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T/N: Nuevo Fandom ¡Que emoción!
Encontré este tesoro perdido por ahí y no pude evitarlo, tengan piedad de mi.
Fue un poco raro, porque el fic está en primera persona y yo no suelo escribir así (esto para los que han leído algo mío), de hecho, lo pienso dos veces antes de leer algo con ese tipo de narrador, ¡Pero eso solo demuestra lo bueno que es este fic! Decidí preguntarle a la autora si podía traducirlo porque echo en falta la cantidad de fics en este fandom, es decir, hay muy buenos, pero de este tipo hay pocos y son mis favoritos. Este fic es la concepción de todo lo que he imaginado de Digimon Frontier, hasta ahora porque no está terminado. Me ha enamorado desde el principio y espero que a ustedes les guste tanto como a mí.
Digimon no es mío, ninguno de ellos. El fic solo lo estoy traduciendo, el original es de Flyvarna y está en inglés por si alguien se anima a dejarle un review.
Notas de la Autora: No soy dueña de Digimon, ni de ninguna otra franquicia que pueda mencionar accidentalmente. ¡Disfruten!
REVERSAL
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Capítulo 1
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Tuve el extraño presentimiento de que alguien me estaba siguiendo.
No era como si estuviera en un lugar desierto. Estaba en una calle ajetreada llena de gente en la mitad de la tarde, en un luminoso día de primavera. Además, yo no era el tipo de persona a la que
le gusta llamar la atención. Me encerraba en mí mismo, usualmente escondiéndome tras un libro. La gente no me molestaba cuando estaba leyendo. Así era como me gustaba.
Así que, ¿Por qué sentía como si alguien me estuviera siguiendo? ¿Por qué querría alguien seguir a Kouji Minamoto, el tragalibros de la clase?
Probablemente algunos chicos de mi escuela, esperando poder hacerme una broma. Ya había sido objeto de muchas, pero no en los últimos meses. Aceleré el paso, esperando que mi perseguidor, o perseguidores, notaran la indirecta y me dejaran solo…
"¡Kouji!"
Una desconocida voz masculina, seguramente de aquel que estaba siguiéndome. Si estaba llamándome por mi nombre entonces la educada manera de proceder era respondiendo. No era como si hubiera hecho algo todavía, y si lo hacía había muchas personas alrededor para atestiguarlo. Baje la velocidad renuentemente y lo dejé acercarse, bajando la mirada al suelo mientras lo hacía.
Pasos se acercaban desde atrás, después me rodearon hasta llegar frente a mí. Podía ver que era un niño cerca de mi edad, vestía pantalones descoloridos y unos ligeramente maltratados tenis blancos pero no miré su rostro. El contacto visual no es algo en lo que sea bueno.
"Wow, ¡La abuela tenía razón!" dijo el chico. "Tu realmente luces como yo"
¿Lucía como él? ¿Qué quería decir con eso? Con cautela alcé la mirada hacia él, pasando la playera gris, pero al momento en que lo hacía cualquier pensamiento racional me abandonó por completo.
Él lucía como yo.
No me refiero a que hubiera un leve parecido, lucíamos casi exactamente igual. Misma cara, mismo cabello oscuro, mismos ojos azules. Había diferencias, sin embargo. Su cabello era mucho más corto que el mío, apenas podía verse un poco por debajo de la gorra azul de beisbol que estaba usando. El mío no estaba tan largo como para tocar mis hombros en toda su extensión. Había otras diferencias, también. Su piel estaba bronceada, por pasar tiempo bajo el sol probablemente. Mientras que si yo no era exactamente pálido, tendía a pasar mucho tiempo adentro, leyendo. Sus ojos eran brillantes y confiados, mientras que a mí me tomaba demasiado coraje el solo mirar a cualquiera directo a los ojos. Una sonrisa afilada cubría su cara, mientras que lo único que yo podía hacer bajo la mejor circunstancia era sonreír tímidamente.
