"Sabes, podría quedarme toda la vida así"
"¿Tirada sobre mí pecho? No, eso no me dejaría hacer otras cosas."
"Humm, otras cosas… ¿Cómo por ejemplo?"
"¿Hace falta que te lo diga?" – dijo Zoro revolviéndose y poniéndose sobre Nami mientras empezaba a besarla suavemente los labios – "¿ves lo que has conseguido? Al final le he cogido gusto a estar besándote"
"No te voy a decir que no me guste" – respondió ella medio riendo medio besándole.
"Y además hay otras cosas que también me gustan" – dijo el empezando a meter la mano por debajo de la falda.
"No me querrás solo por esto, ¿verdad?" – le respondió mientras le seguirá besando con más intensidad.
"No, esto es solo una parte. Te quiero porque me has embrujado y te has hecho la dueña de mi corazón. Te amo" – le respondió entre besos
"Y yo a ti, quiero pasar la vida a tu lado."
"Y lo vas a hacer"
De pronto un ruido llamó la atención de la pareja, que giró la vista hacia la puerta, encontrándose a Chopper, como siempre, escondiéndose al revés.
El pequeño reno miraba a la pareja con una expresión de pánico en su rostro, como si estuviera viendo algo que pudiera provocarle la muerte de manera casi instantánea. Su mente empezó a correr instintivamente y sin descanso por las dos únicas posibilidades que su mente consideraba como posibles en esa situación. O bien Nami le daba una paliza y le mataba, o bien Zoro le cortaba en rodajas. Ninguna de las dos opciones le parecían nada apetecibles, pero en ese momento, su cerebro le decía que eran las dos únicas cosas que podían pasar. Sobrevivir a lo que acaba de descubrir, no era una opción. Y eso que los dos estaban aun vestidos, pero aun así... Por eso, cuando escucho a Nami llamándole, las lágrimas empezaron a caer de sus ojos.
"¡No! ¡No!" – grito mientras lloraba – "no sabía que estabais aquí, por favor, no me matéis"
"Chopper no digas tonterías, nadie te va a matar" – dijo Zoro, que de no haber sido por la situación, se habría reído de la ocurrencia de su compañero – "Pasa y cierra la puerta."
Chopper hizo lo que Zoro le pedía, y tras cerrar la puerta, se sentó en el suelo frente a ellos, a unos pasos de la cama.
"Verás Chopper, lo que has visto…" - empezó Nami, aunque enseguida volvió a guardar silencio, pensando en cómo seguir la frase
"Sé lo que he visto" – dijo el reno, aun con unas pocas lágrimas en los ojos.
"No te íbamos a mentir" – le respondió Zoro pasando el brazo por la espalda de Nami, y acercándola a el – "Lo que has visto es la verdad, estamos juntos."
"Sé que los humanos tenéis necesidades"
"No no chopper" – le cortó rápidamente Nami con una sonrisa – "no es eso que estás pensando. No es que Zoro y yo estemos solucionando esas necesidades"
"¿Entonces?" – preguntó el reno un poco perplejo.
"¿Sabes lo que es el amor Chopper?"
"¿El amor? Si" – respondió el con una sonrisa – "sí que lo sé"
"Pues eso es lo que hay entre Zoro y yo." – termino Nami, sonriendo al pequeño doctor mientras se apoyaba un poco más sobre Zoro
"Vosotros… ¿estáis enamorados?"
"Así es Chopper, Zoro y yo estamos enamorados, nos queremos y estamos juntos."
"Pero, ¿por qué lo tenéis como un secreto? ¿No os fiais de nosotros?"
"Claro que confiamos en vosotros Chopper"
"¿Entonces por qué no lo habéis contado? Yo estoy muy contento, me gusta que seáis felices, y sé que los demás también lo estarán cuando lo sepan"
"Chopper, no era sólo por vosotros" – le dijo Zoro tomando esta vez la iniciativa – "de alguna forma, teníamos miedo de lo que pudierais pensar. No sé muy bien cómo explicarlo, pero sí que teníamos miedo"
"Pero Zoro, tú no puedes tener miedo…. ¡Eres el hombre más fuerte y valiente que hay! "– exclamo el médico
"Eso no hace que no tenga miedo. Hay muchos tipos de miedo. Tengo miedo de perderla a ella, de que le pase algo, o que vosotros acabéis heridos.. Pero tener miedo no hace que no seas valiente. Quédate tranquilo, que por eso no me voy a volver más débil ni voy a tener miedo nunca de algún enemigo."
