Disclaimer: Si los personajes me pertenecieran no estaría deprimida y llorando escribiendo esto. Vamos, que no soy James Dashner.


Newt no quiere creerlo.

Quiere que se pare, que deje de caminar hacia su suicidio. Quiere que Alby regrese a su lado.

Pero no lo hace y pronto desaparece de su vista. Lo único que consigue ver de él mientras se retuerce en los brazos de Thomas es su sangre.

Deja de luchar contra Thomas y comienza a hacerlo contra los laceradores. Quiere matarlos, acabar con todos ellos. Pero no es verdad. Solo quiere que le devuelvan a su amigo.

Solo que no es posible.

Newt lo asume cuando todas esas bestias cesan de atacarles a la vez. Cuando todo se acaba. Cuando Alby no vuelve a la vida.

Lo demás está borroso. Recuerda gritos, confusión y sangre. Recuerda correr.

Ahora está subido en un autobús en el que no conoce a la mitad de las personas y, aunque suene egoísta, la mitad a la que sí conoce no le interesa. Les odia. No entiende por qué ellos están vivos pero Alby no.

Se hace un ovillo en su asiento y observa la lluvia a través de la ventana. Y entonces se derrumba del todo. Se permite llorar sin importarle lo que los demás piensen de él.

Porque ellos no saben nada. No saben qué es lo que Newt está pasando. No saben lo que era obvio, lo que él mismo debería haber descubierto hace mucho tiempo. Pero no lo hizo, ha tenido que esperar a que Alby muriera para darse cuenta.

Para aceptar que estaba enamorado de él.


Notas de la autora: Creo que no tengo nada más que decir, salvo que he llorado mientras escribía esto (Y antes. Y después) y que quiero matar a alguien. Me voy a llorar a una esquina.