Hola hermosuras, con ustedes una nueva historia que solo tendrá dos caps.
Advertencia: Si no les gusta el lemmon no lean.
Disclaimer: Todos los personajes le perteneces a Hiro Mashima.
Here we go!
Instintivamente miro el reloj, ella jamás llega tarde y temo que algo malo le hubiera pasado, desordeno mis cabellos y llevo mi mirada a la ventana, no hay rastros de ella y empiezo a pensar que hoy por primera vez en seis meses no vendrá. Cojo mi lápiz para terminar mi deber pero no dejo de pensar en ella, mi corazón late de una manera extraña pues creo que la han descubierto, por más que quiera irla a buscar no puedo, ella jamás me ha dicho donde viven los de su raza y que un humano entré en esos terrenos sería prácticamente un suicidio. Hago un esfuerzo sobre humano por concentrarme en las integrales pero siento un nudo en la garganta que me evita seguir. ¿Quién iba a pensar que estaba angustiado por esa acosadora? Me levantó de la silla y veo a través de la ventana, sólo hay luces y ruidos de carro, me volteó he inhalo profundamente, veo mi collar de cruz de plata colgado en la punta del espejo y recuerdo que lo deje de usar solo para ella pudiera estar cerca de mí. "Tiene que estar bien" "debe estar bien" me meto esas frases en la cabeza y vuelvo a mi silla para seguirla esperando. De un momento a otro la escuchó aterrizar en la escalerilla de incendio de la ventana y mi alma vuelve a mi cuerpo.
-Hola Gray-sama, perdón la demora pero Gajeel-kun no la dejaba salir –y ahí estaba, su sonrisa que hacía juego perfecto con sus mejillas de porcelana pintadas de un rosado hermoso. Su tierna voz llamándome Gray-sama y su increíble cabello azul que le llegaba a la cintura.
-¿Te habías retrasado? No lo había notado Juvia –ese era su nombre, el que se había negado a darme pero que después de unos meses pude sacarle.
-¡Ay Gray-sama! A veces puede ser tan distraído –entró a mi habitación y reviso que estaba haciendo.
-Tome, Juvia le trajo sus pasteles favoritos –me ofreció la bolsita de papel y mi estómago vacío me obligó a tomar uno y llevármelo a la boca, no entendía cómo podía cocinar tan rico si esa comida no era de la que se alimentaba.
-¡Gajeel-kun está sospechando! –La miro y veo preocupación en su rostro. –Si descubre lo que Juvia está haciendo la mata... –sabes que son una manada de tontos y no se darán cuenta –la callé antes de que dijera esa palabra, ella se había convertido en alguien muy importante para mí y no aguantaba que si quiera pensara en la muerte.
-Además dijo que sus colmillos no están afilados, me preguntó que si Juvia no había vuelto a matar humanos –me mostró sus dientes blancos y paso su lengua rosada por sus colmillos, a mí me parecía que los tenía muy bien afilados, desde que la conozco me prometió no volver a matar humanos y aunque sé que es difícil para ella alimentarse solo de sangre de animal apreció lo que hace para ganar mi confianza.
-Gajeel es un idiota, invéntale algo pero si es muy peligroso no quiero que vuelvas por un tiempo.
-Gray-sama no es para tanto, sabe que Juvia tiene que verlo o si no enloquecerá. –sonrió de nuevo y puse mi mirada en el papel para que no viera mi reacción.
-¿Ya casi termina? Juvia ayudo a Levy a cazar animales para ambas, está cansada y quiere dormir con usted –de nuevo sentí la sangre en mis mejillas, no entendía porque mi estúpido cuerpo reaccionaba así si nosotros ya habíamos dormido juntos. Claro solo habíamos dormido y tal vez mi cuerpo reaccionaba así porque esa frase me hacía pensar en otras cosas.
-Ya casi término, duerme y ya voy para allá. –Juvia solo me visitaba de noche y duraba unas pocas horas en mi habitación, tenía que volver a su casa para que no sospecharán, si los altos rangos vampiros se enteraban que ella estaba relacionándose con la comida la matarían por traición. "Los humanos son comida no son amigos". Sólo le permitían matar un humano a la semana y con su sangre podían sobrevivir y hacer sus actividades sin ningún problema. "Prohibida" así se definía nuestra relación.