"Espera a que mamá te vea" dijo entusiasmado. "Va a estar tan feliz…"
Finalmente me las manejé para encontrar mi voz.
"¿Quién eres? ¿Por qué te pareces tanto a mi?"
El chico alzó las cejas sorprendido.
"Oh, ¿Supongo que papá no te dijo sobre mi? Lo siento, esto se me fue de las manos un poco. Soy Kouichi Kimura, soy tu hermano gemelo"
Sentí como si la tierra se abriera de repente y me tragara. Para ese punto no me habría importado que pasara. Me sentía en una especie de broma pesada. ¿Un hermano gemelo? ¿Había caído en uno de mis propios libros de fantasía, donde cosas como estas realmente pasaban? Quería negarlo, pero mi lengua no me funcionaba. El se parecía tanto a mí… Pero, ¿Cómo era posible?
"Cuando mamá y papá se divorciaron, nos separaron a nosotros también." Continuó Kouichi, sin notar mi estado de shock. Mamá y papá... ¿Divorciados? Espera, ¿Mamá estaba viva?
"Yo me quedé con mamá, tú te quedaste con papá…"
"Espera" levanté una mano para callarlo."¿Estás tratando de decirme que…Que mi madre todavía está viva?"
Mi madre había, según lo dicho por mi papá, muerto en un accidente automovilístico cuando tenía dos años. Mientras era cierto que había sentido el nunca haberla conocido, la verdad era que hacía tiempo que lo había superado. Satomi, la actual esposa de mi papá, era una buena persona que tal vez no fuera mi verdadera madre, pero era una maravillosa persona, a la que quería como si fuera mi madre.
"Bueno, si." La cara de Kouichi mostró confusión por un momento. Después mientras la comprensión lo invadía fue reemplazada por furia pura.
"¿Te dijo que estaba muerta? Ese cobarde miserable. Primero abandona a mamá y luego… ¡Ugh!"
Tomó aire para calmarse un poco.
"Mira, mamá está viva. Quiero que vengas a conocerla. Saldrá del trabajo pronto… ¿No estás ocupado, cierto?"
Me congelé.
"Vamos, vayamos a verla." Kouichi dio media vuelta para irse, solo para darse cuenta de que no lo estaba siguiendo. "¿Kouji?"
Di un paso hacia atrás, luego otro. Entonces di media vuelta y corrí sin parar hasta que llegué a casa.
Apenas cerré la puerta detrás de mí, me apoye en ella para recuperar el aliento. Le tomó un minuto a mi agitado corazón y a mis pensamientos dispersos para calmarse. Kouichi no me seguiría a casa… Si se había tomado el tiempo de seguirme a mí en vez de a papá o Satomi, había oportunidad de que no quisiera hablar con ninguno de los dos. De hecho, por su reacción cuando supo que creía que mamá estaba muerta, probablemente culpara a papá por todo. No intentaría nada sin estar seguro de que yo era el único en casa… y no lo era. Satomi estaba en su estudio, trabajando en algún programador para computadoras. Así que estaba a salvo…
"A salvo" Del hermano que quería que conociera a mi madre…suspiré. Era realmente un cobarde, ¿o no? Me encaminé escaleras arriba rumbo a mi habitación antes de que Satomi pudiera encontrarme.
Chibi, mi canario, chilló en protesta mientras entraba, cerraba la puerta detrás de mí y me tiraba en mi cama, enterrando la cara en la almohada. ¿Qué podía hacer? ¿Estaría diciéndome la verdad acerca de ser mi hermano? Probablemente. ¿Qué razón podría tener para engañar a un extraño como yo? Y su nombre era Kouichi. "Primera Luz". Siempre me pregunté por qué mi nombre estaba escrito como "Segunda Luz". La única vez que pregunté a papá el porqué, él dijo que fue en memoria de mi abuelo, del lado de mi madre… Pero mintió acerca de mamá estando muerta, pudo haber mentido sobre mi nombre también. Y luego estaba el hecho de que el chico era demasiado parecido a mí. Si no fuera por su cabello corto, piel bronceada y personalidad, habríamos sido idénticos.