"Mejor" – dijo el reno sonriendo – "entonces, ¿se lo vais a contar a los demás?"
"Sí, se lo contaremos, pero de momento, no digas nada, ¿vale?"
"¡Vale!" – dijo sonriendo – "¡pero no tardéis mucho en decirlo!" – dijo marchándose.
Apenas chopper había abandonado la habitación, Nami se levantó y cerró la puerta, esta vez, poniendo el cerrojo. Se dio la vuelta, y se quedó mirando a Zoro, que seguía sobre la cama, mirándola fijamente.
"¿Estás segura de que es una buena idea?"
"De alguna manera teníamos que contárselo, ¿no?"
"Sigo pensando que mi idea era mejor"
"Zoro, que nos diéramos de repente un beso en la cocina en mitad de la cena, era una forma un poco fuerte de contárselo a los demás…"
"¿y?" – respondió este con una sonrisa – "habría sido divertido. Aun así, aprovecharnos de que Chopper no va a aguantar más de media hora sin contarlo, tampoco es mejor idea."
"Bueno, de esta forma solo hará falta confirmarlo, y no contarlo" – le respondió sonriendo
"A algunos…".
"Si, por que Robin lo sabe desde el día después de que empezamos"
"Esa mujer siempre se entera de todo"
"Pero guarda los secretos… además, si ella no me hubiera preguntado, yo se lo habría contado"
"Y creo que Luffy también se imagina algo."
"Y parecía tonto…"
"Yo creo que tiene un pajarito que le cuenta algunas cosas"
"¿Un pajarito?"
"Si, una morena…"
"Tú crees que…."
"Y si no, no les faltara mucho…"
"Ojala. Ella se lo merece" – respondió Nami colocándose frente a la cama – "Bueno, y nosotros, ¿por dónde íbamos?"
"Estabas aquí debajo mío mientras empezaba a acariciarte por debajo de la falda…"
"¿Quieres que vuelva?"
"Ya estás tardando"
"Jajaja, vale, pero aquí sobran cosas" – le respondió mientras dejaba caer la falda.
Varias horas más tarde, los gritos del capitán celebrando que al fin estaba lista la cena, despertaron al espadachín. Después de hacer el amor, ambos se habían quedado dormidos y no se habían despertado hasta ese momento. Suspiró mientras se obligaba mentalmente a despertar a Nami.
Para ellos era todo un lujo el poder dormir juntos. Nunca les había resultado difícil encontrar momentos para estar juntos ó hacer el amor, pero dormir era diferente. Mientras quisieran mantenerlo en secreto, lo único que se podían permitir era alguna siesta como la que acababan de tener. Convencido de que, después de que todos lo supieran ya podría pasar tranquilamente las noches con ella, se decidió a despertarla, no sin antes admirar su cuerpo, desnudo bajo la fina sabana.
Con una caricia, y susurrándola al oído que era la hora de cenar, despertó a la navegante, que tras estirarse, le dio un pequeño beso. Rápidamente, ambos se vistieron y abandonaron la habitación de la peli naranja para dirigirse a la cocina. Cuando entraron, el resto de la tripulación les miraba fijamente desde el otro lado de la mesa. Solo Sanji parecía evitar mirarles.
Tomando asiento los dos juntos en las sillas más cercanas a la puerta, Zoro no aguanto mucho más.
"¿Pasa algo?" – preguntó despreocupado
"¡Eso deberíais contarlo vosotros, hermano!" – replico rápidamente Franky
"¿Nosotros?" – pregunto Nami – "¿y eso por qué?"
"¿Es que no tenéis nada que contarnos?" – preguntó Usopp
"¿Tenemos algo que contarles?" – dijo Nami mirando hacia Zoro, que simplemente se encogió de hombros
"¡No sigáis haciéndoos los tontos!" – grito Luffy – "¡ya lo sabemos todo!"
"¿Sabéis todo? ¿Y qué es lo que sabéis?" – preguntó Zoro sin ningún interés.
"Creo que el capitán se refiere a que vuestro secreto ya no es tan secreto" – dijo Robin con uno de sus suaves sonrisas
Zoro miró detenidamente a Nami, quien comenzaba a sonreír alegremente
"¿Y hay algún problema con ello capitán?"
