Esto es extraño. Verán, hace unos años participé en un "Hogwarts virtual" en donde nos mandaban tareas. Una de ellas fue crear una historia para un hechizo de la clase de Transformaciones. Entonces me inventé un libro "Introducción de las Transformaciones" y escribí el siguiente capítulo...

Capítulo: XXIV - "Una aproximación al hechizo Vitae Incantem"

En este capítulo intentaré dilucidar algunas cuestiones que rondan al hechizo Vitae Incantem, tan odiado por muchos magos y brujas cuyas mentes tan obnubiladas no alcanzan a comprender. Para ello primero debemos conocer un poco de su historia.

Un día en el alejado siglo IX, el olvidado mago alemán Korw Feasrentz se encontraba sumido en una profunda soledad puesto que estaba marginado de la comunidad mágica debido a una horrible enfermedad ocular. Sus ojos despedían una sustancia viscosa de color azul suficiente para espantar a todos los niños, brujas y magos no tan valientes. Así que sólo podía sentarse en su casa y esperar que alguien quisiera hablar con él. Pero nadie llamó a su puerta para hablarle. Korw se estaba hastiando de su soledad cuando una pequeña gatita negra saltó por su ventana e ingresó en su habitación. La felina se acercó a él con la típica curiosidad de los gatos y el mago se sintió contento porque un ser no lo rechazaba.

"Si tan solo fueras una mujer..." -le dijo a la gata... Y estas palabras le dieron una magnífica idea: "¿por qué no transformar a la gata en una mujer?"

El único problema era que no sabía ningún hechizo para ello y eso lo amargó mucho. Pero luego de días de pensar en su idea supo que no debía esperar que un hechizo cayera en sus manos, sino que tenía que crearlo él mismo. Y nada mejor que recurrir al latín para ello... La palabra provenía de la lengua de los sabios, así como la mayoría de los hechizos oficiales. Entonces la dijo en voz alta: "transmogrify". Sonaba casi como un hechizo de verdad, ahora sólo le restaba hacerlo funcionar.

Tomó su varita de arce, desgastada por el tiempo, y apuntó directamente hacia la gata que lo miraba divertida y gritó:

"¡TransmoGRIFY!"

Un pequeño rayo color rojo salió despedido de la varita... Y algo curioso ocurrió: el pelaje de la gata comenzó a crecer... Casi podría ser el cabello de una doncella...

Animado por su avance supo que debía continuar sus intentos. Probó con muchos movimientos estralafarios y acentuando de diferentes formas las sílabas de su gran palabra mágica. Apenas alcanzó a convertir a la gata en un ser macabro con boca y manos de mujer. Realmente había deformado a la pobre gatita. Pero no se apenó y siguió intentando. En el último intento utilizó el famoso movimiento de la "s" progresiva, de abajo hacia arriba, y acentuando la sílaba "mo" lo consiguió.

En donde antes había existido una gata ahora había una hermosa mujer esbelta de ojos amarillentos y cabellos negros. Korw estaba fascinado con su logro, lágrimas de emoción se entremezclaban con la sustancia azulada de sus ojos. Grande fue su sorpresa cuando la mujer se lamió una mano. Pero fue aún más traumático cuando la mujer maulló.

Korw Feasrentz fue encontrado, por sus vecinos, desmayado en el suelo. Cuando volvió en sí, la comunidad mágica lo desterró por cometer tal injurio sumamente aberrante.

La gata vivió largos años en una granja persiguiendo pájaros que nunca podría cazar...