Buenas! ¿Cómo están?

Les traigo una nueva historia.

Obviamente, tiene algunos cambios

1) En esta historia Santana es intersexual, lo cual quiere decir que posee tantos características femeninas y masculinas en sus órganos reproductivos. Por lo tanto, tiene un pene y una vagina. Por las dudas, lo consulté acá /wiki/Intersexualidad

2) Va a ser pezberry...porque me encanta :D

3) Quinn y Santana tienen aproximadamente unos 22 o 23 años

4) Este es el último y es importante: Lo que dentro de la historia está en itálica es pasado, así que va a ir saltando de presente a pasado hasta que se arregle el tema.

Espero que les guste!

R&R

Saludos!

Lore


Profesora López

Estaba ahí, sentada en su escritorio observando como cada alumno le prestaba mucha atención mientras se presentaba.

Por fin tenía su primer trabajo. Tuvo que viajar hasta el centro de Ohio, pero eso ya lo sabía, no lo hizo solo por el trabajo.

Lo hizo por esa personita que ahora está sentada en la segunda fila mirándola con esos enormes ojos marrones.

Quinn era su amiga desde secundaria, donde había sufrido un pequeño desliz que la llevó a dar a luz una niña, llamada Beth. Una mujer, que solo Quinn conoció en el hospital cuando otro de sus posibles candidatos a adoptarla se hizo para atrás, se le acercó y le ofreció una adopción abierta. A ella y a Michael, el padre de la criatura. Michael rechazó la adopción pero Quinn no.

Y pasaron 6 años antes de que Quinn se animara a juntar coraje a visitar a la mujer. Sabían que se llamaba Shelby Corcoran y la encontraron justo en la ciudad donde estaban estudiando: Nueva York.

Caminaron por enormes edificios, mientras Quinn le contaba en voz alta todo lo que sabía de su hija gracias a los mails y a las cartas que Shelby le había enviado. Santana se preguntaba que estaba haciendo ahí. Pero, cuando llegaron y conocieron a la otra hija de Shelby, Santana preguntó cuando podían volver.


"¿San?" preguntó Quinn mirando a su amiga

"¿Qué?" contraatacó la latina. Habían llegado hacía una hora y cuando vio a aparecer una versión mucho más joven y de cuerpo mucho más firme que la de la madre adoptiva de Beth, Santana quedó completamente hipnotizada. Seguía cada movimiento de la pequeña morena, quien a veces la miraba de reojo

"Necesitas ir al baño a encargarte de eso" dijo Quinn señalando su entrepierna

"No." dijo Santana quien fue en ese momento en que sacó sus ojos de la pequeña morena y miró su entrepierna y después a Quinn asustada

"Por lo menos tapalo con algo. No quiero que Shelby piense que encima, estoy haciendo algo para generar esa reacción en esa parte de tu cuerpo" dijo la rubia dándole un almohadón que tenía a su lado.

"Gracias"

"No, de nada. ¿Quieres decirme como es que todas las hormonas se te dispararon así de la nada por primera vez en años?" preguntó Quinn

Santana la observó pensando en lo que había dicho y se dio cuenta que tenía razón. Desde que sabía que era intersexual, comenzó a hacer varias cosas para controlar las posibles erecciones que podía llegar a tener por pequeñas situaciones. Quinn lo supo desde siempre y la ayudaba en esos momentos. Quinn, también, fue la persona que la acompañó mientras le decía a sus padres que no quería operarse. Sabía muy bien que la operación iba a hacer que no pudiera tener hijos de ninguna forma, y con ese pene y esos testículos, sabía que tenía la oportunidad de dejar embarazada a una de entre 1.000.000 de mujeres. Y si no, existía el in vitro, se dijo.

"No sé" dijo Santana respondiendole a su amiga

"Pero supongo que sé quien causó eso" dijo Quinn sonriendo viendo como Rachel (la hija de Shelby) y la madre, volvían a la habitación.

"Pero la hija, no la madre" dijo Santana causando que Quinn la mirara sorprendida y se riera. "No entiendo que es tan gracioso"

"¿Crees que no me di cuenta que la estuviste mirando desde que llegamos?" preguntó Quinn susurrando "Y no creo que seas la única" dijo señalando a la pequeña morena con la cabeza.

Santana controló sus pensamientos (y su erección) hasta que Shelby dijo que las dejaba con sus dos hijas, mientras iba a hacer unas compras.


