Los personajes de esta historia pertenecen a Stephenie Meyer yo solo juego con ellos

Prologo

Puse mi mejilla sobre mi mano mientras jugaba girando la cuchara dentro de la taza de café. Hacía treinta minutos que Rosalie tendría que haber llegado y todavía no aparecía. Ella era mi hermana y cualquiera que nos mirara diría que estábamos mintiendo, porque físicamente éramos dos polos opuestos. Ella había salido a mi mamá, rubia de ojos celestes y yo era una copia de mi padre, castaña de ojos marrones, aunque siempre nos decían que nuestra belleza nos hacia parecidas y se podría decir, de alguna manera, que nuestro carácter explosivo también.

Bufe con aburrimiento y fruncí el seño cuando el idiota del mesero que me había atendido antes me guiñaba el ojo de forma "coqueta". A veces me preguntaba si mi rubia hermana no entendía el concepto de puntualidad.

-Señorita, no desea otro café, va por cuenta de la casa- escuche detrás mío. Me gire y observe como el tarado del mesero, que anteriormente me había guiñado un ojo, tenia una estupida sonrisa surcando por su rostro lleno de acne; el chico no parecía superar los diecisiete años.

-no, gracias- respondí secamente y observe al reloj en mi muñeca, 6:45. Si Rosalie no llegaba en cinco minutos, no pensaba esperarla más tiempo.

-ningún hombre tiene el derecho de plantar a su hermosa cita- por Dios, este chico no tenía ganas de joder a otra persona.

-y ningún idiota granudo tiene el derecho de flirtear con los clientes, no tienes que ir a hacer algún café o algo por el estilo- dije completamente harta y lo único que hizo fue dar media vuelta e irse. Encima que mi trasero ya estaba adolorido por el tiempo que estuve sentada, tenía que aguantar las estúpidas hormonas de un adolescente.

Estaba a punto de pararme para irme cuando oí el ruido de la puerta del local abrirse y una rubia cabellera entrar por ella. Rosalie al verme me sonrió tontamente y caminó entre las mesas hasta llegar a mí.

-¿cómo esta mi hermanita hermosa?- me preguntó mientras me ahogaba en un abrazo efusivo y me daba un sonoro beso en la mejilla.

-Maldita sea, Rose, hace media hora que estoy esperándote, ¿dónde mierda estabas?- inquirí molesta y ella se sentó frente mío.

-Bells, perdóname, si?- dijo mirándome con sus ojos azules y con un puchero en su rostro- pero es que hoy Emmet estaba muy entusiasmado y bueno…tu sabes- habló moviendo su mano despreocupadamente. Yo solo suspire.

-la próxima vez que te entretengas teniendo sexo con tu esposo me avisas así no te espero como tarada, puede ser querida hermana?- dije y le di un sorbo a mi café.

-Con que sobre eso querías hablar tan urgentemente conmigo, no es así hermanita?- preguntó con una sonrisa y me apoye en el asiento suspirando.

-Rose, ¿por qué las apariencias engañan?- le pregunte distraídamente y mi hermana frunció el seño con confusión.

-lo dices porque te casaste con Jacob pensando que su amigo era mas grande que un rottweiler y terminó siendo que tu chiwawa estaba mas dotado que él?- preguntó inocentemente, y yo solo hice un puchero.

-oh, por Dios cariño, te lo digo como la mejor hermana que soy- se corrió un mechón rubio detrás de la oreja y me miró seriamente, algo extraño en ella- búscate otro.

Abrí los ojos impresionada- ¿estás insinuando que engañe a mi marido?- pregunté en estado de shock.

-Bella, para engañar primero tienes que tener algo con otra persona, y hace cuando que no vez a Jacob…dos o tres meses?- rodé los ojos.

-¿Cuándo Emmet se va de viaje tu lo engañas?- interrogué

-claro que no- respondió poniendo una mano en su pecho- no lo hago porque cuando vuelve no salimos de la habitación por semanas- sonrió feliz- en cambio, tu esposo vuelve y ni siquiera te toca…aunque debe ser vergonzoso que tu amigo no funcione ni con u-

-Rose- la corte antes que siguiera hablando- ya esta, creo que ya dejaste bien claro que tienes una maravillosa vida sexual- ella negó con la cabeza.

-haber hermana, respóndeme algo pero tienes que ser sincera, sin mentiras- aclaró y asentí- ¿lo amas?

-no- sentí que me quedaba sin aire ante la respuesta rápida que salió sin querer de mi boca.

-ahí tienes- Rose aplaudió con falsa felicidad- no lo amas, así que por qué privarte de espectaculares orgasmos- suspire, Rose tenía una forma extraña de ver las cosas.

-Barbie, no es tan fácil…- murmuré y su mano tapó mi boca.

