Disclaimer: los personajes que utilizo son propiedad de su creador el señor Kishimoto. La historia es mía.
Los personajes que use seguramente serán muy OOC's, la verdad es que manejar personajes de otras personas me cuesta algo de trabajo. Además por las diferencias en cuanto a su vida basada en el manga/anime con las que tienen en esta absurda historia.
Tal vez llegue haber OC's.
Disculpen mis errores ortográficos (intento que sean mínimos).
Cuando una amistad es grande ni la muerte puede separar las almas.
Aun después de la eternidad.
Siempre he pensado que una verdadera amistad puede derribar cualquier barrera que se le presente, puede sin lugar a dudas cambiar la manera de percibir el transcurso del tiempo y puede incluso llegar a vencer a la muerte...
El día que cumplí mis gratos dieciséis años fue el día en que perdí la vida. El día que perdí la vida pensé que todo había acabado para mí. Cuando no había más que oscuridad a mí alrededor fue que te escuché. Ese rayo de luz que iluminó parte de aquella oscuridad fue producida por tu voz.
— No me abandones... por favor no lo hagas...
Fue lo único que basto para que me quedara. Pero cuando te vi, cuando vi lo que me rodeaba no pude entender, no pude. Tú llorabas, estabas cubierta de sangre, el paramédico te quería apartar pero tú no lo dejabas, querías abrazarme... ¿Por qué si yo estaba detrás de ti? ¿Por qué repetías mi nombre con tanta tristeza? Claro, porque yo estaba muerta.
Ese día por la mañana yo estaba completamente emocionada, era mi cumpleaños ¡cómo no estarlo! Había pasado todo el mes planeando ese día. Para mi fortuna mi cumpleaños había caído en sábado, como las clases los sábados no son muy importantes decidimos hacer un convivio en el salón y por la noche una fiesta en mi casa. Ansiaba ver que me regalaría todo el mundo, que me regalarías tú, mi mejor amiga, quería saber si el me regalaría algo, el chico de quien estaba enamorada. A pesar de que la fiesta sería hasta la noche decidí arreglarme muy bien, a decir verdad siempre lo hacía y, aunque no tenía la necesidad, me gustaba hacerlo. Alisé mi cabello, lo arreglé en una coleta baja y de lado, sujetándola con un grueso mechón de mi cabello; use rímel, rubor y gloss, un poco de sombra de destellos sólo para iluminar mi mirada; me coloqué los pendientes que me regalaste el año pasado, esos que tenían una pequeña hoja de Sakura en medio de dos estrellas; me puse mi uniforme perfectamente bien planchado y mis ballerinas. Después de salir de mi habitación me topé con mi padre, quien con un fuerte abrazo me felicitó y me dijo que mi regalo me lo daría por la noche, yo por supuesto hice un puchero, quería ver que me regalaba este año. Tomé mi desayuno rápidamente, lavé mis dientes y salí rápido de casa para poder encontrarte en el camino. Pude verte sentada en aquel banco que estaba fuera de tu casa como siempre lo hacías. Me detuve sólo un instante en la cima de esa colina que todas las mañanas bajaba para llegar por ti, sólo un segundo para ver aquellos girasoles que crecían en la casa de la señora Kinomoto.
Un estrepitoso ruido, un auto intentando parar.
Un grito, el tuyo.
Un golpe; y nada más.
No se necesitó nada más para que yo perdiera la vida. Mi amada vida.
...
Ha pasado un mes desde el día de mi funeral, tú sigues llevando flores a mi tumba, pero sigues sin poder verme.
— Voltea... por favor mírame... tú me pediste que no te abandonara y me lo pagas ignorándome... que mala mejor amiga.
— Ya debes de dejar este lugar, tú ya no perteneces a el —dijo una voz profunda situándose detrás de mí. Yo sabía bien de quien era el portador de esa voz.
— Desde el primer día te dije que no lo haría, no me iré, ella me necesita a su lado —contesté con total decisión.
— Esta es la última vez que te lo digo, no puedes cambiar el pasado, tu estas muerta y ella viva, ya no pertenecen al mismo mundo.
— Si, si, si, lo que tú digas —contesté restándole importancia, viendo cómo te alejabas de mí.
— Eres demasiado testaruda —dijo con condescendencia y sin más se marchó.
Me giré para verlo. Su cabello rojo semi largo y sus hermosas alas color arena que salían de su espalda. Como siempre iba vestido con un traje negro, como siempre me pregunté cómo es que hacía para que sus alas estuvieran a la vista, y, también como siempre desapareció elevándose del suelo, volando libre y suavemente por el cielo, convirtiéndose en una esfera brillante. Ese angelito era muy diferente a lo que cualquiera se hubiera esperado, bueno la verdad tu sabes que yo ni siquiera hubiera esperado encontrarme con alguien así, no es que en vida hubiera sido muy creyente de eso, eso es algo que tu sabias muy bien. Me olvidé de aquel ángel y me enfoqué en encontrarte. Estabas esperando el autobús a cinco cuadras del cementerio, cualquiera que no te conociera se sorprendería de lo rápido que caminabas. Me paré aun lado tuyo y me quede observando cómo no dejabas de tocar aquel brazalete que te regalé en tu cumpleaños. Tu mirada estaba tan llena de tristeza
— Si tan sólo pudieras verme —susurré tan triste como tu mirada.
El autobús llegó y subí junto contigo, lo bueno era que no tenía que pagar. Llegamos al café donde tenías un trabajo de medio tiempo, era el "U&U", un gran café, con los mejores postres y bebidas en toda la ciudad, ¡Oh, de verdad que esos pay de queso con fresas eran mis favoritos! En buena hora fui a morir, justo cuando habían sacado la versión light, ni tiempo me dio para poder disfrutar de tantas cosas. ¡No pude dar ni siquiera mi primer beso!