Se recostó en la cama y aunque no se me insinuaba despertaba mis deseos más carnales con tan solo verla acostada. Sólo una vez me habló de sus intenciones sexuales conmigo y fue el día que nos conocimos. Aún recuerdo la primera vez que la vi, estaba demasiado asustado. Siempre desde que era niño me sentía observado, sentía que alguien me vigilaba en la noche y frecuentemente trataba de ignorar esa sensación sin embargo hace seis meses en la noche de mi cumpleaños entró en mi habitación cuando se aseguró que me había quitado mi collar para dormir. Una muchacha que parecía de mi edad, con ropas de cuero que resaltaban sus enormes pechos y su pequeña cintura, su pantalón de cuero hacia el mismo trabajo que su blusa resaltando su enorme trasero y su piel tan blanca demostraba que jamás le había dado el sol directamente.
-¿Quién eres? ¿Qué demonios haces en mi habitación? ¡Lárgate o llamaré a la policía!
-La policía no la detendrá, ella no le hará nada –No le entendía ni una sola palabra ¿ella? ¿A quién demonios se refería?
-¡No te me acerques! –retrocedí por instinto dando pasos hacia atrás sin dejar de mirar sus ojos azules.
-No tenga miedo, ella jamás le haría daño –Trague saliva, no era un cobarde ni nada por el estilo pero sabía que ella no era normal, sabía que estaba en problemas y mi instinto de sobrevivencia me hizo correr a la puerta para escapar de ese lugar, antes de llegar a tomar la perilla ella apareció mágicamente en la puerta impidiéndome el paso.
-¿Có….cómo demonios hiciste eso? –ella soltó una sonrisa y me vio con ternura, vi sus temibles colmillos y empecé a hiperventilar, ella me iba a comer en ese instante y decidí hacerle frente.
-¿Qu…qué es lo que quieres?
–Quiere ser su amiga.
-¡Yo nunca podría ser amigo de un monstruo! –no pensé en lo que dije, estaba muy asustado, había escuchado sobre la existencia de los vampiros y su sed de sangre humana y al ver un vampiro a centímetros hizo que mi mente colapsara. Al escuchar mis palabras movió su cabeza de lado sin dejar de verme a los ojos, no podía identificar que intenciones tenía, se veía serena y tierna a la vez pero un tanto nerviosa, imagine que así se ponía antes de acabar con su presa.
-¡Entonces será su pareja! Ella iba a empezar siendo su amiga pero ya que no quiere serlo será mejor saltarse esa parte y ser uno solo ya –se acercó despacio a mí y una luz vino a mi mente "el collar" fui a cogerlo y mi cuerpo no respondía, estaba inmovilizado y por más que intentaba moverme seguía en la misma posición, lleve mis ojos a los de ella y su pupila había cubierto su iris azul por completo, se acercó a mí con su mirada perdida y cuando estaba a milímetros de mí, paseo su nariz por mi cuello,
-¡No me mates monstruo!
-Ya le dijo que no le hará daño, solo quiere, ella solo quiere –Sentí su lengua en mi cuello y un corrientazo pasó por todo mi ser. Mi miedo empezó a desvanecerse y trate de buscar las palabras adecuadas para que no se enojará y me matará.
-Sí no me quieres hacer daño suéltame, deja que me mueva.
-¿No quiere ser uno con ella aún?
-No entiendo de que hablas, eres un vampiro y yo soy un humano. –Ella sonrió y lamió mi cuello un rato más –Claro que lo entiende, usted sabe perfectamente lo que ella quiere –sentí sus labios en mi cuello y pensé que ella estaba loca, yo no quería ser violado por un vampiro a mis diez y siete años. –En realidad no entiendo tus intenciones –Me vio y pude notar deseo en sus ojos ahora color negro.
-Ella sabe que usted es virgen pero usted sabe muchas cosas sobre esto -¿Cómo sabía que no me había acostado con ninguna chica? Ella tomo una pausa y siguió –Quiere que esto –llevó sus manos a mi parte prohibida - esté dentro de ella –aún sostenía a mi "amigo" y yo me avergoncé, era la primera que me hacían eso y sentía una reacción por parte de mi cuerpo a lo que ella estaba haciendo.
