Ken-Kun No Shinzo
Por Rasma
Capítulo 1
ADVERTENCIA! Este fanfic muestra contenido de naturaleza shouen ai, e yaoi (relaciones homosexuales). La autora no se hace responsable por los daños, injurias o perjuicios que al(a) lector(a) pudiere causar, por ello, catalogamos este fanfic como sólo apto para mayores de 14 años. Cualquier duda, comentario, elogio, porra, alabanza, aventada de madre, injuria o queja, siéntase libre de escribir a link_jackson@hotmail.com
Hace ocho años, pasé la Noche Buena, prácticamente en México, precisamente en Palenque. ¿Iba solo con Wormmon? No. Alguien más venía conmigo. Era Matt, y obviamente, lo acompañaba su digimon canino. Hay ocasiones en que deseo que nada de eso hubiera sucedido. Porque así, yo jamás hubiera estado tan cerca de Matt, y este sentimiento tan firme que ahora nos tiene unidos, jamás habría nacido. Y no seríamos víctimas del desprecio y el rechazo de los demás (talvez estoy exagerando). Nuestro noviazgo ya tiene más o menos unos dos años y medio, ¿Cómo me reencontré con Matt? ¿Cómo me enamoré de él? ¿Cuáles han sido las más lindas experiencias que al lado de Matt he pasado? ..............
Seis años y algunos meses después de haber estado con Matt en Palenque, al fin lo volví a ver. Pero no fue como que no lo hubiera vuelto a ver antes. Más bien, nos empezamos a ver más seguido de lo de costumbre. Él me había invitado a tomar un café. Aún recuerdo aquella conversación al teléfono. -Matt! Qué sorpresa!- dije cuando me pasaron el teléfono -Hacía rato que no me hablabas!- -Heheh! Lo mismo digo yo.- me dijo Matt con un tono no tan jocoso como el que acostumbraba. -Podría decir que prácticamente ya te extrañaba.- -Eso es lindo de tu parte!- le dije sintiéndome halagado -No, no es nada.- de seguro él también se había sonrojado -Hahah! Y dime. Qué ha sido de ti?- quise sacarle plática para evitar esos típicos silencios tan feos que suele haber cuando alguien, a quien no le tienes suficiente confianza, te llama. -Pues, verás, huh...- dijo él con tono campante e interesante -...No ha pasado nada realmente interesante desde lo de Palenque. Será que tu ausencia está afectando mi vida cotidiana de una manera poco discreta?- -Ay, Por favor!- me sonrojé -Pero qué cosas dices, hahah!- -Puedo decir que tan es así, que me voy a tener que ver en la necesidad de verte.- continuaba -....Nhnhn!...- hice una risita medio pícara nada más para no quedarme callado -Por ello, me preguntaba yo...- concluyó -Qué tal si mi amigo Ken me acompañase al Jiggly Café mañana por la tarde?- -Hhhhaaah! Matt!...- Yo me alegré mucho, pero... ¿porqué tanta alegría? Es más, ¿porqué me invitó a mí? Era para que hubiera optado por invitar a Mimí o a Sora... talvez a Kari. Y sin embargo, yo acepté esa invitación muy gustosamente. -Claro que sí, es decir, con todo gusto voy contigo. Dime dónde nos vemos y a qué hora.- Hubo algo en mí que me hizo alegrarme de esa manera. No supe, y ni me preocupé por saber qué era, no en ese momento. -No te preocupes.- dijo él gustoso de que yo aceptara
Aquel momento fue de los más agradables que he vivido. Talvez no hubo nada realmente importante o especial de qué hablar. Pero el simple hecho de tener a Matt cerca de mí, me hacía sentir más tranquilo y más alegre de lo normal. Debió ser por su tan rara forma de hablar, o su actitud, ...o talvez su apariencia.... lo que sea! Los días posteriores frecuentamos salir juntos, talvez ya no al 'Café', sino a otros lugares, pero el hecho era que había algo que hacía que Matt se me hiciera bastante simpático y especial. Tan especial, que ese agrado que yo sentía al estar con él, se convirtió en avidez, ya no podía evitar desearlo, o soñar con él, ya fuera despierto o dormido. Por un momento lo creí un vil delirio, y traté de disimularlo al menos un poco ante Matt. Pensaba que si se enteraba, me tiraría a loco y terminaría por rechazarme. Pero llegó el momento en que ya no podía ocultarlo. Ya no podía resistirme a deslumbrarme ante el azul pálido de sus ojos, ni a contemplar su hablar, y mucho menos, al sonrojarme, y el desenfreno de mi respirar y de los latidos de mi corazón cuando él me tocaba. -Cómo va a ser esto posible?!- me preguntaba a mí mismo con desasosiego -Lo más que queda por pensar es que esto que siento por él es...- me quedé callado incluso en mi mente, -...