Kiyaku

Por Aomine Daiki.


Dedicado a RizelHolmes quien es dueña de una luz que me ha cegado eternamente


A veces, en medio del invierno, entre las hojas verdes de aquellos arbustos firmes y resistentes, se asoman ―por sobre sus ramas― los cuerpos de las cigarras que aún tercas intentan entonar sonetos ya olvidados con aquella primavera que se ha alejado. A veces, se tiene algo de suerte, y se pueden escuchar sus murmullos sobreponerse a la fresca ventisca.

Y para Aomine no existe nada más atrayente que la terquedad mostrada por esos insectos con los que se ha topado esa tarde de diciembre a las afueras del auditorio.

Al fondo los pasos hacen chirriar la duela, las pisadas de los miembros del club a su espalda son la sonora música que en ocasiones le harta y compite férrea contra el concierto de las cigarras. Después de todo solo son algunos de esos ruidos emitidos por ciertos pies los de su total agrado.

Está tan concentrado en poner su total atención al movimiento trabado de los animales que no se da cuenta de quien se ha acercado ni tampoco que el andar de esa persona se ha tornado ligeramente más ruidoso de lo que en un principio fuera.

"Si sigues perdiendo el tiempo de esa forma, el capitán no te dejará ir a casa temprano"

La voz que habla detrás es justo lo que le faltaba a las baladas de las cigarras, ese tono suave, dulce, que otros dirían es monótono y estéril. Esa gentileza y calma, pero sobre todo esa calidez en medio de aquel clima helante que te haga desear escucharla.

Daiki no se vuelve, sigue mirando las cigarras tocar entusiastas, antojándosele repentinamente palparlas y haciéndolo casi enseguida de imaginar su textura. Algunas vuelan asustadas, otras huyen apresuradas a distintas partes, mientras que es solo una la que permanece quieta al tacto de las ardientes manos de Aomine.

Y eso hace a Daiki sonreír.

"Así que es esta es la razón que emplea Aomine-kun para ganarse el castigo del capitán. ¿No es más fácil que se lo digas?"

"¿Huh?"

"Deja de soñar por favor"

"Tetsu"

Ver a Kuroko en cuclillas, a su lado observarle detenidamente, es reconfortante y curiosamente bochornoso, por lo que sus mejillas no pueden evitar el tornarse rojizas y su estomago contraerse. Tetsuya abre más los ojos cuando descubre esa reacción e inconsciente mueve los labios dando la impresión de querer agregar algo.

Argh!, anda Tetsu, volvamos"

Aomine se sacude la cabeza, queriendo espabilarse.

"¿Eh?"

Sorprendiendo a Kuroko la interrupción que hace el mismo al incorporarse en un solo movimiento.

"¿Qué ocurre?"

Aomine pregunta con la expresión interesada, extrañada y ya con solo un leve sonrojo en el rostro.

"Pienso que Aomine-kun tiene una extraña compulsión por hacer enfadar al capitán"

Kuroko se levanta, pausado, cerrando los ojos, suspirando lento y profundo. Intentando entender lo que pretendió hacer un momento atrás.

"¿Ah?"

Confundiendo a Daiki quien ladea la cabeza a la izquierda y enarca la ceja derecha.

"No es nada"

Dice Tetsuya con los ojos puestos en la única cigarra entre las ramas. Restándole importancia a lo dicho.

Caminando de regreso a la cancha, pasando a un lado de Aomine, apenas rozando las yemas de sus dedos con los de este y alzando el rostro para sonreírle. Daiki le observa atento, devolviendo la mueca en una sonrisa torcida hacia la izquierda acompañada de un abrazo momentáneo que asfixia y el desorden inesperado de sus cabellos.