Enterré mi cara en la almohada. Mi familia… ¿Qué le diría a papá? No era como si pudiera simplemente preguntarle acerca de este chico que lucía igual a mí y que proclamaba ser mi hermano. Era un tema delicado, incluso si pudiera juntar valor para hablarle de lo que fuera. De todas formas, ¿Qué se supone que diría? "Hola papá, verás, hay un chico extraño afuera que dice que es mi hermano y que mamá está viva" No, eso no funcionaría.
No podía decirle a mi madrastra tampoco. No quería que se preocupara por mi… y si le dijera acerca de Kouichi, se enojaría con papá por no decirme, lo que provocaría una gran pelea entre ellos. Eso era lo último que quería.
Eso solo me devolvió a mi pregunta original. ¿Qué podía hacer? No era que no quisiera conocer a mi madre, pero se sentía como traición. Traicionando lo que no podía decir. A Satomi, a papá… tal vez incluso a mí mismo. Pero al no ir a ver a mi madre ¿Estaría traicionándola a ella y a Kouichi?
Chibi comenzó a cantar una bonita melodía que me hizo mirar, por debajo de la almohada, hacia su jaula. Fue un regalo de papá por mi último cumpleaños, un inesperado pájaro rayado de aburrido color café, cuyo cantar era mucho más fuerte que cualquier otro de los canarios, y que había atrapado mi atención nada más con oírlo dentro de la tienda de mascotas. Estaba completamente feliz con su jaula, no le gustaba ser molestado por otros ni siquiera cuando era por un buen motivo, como alimentarlo o limpiar su jaula. Él sabía que había un mundo enorme ahí afuera, simplemente no quería salir y verlo.
Tal vez, demasiado parecido a mí.
Voltee para mirar más allá de Chibi, directo al marco giratorio que mostraba la foto que papá había tomado de nosotros tres el último mes. Satomi tenía sus brazos a mí alrededor al mismo tiempo que sonreíamos a la cámara. En el otro lado del marco había una foto de mi madre… Mi madre real. Enterré la cabeza de vuelta en la almohada. No podía hablar con ella o con Kouichi, no podía hablar con papá o Satomi…
¿Qué podia hacer?
"Kouji, ¿Pasa algo malo?" preguntó Satomi esa noche durante la cena. "Apenas has tocado tu comida".
"Estoy bien" mentí. "Es solo que no tengo hambre"
"¿Estás seguro que te sientes bien?" Satomi puso cuidadosamente su mano sobre mi frente.
"No estoy enfermo, mamá" Le había prometido a mi padre cuando se casaron que iba a llamarla Mamá. Eso no me detenía de pensar en ella como Satomi y no como Mamá. Y para hacerlo más complicado, ¿Cómo se supone que iba a llamarla ahora que sabía que mi madre real estaba con vida? Intenté mostrarle una sonrisa ante la expresión preocupada en su cara, a pesar de que por dentro se me revolvía el estomago por tener que mentirle.
"Tal vez tienes razón" quitó su mano de mi frente "No tienes temperatura."
"Está bien" dijo papa."Si no tiene hambre, es porque no tiene hambre. "¿Cierto, Kouji?"
Solo pude asentir.
"Escuché que en tu escuela abrirán las audiciones para el equipo de Go*, la próxima semana" Me estremecí. Era lo único que podía hacer para interactuar con otros habitualmente pero, ¿Hablar con mis compañeros del colegio?
"Papá, ya te lo dije. No estoy interesado."
"¿Te gusta el Go, no?
"No soy tan bueno"
"Kouji, no te estoy obligando a hacerlo… solo digo que podría gustarte, y eso tal vez te haga mejorar."