-¡Suéltame enferma! ¡No quiero que me toques!
-¡Le dijo que no le haría daño y sí aún no quiere no lo obligará! – me vio con decepción y al volver sus ojos azules ya me podía mover. Tome el collar en mis manos y ella retrocedió.
-¡Lárgate demonio! –Se puso las manos en el estómago y a medida que me iba acercando a ella más débil se veía. –La cruz… aléjela de ella.
-¿Crees que voy a quedar indefenso ante ti? –Ahora yo tenía el control sobre ella y la haría pagar por intentar hacerme daño.
-¿Por qué hace esto? Ella jamás haría nada para lastimarlo pero usted, usted le está haciendo daño. –Sentí pena, sus palabras parecían sinceras y di unos pasos hacia atrás, al menos con el collar ella no se me podía acercar.
-Feliz cumpleaños Gray-sama –la peli azul dejo una pequeña bolsa en el piso y salió de mi habitación, en la plataforma de emergencia saltó al vació y corrí a la ventana para verificar que estuviera bien, al asomarme lo único que pude ver fue los carros en miniatura andando y el frío me daba en toda la cara. Creía que lo que me acababa de pasar era un sueño, no podía ser posible que no me hiciera daño, no podía ser posible que esas criaturas existieran, lo comprobé con mis propios ojos, ella tenía poderes sobrenaturales, me había inmovilizado, había volado y se había movido a una gran velocidad. Mire mi reflejo en el espejo y trate de asimilar mejor lo que había acabado de pasar, era una vampira muy hermosa y sabía mi nombre, sacudí mi cabeza para no pensar más en eso y vi la bolsita, no había sido un sueño eso me lo demostraba, dude mucho, temía que fuera una trampa pero lo levante y cuando vi lo que había adentro mis piernas fallaron, no podía ser verdad, corrí a la ventana y salí de mi habitación, -¿Dónde estás? ¿Cómo conseguiste esto? –Sólo escuche el eco y no vi a nadie.
-¿Qué haces ahí afuera idiota? –escuche la voz de mi hermano y aún seguía sin creerlo, eche un último vistazo pero no estaba así que entre.
-¿Qué hacías allá? –observe de nuevo mi regalo y no habían dudas, no era un replica, ¡era mi manilla!, Lyon vio lo que estaba sosteniendo y reaccionó igual que yo.
-¡Es imposible! ¿Cómo la encontraste? –Negué con mi cabeza y me la puse. El único regalo que tenía de Ur y que había perdido días después de que ella murió.
-¿Quién te la dio? –volvió a preguntar.
-La chica en mi ventana –El peli plateado volteo a ver e hizo cara de estúpido, lo saque de mi habitación a rastras, me acosté en la cama y no dejaba de ver mi manilla -¡Tal vez no sea tan mala! Susurré bajitico y me quede dormido. El día siguiente pasó tortuosamente lento y solo esperaba a que fuera de noche para preguntarle como la había conseguido. La había tratado muy mal, le había dicho demonio, monstruo, enferma y la había lastimado con mi collar, después de ver mucho tiempo por la ventana llegue a la conclusión de que no iba a volver, que había sido un maldito animal con ella y que no deje siquiera que me explicara porque sabía mi nombre. "Soy un maldito imbécil" grite con fuerza, tenía mucha rabia y solo quería matar a alguien pero escuche el ruido que hacían las palomas al caminar por la plataforma, luego esa noche después de muchos años entendí que las palomas dormían en la noche y que fui un estúpido al pensar eso, claramente ese sonido era ella aterrizando en mi piso.
Respire profundo, tenía que tener mucho cuidado con ella, debía estar atento pues ella seguía siendo un vampiro chupa sangre y yo un maldito debilucho. Deslice el vidrio y puse los codos en el marco de la ventana y ahí estaba, sentada en un escalón. Ninguno de los dos habló, ella ni siquiera me veía a los ojos y sentí la necesidad de hablar –Oe….-Perdónela por lo que hizo anoche –me ganó en hablar y ¿Me estaba pidiendo perdón? Claro solo tenía que olvidar esa pequeña escena de acoso sexual y ya todo estaba perdonado.
-¿Qué haces acá? ¿Por qué me pides perdón?