"¿Profesora López?" decía la voz de uno de sus alumnos

"¿Cuál es tu nombre?" preguntó señalando a un chico con cara de idiota, no tenía mejor forma de describirlo, y extremada e incómodamente alto levantaba la mano y miraba todo el tiempo de reojo a Rachel.

"Finn Hudson, profesora. Ya sonó el timbre" dijo el muchacho

"¿Y qué esperan para irse?" preguntó Santana mientras todos sus alumnos juntaban sus cosas a las apuradas, menos Rachel, quien se tomaba su tiempo. "Berry, tengo unas notas del profesor anterior que quiero discutir contigo" dijo la latina mirándola y temiendo que su rostro la traicionara, se volvió para sentarse detrás de su escritorio.

"¿Y qué quiere que ella haga?" preguntó Hudson

"¿Eres su novio?" preguntó Santana mirando al gigante mientras se acercaba despacio a él

"No, pero..." comenzó a decir Finn quien comenzó a temblar al ver el rostro de su nueva profesora tan cerca.

"¿Entonces? No creo que ella quiera un idiota que se mete en sus asuntos sin tener ningún tipo de derecho y además remarcando su propia idiotez al no darse cuenta de que lo que dije es que se quede conmigo para hablar después de clases" dijo la profesora, haciendo que los que quedaban dentro del aula todavía se rieran a carcajadas.

"¡Rachel!" se quejó Finn mirando a la pequeña morena que observaba la interacción todavía sentada en su banco

"Finn, la profesora tiene razón, además, estoy completamente cansada de decirte que no cada vez que se te cruza por la neurona que yo quiero algo contigo. Espero que ahora, entiendas que no es así. Esfúmate corriendo hacia la oficina de Schuester y deja de molestarme. La profesora dijo bien en claro que quería hablar conmigo. No tienes porque entrometerte en mis asuntos ya que no eres absolutamente nadie" dijo la morena

Todos volvieron a estallar en carcajadas, incluidos Karofsky y Azimio quienes compartían esa clase con los capitanes del coro.

Finn se giró a ver a sus compañeros del equipo de football quienes se reían a carcajadas y decían "Bien Berry" cada cierto tiempo, completamente colorado. Y salió corriendo.

"Bueno, por lo menos entendió que esfumarse era que tenía que salir del curso" dijo la profesora quien volvió a su escritorio y se sentó.

Rachel esperó que el aula estuviera vacía y se levantó de su asiento, para quedar parada al frente del escritorio de la latina.


"¿Estás bien?" preguntó la pequeña morena que había seguido a Santana hasta el balcón, quien había salido para controlarse. Algo que estaba funcionando hasta que escuchó esa voz.

"Si ¿por qué no lo estaría?" preguntó la latina evitando mirarla.

"Estabas muy colorada cuando estábamos ahí adentro y pensé que te sentías mal" dijo Rachel

"Tenía calor"

"Claaro"

"No, en serio, tenía calor. ¿De dónde eres?" preguntó Santana aprovechando el momento en que estaba sola con la hija de la madre adoptiva de la hija de su mejor amiga. No, no iba a repetirlo en su mente otra vez, era terriblemente confuso.

"De Lima, Ohio" dijo tranquilamente observando la ciudad. La latina notó que los ojos le brillaban mientras sus ojos se posaban en la figura soleada de los edificios

"¿Y cómo es?"

"¿Qué cosa?" preguntó Rachel volviendo su mirada a la morena

"Lima"

"Extremadamente desalentador." dijo la diva recostándose contra la baranda

"¿En serio?"

"Si, el coro en el que participo no gana absolutamente nada. Hay más drama dentro de ese lugar que en una telenovela. Y no soy la persona mas querida debido a que soy la hija de dos homosexuales" contó Rachel

"¿No eres hija de Shelby?" preguntó Santana sorprendida

"Si, también. Hasta mis 18 años estaba obligada por contrato a no acercarse a mi. El día de mi cumpleaños, apareció por mi casa, exigiendo ver a su hija. Así que arreglaron con mis padres y este verano me quedo en Nueva York con ella"

"¿Solo con ella?" preguntó Santana

"Si, no tengo muchos amigos por el hecho de ser quien soy y en realidad, el único amigo que tengo se fue a Florida a trabajar, mientras que otro chico que creía que era mi amigo en realidad solo quiere quitarme la virginidad"

Las últimas palabras de Rachel, hicieron que Santana ahogara un gemido en su garganta al saber que era virgen. Sacudió su cabeza mientras le daba la espalda a la diva, quien le preguntaba si estaba bien y pensaba en Milhouse tratando de besar a Homero Simpson, lo cual no era algo con lo cual calmar a su palpitante miembro rápido, pero le causaba gracia y ayudaba.


