Eh intentado expandir mis horizontes. Leyendo Vampire Knight a petición de una amiga (si, mi fama crece XD) y por cosas de la vida (mas la inspiración de golpe del momento) decidí escribir esto. Será un treeshot; espero lo disfruten.
Siguiente parada
Lunes 1 de octubre (Diario de Kaname Kuran)
El día de hoy resultó ser de lo más interesante, pero para ser metódicos hay que iniciar por el principio.
Aconteció que siendo ya las ocho de la mañana me encontraba de pie en la entrada de mi aula acostumbrada, el cielo se encontraba levemente despejado a excepción de tres nubes enormes que amenazaban con derramar su llanto sobre nosotros. A Rido no le haría nada de gracia si no cargaba entonces su celular.
Esperaba a cierta enana castaña, por suerte no había llegado el profesor; en mis adentros recordaba aquella ocasión en que, apenas llegando dos minutos tras el maestro al aula de clase, no la dejaron entrar a presentar un examen importante. Me reí con ganas aquella vez, su vagancia había alcanzado niveles cósmicos.
Los demás alumnos paseaban tranquilamente de aquí para allá, entrando a aulas que seguramente no les correspondían simplemente para platicar con algún compañero o amigo que por azares de burocracia se separó de ellos en un nuevo salón.
En la lejanía pude divisar ese cabello canoso por la edad, Cross estaba a punto de entrar cuando metros detrás de él, y a una velocidad impresionante incluso para ella, corría la causa de mis diversiones como alma que lleva el diablo. Cross le hizo una carrera para molestarla y no pude más que sonreír de medio lado. Fue divertido. Entré enseguida y me perdí del resultado de la carrera, pero a pesar de la sonrisa de burla que sostenía el "anciano" profesor sabía que Yuuki había ganado.
Nos sentamos, a mi derecha contaba con Seyren jugando algo en su celular y a mi izquierda a la pequeña. Detrás de mí el resto de nuestro grupo, Yori, Shizuka, Maria y Sara. Akatsuki no parecía querer aparecerse pronto, algo que me dejó mal sabor de boca.
Omitiré lo que aprendimos en esta ocasión, para eso tengo mi libreta de apuntes para cada materia, así que proseguiré.
Surcaban alrededor de las nueve y cuarenta minutos cuando, con tal de saciar mi hambre con algo barato de la cafetería, salí a por una caja de leche saborisada. Estaba de camino al regreso cuando, reconociendo la voz de un muchacho me escondí entre algunos arbustos pequeños. Es cuando alabo mi oído prodigioso.
Detrás de un árbol denoté a Yuuki jugando con sus dedos y haciendo expresiones raras, pero típicas de ella, comentando palabras para mí hasta ese entonces completamente incoherentes. ¿Qué le estaba pidiendo a Kiryuu? ¿Acaso pretendía obligarlo a aceptar una galleta mal preparada? En ese caso tiene mi bandera blanca, libre camino hacia la muerte.
Curioso por querer saber la anécdota a ciencia cierta, Akatsuki llega a tomarme por el hombro y me jala hacia otro rincón. El contacto no duró demasiado, pero si el suficiente como para que mi concentración en tan atípica charla entre el pelos plateados y la achocolatada se rompiera y se perdiera entre el ruidero que significaba el final del receso.
-Déjalos un momento a solas. –Fue lo que me dijo. –No lo tomes a mal, se venía venir desde hace meses. –Debí haberme visto en un espejo, no se que cara habré puesto para que me contestara de tal forma.
No dijo más. Volvimos a nuestra aula y el tiempo siguió su curso tranquilo.
Yuuki se apareció a mitad de la clase, afortunadamente para ella el profesor había salido al baño seguramente. Tuve que ponerla al tanto de todo lo que pasaba. Se notaba igual que siempre, pero sentía la mirada de Yori intercalarse entre ella y yo. Algo sabía… y me parece que Seyren también.
María me desconcertó un momento, preguntándome algo entre la segunda sección de la clase. Shizuka y Sara salieron a por un bocadillo, les pedí que me trajeran unas galletas. Se fueron sin decir nada. Estaba por sacar alguna novela de mi mochila cuando veo nuevamente a Kiryuu, pero esta vez entrando y sentándose al frente nuestro.
Nos saludamos todos como de costumbre, Seyren lo tomó del brazo y se pusieron a platicar. A mi lado sentí un aura de combate muy bien disimulado, pero en fin, había tenido la misma sensación desde hace algunos meses y viniendo de la pequeña no había por qué preocuparse.
Suspiré.
Terminaron las clases. Todos nos reunimos en la explanada a platicar, nos era bastante cómodo comenzar charlas adentro que fuera del colegio. Incluso uno que otro profesor se nos unía en la conversación. Pero bueno, las que hacían mas escándalo eran Shizuka y María, como si fueran la misma persona con el mismo ingenio para decir tonterías.
-Tengo hambre. –Dijo María sonriente. -¿Salimos a comer algo? –Ya todos sabían que era lo que íbamos a comer.
Salimos, cruzamos un puente para llegar a nuestro lugar de siempre. El encargado de dicho puesto nos conocía, nos llevábamos bastante bien; por decirlo de alguna manera éramos clientes frecuentes, o por lo menos de esos que le buscan plática.
Tomamos una de las mesas y nos sentamos. Rido no me dejó voltear donde estaban Yuuki y Zero, pero por el rabillo del ojo avisé que ambos estaban bastante cercanos y animados… con él tomándole de los hombros.
Akatsuki se colocó rápidamente a mi lado y me entabló tema.
No recuerdo con exactitud a donde llegamos aquella tarde. Estaba retrasándome y debía regresar rápido a hacerme cargo de unos asuntos importantes.
Me despedí de todos, pero hubo algo que no me gustó en lo absoluto: Yuuki no me dirigió la mirada para decirme "adiós", en cambio, sus dos ojos chocolate estaban concentrados en la palabrería de Zero.
Tomé mis cosas y ascendí al transporte más próximo a salir.
Puede que me entere mañana de varias cosas.
Ojalá alguien capte la referencia a qué libro estoy leyendo en este momento.
