Disclaimer: Hetalia Axis Power pertenece a Estudio Deen y a Hidekaz.
Advertencias: Ligero OC, Referencias históricas, Situaciones de supervivencia.
Aclaraciones: -El fanfic tratará el universo de CHIBITALIA.
-Estados Unidos está referido como "13 Colonias" y México como "Virreinato de Nueva España".
-La historia se ubica en la segunda mitad del siglo XVII.
-Se hacen varias referencias históricas pero para darle prioridad al fanfic se omiten. En cambio estoy dispuesta a aclarar en caso de dudas.
¡Hola a todos! Estoy muy contenta de volver por esta sección con una historia sencilla de mis chicos favoritos :D Ya tenía ganas de volver a tratar CHIBITALIA y espero que el resultado sea más o menos deseable. Esta etapa me gusta en particular ya que la relación de México y USA era más pura, más linda e inocente D: algo que fue y que no volverá a ser, pero que por lo mientras nos saca una sonrisa :D
Espero que les guste.
¡Owari~!
"En lo profundo del bosque"
Capítulo 1. ¡Estamos perdidos!
… vaya.
— Alfred…
Esto no estaba pasando, ¿verdad?
— Alfred…
¿Verdad?
Veía la espalda de 13 Colonias caminando con "seguridad", pero poco a poco se encorvaba e iba más despacio.
Vaya…
No se aguantó las ganas de tomar una rama del camino y, mientras avanzaban, picarle la nuca.
— Alfred.
—…
— Alfred.
—…
— Alfred – repetía ya con voz fastidiada. No dejaría de picarlo hasta que volteara y confesara la obvia verdad, pero conociéndolo, dudaba que ocurriera pronto…
Entonces, antes de que todo empeorara…
— Nosotros…
— No lo digas.
—… estamos…
— ¡No lo digas!
—… perdidos.
En efecto, 13 Colonias y Virreinato de la Nueva España estaban perdidos en el bosque, pero eso no era lo más patético: estaban perdidos en los bosques alrededor de Jamestown, es decir, en territorio supuestamente BIEN conocido por su anfitrión y CERCA de la colonia más poblada de las 13.
Así que… ¿ahora qué?
— ¡No estamos perdidos! — el rubio volteó a mirarlo con un puchero de frustración. Jones tenía la apariencia de un niño de 9 años y se comportaba como tal, incluso con su euforia y exceso de autoconfianza que ahora le faltaba — ¡E-Es un atajo que sólo YO conozco!
— Pues ya llevamos en este atajo 5 horas — oh, sí — Y no hay rastros ni del pueblo y del Sr. Esponjoso.
El Sr. Esponjoso era un conejito de color castaño que Jones cuidaba desde que lo salvó de los lobos, pero ese día que abrió el corral para que lo conociera, salió disparado entre saltitos juguetones al bosque.
Alfred fue tras él, lo siguió y… bueno, helos ahí, después de caminar durante horas en medio de los árboles y de los caminos cubiertos por hojas secas que crujían bajo sus pies.
¿Dónde demonios estaban?
— E-Es parte de mi plan, ¡por aquí s-sorprenderemos al Sr. Esponjoso!
— Alfred, esto ya no es divertido… en realidad ni siquiera al inicio lo fue — se sentó en las raíces de un árbol que sobresalían — Antonio va a matarme…
Él, a diferencia de su amigo, aparentaba 12 años y era menos alegre de lo que debería.
Muchos problemas, muchas exigencias, muchos deberes… el trabajo como Virreinato de la Nueva España no tenía fin, a su edad no tenía tiempo para comportarse como un niño porque ya era Don Alejandro Rodríguez Carriedo de Velazco Yollopiltzin Tlatoateotzin, y bajo ese nombre llegó a las tierras de su vecino.
Era la primera vez que visitaba Jamestown, y en particular, su primer viaje oficial hacia las 13 colonias.
Antonio argumentaba "paz" como motivo de toda esa visita, pero buscaba los buenos términos con el gobierno provisional en caso de que Mr. Kirkland quisiera crear más colonias en América ya que podría evitarlo con la idea de "América sólo para nosotros"… cuando sólo quería decir "América para España". Pura basura en el fondo pero había principios lógicos.
A él no le molestaba ya que Alfred era su mejor amigo y una "alianza" les garantizaba tiempo juntos, pero no se veía NADA bien estar perdido como si fuera un niño. Gracias a Dios Mr. Kirkland y Antonio estaban en la alcaldía hablando con sus delegados: significaba que tenían hasta la noche para regresar.
Si caminaron 5 horas podían volver en la mitad de tiempo apresurando el paso… eso si Jones recordaba el camino.
— ¿Ya te ubicaste? — se acomodó un poco el cinturón donde llevaba su estoque y una pequeña licorera. No le daba remordimiento beber ya que no era un niño — Tenemos que regresar, si no nos ven pensarán lo peor.
Observó al contrario.
… ya tenía las orejas rojas, temblaba y jugaba torpemente con sus manos, señal inequívoca de que iba a llorar…
Cargar con presiones no era lo suyo, le entraba pánico y sólo podía llorar como respuesta.
… sonrió un poco levantándose para abrazarlo. El otro correspondió ya con lagrimitas en sus ojos.
— ¡Lo sientoooooo! ¡No sé dónde estamooooos!
J-Jajaja, lo sabía.
Miró a su alrededor y supo que esto iba a ser más difícil de lo que pensó ya que todo lucía exactamente igual.
— ¡P-Pero te prometo que volveremos! ¡No dejaré que mueras aquí!