"¿Quería hablar conmigo, Profesora?" preguntó Rachel bajando el tono de su voz y sonriendo.

Santana miró hacia el escote de la diva, y aunque no revelaba nada, imaginó lo que sabía que existía abajo.

"No vuelvas a hablarme así en la escuela. Ahora no voy a poder levantarme" dijo Santana estirando una mano para apoyarla sobre la de Rachel que estaba del otro lado del escritorio. "¿Puedes cerrar la puerta?" preguntó mientras pasaba uno de sus dedos entre los de la diva

"De acuerdo" dijo Rachel caminando hacia el lugar de la puerta y cerrándola. Cuando se dio vuelta sintió unas manos en su rostro y unos labios sobre los suyos.

"Te extrañé" dijo Santana cuando se separaron, mientras miraba los ojos marrones de Rachel

"Yo también" dijo Rachel uniendo sus manos en la espalda baja de Santana y empujándola hacia ella. "Tenías razón cuando dijiste que no ibas a poder levantarte" añadió riendo al sentir la erección de Santana en su cintura

"Siempre tengo razón" dijo la latina alejándose de la diva y volviéndose a sentar, para intentar calmarse

"¿Por qué te alejaste?" preguntó Rachel siguiéndola hasta estar al lado de ella detrás del escritorio.

"Vamos a tener que encontrar la forma de vernos en privado y fuera de este terreno" dijo Santana seriamente "No puedo ponerte en riesgo de que quedes marcada para siempre si nos descubren"

"¿Marcada?" preguntó Rachel


"¿Y ya sabes que tienes pensado hacer cuando termines la secundaria?" preguntó Santana que se había calmado y volvía a mirarla

"Quiero estudiar en esta ciudad y quiero terminar en un escenario" dijo Rachel clavando en el cielo

"¿Escenario?" preguntó la latina quien se había acercado sin darse cuenta a la pequeña morena

"Si, quiero ser la próxima Barbra Streisand...o por lo menos un 10% de lo que es ella porque ella es única" dijo Rachel mirando a la otra morena.

"¿Puedes cantar?" preguntó Santana quien se dio cuenta, en ese momento que estaba justo al frente de la diva

"Eso dicen" dijo Rachel quien se perdió por un momento en los ojos casi negros que la estaban mirando.

"Rachel, tengo que ir al supermercado. ¿Vienes conmigo?" preguntó Shelby abriendo la puerta corrediza que llevaba al balcón. Santana, había hecho un rápido paso hacia atrás cuando escuchó la voz de la madre de la diva

"De acuerdo" dijo Rachel suspirando y siguiendo a su madre fuera del departamento.


"Imagina, estarías en Broadway y todos van a creer que es porque te acostaste con la sexy y hermosa profesora latina que llegó en tu año senior y nos descubrieron" dijo Santana quien se río al ver la ceja de Rachel levantada.

"Tienes razón" dijo la diva unos minutos después, en los que Santana había aprovechado para calmar su cuerpo y Rachel había analizado las palabras que había escuchado "¿Qué propones?"

"Por suerte, parece ser que Álgebra no es tu fuerte" dijo Santana

"¿Qué tiene eso de suerte?"

"Que puedo ofrecerme para ser tu tutora durante todo el año, ya que es el último. Solo puedo ser tutora de personas de mi mismo sexo" dijo la latina guiñándole un ojo

"Eso es trampa" dijo Rachel sonriendo

"¿Tu crees?" preguntó la latina

"¿Qué pasa si alguna otra alumna exige que seas su tutora?"

"¿Te pondrías celosa?"

"Por supuesto"

"No tendrías por que. En ese caso, organizaría otras citas con esas alumnas, dentro de la escuela y en algún lugar público, como...no sé, la biblioteca."

"¿No van a decir que es un poco injusto si saben que me das clases en tu departamento?"

"No, porque vamos a tener las clases en tu casa. Donde supuestamente estarías acompañada de tus padres"

"¿Cuánto tiempo estuviste planeando ésto?"

"Desde el día que me besaste por primera vez"

"Te recuerdo, que fuiste vos quien me besó primero"

"No estoy segura de eso." dijo la latina levantándose de su asiento y haciendo una cara de dolor al escuchar el timbre que llamaba a los alumnos al próximo período.