"No, gracias." Fulminé a mi comida con la mirada y le di una mordida molesto, esperando que papá entendiera la indirecta y me dejara en paz. No que lo hiciera nunca… parecía que cada vez que hablábamos iba a intentar meterme en algo. Esta semana fue Go, la anterior en un club de lectura. La semana anterior a esa había sido la obra de la escuela. Honestamente, me volvía loco.
"De todas formas, hice una reservación para cenar en ese lujoso restaurant americano para el Sábado…" Papá hablaba sobre su aniversario con Satomi, para el cual faltaban dos días. Estaba planeando comprar flores para ella, incluso si papá no me daba el dinero para hacerlo. ¿Tan solo habían pasado tres años desde que se habían casado? Se sentía como una eternidad.
Al día siguiente, apenas había dejado la casa para ir a la biblioteca, cuando vi a Kouichi acercándose a mí. Empezó a caminar a mí lado antes de que pudiera objetar.
"Mira, lamento lo de ayer. Olvidé que papá no te había dicho nada acerca de mi… al menos yo tuve algunos días para hacerme a la idea."
Lo ignore.
"¿Tal vez podríamos empezar otra vez? ¿Intercambiar números o algo?" Sacó un teléfono bastante golpeado de su bolsillo y me lo mostró sugestivamente. Mantuve la mirada en el camino frente a mi. Si no le hablaba, tal vez se iría. Funcionaba con mis compañeros de clase, no había razón para que no funcionara con mi hermano.
"Oh vamos, Soy tu hermano ¿O no? Somos familia, se supone que tenemos que hablarnos"
Ahogué un suspiro y me detuve.
"Escucha, sé que estas muy metido en eso de la familia, pero yo difícilmente soy parte de la mía. Si quieres a alguien con quién hablar, deberías ir con papá o mi madrastra, no conmigo."
Sus ojos se oscurecieron. "No menciones a ese mentiroso. El fue quien nos separó."
"Oh, ¿en serio? ¿Dónde has estado todos estos años? ¿Cómo es que apenas estas apareciendo? No recuerdo a papá obligándote a mantenerte lejos de mi.
Se detuvo en seco, con los ojos en llamas.
"Solo estaba tratando de cumplir con el último deseo de mi abuela, encontrar a mi hermano porque estaba seguro de que haría feliz a mi madre ¿De acuerdo?
Lo mire fijamente.
"¿Eso es todo? ¿Encontrar a mi hermano y hacer feliz a mamá? Nada en esa frase habla acerca de lo que el hermano piensa, nada acerca de su familia… solo hacer feliz a mamá. No vas a obtener tu final feliz solo haciendo feliz a mamá, Kouichi."
"Bueno, ¿Cómo podría hacerlo entonces, genio? ¿Metiendo a papá en esto? ¿Haciendo sufrir más a mamá?"
Me puse rígido. ¿Cómo iba a meter a papá en esto si ni siquiera podía hablar con él? Di la vuelta en la esquina y seguí caminando. La biblioteca no estaba lejos… Podría abstraerme en un libro y Kouichi se aburriría y se iría con todas esas preguntas que no tenía idea de cómo responder.
"¿A dónde vas?" gritó Kouichi detrás de mí. "Realmente eres un cobarde, ¿verdad?"
"Tal vez sea un cobarde, pero al menos yo admito que lo soy…" me detuve y lo miré mal. "Tú ni siquiera puedes hablar sobre tu propio padre sin culparlo por todo lo que sucedió. No todo es culpa de papá ¿sabes?"
Y me giré para entrar a la librería. Kouichi no me siguió dentro.
Al día siguiente, el día del aniversario de papa y Satomi, empezó normal para mí. Tenía que regresar algunos libros a la biblioteca, así que los metí todos dentro de mi mochila y salí de la casa. Esta vez, miré alrededor de la pared que rodeaba el jardín. Por supuesto, ahí estaba Kouichi, asomándose detrás de una casilla telefónica, fuera de la vista de las ventanas, obviamente estaba esperando que saliera. Solté un gruñido. Hermano o no, esto se estaba saliendo de control… regresé adentro. Tal vez, si esperaba lo suficiente, se aburriría y se iría a casa.