¡¿amor?!- no quería aceptarlo, me rehusaba a comprenderlo -¿¡Cómo es posible que sienta amor por Matt?! Ay, no! Si se enterara, me mataría.- El amor hace que uno haga muchas tonterías e incoherencias. El estar cerca de Matt me convertía prácticamente en alguien muy diferente a mí. Había veces en que yo ya no soportaba este hecho, y terminaba por querer hacer que por obra de la coincidencia, pudiera hacer contacto con él. Había veces en que él me miraba con amor. También esas miradas se fueron haciendo cada vez más frecuente. Y eso era más que suficiente para volverme loco, y soñar con él por el resto del día, hasta que llegó el momento en que mejor me resigné. -Está bien, está bien.- me dije a mí mismo al despertar de un sueño que no recuerdo -Lo reconozco! Estoy enamorado! Y es algo que no puedo evitar! ...Pero ahora qué voy a hacer?! ...Ya no puedo eludir este tan grande deseo de estar con él, de besarlo y... huh! - si de algo estaba seguro, era de que no me faltaría mucho para perder la razón -No podré ocultarlo por mucho tiempo. Es mejor que vaya cavando mi propia tumba de una vez. Mis días están contados.- Estábamos un día, él y yo en su casa, precisamente en su cuarto, platicando un montón de cosas sin sentido, y de otras como lo había sido su experiencia en su grupo de rock, hasta que sin más ni más me preguntó: -Y dime, Ken.- me dijo él -Has estado enamorado alguna vez?- Yo me sentí como criminal descubierto en medio de un robo. Me dio tanta vergüenza, que no hallaba ni qué decir. Me puse todo nervioso, me sonrojé y me asusté a la vez. Pero no solté ni una sola palabra. Pero entonces, él se me acercó demasiado y me miró con amor, pero no como solía hacerlo. Esta vez era una mirada irresistible, tan irresistible, que no pude evitar el mirarlo a los ojos. -Es mejor que no lo sigamos ocultando.- ahora su mirada y su tono eran dulces y contemplativos -Al menos, yo ya no puedo.- Me tomó de los hombros y casi me volvía loco -A...a qué te... refieres?- dije todo nervioso esperando y a la vez no queriendo que me dijera que me amaba. -Ya es hora de que lo sepas.- me dijo con una caricia a mi rostro al tiempo que me estrechaba. -Dilo ya de una vez!- pensaba yo ansioso. Él acarició todo mi cabello, y al fin, me besó en la boca. Los ojos, solitos se me cerraron, me estremecí, y por un efímero instante, el tiempo pareció detenerse. Me sentía relajado, pero a la vez acelerado, aunque no tanto como lo estaba mi respiración y los latidos de mi corazón [valga la reabundancia]; por dentro estaba ardiendo, pero por fuera me congelaba. -Podrá ser esto posible?- pensaba yo mientras Matt me besaba -Acaso... sientes lo mismo que yo siento por ti?- así, él me acarició casi por todas partes, y sobre todo, el interior de mi boca. Fue algo hermoso... nunca antes me hube sentido así. ...Ese fue mi primer beso, es decir, ...fue Matt quien me besó por primera vez. Al término de tan tierno beso, me acorrucó en su regazo y me dijo: -Te amo, Ken. ...no me preguntes cómo puede ser. ...Sólo sé que... este sentimiento está ahí en mi corazón. ...Y ya no puedo ocultarlo.- Me sorprendió el saber que esto que yo sentía por él, era lo mismo que yo sentía. -No... no tienes nada de qué preocuparte.- le dije con cuanta dulzura me salió del corazón -Porque... yo siento lo mismo por ti.- ahora me sentía más tranquilo, no... muchísimo más tranquilo y aliviado, y a la vez feliz de que todo hubiera salido bien, al menos hasta entonces, porque justo en eso, alguien abrió la puerta, e inmediatamente nos soltamos asustados ante la incertidumbre de quién era quien abriría la puerta de esa manera tan violenta. Era el Señor Ishida, el papá de Matt. Afortunadamente no nos vio abrazados. Al menos eso creo. -Hola, Matt!- saludó el señor Ishida con un gesto jocoso -Cómo estás?- -Huh! Hola, papá! Cómo estás?!- dijo Matt muy nervioso -Mira, te presento a Ken, él es mi ...amigo!- -Hehehh! Mucho gusto.- dije arrastrado consigo en su nerviosismo -Mucho gusto.- dijo el señor Ishida -Bueno, yo solo pasaba para hacerles saber que ya llegué. Si me necesitan, estoy en mi cuarto viendo la tele. Hasta'l rato.- antes de cerrar la puerta, el señor Ishida me miró con rechazo... algo ha de haber sospechado. Luego de que se fue, Matt cerró la puerta con seguro, me miró con una sonrisita medio pícara, la que conservó para acercárseme, abrazarme y volver a besarme. -Ay, Ken! Cómo te quiero!