"¿Va a ponerse en contacto conmigo para las tutorías?" preguntó Rachel dando un paso hacia atrás, por las dudas de que alguien entrara por la puerta.

"Por supuesto" dijo Santana volviéndose a sentar y viendo a Rachel marcharse hacia su próxima clase.

No sabía si era una buena idea o no ser la profesora de la diva, pero no podía dejarla ir, y no quería dejarla ir.


Habían pasado dos semanas desde que habían conocido a Beth y la familia que la había adoptado.

Quinn vivía en un constante estado de drogadicción, palabras de Santana, porque se levantaba cantando todas las mañanas, ya que Shelby le permitía ir todos los días a verla.

Y era el doble de feliz desde que Shelby le había pedido que cuidara a Beth mientras ella terminaba algunos trabajos.

Santana, aunque no lo demostraba cantando, también era feliz, ya que acompañaba a Quinn todos los días, y podía hablar con Rachel, de la cual se estaba enamorando, había dicho su amiga.

"No me estoy enamorando de ella" dijo Santana

"Oh, vamos San. Nunca te vi sonreír tanto como cuando estás con ella" dijo Quinn mientras caminaban por las atestadas calles de New York.

"Eso no quiere decir que me esté enamorando"

"Admítelo de una vez" dijo Quinn, en realidad ella venía haciendo que la latina lo admitiera hace unos cuatro días.

Santana, agarró el brazo de la rubia y la llevó a un costado de la acera, en donde empezó a hablar en voz baja.

"Puede ser, y solo puede ser, Fabray, que me esté enamorando del pequeño hobbit, pero eso no significa nada. Y lo sabes muy bien"

Quinn notó la tristeza en los ojos de su amiga y suspiró. Quería abrazarla, pero sabía que ella después iba a bromear durante semanas si lo hacía.

"No lo sabes, San. No sabes si ella te va a aceptar como eres o no" dijo Quinn

"¿Cómo va a aceptarme? Eres la única que lo hace y eso porque no tienes intención alguna de acostarte conmigo" dijo Santana soltando por fin el brazo de la rubia y decidiendo volver a caminar.

"Has hecho felices a muchas mujeres, no entiendo porque no lo puedes intentar con Rachel"

"Las he hecho feliz mientras no les mostrara el pequeño amigo escondido en mis pantalones"

"San, es momento de que hagas las paces contigo misma" dijo Quinn caminando más rápido. Santana quería llegar rápido a lo de Corcoran, porque quería terminar de hablar de este tema y la rubia lo sabía.

"Las paces conmigo misma están hechas, y lo sabes. Fuiste testigo de mis años con psicóloga. No es eso. No creo que pueda soportar el rechazo. No de ella" dijo Santana quedándose quieta nuevamente. A la distancia, ya podían ver el el edificio destino que las estaba esperando.

"No lo vas a saber si no lo intentas" dijo Quinn "No creo que ella te rechace. Sabes muy bien toda su historia. Además, creo que le gustas."

"En todo caso, ¿qué puede llegar a suceder? Ella va a volver a Lima cuando se acabe el verano" dijo Santana

"¿Por qué no esperas? Además, si quieres intentar tener algo con ella..."

"¿Qué?"

"Dile la verdad. Dile la verdad antes de que estés besándola y tu pequeño amigo no se aguante estar encerrado en tu ropa interior. Es mejor que sufras ahora a que estés enamorada mucho más de ella, San"

"Déjame pensarlo"


"¿Cómo va tu primer día?" preguntó William Schuester, profesor de español y director del coro de la escuela, sentándose en la mesa en donde ella estaba sola.

"Bastante bien, aunque no entiendo porque algunos alumnos eligen mi materia si ni siquiera saben cuanto es dos más dos" dijo la latina levantando la mirada y volviéndola a bajar rápidamente.

"¿Ves algo que te guste?" preguntó el profesor bajando la voz

"No, en realidad me asusté porque vi algo aparecer en sus rulos" dijo Santana levantándose de la mesa sin terminar de comer y escuchando una carcajada provenir de la entrenadora de las Cheerios.

William Schuester le había caído mal el primer día que lo conoció, que fue la semana anterior, en una reunión. El hombre se había divorciado por segunda vez, y tenía una cosa por mujeres más jóvenes que él.

"Aunque es bastante inteligente como para no intentar tocar a las alumnas" le había dicho Sue Sylvester, la entrenadora de las porristas.

Santana caminó por los pasillos hacia su aula, y volvió a pensar en Rachel y en las horas que faltaban para verla a solas.