Mis planes para ir a la biblioteca se atrasaron por varias horas, y para el momento en que Kouichi se había ido, ya era bastante tarde. Me las arreglé para llegar a la biblioteca antes de que cerraran y tomé más libros para reemplazar los que había dejado. Entonces me dirigí a una tienda de flores para conseguirle unas a Satomi. Me detuve fuera de la tienda, tratando de recordar cuánto dinero me había dado papá cuando sentí una mano posarse en mi hombro.
"No te desharás de mi tan fácilmente, hermanito."
Me puse rígido. ¿Cómo me había encontrado Kouichi? Él era la última persona con la que quería lidiar en ese momento.
"Mira, no podemos seguir evitándonos el uno al otro," continuó."Sé que toda esta cosa del hermano es bastante inesperada para ti… pero mereces conocer a mamá más que nadie que conozca."
"¿Y qué pasa con papa?" me viré para mirarlo. "¿Qué pasa con mi madrastra? ¿No merece ella conocerte, aunque papá no lo haga?"
Parpadeó, para después dejar de mirarme.
"Eso puede esperar después de que conozcas a mamá"
Suspiré. "Kouichi, ¡No lo entiendes! Nuestra familia no es solo tu, mamá y yo. Están papá y Satomi también…"
"¿Ah sí? ¿Les has dicho siquiera sobre mi?
Titubee. La verdad era que no podía.
"No les has dicho. Y tienes el descaro de decirme que merezco conocerlos…"
Mi mirada cayó al suelo debajo de mí. No podía decirles. No podía visitar a la mamá de Kouichi. No podía decidirme. ¿Qué era lo que quería?
El ruido de mi teléfono captó mis oídos. Lo tomé, mirando lo que parecía ser un mensaje de alguna clase. Era inusual. No conocía demasiada gente que me mandara mensajes. Aparte, no le daba mi número a muchas personas. No era un mensaje muy largo, tampoco. ¿Quieres empezar? Seguido de las opciones si o no.
"Kouji Minamoto" dijo una mujer cuya desconocía. "Este es el juego para decidir tu futuro"
"Mi…"¿Quién era?¿Que era esto?¿Cómo es que sabía mi nombre?
"¿Qué es eso?" Kouichi se apoyó en mi para poder ver. "¿Es una clase de broma?"
Normalmente no me molestaba lidiando con este tipo de cosas… Era probable que fuera una clase de broma, de todas formas. Pero era una distracción de Kouichi y mi familia. Seleccione Si con renuencia.
"Por favor, ve a la estación de Shibuya a las 6PM. Y toma el elevador hacia el sótano." La voz se cortó y mi teléfono se apagó. ¿Shibuya? Pero, las flores de Satomi… Miré el reloj de mi teléfono. No tenía mucho tiempo para lograrlo, no era como si no pudiera darle las flores al día siguiente, ella y papá estarían fuera hasta muy tarde…
Me giré y empecé a correr con dirección a la estación de metro más cercana.
"Espera, no irás a hacerlo, ¿o sí?" Kouichi estaba justo detrás de mi.
Lo ignore.
"Oh por…" Kouichi empezó a seguirme el paso. "Espera un segundo"
"¿Por qué debería esperarte? Tu no recibiste un mensaje"
"Mi teléfono está apagado e incluso si hubiera estado encendido, de todas formas iría contigo. Además, hay una gran posibilidad de que esto sea una broma, o peor… Iré contigo, hermanito."
Quería debatirlo, pero tenía el presentimiento de que no serviría de nada. Aparte, para ese punto ya necesitaba recuperar el aliento por la carrera, sin hablar. Para el momento en el que llegamos a la estación, estaba agarrándome de la pared mientras buscaba el dinero para el ticket.
"Solo traje el dinero necesario para regresar a casa…" Kouichi me miró. "¿Tendrás algo extra? Como que lo necesito."