- me decía entre besos y una que otra risita. Yo correspondía de la misma forma, porque en verdad lo disfrutaba. Luego de que me acostó en su cama y que él se puso a mi lado sin dejar de abrazarme, quise asegurarme de a dónde iría todo esto. -Oye, Matt.- le dije -Dime, cariño.- me dijo él con mucha confianza -Significa todo esto que... tú y yo somos....- ¿qué palabra sino novio, podría decir? -Novios...- completó él muy campante -...Si así le quieres llamar, y si así lo deseas.- Eso mismo dio aún más tranquilidad, pero a la vez, me dio aún más incertidumbre y preocupación -Porqué? Acaso hay algo que te incomoda?- -No, no, para nada.- dije yo acariciándolo para que no se sintiera mal -Te amo, no lo niego. Pero...- -Qué? -Hay algo que me preocupa. -¿Algo que te preocupa? ¿Pues qué puede ser tan grave? -Los que nos rodean, es decir, nuestros amigos, nuestras familias, nuestros conocidos... ¿cómo reaccionarán todos ellos si llegasen a enterarse de nuestra relación?- -.........Es cierto.- puso cara de preocupación -Nos veríamos en serios problemas si se enterasen de esto.- se puso sobre mí, y me asió de la parte trasera de la cabeza con mucha delicadeza -Escucha. Nadie nunca se va a enterar de esto. Y si así fuere, aún así nunca nos separaremos. Este amor nos mantendrá juntos para toda la eternidad.- -Matt!- me sorprendí de lo que dijo, hablaba muy en serio, era evidente que estaba enamorado de mí, tanto como yo de él -Lo Prometes?- -....Sí...Lo Prometo.- -Tú significas mucho para mí.- me dijo tras un efímero beso acompañado de algunos cuantos sollozos -Eres parte importante de mí, yo no sé qué sería de mí si te perdiere. Ni siquiera lo quiero imaginar. Este amor nos une, eso es todo lo que importa, y por este amor lucharemos contra todo, me oíste?- poco faltaba para que llorara, más bien, para que lloráramos -Contra todo!- -Lo... prometo.- sollocé -Por este amor... lucharemos contra todo.- me zozobró en la ternura y la humedad de otro de sus casi eternos besos, de esos que salen desde lo más profundo del corazón.
.....Pasaron más o menos dos meses. Nadie nunca sospechó nada, al menos eso creo, porque bien nos las arreglamos para disimularlo. Siempre teníamos que estar muy alerta de lo que estaba a nuestro alrededor, y de lo que hacíamos. Teníamos que cuidar de estar lo más lejos el uno del otro, y de no hacer ni el menor contacto, porque tanto una cosa como la otra, implicaba un gran riesgo. Sin embargo, cuando estábamos solos en lugares cerrados, seguros de que nadie nos veía, saciábamos todas nuestras ganas, pero sin llegar a tanto.
Un sábado, Matt pasó por mí a mi casa. Iríamos a la fiesta que Mimí, Sora e Izzy habían organizado para celebrar el decimoséptimo cumpleaños de Joe. Fue puro baile, música y tertulia, afortunadamente nada de cigarros, ni licor, ni droga. Es lo que más me gustó. Pocas veces va uno a fiestas decentes. Pero ese no es el punto. Llegué a mi casa muy noche. Eran como las dos de la mañana. En cuanto abrí la puerta, escuché la voz de mi madre decir: -Buenas noches.- Estaba ella sentada en el sofá de la sala, muy indignada -Buenas Noches, mamá. Lamento haber llegado tan tarde. Aunque sí te había avisado.- -Nótese la impertinencia en todo su esplendor!- ella se puso sarcástica -De qué hablas?! Porqué te pones así?!-¿acaso ella esperaba que descifrara de qué estaba hablando? -Ush!- mamá se resignó sin quitar su gesto de disgusto -Ken... hay algo en lo que no te has puesto a pensar.- -Algo en lo que no he pensado?- estaba desconcertadísimo por la ambigüedad de la que mi madre estaba bien armada -Si es porque les preocupa la hora a la que llegué, ya te pedí perdón! O si es por lo de que está cerca el aniversario fúnebre de Osamu, tú sabes que eso es algo de lo que yo nunca me olvido.- -Está bien, hijo.- mi madre al fin se resignó del todo, no obstante, no quitaba su tono de disgusto -Mañana a primera hora te disculparás con tu padre.- -Sí, si.- dije sacado de quicio por tan ambiguo reproche, -Buenas Noches.- me fui a mi cuarto, pero justo antes de que abriera la puerta del cuarto, mi madre volvió a hablar. -Ken.- dijo ella -Qué pasa?- respondí -Nunca te has detenido a pensar cuán interesantes y maravillosas son las chicas?- -Huh!