-No quiere que usted la odie, ni quiere que le tenga miedo, ella no tiene la culpa de haber nacido vampira.
-Aún no respondes mi pregunta. –Ella bajo su mirada totalmente avergonzada.
-Usted es alguien importante en su vida, no soportaría que usted la odie Gray-sama.
-¿Gray-sama? ¿Cómo es que soy importante en tu vida si no nos conocemos?
-Usted no la conoce pero ella lo cuida desde que se pasó a esta ciudad, sabe todo sobre usted, Los amigos que tiene, lo que come hasta sabe que odia las matemáticas –No lo podía creer tenía que estar bromeando en ese lugar desde que tenía diez años.
-Debes estar mintiendo.
-Ella jamás le mentiría a usted –Respire y puse mis manos en el cuello -¿Te piensas quedar ahí afuera toda la noche?
-Ella ya está acostumbrada –le di la espalda y me senté en la silla de mi escritorio -¿Cómo encontraste la manilla que había caído al río? –Sencillo ella uso sus poderes y fue fácil encontrarla. –ni siquiera me había alcanzado a acomodar cuando ella ya estaba saltando en mi cama. –Estas camas son geniales, mire como rebota.
-¿Poderes? –trate de ignorar que parecía una niña saltando encima de mi cama, también trate de ignorar su cabello azul en onditas moviéndose en todas direcciones y sus enormes pechos tan provocativos.
-Sí vera, cada vampiro al nacer obtiene un poder especial a parte de la súper velocidad y el vuelo. El poder de Juvia es poder controlar el agua.
-Pensé que tu poder era evitar que tus presas se movieran.
-A bueno es algo que aprendió con el tiempo, el cuerpo está compuesto la mayoría por agua y ella puede detener a las personas usando ese poder, también puede hacer que hagan cualquier cosa que ella les mande. –Si pensaba que era peligrosa, ahora sería un suicidio hacerla enojar.
-¿Cuántos años tienes? ¿Eres inmortal? ¿Enserio matas humanos? –mi curiosidad me ganó y que mejor que preguntarle a ella sobre los mitos que se contaban por ahí, se rió al ver mi curiosidad y dejo de saltar en la cama para sentarse en una orilla.
-Ella es inmortal pero es una vampira joven, nació hace veinte años y sí, ella bebe sangre de humanos para alimentarse –Me asuste y retrocedí un poco.
-No se preocupe ellos solo matan criminales y solo es una vez a la semana –mi mirada la hizo preocuparse,
-Pero por usted ella puede dejar de matar humanos si eso es lo que quiere.
-No puedes pedirle a un animal que deje de serlo.
-¡Ella no es ningún animal! –Se había enojado y sus mejillas estaban rojas, unas lágrimas se deslizaron a sus mejillas y me sentí muy mal, la había hecho llorar. Ella se levantó de mi cama e iba a salir por la ventana -¡Espera! Si dices que no volverás a matar humanos te creo.
-¿Habla enserio Gray-sama?
-Sí –Salto de la felicidad y en menos de un segundo volvió a su lugar.
-¿Desde cuando tienes mi manilla? –trate de cambiar el tema.
-Desde la noche en la que la perdió pero jamás había reunido el suficiente valor para entregársela, además está prohibido que los vampiros tengan algún tipo de relación con los humanos que no sea de depredador –presa.
-¿Y entonces por qué hablas conmigo?
-Ya le dijo que usted es especial para ella y que no va a dejar que unas estúpidas reglas le evitan verlo –Al principio me pareció molesto que todas las noches viniera a mi habitación ¿Qué no tenía una vida? Me fastidiaba porque sabía que todo lo que hacía era para que yo me enamorara de ella y era algo inútil porque a mí me gustaba Lucy aunque sabía perfectamente que esa rubia amaba a Natsu. Jamás le contaba nada de mi vida a mi familia, ni a mi mejor amigo Natsu y que ella me preguntara cosas de lo que me pasaba en el día todas las noches me sacaba de quicio. Ella sabía muchas cosas de mí sin ni siquiera yo contárselas y una noche sin que le contara nada al respecto la llamo "rival en el amor". Era extremadamente molesta pero siempre trataba de complacerme en todo. He vivido muchas con ella en tan poco tiempo y sé que ahora la necesito más que a nadie en el mundo, tengo miedo que la lastimen por estar conmigo y aunque a ella no parece importarle es lo que me quita el sueño aparte de su sonrisa.