"Tal vez deberías simplemente irte a casa, entonces." Encontré el dinero y lo puse en la máquina.
"Kouji, ya te dije que voy a ir." Suspiró. "Tal vez pueda conseguir un aventón con alguno de mis amigos."
Un sonido extraño me hizo mirar hacia arriba. Las luces en la máquina de boletos estaban actuando de manera extraña, encendiéndose en lugares al azar. De todas formas, sacó mi boleto. Justo después de que lo jalé, un segundo boleto se asomó.
"Pero qué…"
"¿Uh?" Kouichi se asomó por mi hombre y sacó el segundo boleto. "¿Un boleto? ¿Quién diría? Supongo que al final si debo ir contigo… aunque no iremos a ningún lado si perdemos el tren."
Maldije por lo bajo y me encaminé al tren, con Kouichi pisándome los talones.
Llegamos al tren con al menos treinta segundos de antelación. Para ese punto, mis pulmones estaban ardiendo y si hubiera habido un lugar para sentarse, lo hubiera tomado. Era la hora exacta en que la gente estaba saliendo de trabajar, así que no había ningún sitio desocupado cerca. Me desplomé contra la pared junto a la puerta y esperé que mi respiración se tranquilizara rápido. Kouichi, por otra parte, se estiraba, para después mirarme.
"Buena carrerita… no estás en forma ¿verdad?"
Lo fulminé con la mirada. Tal vez no por correr, pero hacía un montón de caminata. No estaba tan fuera de forma.
"Juego un montón de fútbol, así que estoy en buena forma" dijo Kouichi con una sonrisa presuntuosa. Desee que la maquina solo hubiera sacado un boleto.
No había manera de deshacerse de él en un tren tan concurrido, al menos, no físicamente. Me quité la mochila y saqué uno de los libros de la biblioteca para luego abstraerme en él. Kouichi trató de hablarme un poco más, pero eventualmente se dio por vencido, sacando su teléfono y jugando con él. No podía decir si estaba mandando un mensaje o revisando para ver si recibía el mismo mensaje que yo, como fuera.
Dos paradas después, en Jiyuugaoka, hubo otra entrada de último momento. Un chico de más o menos nuestra edad se las arregló para entrar dos segundos antes de que la puerta se cerrara. Se apoyó contra la puerta con un gruñido de alivio para luego mirarnos. Eché un vistazo por sobre mi libro para ver a Kouichi mirarlo curiosamente. Bien, tal vez el pudiera mantenerlo ocupado ¡Así ya no me molestaría!
Fue para este punto que todos los teléfonos del tren comenzaron a sonar. El mío también lo hizo, pero solo era la segunda parte de esa extraña llamada, en un texto esta vez. La parte que decía que debíamos tomar elevador hacia el sótano. Al otro lado del libro que leía, escuché al chico que apenas había entrado, gritar de frustración.
"Ohhh, ¡Eso es imposible!"
Me pregunté acerca de que estaba gritando. Mientras me viraba para verlo, terminé cruzando miradas con Kouichi. Mi hermano hizo una mueca burlona, sin duda alguna, a expensas del chico. Yo simplemente regrese a mi libro. Después de todo, difícilmente era de mi incumbencia.
El tren se detuvo en Shibuya no mucho después de eso. Salí del tren rápidamente, esquivando al otro chico. Kouichi me siguió fuera del tren mientras yo buscaba el elevador.
"No tienes que hacer esto ¿Sabes?" dijo Kouichi."Todavía hay tiempo de tomar el tren de regreso antes de que mamá llegue del trabajo…"
Era evidente que no entendía las indirectas. No estaba listo para conocer a mamá, ni para decirle a papá y a Satomi acerca de él. Simplemente quería que me dejara solo.
El elevador se abrió y entré el él. Kouichi se me unió, pero al mismo tiempo que presionaba el botón y las puestas se cerraban, un chico saltó entre ellas, tirando a Kouichi al piso.
