofrecerle y que aceptaba a medias, nunca totalmente, olvidando por un corto tiempo el resto de cosas a su alrededor, despojándola de toda su ropa, acariciando su sexo.
Ella gime su nombre con una mirada perdida hacia el techo de la habitación en la que se encontraban, extasiada por su tacto.
Él la llevo hasta la cama, donde daría comienzo la danza entre sus cuerpos, penetrándola, llenándola, jadeando de placer hasta terminar en el súbito orgasmo, sintiendo los espasmos del cuerpo de ella.
Se quedaban acostados en una sola posición por poco tiempo, hasta que sus respiraciones se normalizaran, nunca más de lo necesario, evitando hablar sobre cualquier tema que podría malinterpretarse, él por no querer darle ilusiones sobre un futuro incierto, y ella pensando que el huiría si le propone un futuro juntos.
Se despidieron como siempre sucedía, pensando que debían volver a su relación donde no eran más que conocidos, pero también sabiendo que eran algo más, que siempre volverían hasta la misma habitación en el barrio Uchiha, que eran lo que al otro le faltaba.
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Gracias por leer, TheBlanck.