-¡NO QUIERO!
-No le pasara nada confié en ella. –Esas fueron sus palabras un día cuando dijo que me llevaría a volar, me cargo en su espalda y saltamos directo al vacío, se reía al verme asustado pero después me di cuenta que era la mejor sensación que había probado en la vida, nunca había sentido ese olor tan delicioso que emanaba de su cabello y ver la ciudad desde tan alto y dando volteretas junto a ella era de lo mejor. Al final de la noche vimos las estrellas juntos y le pedí por centésima vez que me dijera su nombre.
-Es peligroso que lo sepa, recuerde que el señor Porla puede ubicarlo si sabe el nombre de un vampiro, es su poder y lo encontrara para matarlo y así proteger el secreto.
-¿Puedo decirte Juvia? –Se quedó estática y me vio con sus enormes ojos azules.
-¡No Gray-sama! ¡Olvide ese nombre! –se levantó y comenzó a caminar por toda la rama del árbol en el que estábamos sentados. –¡Espera vas a hacer que se rompa la rama! –al dar el tercer paso la rama se quebró y caí muchos metros golpeándome en la cabeza hasta que ella me tomo en sus brazos y evito que siguiera cayendo.
-Perdón Gray-sama Juvia no se dio cuenta.
-Así que ese es tu verdadero nombre –sonreí como un tonto y mi cuerpo entero estaba feliz porque ya sabía algo muy importante que ella me había negado.
-¿Cómo adivino su nombre? –Juvia me puso en el suelo del bosque y estaba revisándome para ver si tenía alguna herida.
-Cuando era niño soñaba con una chica que me decía que se llamaba Juvia, creo que eras tú.
-Juvia no puede meterse en los sueños de nadie.
-En los míos lo haces –se sonrojó y llevó las manos a mi cabeza.
-Gray-sama está sangrando, su…su…sangre –Vi sus ojos que ya no eran azules, trate de calmarla pero ella me tomo fuerte del brazo, me empujó al piso, se montó encima mío y tomo mi cuello subiéndome la cabeza para limpiarme la sangre con su lengua.
-Deliciosa, Juvia nunca había probado una sangre tan deliciosa.-trate de zafarme pero Juvia era demasiado fuerte, pensé que me iba a matar en ese instante "No te metas con esa mujer es peligrosa" recordé las palabras de Natsu un día después de conocer a Juvia, no le tome importancia él no podría saber nada acerca de ella.
-¡Juvia soy yo! ¡Soy Gray despierta! –ella reconoció mi voz y se levantó enseguida. –Perdón, ella hace mucho no probaba la sangre humana –sus ojos estaban repletos de lágrimas y la vi con intenciones de salir huyendo, antes de que ella se fuera me bote encima y quede a milímetros de su boca. –Yo te obligue a alimentarte de animales, es mi culpa.
-Ella tiene que controlarse, ella no soportaría que a usted le pasará algo –La abracé y nos quedamos mucho tiempo en esa posición, no quería que se sintiera mal por lo que acababa de pasar –No me importaría convertirme en un vampiro.
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-¿Gray-sama está escuchando a Juvia?
-¿Decías algo?
-Asshh Gray-sama, que Juvia ya tiene que irse y que usted no se durmió con ella.
-Perdóname estaba pensando en algo, ¿te parece si mañana lo hacemos?
-Sí pero Juvia tuvo que inventarle una súper excusa a Gajeel-kun, ella tiene miedo que se entere de esto y no la deje volver a verlo.
-Algo haremos ¿sí? Ten cuidado –asintió, me beso en la mejilla, salió por la ventana y se alejó. Suspiré por instinto y vi su sombrero encima de la cama, "lo dejaste tonta" termine mis deberes con su sombrero en mis piernas. Al otro día todo ocurrió normalmente, ahora veía a Lucy como mi hermanita y antes de irme Natsu me agarró del brazo.
-¿Qué pasa cabeza de flama?
-No cometas un error del que te puedas arrepentir –su voz estaba sería y su semblante estaba totalmente contrario a lo que era.
-¿De qué hablas Natsu?
-Tú lo sabes.