- Esa fue una indirecta muy dolorosa. Todo se me juntó en ese momento. La incertidumbre, el dolor por el comentario al que consideré una injuria, el miedo de haber sido descubierto, e incluso, las ansias de ser tragado por la tierra a causa de tan inmensa vergüenza. Pero no podía quedarme callado, porque ello significaría peores problemas. -Pero qué cosas dices, mamá!- dije con tal de no hundirme en un silencio incriminador -Todo hombre sabe lo interesante que una chica puede ser. Heheh! Son tiernas, gentiles, bonitas y además, muy consentidoras. Son la representación de todo lo bello que puede existir en este mundo.- Pero tampoco podía hablar demasiado. De alguna forma me tenía que zafar las telarañas de tan nefasta situación, así que una vez dicho eso, le di las buenas noches a mi madre, me encerré en mi cuarto y me escondí en mi cama, con la misma vileza de la cobardía con que el avestruz mete su cabeza en un agujero del suelo cuando siente miedo, tanto miedo, que el resto de la noche no pude dormir. Me embargaba la angustia y el mismo miedo. Qué sería de mí y de Matt si nos descubrieran? El simple hecho de preguntármelo me aterraba, de tan aterrado que estaba no me atrevía ni siquiera a predecir lo que sucedería. Una lágrima y un sollozo me suplicaban la libertad, la libertad que yo me rehusaba a concederles hasta que se mostraron más fuertes que yo, y se escabulleron antes de que me arrepintiera. Wormmon inmediatamente se me acercó preocupado. -Qué te pasa, Ken?- me dijo Wormmon con un tono consolador -Se lo diré o no?- pensé confundido -Le diré que lo que me pasa es que soy gay, y que no falta mucho para que esta bomba estalle y acabe siendo mal- señalado por la sociedad mal-pensadora, mal-intérprete y mal-visora de todo?- pero no pude evitarlo. Tenía que desahogarme, así que abracé a Wormmon muy fuerte y al fin me tomé la libertad de soltar mi llanto. -Ken....- decía Wormmon angustiado de verme envuelto en mi llanto -Qué te pasó? Díme, por favor.- él también estaba a punto de llorar. Pero yo no podía decir nada. Estaba ahogado en mis propios sollozos, hasta que al fin pude sobreponerme a mi miedo y se lo pude decir. -Wormmon...- le dije -¿Es malo que surja amor entre dos chicos?- -Ay, Ken.- me dijo él confundido -No lo sé. ...Porqué lo dices? Acaso estás enamorado de un chico?- Otra vez no pude decir nada, me dolía aceptarlo, no hallaba cómo decirle que esa era mi realidad, pero me tuve que arriesgar. -...Así es, Wormmon.- me ahogué en un océano de lágrimas -Tengo que aceptarlo! Estoy profundamente enamorado de un chico! Y no puedo evitarlo! Porque él también me ama.- -Ken! ....- Wormmon, estaba más confundido que yo, y embargado por la angustia de verme sufriendo, él también empezó a llorar -Ya no llores, Ken.-
A la siguiente mañana, el teléfono sonó. Mi madre corrió a contestar. -Hola. ....- escuché que dijo -....No. Ken no está en estos momentos. ...No, no puedes dejarle recados ahora. Adiós.- colgó. -Dios mío!- me quedé pensando -Era Matt! ...Mi madre ya sospecha algo!- decidí llamarle a Matt, pero me pasó casi lo mismo. -Diga.- el señor Ishida contestó -Huh, disculpe...- me puse todo nervioso -Se encuentra Matt?- -No, Matt no está ahora.- se disgustó y sin más ni más colgó. -...Ay, no!- dije angustiado colgando -Ya se enteraron!- En efecto, ya se habían enterado, y no faltaba poco para que el chisme se desparramara por todo el pueblo.
Más tarde me llamó Kari para que todos nos reuniéramos en su casa, a lo que yo acepté, y sin pedir permiso, me escabullí de mi casa, pero justo antes de que agarrara la perilla de la puerta, mi madre salió no sé de dónde para volverme a enredar en las telarañas de sus reproches. -Ya te vas sin siquiera avisar?!- me dijo con su tono de reproche. -Huh!?- otra vez me embargó el miedo. Esta vez tuve que quedarme callado. -Porqué mejor no les dices que se reúnan aquí?- me sugirió con un ligero sarcasmo -Huh?!- me quedé atónito -....Que se reúnan aquí?- era que mi madre había escuchado mi conversación con Kari, y ¿porqué no? Si me da la gana también había escuchado todas mis conversaciones con Matt. -Está bien.- dije resignado -Les llamaré para que vengan.- estaba entre la espada y la pared. Sin duda alguna, mis padres ya sabían de mi relación con Matt. Ahora sí estaba perdido. Matt y yo teníamos los días contados.