— O-Oye, no es para tanto.
— ¡Claro que sí! El bosque es un lugar horrible, feo, extraño y mortal, ¡nos comerá en cuanto nos descuidemos!
— No es verdad, el bosque sólo es un lugar donde viven otros animales en completa libertad. Coexistimos con él, todos somos parte de la misma tierra.
— No, los humanos se quedan en los pueblos y las cosas feas en los bosques, ¡así es como debe ser!
— Bueno, como sea — le apretó la nariz para que dejara de hablar. Rió por los gestos de asfixia fingida que hizo — No moriremos, sólo hay que mirar por dónde vamos… para empezar, ¿en qué dirección estamos?
— ¡En el bosque!
— Ya sé, pero hacia qué dirección a comparación del pueblo.
— ¿En el bosque?
—… la orientación.
— ¿E-El bosque?
—…
—…
—… Alfred, no me digas que no sabes orientarte.
— ¡S-Si sé, pero en el pueblo! Aquí todo me parece igual, no me gusta…
… maldijo internamente a Mr. Kirkland, ¿qué le estaba enseñando a Alfred? ¡¿A jugar sin ensuciarse?! A su edad ya sabía lo básico de supervivencia… ¡al menos debería enseñarle a conocer su territorio!
Le jaló las mejillas.
— ¡Dueleee!
— ¡Ese es el punto! – lo torturó un poco pero ya lo soltó — Muy bien, quiero que seas honesto…
— D-De acuerdo.
— ¿Sabes cazar?
— No.
— ¿Sabes buscar agua?
— ¡Siempre hay en la cocina~!
— ¿Sabes encender fuego?
— Lo tomó de la cocina con una varita y lo llevo con cuidado hacia mi vela~
…
Esto iba a ser MUCHO MÁS difícil de lo que pensó. Únicamente suspiró y le acarició el cabello, lo que al menos provocó que lo mirara con inocente alegría.
Dentro de todo era bueno que Jones se comportara como un niño, porque eso era.
— ¿Alexander?
— Nada, nada. Vamos a salir de aquí pero no te alejes de mí, ¿está bien?
Sonrió cuando lo miró con ilusión y admiración.
Alfred era un niño muy lindo.
— Para empezar, ¿hay lobos cerca?
— Sí, aunque se mantienen alejados del pueblo. Sólo cuando tienen mucha hambre se atreven a robar un par de gallinas.
— ¿Qué me dices de los indios powhatan?
— Ellos ya no se acercan a menos que sea por asuntos muy importantes.
— ¿Pero no estamos cerca de su territorio?
— No, pero si vemos unos postes con plumas y… y con c-cráneos significa que cruzándolos ya estamos en sus tierras.
— Bien, entonces no hay nada que temer.
— ¿E-Estás loco? ¡Aquí hay muchas cosas que dan miedo!
— No tanto, al menos no te salen coyotes o pumas, como en mi casa. En la selva se pone peor.
Vio que Alfred se asustó y ya sólo le palmó el hombro.
— Espera aquí.
— ¡¿Por queee?! ¡¿A dónde vas?! ¡Dijiste que no me separara de tiiiiiiii!
— V-Voy a escalar ese árbol — Jones era más nervioso de lo que pensó — Así intentaré ver dónde estamos y hacia dónde ir.
— ¡Wa! ¡Alex, qué listo eres!
Rió un poco y ya fue subiendo. Era un fuerte roble así que no tuvo problemas en pisas las ramas para impulsarle.
Escuchaba a Alfred cantar nervioso como señal de que se aferraba al tronco y evitar cualquier separación. También era muy listo.
…
Llegó a la punta del árbol viendo por encima de las copas. Era difícil ubicarse porque no había ninguna referencia visual: ni un cerro, ni una torre, nada para saber en qué parte del bosque estaban… aunque también vio que era más tarde de lo que parecía, más del medio día.
Tomó un puñado de hojas para aventaras y ver la corriente del aire.
El viento en verano iba normalmente en dirección de los ríos, se notaba más en ese lugar, por eso… por eso había que ir al Este, según la corriente, de ese modo llegarían al río que desembocaba en el mar frente a Jamestown. Esperaba estar en lo correcto.
No obstante… ¿cuánto tiempo caminaron? Quizá tendrían que pasar la noche en alguna cueva o en un refugio improvisado, también no tenían comida ni agua.
Había tanto que hacer… pero tenía confianza, debía tenerla porque 13 Colonias dependía de él. Eso lo hacía sentir… bien, con responsabilidad en el buen sentido.
Por otro lado, NADA malo debía pasarles porque tanto Antonio como Mr. Kirkland lo tomarían MUY MAL.
Ya con saltos muy hábiles bajó y Alfred se le acercó con mirada interrogante.
— Creo que ya sé a dónde ir, pero hemos caminado más tiempo del que pensábamos así que podría anochecer antes de llegar al pueblo.
— ¡Buaaaa! ¡Vamos a moriiiiiiiiir!
Suspiró y lo abrazó con más cuidado intentando calmarlo. Se sentía como el hermano mayor de Alfred y era una linda sensación, sobre todo cuando también le rodeó la cintura con sus bracitos.
Dejó que llorara un poco, pero al final le limpió sus mejillas con la tela de su capa.
— No te alejes y observa por donde vas, te prometo que estaremos bien.
— S-Sí.
— Y quién sabe, tal vez aprendas un par de cosas en el proceso — lo tomó de la mano — Vamos.
Todo sería más difícil de lo que pensó… sin embargo, cuando Alfred lo miraba así se sentía más fuerte.
¡Hora de irse!