Cuando Daiki y Tetsuya llegan para incorporarse al grupo, la paciencia de Shuuzou se ha agotado, y en algo tiene que ver la pereza de Haizaki a lo largo del entrenamiento en conjunto con lo ya acumulado toda la semana. No hay piedad alguna, ni siquiera en el instante en que Aomine le explica y suplica que Kuroko no tiene culpa y por ello mismo no merece reprienda alguna. Pero el golpe sobre la frente es claro, Daiki se aguanta las lágrimas mientras que Tetsuya ya se ha tapado inconsciente la suya para no ser golpeado. Y Nijimura dice:

"No se irán hasta que completen las 100 vueltas y las 3 series de 120 suicidios"

"¡Pero-"

La mirada hostil del capitán hacen que Daiki pare, mordiéndose los labios y apretando fuerte los puños. Aguantando sus ganas de hallar cierta justicia que le es negada.

"Capitán, es injusto que Kurokocchi también corra-su"

Sin embargo en su infortunio un amigo salta para abogar por Tetsuya, alegrando a Aomine como no se tiene idea.

"Después de todo es culpa de Aominecchi, él debería ser el único castigado"

Sintiendo hervir cierto coraje por el tono de Ryouta y su poca importancia en mostrarse piadoso con su persona.

"Ya que estás tan ansioso por enseñarle a estos mocosos acerca de lo que es justo e injusto tu también te les unirás"

"¡¿Eh?!, no es-"

"¿No es qué?"

"N-nada"

Kise rechina los dientes, avergonzado tan solo unos instantes, para enseguida saltar encima de Tetsuya, quien con su expresión plana e indiferente le deja que lo haga.

"¡Todo esto es gracias a la culpa de Aominecchi!"

Ryota lloriquea colocando la cara en la curvatura del cuello de Kuroko, importándole poco encorvarse así como la expresión malhumorada de Daiki a su izquierda quien les mira penetrante mientras se masajea el hombro. Al fin y al cabo, pese a ver fallado en su intento por librar a Kuroko del yugo de Shuuzou, se ha salido con la suya. Hacer un trío indeseado y pasar tiempo con Tetsuya por igual.

"¡Ya cierra la boca!, tu horrible voz me desconcentra, Kise"

Midorima, balón en mano, exige al tiempo en que planea un tiro que le valga bien tres puntos desde el otro extremo de la cancha.

"¿Horrible?, ¿escuchaste eso, Kurokocchi?, Midorimacchi por eso nadie quiere hacer equipo contigo"

El ídolo no duda cuando le muestra la lengua a Shintarou ni tampoco cuando le da por apretujar a Tetsuya cual animal de felpa.

"¡¿Qué dijiste, Kise?!"

"¡Woah!, ¡tranquilízate!"

El SG sin meditarlo se lanza en busca de venganza y Ryouta solo finge temor al aferrarse a Tetsuya.

"¡Apártate, Kuroko!"

Ordena Shintarou como si este le estuviese estorbando realmente, cuando es claro que es por culpa de Kise quien lo retiene.

"Midorima-kun cálmate por favor, sabes que Kise-kun nunca piensa lo que dice por ello te pido que lo disculpes"

Tetsuya alega, con dificultad por lo pesado que se muestra el modelo al estarle sosteniendo por medio de un poderoso abrazo al cual no puede resistirse como quisiera.

"Kurokocchi, aunque estoy feliz de que me ayudes de cierta forma estas siendo cruel"

"Kise, deja de usar a Kuroko como escudo"

"¡Olvídalo!"

"¡Deja de escapar nanodayo!"

La guerra entre Midorima y Kise establece una barrera que le impide a Aomine acercarse nuevamente a Tetsuya. Eso le fastidia, exponiéndolo al tronar la lengua y apretujar el balón en sus manos. No le importa en sí la pelea, solo el hecho de que Kuroko esté en medio y lejos de él. De pronto, mientras su irritación crece un ligero ruido de algo resquebrajándose le distrae al momento. Viene del lado derecho, está seguro, corroborándolo al mirar hacia ese lado y toparse con cierta tangible evidencia.

"¿Qué comes?"

Le pregunta, con una cara entre molesta y curiosa, a un aletargado Murasakibara.