-¿Saber qué? –descarté lo de Juvia, él no podía saberlo, de hecho nadie sabía sobre ella o sobre los vampiros.
-Ella, la v…. –Natsu ¿Nos vamos? –Lucy nos interrumpió y quede con la duda, quería saber a toda costa que quiso decir. Llegue a la casa y estuve muy pensativo, no me sacaba de la mente lo que el peli rosado me había dicho, no podía referirse a Juvia, no podía hacerlo ¿o sí? –Hola Gray-sama –Me asuste, ni siquiera me había dado cuenta a qué horas se había vuelto de noche.
-Gajeel-kun no estaba en casa así que aprovechó para venir –La vi más hermosa que nunca, traía una falda de arandelas muy cortica con medias de ligero y una esqueleto con botones que resaltaba sus enormes pechos. Su cabello estaba adornado con un broche de mariposa y sus ojos estaban delineados al igual que su boca.
-¿Qué haces vestida así?
-¿No le gusta Gray-sama? Es que Levy-san y Gajeel-kun están a punto de casarse y ella le pidió el favor a Juvia de ser su modelo para ver que ropa se pondría mientras estaba con él y bueno ellos salieron de improvisto y Juvia salió lo más rápido que pudo de la casa sin cambiarse.
-No es que no me gusté -Mi cuerpo entero comenzó a reaccionar ante tal atracción, quería hacerla mía y dar el paso del que ella había hablado ese día, ya no seríamos amigos, seríamos uno. Conocía los riesgos de estar con un vampiro, Juvia me había dicho que sus amigos mientras tenían relaciones sexuales con humanos habían mordido a sus amantes y que como estaba prohibido convertir humanos en vampiros los mataban sin ningún remordimiento. De hecho como estaba prohibido su intención solo era satisfacerse y matar. Juvia se fue a mi closet y estaba buscando ropa para ponerse y al bajar su cuerpo para buscar en el último cajón vi sus bragas que hacían juego con sus medias, eran muy transparentes y pude ver su perfecta cola.
-Juvia ven, no te cambies –ella volteo a verme y todos mis sentidos se agudizaron, se veía jodidamete hermosa y yo solo quería besarla, esos labios tan rojos y atrayentes, quería morderlos y probar su sabor.
-Gray-sama ¿qué quiere hacer hoy? –su pregunta fue demasiado inocente, no estaba consciente de lo que estaba pensando.
-Juvia quiero que dejes de ser mi amiga –su cara fue de una total confusión –No Gray-sama por favor, no aleje a Juvia de su lado ¿Qué hizo mal?
-¡Hiciste todo mal! –Las lágrimas no se hicieron esperar y la abrace antes de que siguiera llorando –Hiciste que me enamorara de ti –me había confesado ante ella, sabía que ya no había vuelta atrás, ella jamás me dejaría. Se separó y sus ojitos llorosos vieron a los míos con ilusión, me robo un beso torpemente y yo seguí sus labios, mi corazón se detuvo y mi piel se puso de gallina nunca había sentido algo así en mi vida y disfrute nuestro primer beso.
Acaricie su mejilla y luego toque las onditas de su cabello, "quiero hacerte el amor" esas palabras no salían de mi boca hasta que ella habló. – Gray-sama sé que es indecente que Juvia le pida esto, pero…..pero ¿Podría hacer una mujer a Juvia? –Sentí que el oxígeno no llegaba a mis pulmones y no imagine que fuera virgen, claro que lo era, era demasiado tierna e inocente y tenía miedo de lo que iba a pasar –ella sueña desde que lo vio de niño, ella sueña con que usted le haga el amor. –Sería el único en su vida, el primero y el último, la bese de nuevo pero con necesidad, con hambre de ella, de su hermosa sonrisa, de su cuerpo y de todo su amor. Ella dejo que yo hiciera todo el trabajo pues si ella se emocionaba podía quebrarme todos los huesos.
