Summary: Dos años después de lo ocurrido con los seres del Crepúsculo, Hyrule vuelve a la calma total, y en la opinión de Link, las rutinas aburridas. Pero dos jóvenes de una aldea distantes aparecen en el reino, solicitando la ayuda del portador de la Trifuerza del coraje para acabar con la energía maligna que está matando a los habitantes de Paseo de la Luna. Link/Oc.


Hola! Yo ya he escrito dos fics, pero no para la sección de Zelda, sino para la Fire Emblem, pero en fin, espero que les agrade este proyecto que acabo de comenzar apenas un par de días atrás. Esta idea se me ocurrió de la manera más estúpida. Iba rumbo a la casa de una tía junto con mi hermano, el caso fue que pasamos por una calle que se llamaba Shadow Mountain y a partir de ahí mi hermano y yo comenzamos a hablar sobre lo genial que nos parecía ese nombre, fue cuando mi loca mente comenzó a formular todo esto.

Pero ya no quiero aburrirlos más, así que aquí les dejo este fic. La Leyenda de Zelda, La Montaña de Sombras.

Primero que nada, quiero decir que ya tengo mucho trabajo, por lo que veré cuantos reviews junto con esto y si no son muchos tendré que cancelarla (Aunque me duela T-T)

Diclaimer: Ningún personaje de Zelda me pertenece, son propiedad de Nintendo.


Capítulo 1: Una solicitud interesante.

El lago Hylia se encontraba en completa calma. La luna iluminaba la superficie del agua, haciéndola lucir como un pulcro y brillante espejo, donde se reflejaba la silueta de un joven hombre de cabello corto, rubio oscuro, cubierto por un sombrero verde y puntiagudo, y resaltando sobre todo unos profundos y brillantes ojos azules llenos de determinación, clavados en esa misma luna llena, tratando de encontrar respuestas y consuelo a todos los pensamientos y sentimientos que se arremolinaban en su mente y corazón.

A lo lejos, cruzando unas altas colinas, en el desierto Gerudo, se podía distinguir seis torres que se alzaban en lo alto, colocadas en un perfecto circulo, formando la cámara del espejo del Crepúsculo y despertando los recuerdos de Link.

-Te extraño, Midna.-susurró al vacío, ahora mirando aquellas torres.-Tendré que acostumbrarme, pero no sé cómo.

Una suave briza acarició su rostro, refrescándolo levemente y haciéndolo volver en sí, para después escuchar el sonido de los insectos nocturnos, entonando sus relajantes melodías para el deleite de aquellos que saben escuchar.

Aquel momento tan único e inigualable fue rotó por una voz ensordecedora y molestamente chillona que lo hizo dar un pequeño respingo.

-¡Señor Link!-gritó un hombre que venía corriendo desde una de las colinas que encerraban el lago Hylia.- ¡Le he traído una carta!

Link se puso de pie, a pesar de estar un poco molesto por la súbita interrupción de su calmada noche.

-Buenas noches.-saludó el muchacho algo taciturno.

-Aquí tiene.-dijo el hombre en esa misma voz escandalosa, sacando un sobre rojo de su mochila y entregándoselo a Link, no sin antes tararear una corta melodía.-Es de parte de Telma.

-Muchas gracias.-dijo Link, con una débil sonrisa en su rostro y tomando dicho sobre.

-Para lo que se le ofrezca.-dijo el cartero, despidiéndose como lo suelen hacer los soldados, para después salir corriendo por donde vino.

Con desanimo, Link abrió lentamente el sobre, teniendo sumo cuidado, aunque en realidad no tenía muchos ánimos de leer la carta. Desde hace ya dos años las cosas se habían vuelto tan comunes y aburridas, todo era seguir una rutina que lo iba fastidiando poco a poco.

'Querido Link:

¿Cómo has estado bombón? Hace mucho tiempo que no vienes a dar una vuelta por aquí. Se te extraña, ¿Por qué no vienes justo después de leer esta carta? Además hay unas personas aquí que tal vez sean de tu interés ya que preguntaron por ti, parece que necesitan ayuda.

Espero verte pronto.

Besos: Telma'

Link dio un pesado suspiro, para después doblar la carta nuevamente y meterla en el sobre, pero deteniéndose en seco al momento en el que su mente procesó bien lo que estaba escrito.