"No pienso darte, Minechin"

"Ahora tengo ganas, ¡dame!"

"¿Are?"

Daiki furioso trata de arrebatarle el bocadillo que lleva en manos Atsushi, lo intenta al tirar un zarpazo que es bien esquivado.

"No"

"Te dije que me dieras"

"N-no"

"Da-me"

Dejándose llevar Aomine se cuelga de la comida de Murasakibara quien emplea una de sus palmas para empujarle la cara sin pudor alguno.

Los jóvenes miembros del equipo de baloncesto, los niños prometedores de Teikou, son todo un problema, y su capitán Nijimura Shuuzou ha perdido la paciencia.

"Están fuera de control"

"Hoy no van a irse a casa"

"El orden es importante, senpai. Si el líder no lo mantiene no puede llamarse como tal"

"Provócame, y también te quedarás"

"Como digas, senpai"

Y Akashi se ha encargado de darle los retoques pertinentes al asunto.

"¡Es suficiente!, me doy cuenta de que no sabía tenía una bola de niños estúpidos que necesitan de un trato especial. Ya que ese es el caso, será mejor que llamen a casa y les digan a sus padres que no volverán hoy debido a que tienen como hijos a unos idiotas"

Las quejas y posibles lamentos se quedaron guardados. Nadie dijo nada, solo detuvieron sus disputas al escuchar las poderosas palabras de Nijimura. Kise dejo ir a Kuroko, Midorima empujando el puente de sus lentes apretujó su ítem de la suerte oculto en su bolsillo, Murasakibara solo torció la boca, mientras que Aomine ―impotente― cerró los ojos fuertemente lo que le impidió percatarse de que Kuroko le contemplaba intensamente.

"¿También debo llamar?"

Seijuurou en un timbre calmo y de cierta forma divertido― pregunta a su capitán.

"No preguntes lo obvio"

"Ah"

La sonrisa complacida del subcapitán no pasa desapercibida para Shintarou, que augura una larga y horripilante noche. Al fin de cuentas hoy escorpión esta en el puesto número 10, mientras que sagitario y acuario en los primeros. Así que la suerte de Akashi es la desventura de Shintarou.

La tortura comienza y ninguno tiene ya ánimos para seguirla. Shuuzou está especialmente espartano el día de hoy. Tanto que el mismo Seijuurou se ha puesto pálido y Tetsuya ya no tiene nadamás que vomitar. Los ejercicios son más pesados que de costumbre, la intensidad les dice que esta vez la han armado en grande. Y Aomine se siente peor que nadie, se siente mal por haber arrastrado a Tetsuya a ese infierno, se siente terrible porque no puede defenderlo.

Para cuando Shuuzou decide mostrar signos de misericordia ya nadie es capaz de mantenerse erguido y sobre sus piernas. Daiki que jadea largo y profundo se limpia el sudor de la frente al tiempo en que busca insistente a Tetsuya por el gimnasio. Nijimura le observa y sabe perfectamente lo que sucede entre ellos, no está en desacuerdo, tampoco es que sea un partidario de la causa, pero es solo que aquellos mocosos están bajo su cuidado y él en ocasiones se siente un padre abnegado.

"Aomine"

"¿Huh?"

"Saca de aquí a Kuroko. Y asegúrate de que ya no vomite. Una vez que lo haga regresa, que limpiarás en su lugar"

"Nghsi"

Por eso hace y deshace de ese modo.

"Tetsu, Tetsu, ¿puedes pararte?"

A Daiki le cuesta horrores arrodillarse pero igual lo hace. Kuroko está de cara al suelo, respirando agitado, de una manera espantosamente desastrosa.

"Lo la-mento, no pue-do, Ao-mine-kun"

Aomine le mira, entre triste y culposo, extendiendo los brazos para alzarlo con dificultad por lo terriblemente cansado que está. Lográndolo a costa de trabas y trabajo. Echándoselo en los hombros, y arrastrándose por las canchas hasta el pasillo que conduce a los vestidores.