Capítulo 1
ADVERTENCIA! Este fanfic muestra contenido de naturaleza shouen ai, e yaoi (relaciones homosexuales). La autora no se hace responsable por los daños, injurias o perjuicios que al(a) lector(a) pudiere causar, por ello, catalogamos este fanfic como sólo apto para mayores de 14 años. Cualquier duda, comentario, elogio, porra, alabanza, aventada de madre, injuria o queja, siéntase libre de escribir a link_jackson@hotmail.com
Hace ocho años, pasé la Noche Buena, prácticamente en México, precisamente en Palenque. ¿Iba solo con Wormmon? No. Alguien más venía conmigo. Era Matt, y obviamente, lo acompañaba su digimon canino. Hay ocasiones en que deseo que nada de eso hubiera sucedido. Porque así, yo jamás hubiera estado tan cerca de Matt, y este sentimiento tan firme que ahora nos tiene unidos, jamás habría nacido. Y no seríamos víctimas del desprecio y el rechazo de los demás (talvez estoy exagerando). Nuestro noviazgo ya tiene más o menos unos dos años y medio, ¿Cómo me reencontré con Matt? ¿Cómo me enamoré de él? ¿Cuáles han sido las más lindas experiencias que al lado de Matt he pasado? ..............
Seis años y algunos meses después de haber estado con Matt en Palenque, al fin lo volví a ver. Pero no fue como que no lo hubiera vuelto a ver antes. Más bien, nos empezamos a ver más seguido de lo de costumbre. Él me había invitado a tomar un café. Aún recuerdo aquella conversación al teléfono. -Matt! Qué sorpresa!- dije cuando me pasaron el teléfono -Hacía rato que no me hablabas!- -Heheh! Lo mismo digo yo.- me dijo Matt con un tono no tan jocoso como el que acostumbraba. -Podría decir que prácticamente ya te extrañaba.- -Eso es lindo de tu parte!- le dije sintiéndome halagado -No, no es nada.- de seguro él también se había sonrojado -Hahah! Y dime. Qué ha sido de ti?- quise sacarle plática para evitar esos típicos silencios tan feos que suele haber cuando alguien, a quien no le tienes suficiente confianza, te llama. -Pues, verás, huh...- dijo él con tono campante e interesante -...No ha pasado nada realmente interesante desde lo de Palenque. Será que tu ausencia está afectando mi vida cotidiana de una manera poco discreta?- -Ay, Por favor!- me sonrojé -Pero qué cosas dices, hahah!- -Puedo decir que tan es así, que me voy a tener que ver en la necesidad de verte.- continuaba -....Nhnhn!...- hice una risita medio pícara nada más para no quedarme callado -Por ello, me preguntaba yo...- concluyó -Qué tal si mi amigo Ken me acompañase al Jiggly Café mañana por la tarde?- -Hhhhaaah! Matt!...- Yo me alegré mucho, pero... ¿porqué tanta alegría? Es más, ¿porqué me invitó a mí? Era para que hubiera optado por invitar a Mimí o a Sora... talvez a Kari. Y sin embargo, yo acepté esa invitación muy gustosamente. -Claro que sí, es decir, con todo gusto voy contigo. Dime dónde nos vemos y a qué hora.- Hubo algo en mí que me hizo alegrarme de esa manera. No supe, y ni me preocupé por saber qué era, no en ese momento. -No te preocupes.- dijo él gustoso de que yo aceptara
Aquel momento fue de los más agradables que he vivido. Talvez no hubo nada realmente importante o especial de qué hablar. Pero el simple hecho de tener a Matt cerca de mí, me hacía sentir más tranquilo y más alegre de lo normal. Debió ser por su tan rara forma de hablar, o su actitud, ...o talvez su apariencia.... lo que sea! Los días posteriores frecuentamos salir juntos, talvez ya no al 'Café', sino a otros lugares, pero el hecho era que había algo que hacía que Matt se me hiciera bastante simpático y especial. Tan especial, que ese agrado que yo sentía al estar con él, se convirtió en avidez, ya no podía evitar desearlo, o soñar con él, ya fuera despierto o dormido. Por un momento lo creí un vil delirio, y traté de disimularlo al menos un poco ante Matt. Pensaba que si se enteraba, me tiraría a loco y terminaría por rechazarme. Pero llegó el momento en que ya no podía ocultarlo. Ya no podía resistirme a deslumbrarme ante el azul pálido de sus ojos, ni a contemplar su hablar, y mucho menos, al sonrojarme, y el desenfreno de mi respirar y de los latidos de mi corazón cuando él me tocaba. -Cómo va a ser esto posible?!- me preguntaba a mí mismo con desasosiego -Lo más que queda por pensar es que esto que siento por él es...- me quedé callado incluso en mi mente, -...¡¿amor?!