Primera Aventura: En una isla lejos de casa.

Era un día de verano como cualquier otro en Danville, todo era normal o al menos eso parecía pues en las afueras de la ciudad en lo profundo de una cueva un hombre de bata blanca estaba por desencadenar un importante acontecimiento que afectaría a más de una persona.

-se que estoy cerca –decía aquel hombre sosteniendo y aparato en sus manos. –con esto podre dominar no solo al área limítrofe sino todo el mundo.

Un parpadeo lo saco de su auto monologo, miro la pantalla detenidamente, camino algunos metros hasta toparse con un muro el cual tenia inscripciones talladas y en el centro una calavera.

-veamos –se acerco –mmm, aquí dice que el tesoro del One Piece no solo otorgara el poder de un dios a quien lo controla, sino que además tendrá una maldición que lo… -dejo de leer –si, si, una advertencia de que debo usar el poder con sabiduría o justicia, nada importante para un genio malvado como yo. –Saca un tipo de pistola futurista –todo este tiempo he desperdiciado valioso tiempo en tontos planes para acabar con todo lo que más odio, pero ahora es diferente, esta plan es a prueba de errores y nadie podrá detenerme, ni siquiera Perry el ornitorrinco.

Una explosión lo saca de sus pensamientos.

-¿Qué pasa? –Mira a su izquierda – ¿perry el ornitorrinco? ¿Pero como? Bah, no importa llegas tarde –mira hacia el muro -la leyenda dice que cuando el sol toque la figura del centro se abrirá un portal que liberara a un demonio y se posesionara de la primera persona que encuentre, brindándole todo su poder –toma su arma, apunta a la calavera y dispara –este rayo es idéntico a los rayos emitidos por el sol, solo es cuestión de tiempo para que el portal se abra.

Perry el ornitorrinco golpea a doofenshmirtz con su cola este cae y rueda por el piso, antes de que el mamífero pueda rematarlo la cueva comienza a sacudirse, ambos miran hacia el muro que comienza a abrirse lentamente.

-¡si! –Exclama doofenshmirtz –ahora seré el supremo gobernante.

Una luz se origina donde antes estaba el muro toma, una forma esférica y avanza lentamente hacia doofenshmirtz, unos centímetros antes de encontrarse, la esfera estalla dividiéndose en 10 rayos 2 golpean a los presentes arrojándolos varios metros, doofenshmirtz cae accidentalmente en una gruta mientras perry queda suspendido en el aire. Los rayos restantes se dispersan fuera de la cueva 3 se dirigen a una zona suburbana, dos al centro comercial, otros 2 hacia el campo de minigolf y el ultimo hacia un edificio.

Segundos antes en el jardín trasero de una casa descansaban dos chicos al pie del árbol el primero de cabeza triangular y cabellera roja vestía una playera de manga corta de rayas naranjas y blancas y un pantalón corto, a su lado estaba otro chico más alto que él, pelo verde camisa blanca y pantalón morado y su rostro mostraba indiferencia.

-Hola Phineas –hablo una voz femenina interrumpiendo la paz que ambientaba el lugar -¿Qué están haciendo? -La última pregunta atrajo la atención del pelirrojo –hola Isabella –respondió –Ferb y yo estábamos pensan… -un destello a lo lejos atrae la atención de los tres, antes de que pudieran reaccionar fueron golpeados por los rayos.

En el centro comercial Candace y Jeremy visitaban un local de instrumentos musicales cuando un resplandor los saco de su mundo -¡Phineas y Ferb! –exclamo furiosa, solo alcanzo a tomar su celular cuando fue atacada por la luz, Jeremy preocupado trato de acercarse pero fue detenido por el otro destello.

Dentro del territorio del minigolf dos chicos jugaban tranquilamente, uno de ellos se preparaba para tirar.

-mira y aprende tonto –dijo en tono altanero uno de los chicos, toma impulso y poco antes de golpear la pelota un resplandor lo hace fallar.

-ja, fallaste –pronuncia el otro chico en tono burlesco.

-¡ese no cuenta! –Reclama furioso –esa maldita luz me hizo fallar.

-Buford el reglamento establece que aun si hay un distractor se cuenta el tiro.

Buford lo toma de la camisa con una mano, cierra la otra y la levanta por encima de la cabeza de su victima.

-¡aquí esta tu reglamento! -Terminada la oración son atacados por dos rayos.

Lejos de la zona suburbana una chica de cabello negro y ropa gótica habla por celular.

-mamá ¿sabia mi papá que este fin de semana me quedaría con él?

-claro le llame hace tres días para recordárselo.

-pues te tengo noticias, no esta pero dejo una nota en la que escribe que se fue a conquistar el mundo. Te lo dije, es malvado.

-no es malvado, tal vez exagero en la nota ya sabes como es el.

La chica gótica mira por la ventana y logra ver a lo lejos varios destellos.

-mamá te llamo luego

-Vanesa todo esta en ord...

Ella colgó antes de que su madre terminara de hablar –debe ser obra de mi padre –dijo para si misma -¿me pregunto que habrá hecho ahora? –pensó en voz alta, miro de nuevo por la ventana y vio aproximarse uno de los rayos que vio. Momentos antes de ser atacada cubrió su rostro con sus manos.

Los cuerpos de las victimas de las extrañas luces empezaron a levitar lentamente, segundos después se transformaron en ráfagas que volvían al lugar de origen siendo tragados por aquella puerta que doofenshmirtz había abierto anteriormente pero por alguna razón, este ultimo se quedo en el lugar.

-mi cabeza –se queja el científico –un minuto –palpa con sus manos su cuerpo esperando alguna diferencia –no paso nada, la leyenda resulto ser falsa ¡maldición! –exclamo furioso, al mismo tiempo broto lava de sus manos para su sorpresa –que les parece ahora soy un hombre de lava –medito –creo que después de todo podre apoderarme no solo del área limítrofe sino de todo el mundo.

En una playa ubicada en un lugar desconocido, Phineas despertaba de su sueño.

-¿Qué fue lo que paso? –balbuceaba al mismo tiempo que intentaba ponerse de pie.

-¿Phineas eres tu? –exclamo una voz femenina la cual el chico identifico.

-si Isabella soy yo –respondió sin entusiasmo -¿Dónde estamos?

-no lo se –agrego la chica mientras se frotaba los ojos.

Phineas bajo la mirada solo para descubrir que tanto su apariencia como su ropa habían cambiado.

-¡que me paso! –Grito sorprendido –esta no es mi ropa –miro a su amiga –Isabella ¿tu también?

-¿también que? –dijo confundida. Miro detenidamente al pelirrojo notaba algo diferente, su apariencia era de un adolecente de 16 o 17 años vestía un short de mezclilla, un chaleco rojo abierto y en su cabeza descansaba un sombrero de paja. Tardo unos minutos en procesar la situación, cuando por fin reacciono. -¡Phineas creciste! –al fin lo noto.

-si y no soy el único, mírate

La joven de inmediato noto que también había crecido, su cuerpo estaba bastante desarrollado aun para los 16 años que aparentaba, su figura era esbelta, piel suave, su rostro lucia tierno e infantil y contrastaba con su físico de mujer. Usaba una falda larga color rojo que dejaba ver su pierna izquierda, una blusa de tirantes del mismo tono que mostraba su ombligo y una capa larga de color blanco.

-Phineas –corrió a abrazarlo -estoy asustada.

-tranquila –comento –lo primero que debemos hacer es buscar a Ferb, no debe estar lejos. –Señala al frente suyo –mira a lo lejos una ciudad, vamos para allá, tal vez Ferb se encuentre ahí.