Unas personas que lo buscaban y que necesitaban ayuda, tal vez esa era la llamada para emprender otra aventura como la de hace dos años.

Sin pensarlo más, Link sacó el silbato con forma de herradura para llamar a su inseparable yegua. Al soplar, la delicada melodía resonó como un suave eco en el lago, seguida del relinchar de Epona, quien había hecho su entrada a toda velocidad.

Link la montó rápidamente y le dio direcciones para que se dirigiera a la ciudadela del castillo Hyrule.

El camino fue tranquilo, desde hace tiempo las bestias que rondaban en Hyrule habían disminuido considerablemente. Para el momento en el que Link llegó a la ciudadela, el cielo ya estaba teñido de un vivo color azul y el sol acariciaba las murallas de piedra que rodeaban al castillo. Dando un gran bostezo y estirando sus brazos en el aire debido a la falta de sueño, el muchacho desmontó a Epona, dándole unas cuantas palmaditas en la crin.

-Espérame aquí.-dijo el muchacho para después entrar a la ciudadela.

A esas horas del día, la gente ya andaba de aquí a haya, haciendo sus compras, trabajando o simplemente chismeando sobre la boda de la reina que se celebraría dentro de dos días.

Ignorando a los vendedores que gritoneaban sus ofertas y empujando levemente a unos cuantos de ser necesario, Link se abrió paso entre el gentío para llegar cuanto antes al bar de Telma, cosa que resultó muy fácil.

-¡Hola guapo!-saludó la mujer robusta al momento que el muchacho entró al bar.

-Hola Telma.-saludó Link con una débil sonrisa en su rostro.- ¿Cómo te va?

-Pues nada fuera de lo común.-dijo la mujer, poniendo sus manos en la cintura y mirando el lugar distraídamente.-Después de un tiempo los borrachos llegan a ser aburridos. Pero en fin, solo tienes que esperar un momento en lo que Shad llega para que se vayan al castillo.

-¿Esas personas de quienes hablas se fueron al castillo?-inquirió Link con curiosidad.

-Sí, ya sabes que la reina Zelda es sin duda una gran persona, y dejó que pasaran la noche en el castillo.

-¿Y quiénes son?

-Parece que vienen de una aldea que esta al atravesar los bosques Faron.-dijo una voz masculina a espaldas de Link, provocando que el muchacho se girara.-Buenos días Link.

-Buenos días, Shad.-lo saludó el muchacho.-Entonces no son de por aquí.

-No. Su aldea, Paseo de la Luna, esta como a dos semanas lejos de aquí.-comentó Shad, ajustando sus gafas.-Tal parece que están pasando por una situación muy difícil y necesitan ayuda. Son los hijos del alcalde los que vinieron, Alítheia y Satya.

-¿Pero porque yo?-preguntó Link algo confundido al no saber qué tipo de problemas los harían viajar tanto solo para buscar a alguien.

-Bueno, si se quedan aquí tratando de adivinar nunca lo lograran.-dijo Telma con seriedad.-Sera mejor que se vayan ahora para que después me cuenten todo con lujo de detalles.

-Sí, claro.-dijo Link con un dejo de sarcasmo en su voz.

Telma solo entornó los ojos al escuchar el tono del muchacho, pero después sonrió con mucha alegría.

-No puedo enojarme contigo, corazón.-dijo, dándole unas palmaditas en el hombro.-En fin, ya váyanse.

Shad y Link salieron del bar sin decir nada más y comenzaron su camino rumbo al castillo en completo silencio.

Al llegar a las enormes puertas de madera para entrar a los jardines del castillo, un soldado de armadura plateada los detuvo.

-¿Qué necesitan, jóvenes?-dijo el hombre con su voz siendo ahogada levemente por el yelmo, poniéndose frente a ellos para cerrarles el paso.

-Venimos por petición de la reina.-dijo Shad con seriedad.-Hay unas personas que solicitan nuestra ayuda.

-Claro, me disculpo.-dijo el soldado haciendo una pequeña reverencia.-Vengan conmigo, por favor.