- no quería aceptarlo, me rehusaba a comprenderlo -¿¡Cómo es posible que sienta amor por Matt?! Ay, no! Si se enterara, me mataría.- El amor hace que uno haga muchas tonterías e incoherencias. El estar cerca de Matt me convertía prácticamente en alguien muy diferente a mí. Había veces en que yo ya no soportaba este hecho, y terminaba por querer hacer que por obra de la coincidencia, pudiera hacer contacto con él. Había veces en que él me miraba con amor. También esas miradas se fueron haciendo cada vez más frecuente. Y eso era más que suficiente para volverme loco, y soñar con él por el resto del día, hasta que llegó el momento en que mejor me resigné. -Está bien, está bien.- me dije a mí mismo al despertar de un sueño que no recuerdo -Lo reconozco! Estoy enamorado! Y es algo que no puedo evitar! ...Pero ahora qué voy a hacer?! ...Ya no puedo eludir este tan grande deseo de estar con él, de besarlo y... huh! - si de algo estaba seguro, era de que no me faltaría mucho para perder la razón -No podré ocultarlo por mucho tiempo. Es mejor que vaya cavando mi propia tumba de una vez. Mis días están contados.- Estábamos un día, él y yo en su casa, precisamente en su cuarto, platicando un montón de cosas sin sentido, y de otras como lo había sido su experiencia en su grupo de rock, hasta que sin más ni más me preguntó: -Y dime, Ken.- me dijo él -Has estado enamorado alguna vez?- Yo me sentí como criminal descubierto en medio de un robo. Me dio tanta vergüenza, que no hallaba ni qué decir. Me puse todo nervioso, me sonrojé y me asusté a la vez. Pero no solté ni una sola palabra. Pero entonces, él se me acercó demasiado y me miró con amor, pero no como solía hacerlo. Esta vez era una mirada irresistible, tan irresistible, que no pude evitar el mirarlo a los ojos. -Es mejor que no lo sigamos ocultando.- ahora su mirada y su tono eran dulces y contemplativos -Al menos, yo ya no puedo.- Me tomó de los hombros y casi me volvía loco -A...a qué te... refieres?- dije todo nervioso esperando y a la vez no queriendo que me dijera que me amaba. -Ya es hora de que lo sepas.- me dijo con una caricia a mi rostro al tiempo que me estrechaba. -Dilo ya de una vez!- pensaba yo ansioso. Él acarició todo mi cabello, y al fin, me besó en la boca. Los ojos, solitos se me cerraron, me estremecí, y por un efímero instante, el tiempo pareció detenerse. Me sentía relajado, pero a la vez acelerado, aunque no tanto como lo estaba mi respiración y los latidos de mi corazón [valga la reabundancia]; por dentro estaba ardiendo, pero por fuera me congelaba. -Podrá ser esto posible?- pensaba yo mientras Matt me besaba -Acaso... sientes lo mismo que yo siento por ti?- así, él me acarició casi por todas partes, y sobre todo, el interior de mi boca. Fue algo hermoso... nunca antes me hube sentido así. ...Ese fue mi primer beso, es decir, ...fue Matt quien me besó por primera vez. Al término de tan tierno beso, me acorrucó en su regazo y me dijo: -Te amo, Ken. ...no me preguntes cómo puede ser. ...Sólo sé que... este sentimiento está ahí en mi corazón. ...Y ya no puedo ocultarlo.- Me sorprendió el saber que esto que yo sentía por él, era lo mismo que yo sentía. -No... no tienes nada de qué preocuparte.- le dije con cuanta dulzura me salió del corazón -Porque... yo siento lo mismo por ti.- ahora me sentía más tranquilo, no... muchísimo más tranquilo y aliviado, y a la vez feliz de que todo hubiera salido bien, al menos hasta entonces, porque justo en eso, alguien abrió la puerta, e inmediatamente nos soltamos asustados ante la incertidumbre de quién era quien abriría la puerta de esa manera tan violenta. Era el Señor Ishida, el papá de Matt. Afortunadamente no nos vio abrazados. Al menos eso creo. -Hola, Matt!- saludó el señor Ishida con un gesto jocoso -Cómo estás?- -Huh! Hola, papá! Cómo estás?!- dijo Matt muy nervioso -Mira, te presento a Ken, él es mi ...amigo!- -Hehehh! Mucho gusto.- dije arrastrado consigo en su nerviosismo -Mucho gusto.- dijo el señor Ishida -Bueno, yo solo pasaba para hacerles saber que ya llegué. Si me necesitan, estoy en mi cuarto viendo la tele. Hasta'l rato.- antes de cerrar la puerta, el señor Ishida me miró con rechazo... algo ha de haber sospechado. Luego de que se fue, Matt cerró la puerta con seguro, me miró con una sonrisita medio pícara, la que conservó para acercárseme, abrazarme y volver a besarme. -Ay, Ken! Cómo te quiero!