«Girls Night»

Todito aquí es de Hajime Isayama.

Summary:
Sasha no puede conciliar el sueño después de haber visto los asombrosos pectorales de Levi y sabe que la única persona a quien puede molestar con ello, es a Mikasa. Viñeta. Spoilers capítulo 59.


#Notasquetodosaman(?):

No es yuri. JÁ, lo siento (?)


—o—

Sasha se removió inquieta, mordiéndose el labio inferior mientras observaba con preocupación el techo del granero al que se habían hospedado para poder dormir y recuperar algo de fuerzas. Connie no dejaba de roncar y aquello le ponía nerviosa; jamás había tenido demasiado éxito para conciliar el sueño en un lugar que no fuera su habitación o su cama.

Pero había otra cosa que le quitaba el sueño.

Sus mejillas enrojecieron al recordar los asombrosos pectorales del Sargento Levi cuando tuvo que atender sus heridas y llevó su mano al aire para empezar a abanicarse, era demasiado absurdo. No era como si fuese la primera vez que se topaba con pectorales masculinos, pero esos pectorales eran diferentes. Desesperada, se hizo con la idea de que tenía que compartir su experiencia con alguna persona, de lo contrario no podría dormir.

Y ya había encontrado a su víctima.

Sasha se volteó despacito, haciendo una mueca.

—Mikasa.

La muchacha dormía a su lado, dándole la espalda. Sasha estiró su mano y tocó su cabello un par de veces.

—Eh, Mikasa. ¿Estás despierta?

Ella soltó un agotado suspiro y se volteó con lentitud, no lucía muy contenta.

—¿Qué pasa? —preguntó.

Si se hubiera tratado de alguien más, probablemente Christa o Ymir, Mikasa las habría ignorado deliberadamente. No se llevaba demasiado bien con el resto de las chicas del 104, la única excepción había sido Sasha. Mikasa no comprendía del todo por qué la chica patata insistía tanto en que ambas formaran algún tipo de amistad. Durante sus entrenamientos siempre se ofrecía a ayudarla con sus obligaciones: limpiar las cocinas, ordenar los libros de la biblioteca, llevar papeles de aquí a allá; Sasha siempre estaba allí.

Era extraño. Mikasa no se consideraba una chica demasiado divertida o femenina, alguien con quien Sasha deseara compartir su tiempo, pero durante varios años se había acostumbrado. Y, en secreto, le había cogido algo de cariño. Al fin y al cabo, Sasha se encontraba tan sola como ella.

La chica patata se abrazó a sus frazadas e hizo una mueca inquisitoria, luciendo realmente preocupada.

—¿Crees que el Sargento Levi es apuesto? —preguntó, muy afligida.

Mikasa hizo una mueca de asco.

—Que asco, Sasha. Mejor duérmete, ¿si? —y se volteó, cerrando sus ojos dispuesta a conciliar el sueño, pero Sasha no se callaba.

—¡Hablo en serio! —se quejó, elevando la voz con demasiada imprudencia—. Es que tu no lo has visto. Pero... oh, de verdad, es asombroso. Tuve que curar sus heridas y no pude apartar mis ojos de... bueno, ya sabes. Me siento demasiado culpable, ¿crees que soy una pervertida?

Mikasa supo que aquello era absurdo. Si la ignoraba, Sasha seguiría hablando y Mikasa no podría dormir. Se volteó, demasiado adolorida por el suelo húmedo y frío en el cual estaban acostadas y ambas se encontraron cara a cara. Mikasa suspiró.

—De verdad no entiendo qué le ves. Es un enano quisquilloso e insoportable.

Sasha se cubrió la boca con la mano y se echó a reír.

—¡Oh! No había pensado en eso, ¿cómo puede tener esos abdominales siendo tan bajito?

Mikasa no pudo evitar unirse a sus risas, como pocas veces solía hacer.

—Quien sabe —suspiró, sintiendo sus párpados caer vencidos ante el sueño—. Duérmete, Sasha. Es tarde, mañana tendremos mucho que hacer.