El soldado abrió las puertas y les permitió la entrada, guiándolos hasta el interior del enorme castillo, el cual había cambiado mucho desde la última vez que Link había estado ahí. Empleados corriendo de un lado a otro, dando órdenes aquí y haya para los últimos detalles que se tenían que resolver antes de la boda.

-Link.-se escuchó una voz por encima de todo el barullo de los empleados.-Tanto tiempo sin verte.

-Con su permiso, Alteza.-dijo el soldado haciendo una pequeña reverencia que fue correspondida por parte de la mujer y se marchó, con sus pasos metálicos resonando levemente.

-Hola Zelda.-saludó Link de manera casual ya que desde lo que paso hace dos años, él veía a Zelda como una amiga.-Creo que tienen mucho trabajo por aquí.

-Sí, ya faltan solo dos días para la boda.-dijo Zelda con una radiante sonrisa adornando su rostro mientras que en sus ojos se podía ver un leve destello.-Hola Shad, me alegra mucho que hayan venido.

-Hola su alteza.-dijo Shad muy amablemente.

-Entonces… ¿Dónde están esos muchachos que necesitan ayuda?-preguntó Link, sintiéndose un poco ansioso por conocerlos.

-Ellos están en los campos de entrenamiento. Los llevare con ellos para después reunirnos en un lugar más privado y poder discutir la situación en la que se encuentran.-dijo Zelda con una mirada que se había tornado algo sombría.

Los dos muchachos siguieron a la reina, quien los guió hasta los campos de entrenamiento, donde varios soldados practicando con sus lanzas, espadas y arcos, todos usando sus armaduras que de pronto soltaban un destello que lastimaba lo ojos.

-Vengan.-les indicó Zelda para que la siguieran hasta un enorme árbol que hacía sombra para dos personas.-Están por aquí.

-Su alteza.-dijo un muchacho como de diecisiete años, bien parecido, de cabello castaño oscuro, y ojos tan azules como el mar y una espada en la vaina que llevaba en su cinturón.

-¿Son ellos?-preguntó una hermosa joven también de la misma edad que el muchacho, de cabello castaño oscuro, largo y lacio hasta la cintura, con sus ojos siendo cubiertos por vendas, también con un arma como la de su hermano

-Así es. Link, Shad, él es Satya y ella su hermana Alítheia. Son los hijos del alcalde de Paseo de la Luna.-los presentó la reina, manteniéndose seria.

-Mucho gusto.-dijeron los hermanos al unísono y haciendo una leve reverencia.

-Mucho gusto.-repitieron Link y Shad.

-De acuerdo, vengan conmigo para poder hablar con calma.-dijo Zelda, comenzando a caminar hacia el castillo.

No les tomó mucho tiempo llegar a una sala enorme, con ventanas cubiertas por delgadas cortinas blancas que permitían el paso de la luz solar, y una mesa redonda de madera con varias sillas adornado el centro del salón.

-Tomen asiento.-dijo la reina señalando distraídamente los asientos de la mesa.

Todos hicieron lo indicado. Link se sorprendió un poco al ver que la joven, aun con los ojos vendados, no necesitaba ayuda en lo absoluto, era como si ya supiera donde se encontraban las cosas. Su hermano no se alejó de ella en ningún momento, esperando a que ella tomara asiento para después sentarse a su lado. Ambos con una expresión de seriedad un poco sombría, ambos idénticos, por lo que no era difícil darse cuenta de que eran mellizos.

-Bien.-dijo Shad, aclarando su garganta para romper el incómodo silencio que se había formado en la habitación.-Entonces, ustedes dos vienen de la aldea llamada… Paseo de la Luna ¿cierto?

-Correcto.-dijo la joven, con seriedad, un portando esas vendas que le cubrían los ojos y que provocaban tanta curiosidad en Link.-Estamos aquí solicitando la ayuda de la persona que los salvó del rey de la Oscuridad, Ganondorf: Link, portador de la trifuerza del coraje.


Lo sé, el primer capítulo es corto y aburrido, pero es solo una introducción, no quiero revelar muchos detalles.

Espero que les haya gustado.

Gracias por leer.

Y como ya dije, veré cuantos reviews junto y dependiendo de eso seguiré la historia o no. Así que sus comentarios serán más que bienvenidos. Diganme lo que hice mal para poder corregirlo, diganme lo que les gusto y lo que no.