(...)

Demasiado...

Odio esa palabra. Implica demasiado, repitiéndose constantemente dentro de mi cabeza, siendo en su mayoría, para mal. "Demasiado raro", "Demasiado enfermo", "Demasiado inútil", "Demasiado…Matt... ". Es tal mi odio que supera el demasiado de su demasía impropia de mi propio sentimiento. Me reafirmo en mis opiniones, pensando que me enredo demasiado en los pensamientos sin rima que cruzan mi mente con tal de explicar que odio odiar lo que me parece demasiado estúpido.

Demasiado pienso para tan poco que digo. Soy humano, aunque a veces me cuestiono demasiado sobre ello. También odio este detalle, para mí, demasiado importante.

Al fin y al cabo, él también es humano, pero si algo nos diferencia ese es el demasiado. Es "Demasiado adictivo", "Demasiado exquisito", "Demasiado libre", "Demasiado...Mello..."

Somos tan humanos...

…Tan DEMASIADO humanos.

Y lo odio demasiado...

A ratos le echo de menos. Sólo a ratos, pero demasiado.

Y te odio tanto que te amo...¿Superas eso? ¿Lo superas Mihael Keehl?...

(...)

¿Sabes? Podéis tomarme por loco.

El día en que no lo ame demasiado, lo amaré demasiado poco.

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