Advertencias: trata de personas, prostitución, drogas
Disclaimer: HP y personajes son de JKRowling y quién corresponda.
Summary: Es que era peor que la droga, más fuerte que la marihuana, más adictivo que el crack, más nocivo que los ácidos y dejaba más marcas que inyectarse.
Peor que la droga
Es que era peor que la droga, más fuerte que la marihuana, más adictivo que el crack, más nocivo que los ácidos y dejaba más marcas que inyectarse.
Siendo uno de los perrones (los drugs dealers latinoamericanos) Harry J. Potter, alias el rayo, sabía mucho de drogas; no por nada tenía plantaciones de diversas especies y las pasaba por todas las fronteras necesarias, por cualquier medio. E incluso había probado de todo un poco, resolviendo al final que para conservar su cordura era mejor mantenerse limpio.
Pero si había algo en lo que jamás se había metido era en la trata de personas, o en la prostitución; no le hacía gracia aprovecharse así de la gente. Venderles venenos ilegales era pasable, pero vender personas le parecía demasiado.
Aún no sabía que lo poseyó aquel día que le visitaron unos coyotes (traficantes de personas), y le ofrecieron una puta. Decirles que era gay había resultado inútil, puesto que también traficaban hombres con esos propósitos.
Pero ahora que él lo frecuentaba, nada le importaba demasiado. Era rubio, piel clara y unos ojos grises penetrantes; y desde el momento en que lo vio, no sabía cómo ni porqué pero tenía que tenerlo, así que hizo lo que no se creía capaz de hacer: comprarlo. Pero no lo logró, con eso sólo espanto a los coyotes, que ya no lo traían tan seguido.
Y si, tenía un problema, por lo que entendía que ya no lo trajeran. Se había obsesionado rápidamente con él, demasiado rápido, como quién se hace adicto a una droga.
Lo peor de todo es que ni siquiera sabía su nombre, sólo lo llamaban Dragón, pero a él le gustaba llamarlo Draco. Sí, Draco debía ser un nombre apropiado para ese chico de ojos grises que tanto sufre.
Notas:
Respuesta al reto 8 de la Drarrython 2011. No, no sé de dónde me surgió.
Beos
Shijiru