-La acosté delicadamente en la cama y me subí encima de ella. –jugué con nuestros labios, me había vuelto adicto en unos segundos de ellos, Juvia metió su lengua en mi boca y empezó a moverla haciéndole una invitación a la mía, abrí mis ojos en ese instante y la vi con los ojos totalmente cerrados disfrutando de ese momento, sus mejillas estaban rosadas de la vergüenza y mi cuerpo me indicaba solo lo siguiente que tenía que hacer. Pase mis labios por su cuello mientras ella me daba espacio estirándolo más. –Juvia lo ama Gray-sama –Sonreí y use mi lengua en la delicada piel de su cuello. –Aaah –gimió suavecito y ese sonido me había encantado, quería oír de nuevo su delicada voz, así que le quite su blusa y admire sus pechos que eran custodiados por su sostén del mismo color de sus medias. Bese su vientre, su ombligo y su cuerpo se movía levemente al contacto. Puse mi atención en sus medias y las desabroche bajándolas con mi boca suavemente. Subí mi mirada y me encontré con la suya, estaba pendiente de todo lo que estaba haciendo. Hice lo mismo con la otra y acaricie sus hermosas y firmes piernas. Las bese y probé su sabor, su suave y lisa piel, todo dentro de mí me obligaba a poseer a esa belleza. –La bese de nuevo y le desabroche su sostén.
-Son grandes, ¡Eres perfecta Juvia! –Mi vampira sonrió ante tal declaración y me quitó la camiseta para que ella también pudiera disfrutar, pasó la lengua por sus dientes y empezó a tocarme mientras succionaba sus pechos, -Gray-saammaaahh –gemía tan delicioso que yo era el que más gozaba con eso. –¡Muérdela!, ¡muérdela! –La mordí para complacerla y arqueo su espalda, lo hice de nuevo y halo mi cabello. –Baje directamente a su zona intima, mi amigo me pedía calmar ese dolor que estaba sintiendo, le destroce la falda y acaricié su botón rosa por encima de su única prenda.
-Mmmpphhh….. así, así Gray-sama –al alternar mis movimientos para complacerla la sentí muy mojada y sabía que era el momento, mis pantalones y mi ropa interior cayeron por pura inercia y Juvia al verlo se desesperó y me empujó quedando encima mío.
-Cálmate mi amor –me levante y quedamos ambos sentados encima de la cama. –Juvia puede morderlo, no debería estar haciendo esto –Se escondio en la curvatura de mi cuello y yo no quería ser un vampiro pero mi cuerpo humano envejecería y no estaría con ella por la eternidad –No importa, solo quiero que estemos juntos hasta el final de nuestros días –Juvia asintió y rompí su braga, la acomode en mi cintura y la penetre despacio, hasta que tuve que aplicar más fuerza porque algo me impedía el paso. Me dolió un poco, era demasiado estrecha y su cara demostraba dolor.
-¿Te duele?
-Sí Gray-sama, espere mientras Juvia se acostumbra a tenerlo dentro –después de un rato empezó a mover su cintura y eso me indico que ya estaba lista para lo que seguía. Mis embestidas fueron lentas pero entre más me lo exigía el placer más salvaje me movía hasta llegar más profundo a su cálido centro, Lo metía y lo sacaba automáticamente y ella gemía como si su vida se fuera en ello, mi hermano se encontraba en la habitación siguiente y solo esperaba que no viniera a jodernos. –Ju-juvia te amo –Juvia dejo de gemir en un instante y sentí sus dientes en mi cuello. -¡Mierda! –exclame sin dejar de moverme, acaricie su cabellera azul mientras dejaba que bebiera mi sangre y trataba de aguantar lo más que podía para no terminar tan rápido con esa deliciosa tortura. Sus pechos se restregaban en mi torso y al no aguantar más me vine dentro de ella, al sentir eso mis líquidos Juvia abandono mi cuello y se arqueo hacía atrás. Tenía un hilillo de sangre escurriéndose por su barbilla y me sonrió para luego besarme. Caímos en la cama y me sentía demasiado feliz sin embargo ignorábamos que habíamos cometido un gran error y escuche aterrizar a alguien en la plataforma.
-¡Sabía que estabas ocultando algo!
-¡Gajeel-kun!
Hasta acá el capítulo, sé que las historias de vampiros están muy trilladas pero no me pude resistir al escribirlo, espero que les haya gustado y si no les gusto pues háganmelo saber con un sexy review. Como dije antes esta historia será de dos capítulos pero si no funciona la dejare hasta ahí así que hermosuras mándenme sus reviews, los amo demasiado.
Bye Abrazo psicológico.
