Nailah, corrió desesperada por los espantosos y sucios callejones de esta tierra humana. Parte de su vestido estaba rasgado y sucio por la reciente caída, sus manos tenían rasguños y su hombro palpitaba dolorosamente por herida que su hermano le había hecho con una espada divina. Para un dios, un arma así era absolutamente letal y en algunos casos la muerte misma, debido a ello tales objetos eran escasos y muy raros. Los seres con la capacidad para crearlos, se negaban rotundamente a forjar un arma que en algún futuro podría volverse contra ellos.
No entendía como su hermano había obtenido una, era solo un semidiós. Sin embargo, últimamente había estado actuando distinto y eso había empezado a preocuparla. No obstante, hasta que hace tan solo unas horas atrás, sus miedos se volvieron realidad. Su hermano los había traicionado volviéndose al mal, dejándose poseer con la intención de atacar a los dioses y robarles su poder, empezando con ella.
La lucha no había resultado a su favor y él le había quitado casi en totalidad sus poderes, absorbiéndolos para sí mismo. Su enfermo deseo de volverse un dios completo lo estaba destruyendo y con dolor vio a quien una vez fue su pequeño hermano, caer en la oscuridad absoluta.
-¡No puedes huir de mi querida hermana!-Al oír su voz, un escalofrió la recorrió entera-¡No tienes escapatoria, estas sola! ¡Tú mamita no va a salvarte! ¡Esa perra frívola te ha abandonado!
¡No!
No, su madre no era así, Maat siempre la ha protegido, cuidado y enseñado. Ella no era como todos la creían. No caería antes las falsas palabras de quien fue su hermano y que ahora ansiaba asesinarla.
Transpórtate a otro lugar…
Al oír la voz de Maat, sollozó de alivio.
-No puedo-Respondió agitada, empujando a un humano al doblar la esquina, llegando a una iluminada calle con coloridos carteles y repleto de jóvenes borrachos por todos lados.
Inténtalo, están limitando mis poderes, no puedo accionar sobre ti, usa el resto de tu poder.
La exigente voz de su madre resonó en su cabeza en una orden clara. Sin dejar de correr entre los seres humanos, ignorando sus extrañas miradas se concentró en dejar fluir lo poco que le quedaba de energía y poder, dificultando su avance. El uso de su energía comenzó a debilitarla, perdiendo la coordinación y el sentido del equilibrio.
Se le escapo un grito de al golpearse el hombro sangrante al tocar el suelo. Le costaba respirar y mantenerse erguida, cada parte de su cuerpo se sentía tan pesado y dolorido.
-Madre-Lloró al ver como la vista se le volvía borrosa, distinguiendo a lo lejos y con un profundo miedo la silueta oscura de su hermano y la dorada espada que portaba en su mano.
Su risa perversa retumbo en sus oídos como una horripilante melodía.
-Nadie va a salvarte hermanita, todos te han abandonado, tu madre, tu amiguita y… yo-Enfurecida se tapó las orejas al oír su repugnante risa otra vez-¿Tus últimas palabras?-Tembló al sentir el frío metal en su cuello.
Cerrando los ojos, intento nuevamente usar el resto de su poder, dejando escapar unas lágrimas insegura de que pudiera funcionar.
¡Ahora!
Él grito de su madre fue como un impulso para ella, atravesándole el dolor como un rayo por todo su cuerpo al usar por completo los restos de su energía, desvaneciéndose en un intenso brillo frente a los ojos de decenas de humanos, alcanzando a oír el rugido furioso de su hermano antes de desaparecer.
Lo último que alcanzo a reconocer antes de perder el conocimiento, fue el canto de las aves y el aroma a hierba fresca en la suave y cálida brisa.
Fue una idea que se me ocurrió de repente al ver una fotos en Internet, dándome un golpe de inspiración XD
Perdón por lo corto que es, pero es solo el inicio.
Hágame saber su opinión al respecto, para así entender si les agrada o no. Lo apreciaría mucho de verdad :)
Nos vemos
Bye ;)
