En fin, un oneshot de Naruto en el que el cuarto hokage pelea contra kyuubi... Es un songfic con la canción del Mago de Oz, Gaia. Espero que os guste
Hay veces que no sé,
si exprimir el sol Para sentir calor
Y dudo que al nacer, llegará a creer
Que hoy fuera a morir.
El Cuarto alzó la cabeza hacia el demonio con valor, sosteniendo entre sus brazos a un bulto envuelto en mantas. El día era oscuro la sangre teñía el campo de batalla.
- Retiraos – gritó a los shinobis que permanecían en el área de batalla. Ellos se retiraron veloces dejando al Cuarto y al bebé envuelto en mantas en sus brazos.
Intento comprender,
Él porque de esta decisión
Si yo jamás odie
Me intento aferrar al valor,
Pero no sé fingir
Solo quiero vivir.
Gamabunta apareció y él subió a su espalda con decisión. El rubio hokage suspiró al tiempo que el sapo gigante observaba el territorio ante él.
- ¿Con miedo? – cuestionó Gamabunta.
- No quiero morir – pronunció el Cuarto Hokage. – No quiero dejar a Naruto solo…
- Aún puedes retroceder – dijo el Rey Sapo observando a demonio derribar árboles con un leve golpe.
- Debo hacerlo, es mi responsabilidad y el hogar de Naruto. –Dijo el Cuarto bajando la mirada hasta el pequeño y revolviéndole los cabellos rubios.
¿Dónde se vende algo de compasión?
Para saciar mi soledad
¿Dónde trafican con sueños de amor?
Pues quiero esta angustia dormir.
- Es mi cometido como Hokage – anunció el Cuarto a Gamabunta.
- No nos podemos despedir debidamente, lo siento – dijó Gamabunta.
- ¿Te pones sentimental? – preguntó el rubio con los ojos brillantes.
- Solo espero que tu hijo sea capaz de sostenerse sobre mi cabeza – dijo Gamabunta sin mirar al Hokage.
Recuerdo el día en que mi libertad
No tenia precio ni fin
En cambio hoy daba hasta la eternidad
Por ver mañana el sol salir.
- Acércame al demonio, anda – dijo el Cuarto serenándose.
- Eres un loco suicida – dijo Gamabunta sonriendo.
El gran sapo se acercó veloz al Demonio de Nueve Colas. Se detuvo a una distancia prudente y susurró:
- Suerte Yondaime.
Me vengare y todo el mal que me hagas
Yo te lo devolveré
El hombre nunca fue dueño de Gaia
Es justamente al revés.
- Ese maldito demonio ha matado a más de media villa – gruñó el rubio. – Adelante Gamabunta, esta es nuestra última batalla. Nunca dejaremos algo así pendiente.
Oigo unos pasos, se quiebra mi voz
Sé que vienen a por mí
Y un sacerdote en nombre de dios
Pregunta: ¿quieres confesión?
Confieso que amé y creí en Dios
De los pobres, justo y moral.
El demonio se acercaba al Cuarto, regocijándose de su futura victoria. Los ojos de Yondaime se acobardaron levemente al cruzarse con los ojos del demonio. Trazó unos sellos rezando para que saliera bien.
Confieso que en la silla
En la que he de morir
Mi alma renacerá
Toda mi vida desfila ante mí,
Tantos sueños por cumplir.
La muerte se presentó ante el cuarto comprendiendo su cometido en unos instantes. Él cerró los ojos sintiendo a su ser desvanecerse. Su hijo en sus brazos se desgarraba en llanto.
No tengas miedo, no llores por mí,
Siempre estaré junto a ti.
- Tranquilo Naruto – dijo el hombre con una débil sonrisa. Había empezado a llorar. Bueno que más daba, después de todo…
Oigo los rezos, intento gritar,
Me cubren para no mirar
A los ojos de una cruel humanidad,
La muerte se excita, es el fin.
… Ese era el fin…