Todo frente a la atenta mirada de sus amistades.

"Lo siento. Peso"

"No hables, puedes marearte otra vez"

"Gracias, Aomine-kun"

Ellos salen, y Kise mordiéndose el labio les ve alejarse.

"Ignóralo"

La sugerencia viene de alguien que no suele darlas, mucho menos a él.

"No puedes contra lo que tienen"

"¿Lo dices por ti, Midorimacchi?"

La respuesta de Ryota es mordaz y dolida, y sus palabras hacen que Shintarou se vuelva a hacia Akashi que observa detenidamente a Shuuzou.

"No seas estúpido"

"Claro, lo que digas"

Las puertas y ventanas de los vestidores están abiertas. Y la salida que conecta a los jardines totalmente expuesta. Aomine piensa que es buena idea ventilar el lugar para que Kuroko pueda respirar desde la banca en la que se halla recostado bocarriba. Está oscureciendo, el cielo nocturno que empieza a brillar e ilumina todo con ayuda de las estrellas, lo confiesa. Un ritmo se filtra hasta sus oídos y Daiki sabe reconocerlo de inmediato.

Es la cigarra de hace un rato.

Da un par de pasos, hechizado por el canto. Intentando alcanzarla cuando el débil llamado de alguien se lo impide.

"No salgas"

Ese es Tetsuya, recostado de lado, mirándole desde la banca con esos enormes ojos celestes. Quieto y sosegado.

"Te enfermarás"

"¿Ya estás mejor?"

"Sí"

Daiki interroga sin voltear a verlo, se siente apenado, culpable, por todo aquello. No se siente capaz de mirarlo, no por el momento.

"Hey, Tetsu, yo― lo siento, todo esto ha sido por mi culpa"

"Así es, es culpa de Aomine-kun"

El dolor agudo en el estomago que se le clava a Daiki no es por lo que dice Tetsuya, sino por la realidad que no es capaz de enfrentar y ayudarle tan solo un poco a aliviar su pena. Pena que cargará más tiempo de lo que alguna vez imaginó.

El solo de la cigarra lo castiga y al tiempo lo alienta. El frío choca en su cara y Daiki se desbarata.

Arruga la frente, lo más que puede pero es inútil porque llora tan ruidosamente que Kuroko asombrado se incorpora con trabajo para ver su silueta temblar.

"Pero es gracias a la culpa de Aomine-kun que he podido mejorar. Así que no llores por favor"

Levantándose para caminar hacia él y detenerse a unos pasos. Extendiendo la mano para alcanzar las yemas de los dedos de Daiki. Sosteniendo con la otra la frazada que le cubre y que tiene bordado en tonos azulados: "Propiedad de Aomine Daiki".

"Espera"

Pide Aomine que precipitado y aún dándole la espalda a Kuroko enreda los dedos con aquellos ajenos que lo tocan al tiempo en que se cubre la vista abochornado y entre risas trabadas por su llanto.

"No he terminado"

De llorar, agregaría pero Tetsuya sabe a lo que se refiere y por ello no necesita decir más.

"Tienes toda la noche"

Para hacerlo, piensa Kuroko mientras alza la vista y vislumbra las primeras estrellas centellear.

"Ah"

Y Daiki replica entre sollozos, apretando la mano de Tetsuya. Escuchando el poderoso concierto de la cigarra en medio de esa noche de castigo e invierno.

Prometiéndose en sus adentros no volver a fallar, de no hacer sufrir a su pareja, de mejorar día a día y disfrutar del baloncesto en compañía de sus amigos y Tetsu.

Desde hoy y para siempre.

Sin saber que más tarde no lo cumpliría.


Continuará...


N/A. ¡FELIZ AÑO NUEVO, RIZEL-SAMA!, espero que éste año y todo lo que venga con él sea de lo mejor para ti. Éste es el primer capítulo de tres, así que no te preocupes que sí vendrá el rating M, de mientras es T, solo espero que mi M no sea MUY M y te perturbe.