Me senté sobre el mostrador a esperar a que tú regresaras de ponerte el uniforme. Vi entrar a Ten Ten y Lee que venían enfrascados en una plática de deportes, la cual no me interesaba en nada, lo que si me interesó fue ver quien venía detrás de ellos. El guapísimo de Itachi Uchiha, uno de los dueños del lugar. Suspiré, no podía creer que me perdería de chicos tan guapos, pff que desperdicio. Y justo cuando paso por el lado del mostrador giró su vista hacia mí, bueno tal vez no me vio a mí, mejor dicho no pude voltear a verme a mí, era un fantasma o un espíritu o tal vez un alma sin rumbo vagando en este mundo, o lo que fuera que fuera, el caso es que se suponía que él no podía verme, pero aun así sentí que clavaba su mirada en mí, casi atravesándome, lo único que hice fue desviar la mirada hacia aquella puerta de empleados por donde tenías que pasar para llegar al mostrador y justo al mismo tiempo el desvió la mirada al mismo lugar, de verdad que parecía como si quisiera saber a qué le estaba prestando atención. Aun sorprendida por lo que había pasado vi como entrabas con tu uniforme ya puesto, dispuesta a cubrir tu puesto de cajera. También noté el creciente rubor que se agolpaba en tus mejillas tras darte cuenta de que la vista del joven dueño estaba clavada en ti.
— Buenas tardes —saludaste con notoria pena.
— Buenas tardes, ¿cómo va todo? ¿Ya estas mejor? —preguntó él con seriedad, aun así pude notar muy bien que estaba preocupado, claro, como todos lo estábamos.
— Claro —declaraste tú intentando sonar igual de enérgica que siempre, sólo que fallaste— con permiso, Uchiha-san.
— Vamos, tienes medio año trabajando aquí y desde el primer día te dije que me llamaras por mi nombre.
— Si discúlpeme, U... Itachi-san —dijiste tú aumentando el sonrojo en tus mejillas.
Pero vaya que si eres tonta, pensar que te ponías así por Itachi cuando tiempo atrás hiciste todo lo posible por ser notada por su pequeño hermano menor, pero siendo sinceras me gustaba más esta elección.
Seguiste tu camino, él se giró a verte.
— También te dije que dejaras de hablarme de usted —comentó él con una sonrisa.
Vaya, sonriendo es aún más guapo. Pensar que nunca habías logrado ver que él te sonriera, pero vaya que tenías mala suerte.
Seguiste tu camino hacia la caja y te disculpaste con Shiho por haber tardado más de lo debido.
Después de varias horas terminaste tu turno, cambiaste a tu ropa normal y te fuiste a casa. Hiciste los deberes que tenías que entregar al día siguiente, tomaste una ducha y al salir te tiraste en la cama, tenías los ojos rojos, supongo que lloraste mientras te estabas bañando o tal vez te entró jabón a los ojos. Me gustaba más pensar que era lo segundo, ya había pasado un mes, ya era tiempo de que dejaras de llorar. Te quedaste dormida después de varios minutos, estaba por marcharme cuando te oí.
— No me abandones, por ... favor... siempre juntas... ¿recuerdas?... siempre juntas... Ino... siempre.
Desvié mi mirada de ti y la dirigí a la de tu ventana.
— Lo sé —te contesté aun sabiendo que no me escuchabas—, lo sé muy bien, es por eso que sigo aquí... Sakura.
Sin más salí de tu habitación, atravesando la pared, olvidé que era el segundo piso y por un momento sentí miedo a caer, inmediatamente recordé que ya estaba muerta así que no pasaba nada, pero en lugar de caer me encontré parada en el aire, estaba flotando pero aun así parecía que mis pies estaban bien plantados en el suelo. Bien, eso era algo nuevo. Ya podía atravesar las cosas —a mi gusto porque al principio siempre las atravesaba sin querer—, podía mover las cosas y ahora caminar en el aire, bien solo faltaba que tú me pudieras ver.
Caminé por el aire hasta llegar al cementerio, me senté sobre mi tumba y recosté mi cabeza en mi lapida, en una de sus orillas.
"Aquí yace Yamanaka Ino, amada hija, amiga y compañera. Ni el paso del tiempo podrá borrar los recuerdos que nos dejaste, ni la muerte será capaz de romper esta valiosa amistad, aun mas allá de la eternidad estaré contigo. I&S MAPS"
Notas finales:
Si sé que posiblemente se hayan quedado con cara de What al terminar de leer. Bueno les digo que esta historia tendrá como protagonistas a Ino y Sakura. La idea me llegó apenas hace un par de días al estar hablando con mi mejor amiga, justamente de esto: muerte, sobre que pasaría si alguna de las dos muriera. Los capítulos variaran entre tres narraciones, la de Ino, la de Sakura y la del narrador. No pondré nada como Sakura's pov o cosas así porque se puede distinguir claramente quien es la persona que narra. No creo que en un mismo capítulo mezcle los tres tipos de narración. La trama será la verdad muy poco coherente, así que si un día a Sakura le da por tener poderes telepáticos (es un ejemplo) o alguna cosa así no se vayan a sacar de onda, este fic no intentará ser algo así que digamos muy apegado a la realidad. Es mi propia manga Shoujo pero en lugar de dibujos son letras, ya que soy pésima escribiendo. Tampoco sé cómo seguirá ni cuando actualizare, la verdad es que como me salió tan de repente la idea pues solo la escribí y ya, a ver qué sucede después. Bueno si leyeron todo esto gracias, espero que les haya gustado mis rarezas xD.