- me decía entre besos y una que otra risita. Yo correspondía de la misma forma, porque en verdad lo disfrutaba. Luego de que me acostó en su cama y que él se puso a mi lado sin dejar de abrazarme, quise asegurarme de a dónde iría todo esto. -Oye, Matt.- le dije -Dime, cariño.- me dijo él con mucha confianza -Significa todo esto que... tú y yo somos....- ¿qué palabra sino novio, podría decir? -Novios...- completó él muy campante -...Si así le quieres llamar, y si así lo deseas.- Eso mismo dio aún más tranquilidad, pero a la vez, me dio aún más incertidumbre y preocupación -Porqué? Acaso hay algo que te incomoda?- -No, no, para nada.- dije yo acariciándolo para que no se sintiera mal -Te amo, no lo niego. Pero...- -Qué? -Hay algo que me preocupa. -¿Algo que te preocupa? ¿Pues qué puede ser tan grave? -Los que nos rodean, es decir, nuestros amigos, nuestras familias, nuestros conocidos... ¿cómo reaccionarán todos ellos si llegasen a enterarse de nuestra relación?- -.........Es cierto.- puso cara de preocupación -Nos veríamos en serios problemas si se enterasen de esto.- se puso sobre mí, y me asió de la parte trasera de la cabeza con mucha delicadeza -Escucha. Nadie nunca se va a enterar de esto. Y si así fuere, aún así nunca nos separaremos. Este amor nos mantendrá juntos para toda la eternidad.- -Matt!- me sorprendí de lo que dijo, hablaba muy en serio, era evidente que estaba enamorado de mí, tanto como yo de él -Lo Prometes?- -....Sí...Lo Prometo.- -Tú significas mucho para mí.- me dijo tras un efímero beso acompañado de algunos cuantos sollozos -Eres parte importante de mí, yo no sé qué sería de mí si te perdiere. Ni siquiera lo quiero imaginar. Este amor nos une, eso es todo lo que importa, y por este amor lucharemos contra todo, me oíste?- poco faltaba para que llorara, más bien, para que lloráramos -Contra todo!- -Lo... prometo.- sollocé -Por este amor... lucharemos contra todo.- me zozobró en la ternura y la humedad de otro de sus casi eternos besos, de esos que salen desde lo más profundo del corazón.
.....Pasaron más o menos dos meses. Nadie nunca sospechó nada, al menos eso creo, porque bien nos las arreglamos para disimularlo. Siempre teníamos que estar muy alerta de lo que estaba a nuestro alrededor, y de lo que hacíamos. Teníamos que cuidar de estar lo más lejos el uno del otro, y de no hacer ni el menor contacto, porque tanto una cosa como la otra, implicaba un gran riesgo. Sin embargo, cuando estábamos solos en lugares cerrados, seguros de que nadie nos veía, saciábamos todas nuestras ganas, pero sin llegar a tanto.
Un sábado, Matt pasó por mí a mi casa. Iríamos a la fiesta que Mimí, Sora e Izzy habían organizado para celebrar el decimoséptimo cumpleaños de Joe. Fue puro baile, música y tertulia, afortunadamente nada de cigarros, ni licor, ni droga. Es lo que más me gustó. Pocas veces va uno a fiestas decentes. Pero ese no es el punto. Llegué a mi casa muy noche. Eran como las dos de la mañana. En cuanto abrí la puerta, escuché la voz de mi madre decir: -Buenas noches.- Estaba ella sentada en el sofá de la sala, muy indignada -Buenas Noches, mamá. Lamento haber llegado tan tarde. Aunque sí te había avisado.- -Nótese la impertinencia en todo su esplendor!- ella se puso sarcástica -De qué hablas?! Porqué te pones así?!-¿acaso ella esperaba que descifrara de qué estaba hablando? -Ush!- mamá se resignó sin quitar su gesto de disgusto -Ken... hay algo en lo que no te has puesto a pensar.- -Algo en lo que no he pensado?- estaba desconcertadísimo por la ambigüedad de la que mi madre estaba bien armada -Si es porque les preocupa la hora a la que llegué, ya te pedí perdón! O si es por lo de que está cerca el aniversario fúnebre de Osamu, tú sabes que eso es algo de lo que yo nunca me olvido.- -Está bien, hijo.- mi madre al fin se resignó del todo, no obstante, no quitaba su tono de disgusto -Mañana a primera hora te disculparás con tu padre.- -Sí, si.- dije sacado de quicio por tan ambiguo reproche, -Buenas Noches.- me fui a mi cuarto, pero justo antes de que abriera la puerta del cuarto, mi madre volvió a hablar. -Ken.- dijo ella -Qué pasa?- respondí -Nunca te has detenido a pensar cuán interesantes y maravillosas son las chicas?- -Huh!