-por supuesto que es fácil, el problema es que a ti desde siempre te gustó dificultar las cosas- quizás en eso tenía razón, pensé.

-escucha Bella, sabes que feo es no poder dormir sabiendo que mi hermanita pequeña no tiene idea de qué se siente tener mas de diez centímetros dentro suyo- dijo dramáticamente y solté una carcajada.

-no creo que cuando estés con Emmet pienses en mí frustrada vida sexual- dije alzando una ceja.

-pequeña, ¿quieres tener un matrimonio en donde todos los días tu marido te traiga margaritas y te haga el amor una vez al año para conservar tu pureza?- preguntó mientras pestañaba teatralmente- claro que no- respondí frunciendo mis labios.

-¡esa es mi hermana!-su gritito hizo que las personas que estaban cerca nuestro nos miraran mal- tu lo que necesitas es un esposo que te regale lencería erótica y que te haga el amor de forma salvaje hasta que olvides tu propio nombre- dijo orgullosamente.

-Rose, te dije que dejes de tomar esas pastillas porque ya estás quedando mal de la cabeza- ella solo rodó los ojos ante mis palabras.

-pero es la verdad, todas las parejas deberían hacerlo…hermana me avergüenzas- dijo y me señaló con el dedo- te quedaste en el pasado, cariño, o crees que Adán y Eva no se divertían en el paraíso?- me reí por la comparación.

-rubia, no me quedé en el tiempo, pero no puedes pretender que todos seamos tan pervertidos como tu- señalé.

-yo nunca dije eso- habló- lo que trato de decir es que el amor y el sexo van de la mano, es así de sencillo- puse los ojos en blanco- pero volviendo al tema "mi hermana y su nula vida sexual" – me encantaba la imaginación que tenía- no te estoy diciendo que te divorcies…aunque eso sería lo mejor- murmuró por lo bajo- pero eres joven y tienes que disfrutar de la vida- suspiré.

-pero eso conlleva engañar a Jacob- repetí y ella se tapó la cara.

-niña, no has escuchado nada de lo que te dije, cierto?- Rose, me miró con falso enojo- piensa, dentro de unos cuantos años, cuando estés llena de operaciones y con la cara completamente estirada intentando ocultar miles de arrugas- reí- y te preguntes que hubiera pasado si hubieses escuchado las sabias palabras de tu hermana mayor, si hubieses buscado a alguno y hubieses tenido sexo desenfrenado…-ahora comenzaba a dudar, Rose siempre sabía a donde apuntar para convencerme de algo.

-Bella, solo piénsalo, juro que hasta con Nerón tendrías mas y mejor sexo que con ese chizito* con el que vives- dijo jugando con una servilleta.

-¿Crees que tu perro me daría más vida sexual que mi esposo?- pregunte riendo.

-si quieres te lo presto por un día y luego me cuentas- ofreció mirándome inocentemente con sus ojos azules.

-no, gracias, prefiero continuar teniendo mi dignidad- ella largo una carcajada.

-vamos Bella, tu dignidad la tiraste a la basura cuando te casaste con ese- dijo con ironía.

-todavía no logro entender por qué no te agrada- musité

-es un idiota, qué mas quieres que te diga…-respondió con facilidad- mira, Bella- comenzó luego de unos segundos- tienes veinticuatro años, no cuarenta okay?- asentí lentamente- disfruta de las oportunidades, y como dijo nuestra querida abuela Mary "si la vida es corta, el matrimonio te la acorta"…amén- terminó juntando sus manos como si estuviera rezando y yo fruncí el seño.

-no me acuerdo que ella haya dicho esas palabras- dije no muy convencida.

-bueno, quizás aun no habías nacido- dijo restándole importancia- pero volvamos a lo que importa- sonrió de manera extraña- hermana, te haré la pregunta que te cambiará la vida para siempre…-yo la miré fijamente- ¿estas dispuesta a engañar al idiota de Jacob solo para tener el mejor sexo de tu vida?-

En ese momento me quedé sin palabras ante la peligrosa pregunta de mi hermana, pero si algo tenía bien claro, era que cualquiera sea mi respuesta me arrepentiría…. ¿no?

*Chizito: Bocadito para copetín a base de harina de maíz, queso y sal, de color amarillo, cilíndrico, de un cm de diámetro aproximadamente y no más de cuatro de largo. Wikipedia.

Chan, chan…! Les gustó?

Se me ocurrió en una noche de mucho insomnio y me pareció divertida la idea. Por lo que veo mi inspiración esta volviendo, así que espero comenzar a actualizar mis fics…

Y que dicen, ¿vale la pena que siga con el fic, o no? Ustedes deciden! Y lamento si se encuentran con faltas de ortografía.

Nos vemos

Aye