Pero Sasha la tomó del brazo con delicadeza.

—N-no... espera. Hablemos un poco más, ¿si? —pidió, no muy segura de como lo tomaría su compañera—. Yo... quiero hablar con alguien. Todas las conversaciones que nos rodean tratan sobre estrategias de batalla, lugares a los que debemos ir, rescatar a Eren e Historia. Estás preocupada por él, ¿verdad?

El tono de Sasha se suavizó al pronunciar aquello último. Mikasa jamás había compartido sus pensamientos con respecto a Eren a Sasha, ambas no habían pisado con anterioridad ese tipo de terreno tan personal, ni siquiera junto a Armin—quien era su mejor amigo, había intimado de esa forma. Pero Sasha parecía querer profundizar un poco más las cosas.

Mikasa tragó saliva, mirando el techo con tranquilidad, sintiendo su corazón palpitar con fuerza al oír su nombre. Asintió, sin responder nada en concreto. Y se sorprendió cuando la mano de Sasha se posó sobre la suya en un gesto amistoso, reconfortante.

—Él estará bien. Pronto volverá con nosotros de nuevo. Si logramos llegar a las murallas, puedo preparar un pastel de bienvenida —Sasha soltó un gemido de irritación, como si estuviera a punto de echarse a llorar—. Ah, tengo hambre.

Aquel comentario le robó una sonrisa a Mikasa.

—Tu siempre tienes hambre, Sasha. Pero sí, un pastel sería genial —comentó, distraída, y se volteó dispuesta a dormir dando por terminada la conversación.

Fue extraño, pensó. Mientras los entrenamientos del 104 se llevaban a cabo y Mikasa tenía que compartir las habitaciones con las chicas, numerosas veces había presenciado las ridículas conversaciones que mantenían hasta muy tarde en la noche. Annie y ella parecían ser las únicas que no se prendían a ese tipo de cosas, pero aquella noche había sido diferente. Frunció el ceño, medio dormida, al encontrarse a sí misma pensando en esas cosas.

—Mikasa.

La voz de Sasha le interrumpió de nuevo.

—¿Mmmh?

Hubo una pausa.

—Yo... —hizo otra pausa, y Mikasa supo que lo que diría sería importante—. Somos amigas, ¿verdad? Quiero decir... no solo somos compañeras, también somos amigas, ¿cierto?

Los labios de Mikasa, en secreto, se curvaron en una diminuta sonrisa. Mikasa se había preguntado lo mismo muchas veces. Las demás chicas del 104 sí actuaban como si Mikasa fuera solo una compañera de trabajo, alguien con quien debían de colaborar y compartir habitación. Pero Sasha siempre había sido diferente, dispuesta a plantear asuntos personales frente a ella y regañarle cuando estuviera comportándose como una idiota.

Asintió, de espaldas.

—Sí, Sasha. Somos amigas.

La chica patata sonrió de oreja a oreja, emocionada. Soltó una risa estúpida y asintió, dispuesta a dormirse de una maldita vez.

—Vale. Buenas noches.

Mikasa cerró sus ojos.

—Buenas noches —murmuró, y luego de un momento agregó un bajito—: Sueña con tu Sargento musculoso.

—¡Oye!

Sasha jamás se había sonrojado tanto en toda su vida.


Lololol, me gustó mucho escribir esto.

Si hablamos de Mikasa y su relación con las chicas del 104, definitivamente puedo sentir y notar que entre Sasha y ella siempre hubo algo más que compañerismo. Siempre consideré que Sasha de verdad la considera una amiga y no solo una compañera de batalla. Cuando se enteraron de que la Legión había sido desligada de todas sus acusaciones y todos festejaron, Sasha se lanzó a los brazos de Mikasa como si fueran best friends forever xD Me gusta mucho la relación de estas dos, ojalá Isayama pueda profundizarla un poco más.

En fin, esto sería como una especie de continuación de That Body, el drabble donde Sasha babea por los abdominales de Levi XDDD.

¿Creen que merezca algún review? ;)

¡Hasta la próxima!

—Mel.