"Ouch…" gruñó Kouichi. "¡Quítate de encima!"
"Lo siento" dijo el otro chico animado, poniéndose de pie. Lo reconocí como el mismo chico que entró en el último segundo al tren, antes. "Hey, ¿Ustedes también recibieron ese raro mensaje?"
"Solo la segunda parte" Kouichi me miró mientras se ponía de pie. "Mi hermano fue el que lo recibió completo, yo solo lo sigo."
"¿También lo recibiste?" El chico me miró. Yo saqué mi libro de nuevo, con la esperanza de que dejara de hablarme. Fue en ese momento que el elevador pasó de ser uno normal a uno que hubiera sido disparado de un cañón. Estaba lo suficientemente cerca de la puerta del elevador para ser lanzado contra ella, mientras que Kouichi y el otro chico se las arreglaron para mantener el equilibrio.
"¿A dónde diablos estamos yendo?" gritó el chico. Tenía un punto, me di cuenta. El vidrio en la parte de atrás no mostraba el familiar metal que solía rodear el elevador. Al contrario, lo único que se veía era negro. No estaba seguro de si era tierra o por la ausencia de la luz, pero me estaba poniendo nervioso.
El elevador se detuvo abruptamente con un gran ¡Crash! Esta vez, el otro chico calló de espaldas.
"Ouch…" lo escuché exclamar, pero mi atención no estaba puesta en él sino en las puertas del elevador, al tiempo que estas se abrían. Afuera, podía ver una especie de gigante estación de trenes bajo tierra. Un montón de trenes esperaban en las vías que se dirigían hacia túneles, mientras un sin fin de niños entraban y salían de ellos. ¿Qué tan grande era este lugar? Me pregunté. Y lo más importante ¿para qué era?
"¿Esto es… esta es la razón por la que todos fueron llamados?" preguntó el otro chico detrás de mí.
"Es momento de decidir." Dijo la mujer de antes a través de mi teléfono. No lo escuche sonar… lo observe para encontrar un símbolo extraño en la pantalla. "¿Irás, o darás marcha atrás?"
¿Debería ir? Cierto, no tenía idea de a donde me llevarían esos trenes. También quería ir a casa y leer mis libros…
"Bueno, aquí estamos." Kouichi se paró junto a mí. "Me pregunto ¿Qué hace todo esto aquí?"
Lo miré mal. No había querido que fuera conmigo, no había querido que viniera en absoluto. No estaba listo para un hermano, y mientras que estaba feliz de que la mujer que me dio a luz estaba viva, estaba más acostumbrado a Satomi como mi madre. Estaba huyendo del problema y lo sabía, pero para ese entonces estaba desesperado por alejarme de Kouichi. Me giré y me encaminé al único tren que pude ver, no tenía nadie en él. Pude escuchar a Kouichi detrás de mi, diciendo mi nombre, pero me importó.
El tren estaba silencioso. La primera paz real que tenía desde que salí de la biblioteca. Me senté en el afelpado asiento y puse mi cara entre mis manos. No podía escapar por siempre. ¿Qué se supone que debía hacer?
Me quite la mochila para recostarme en el asiento y mirar al techo. Kouichi estaba tan ansioso de que conociera a su madre… ¿Y qué hacía yo? Huir a la primera oportunidad. Era realmente un cobarde.
"¿Kouji?" la cara de Kouichi apareció en mi campo de visión. "¿Estás bien?"
Cerré los ojos. La sensación del asiento hundiéndose pasó por mi cabeza, me di cuenta de que se había sentado.
"Mira, Yo… Lamento estar haciéndote pasar por esto. No soy muy bueno en esto de ser hermano ¿cierto?"
No sabía cómo responder. ¿Y no era ese el problema? No podía hacer nada.
"Quiero ser tu hermano, pero no sé cómo." El peso de Kouichi cambio un poco, probablemente se apoyaba en el asiento. "Todo lo que sé es que te gustan los libros… ¿Qué es lo que tengo que hacer para hacerte feliz?"