"Sí, hay uno." – dijo Luffy sonriendo – "que quiero que lo contéis vosotros"
"Íbamos a hacerlo esta misma noche" – dijo Nami – "pero veo que alguien no ha sido capaz de guardar el secreto"
Chopper corrió a esconderse detrás de Luffy, temblando ante las palabras de Nami
"Yo quería guardarlo, pero… pero…"
"Jajaja, no te preocupes Chopper, que ya sabíamos que no ibas a ser capaz de aguantarte" – le dijo Nami mientras se ponía en pie, indicando a Zoro que hiciera lo mismo – "Así es, Zoro y yo estamos juntos" – dijo muy alegre mientras cogía la mano del espadachín.
Tan pronto como lo dijo, la tripulación estalló en alegría, felicitando a la pareja y queriendo celebrar la noticia de que ahora todos lo sabían y ya no sería necesario que se ocultaran. No tardaron mucho en reunirse en torno a la mesa y empezar a hablar de si se lo habían imaginado o no. Franky confesó que empezó a intuir algo cuando Nami le pidió una nueva habitación, y Usopp enseguida empezó a contar una historia de cómo él se lo había imaginado por los gestos que habían ido teniendo desde que volvieron a reunirse, mientras Brook lloraba porque ya no se iba a volver a atrever a preguntar a Nami por las bragas. El miedo a la reacción del espadachín hacia que Robin se hubiera convertido en su objetivo principal y único.
La pareja sintió como se quitaban un peso de encima al ver la buena reacción que habían tenido sus nakamas, y la falta de gritos y golpes de Sanji, que parecía haberlo encajado bastante bien, y poco a poco se fueron incorporando a las bromas que surgieron en torno a la mesa. Fue en ese momento cuando Franky hizo la pregunta que habían estado esperando desde que había empezado la cena y su relación se había hecho pública.
"¿Y desde cuando lleváis juntos?" – preguntó el cyborg
"Desde antes de llegar a Sabaody." – respondió rápidamente Zoro
"¿Os juntasteis antes de llegar al archipiélago? ¿Fue en los días previos a que todos nos reuniéramos?"
"Ehm, no. Esa vez no. La otra vez que llegamos a Sabaody."
"Más exactamente, después de thriller bark" – dijo Nami llevándose un dedo a la barbilla
"¿Antes de que nos separáramos?" – preguntó extrañado Usopp, a quien acababan de romper toda la historia que había contado antes.
"Entonces" – dijo Luffy, no dando opción a que respondieran a Usopp – "para vosotros, esos dos años han tenido que ser horribles."
"Desde luego, no han sido los mejores que hemos vivido, pero sirvieron para que nos quedara aún más claro lo que sentíamos." – respondió Nami sonriente
"Luffy, no debes sentirte mal por aquella decisión" – dijo Zoro, intuyendo lo que pasaba por la mente de su capitán – "esos dos años nos han permitido hacernos más fuertes, y asegurarnos que no nos volverán a separar."
Como si fueran las mejores palabras que hubiera escuchado nunca, la sonrisa regresó a la cara del capitán, que no tardó en levantar su jarra de nuevo y volver a brindar por la pareja.
Al terminar la fiesta, Nami se fue rápidamente hacia la habitación que, desde esa noche, compartía ya oficialmente con Zoro, quien llegó allí unos minutos después.
"Te has entretenido" – le dijo ella mientras él cerraba la puerta
"Quería asegurarme de que Luffy no pensara tonterías"
"¿Y lo has conseguido?"
"Eso creo. Y sino ya se encargará Robin de hacerlo por mí."
"¿Y eso?"
"He visto como desaparecía una de esas orejas que tanto la gusta hacer aparecer" – respondió él mientras se quitaba las espadas – "Al final, todo ha ido bastante bien."
"Si, teníamos que habérselo dicho mucho antes"
"Bueno, lo importante es que ya lo saben y no tenemos que volver a escondernos."
"Al fin voy a poder disfrutar de una noche completa. Vete preparando porque desde ahora vas a dormir todas las noches conmigo abrazada a ti."
"Bueno, no me parece mal plan" – respondió Zoro terminando de quitarse los pantalones y dirigiéndose hacia la cama
"¿No pensaras acostarte así?" – preguntó la navegante
"¿Por qué?"
"No es justo" – respondió ella sacándole la lengua mientras levantaba la sabana y le mostraba que le estaba esperando completamente desnuda.
Con una sonrisa, el espadachín se desprendió de la última pieza de ropa y se metió en la cama junto a la mujer que amaba, dispuesto a disfrutar, tal como Nami la había llamado, de su primera noche completa.