- Esa fue una indirecta muy dolorosa. Todo se me juntó en ese momento. La incertidumbre, el dolor por el comentario al que consideré una injuria, el miedo de haber sido descubierto, e incluso, las ansias de ser tragado por la tierra a causa de tan inmensa vergüenza. Pero no podía quedarme callado, porque ello significaría peores problemas. -Pero qué cosas dices, mamá!- dije con tal de no hundirme en un silencio incriminador -Todo hombre sabe lo interesante que una chica puede ser. Heheh! Son tiernas, gentiles, bonitas y además, muy consentidoras. Son la representación de todo lo bello que puede existir en este mundo.- Pero tampoco podía hablar demasiado. De alguna forma me tenía que zafar las telarañas de tan nefasta situación, así que una vez dicho eso, le di las buenas noches a mi madre, me encerré en mi cuarto y me escondí en mi cama, con la misma vileza de la cobardía con que el avestruz mete su cabeza en un agujero del suelo cuando siente miedo, tanto miedo, que el resto de la noche no pude dormir. Me embargaba la angustia y el mismo miedo. Qué sería de mí y de Matt si nos descubrieran? El simple hecho de preguntármelo me aterraba, de tan aterrado que estaba no me atrevía ni siquiera a predecir lo que sucedería. Una lágrima y un sollozo me suplicaban la libertad, la libertad que yo me rehusaba a concederles hasta que se mostraron más fuertes que yo, y se escabulleron antes de que me arrepintiera. Wormmon inmediatamente se me acercó preocupado. -Qué te pasa, Ken?- me dijo Wormmon con un tono consolador -Se lo diré o no?- pensé confundido -Le diré que lo que me pasa es que soy gay, y que no falta mucho para que esta bomba estalle y acabe siendo mal- señalado por la sociedad mal-pensadora, mal-intérprete y mal-visora de todo?- pero no pude evitarlo. Tenía que desahogarme, así que abracé a Wormmon muy fuerte y al fin me tomé la libertad de soltar mi llanto. -Ken....- decía Wormmon angustiado de verme envuelto en mi llanto -Qué te pasó? Díme, por favor.- él también estaba a punto de llorar. Pero yo no podía decir nada. Estaba ahogado en mis propios sollozos, hasta que al fin pude sobreponerme a mi miedo y se lo pude decir. -Wormmon...- le dije -¿Es malo que surja amor entre dos chicos?- -Ay, Ken.- me dijo él confundido -No lo sé. ...Porqué lo dices? Acaso estás enamorado de un chico?- Otra vez no pude decir nada, me dolía aceptarlo, no hallaba cómo decirle que esa era mi realidad, pero me tuve que arriesgar. -...Así es, Wormmon.- me ahogué en un océano de lágrimas -Tengo que aceptarlo! Estoy profundamente enamorado de un chico! Y no puedo evitarlo! Porque él también me ama.- -Ken! ....- Wormmon, estaba más confundido que yo, y embargado por la angustia de verme sufriendo, él también empezó a llorar -Ya no llores, Ken.-
A la siguiente mañana, el teléfono sonó. Mi madre corrió a contestar. -Hola. ....- escuché que dijo -....No. Ken no está en estos momentos. ...No, no puedes dejarle recados ahora. Adiós.- colgó. -Dios mío!- me quedé pensando -Era Matt! ...Mi madre ya sospecha algo!- decidí llamarle a Matt, pero me pasó casi lo mismo. -Diga.- el señor Ishida contestó -Huh, disculpe...- me puse todo nervioso -Se encuentra Matt?- -No, Matt no está ahora.- se disgustó y sin más ni más colgó. -...Ay, no!- dije angustiado colgando -Ya se enteraron!- En efecto, ya se habían enterado, y no faltaba poco para que el chisme se desparramara por todo el pueblo.
Más tarde me llamó Kari para que todos nos reuniéramos en su casa, a lo que yo acepté, y sin pedir permiso, me escabullí de mi casa, pero justo antes de que agarrara la perilla de la puerta, mi madre salió no sé de dónde para volverme a enredar en las telarañas de sus reproches. -Ya te vas sin siquiera avisar?!- me dijo con su tono de reproche. -Huh!?- otra vez me embargó el miedo. Esta vez tuve que quedarme callado. -Porqué mejor no les dices que se reúnan aquí?- me sugirió con un ligero sarcasmo -Huh?!- me quedé atónito -....Que se reúnan aquí?- era que mi madre había escuchado mi conversación con Kari, y ¿porqué no? Si me da la gana también había escuchado todas mis conversaciones con Matt. -Está bien.- dije resignado -Les llamaré para que vengan.- estaba entre la espada y la pared. Sin duda alguna, mis padres ya sabían de mi relación con Matt. Ahora sí estaba perdido. Matt y yo teníamos los días contados.