"No lo sé." Susurré, al mismo tiempo que las puertas se cerraban y el tren comenzaba a moverse. "Quiero ser tu hermano también… quiero hacer felices a mis padres… quiero que me dejen en paz… yo… no sé lo que quiero."
Sentí su mano en mi hombro.
"Hagámoslo un paso a la vez ¿De acuerdo? Tal vez los dos necesitamos tiempo para conocernos."
Abrí mis ojos y lo miré. Kouichi estaba mirándome con esa sonrisa afilada y confiada. Completamente diferente a mi… de hecho, la clase de persona que evitaría si no fuera mi hermano. Pero lo era, ¿no? Y al menos lo estaba intentando, que era mucho más de lo que yo hubiera hecho, si la situación hubiera sido al revés y yo tuviera que ser el que le dijera que yo era su hermano, y que su madre estaba viva…
"Tomará mucho tiempo…" cerré los ojos otra vez. "Nadie dijo que esto sería fácil. No soy bueno hablando con la gente, y mi reacción a cualquiera tratando de hablarme es tomar el libro más cercano y comenzar a leer."
"Si, lo he notado. No que eso sea necesariamente malo."
Mis ojos se abrieron otra vez. ¿Estaba haciéndome un cumplido?
"Si lees mucho, probablemente sepas muchas cosas. Yo nunca he tenido la paciencia suficiente para leer nada a menos que sean comics." Kouichi se acomodó la gorra. "Y el que seas callado te hace ser bueno escuchando. Al menos eso es lo que dice mamá. Yo soy bastante malo con ese tipo de cosas."
Sentí que me ruboricé un poco. "Puedo escuchar, al menos. Si están diciendo algo que valga la pena oír… eso es otra cosa."
Se rió. "Buen punto."
Nos quedamos en silencio por un minuto.
"Me pregunto ¿A dónde va el tren?" Preguntó Kouichi al final.
"Ni idea…" me incorporé para mirar por la ventana. Todo lo que podía ver era el túnel por el que pasábamos.
"Bueno, no importa realmente ¿no?" Kouichi se encogió de hombros. "Estamos juntos. Estamos tomando los primeros pasos para ser una familia de nuevo… ¿Cierto?"
Yo sonreí tímidamente. "Cierto."
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Nota de la Autora: Aquí voy de nuevo… Haré esto rápido. El AU aquí es que los gemelos invirtieron su orden de nacimiento, así que "nuestro" Kouji es Kouichi y viceversa. ¡Galletas imaginarias gratis para cualquiera que lo hubiera imaginado!
T/N: Yo creo que lo que la autora quiso decir aquí, es que las personalidades se invirtieron, porque Kouji sigue siendo el menor. Tengo otra teoría sobre lo que quiso decir pero iría demasiado lejos. En fin, espero les haya gustado, a mí personalmente me fascinó. ¡Los gemelos yendo juntos al digimundo! ¿No se están muriendo de expectación? Yo ciertamente lo hice.
La historia original es de Flyvarna, Reversal. En su perfil puedes encontrar otros maravillosos fics sobre los gemelos, si no quieres dejar uno aquí ¡Te invito a dejarle un review a ella! Aunque sea en español o usando el traductor yo que sé, estoy segura de que le harán el día.
Con respecto a los dialogos entre comillas... creo que es algo de USA (umm) la mayoría de los fics en inglés que leo están así, si les molesta o les dificulta la lectura puedo cambiarlo.
Go* es un juego japonés, está en entre el ajedrez y las damas chinas, la verdad no sé jugarlo.
Otra cosa: Estaré usando los nombres originales de los personajes (J.P. = Jumpei, etc.) al igual que el de los digimons (Kazemon = Fairymon, etc.) Espero que no les moleste, la autora igual los usa.
Finalmente, obtuve el permiso de traducir el fic, por completo. Cualquier cosa, le pueden preguntar.
Los quiere.
Donot:)
