Fecha de inicio: 1° de Febrero de 2013 22:00
LIBRO 4. El caliz de fuego (Nuestra versión)
Cap.1
A los pocos días recibí la llamada de Henry. Me sorprendí con lo que me dijo pero no pude evitar estar feliz. Al otro día sus padres llegaron a mi casa y hablaron con los míos, pronto quedó decidido, a partir de ese día viviría en casa de Henry.
-No es justo, ahora que empezábamos a llevarnos más.-me dijo Jim, sonreí.
-Sigue escribiéndome.-le di una carta.- Y mandándome cosas, vendré en cumpleaños y son muchos.-vi a Dante.- Gracias por no portarte tan pesado como los otros.
Mis demás hermanos estaban allí para despedirme pero ninguno quería parecer despedirse además de ellos dos, hasta que mi hermano que casi me ahogó me estiró la mano.
-Lamento lo del hospital
-Lamento lo del fuego.-estreché su mano.- Y lo de la serpiente. No fueron mi intención.
-Qué bueno que te vas.- me puso una gorra y se retiró a su habitación. Sonreí y me despedí de mis padres. Partimos a casa de Henry.
Cuando entré a mi casa, Gabor ya estaba esperándonos. Se levantó del sofá y me sonrió. Casi grité de la emoción, solté mis cosas y corrí a abrazarlo. Él también me abrazó.
- Me da mucho gusto verte -le dije cuando me separé de él.
- A mí también... Clary -se rió.- Iba a decirte pequeña, pero ya has crecido.0
- Sólo un poco -sonreí.
- Dile princesa -le dijo Nick detrás de nosotros. Lo fulminé con la mirada.- Le gusta que le digan así.
- Princesa Clary, entonces -sonrió y correspondí a su sonrisa.
Entré a la casa de Henry y Abie me recibió asustándome, me abracé al brazo de mi amigo y ella rió.- ¡Ven! te mostraré tu cuarto.-sin dejarme decir nada me llevó a la habitación de huéspedes, la habían adecuado para que fuese un buen cuarto, sonreí.- ¡Será como tener una hermana mayor! Hasta que te pase.-rió.
-Por lo mientras...-la tiré al suelo con cuidado y le hice cosquillas. Su papá gritó que pronto llegaría la pizza y bajamos. No sabía qué decir para agradecerles. Después de la cena fui con Henry a su cuarto a jugar un rato damas.- Gracias Henry.-sonreí.
-Eres peligrosa tú sola.-rió.- No agradezcas.
Pronto ya era parte de esa casa, hasta en los deberes de la casa ya ayudaba y me fui adaptando más a los amigos de la calle de Henry.
A los pocos días, le escribí a Henry y a Kailen para saber cómo estaban. Usé a Mathie y a Bae, la lechuza de Gabor, para ahorrar tiempo. Me sorprendí al ver regresar a una lechuza vacía y una con dos cartas.
Clary nos escribió. Le conté que me había mudado con Henry y que ya casi no volvería a mi casa, le platiqué cómo había quedado mi cuarto, sobre cómo estaba adaptándome, lugares a donde habíamos ido y otras cosas. Al final, aunque trataba evitar pensar en él, terminé preguntándole por Nick. Henry le contó superficialmente que sus padres habían accedido a que me fuera con ellos y le preguntó cómo estaba y cómo se la estaba pasando.
Leí las dos cartas y me quedé sorprendida. Tal vez Nick tenga razón.- Qué tonterías estoy diciendo... -murmuré mientras sacudía mi cabeza. Les respondí en dos cartas porque sabía que Henry aún no le había dicho nada a Kailen de la pelea que tuvieron él y Nick en el tren. Les dije que estaba bien, que Gabor y Nick se estaban quedando en mi casa mientras preparaban su viaje a Bulgaria, porque mi primo se estaba inscribiendo a otra escuela. Las mandé con Mathie y le agradecí a mi amigo que me prestara a Bae.
Un día volviendo de jugar vimos que Mathie estaba en el cuarto de Henry esperándonos. Leímos nuestras cartas y fui a mi cuarto a escribir la mía. Decidí escribirle a Nick también, aprovechando que estaban en el mismo lugar. -¿Qué pongo?-susurré y tras pensarlo un poco comencé a escribir.
"Hola Nick:
Amm… espero no te moleste que te escriba. Le pedí"- borré esa última palabra y continué escribiendo. Al final quedó:
"Hola Nick:
Amm… espero no te moleste que te escriba. Le robé a Clary la dirección a donde podría escribirte…
Quería escribirte porque siento que nuestra despedida del año pasado fue… rara… algo así. Te pido una disculpa si te hice molestar o algo por el estilo. Espero quedemos bien, como amigos o algo así.
Torpemente.
Kailen"
No estaba segura de la carta pero decidí así mandarla. Henry no le dijo gran cosa, no le agradaba que viera a ese chico Gabor.
La estancia de Gabe, como yo le decía de cariño, y de Nícolas fue realmente corta, menos de una semana. El último justificó que tenía que terminar los trámites lo antes posible. A los pocos días, recibí tres cartas: la de Kailen, la de Henry y la de Nick... podría haber sido un vociferador si hubiera tenido tiempo. Me reclamó que le hubiera dado su dirección a Kailen, mi respuesta fue breve y no me importo lo que me dijo. En cuanto a los otros dos, decidí reducir a una sola carta, era más sencillo para mí, ya que también me escribía con mi primo y Gabe. Al parecer, mis amigos se la estaban pasando muy bien, mientras que yo... esperaba el día que iba a viajar a Bulgaria para acompañar a Nick.
Estuvimos haciendo muchas cosas y de pronto se me olvidó que quería investigar en el mundo muggle sobre mi mamá y mi tía, hasta que un día al estar buscando algo en mi baúl encontré los recuerdos y el pensadero, tuve ganas de volver a Hogwarts para buscar un salón vacío y utilizarlos. Clary empezó a contestarnos en una sola carta pero Henry y yo de todos modos le escribíamos dos. Quería saber si le había llegado mi carta a Nick pues no había contestado. Cada que lo mencionaba Henry se molestaba.
Volví a escribir en dos cartas. Le expliqué a Kailen que Nick seguramente andaba muy ocupado con lo de la inscripción y detalles de ese tipo, pero que yo iba a viajar pronto para unirme a ellos y verificaría que las recibiera. Por otro lado, le pedí a Henry que hiciera lo posible por no mencionar la discusión, no quería que hubiera más problemas; también le pregunté por su familia, sobre todo por la pequeña Abie.
En la última carta sólo le agradecí y le conté pocas cosas. Henry le contó más, sobre que Abie estaba yendo a un curso de verano y se la pasaba intentando asustarnos, también se había enfermado del estómago por haber intentado competir con nosotros en cuestión de comer y al final venía un pequeño párrafo escrito por ella donde le mandaba saludos a Clary.
Después de unos días de no hacer nada, conseguí que Henry me acompañara a buscar información de mi familia en los medios muggle. Cada mañana llevábamos a Abie a su curso de verano, íbamos a la biblioteca y hemeroteca y luego pasábamos por ella para volver a casa.
Al día siguiente de enviar mis cartas, Gabor llegó a la casa para llevarme a Bulgaria. Él había nacido en Hungría, pero desde pequeño vivía en ese país. Esa mañana, mi madre no había ido al hospital, estaba en la cocina cuando llegó mi tío Dave. Lo saludé, me dio un abrazo y le preguntó a mi madre sobre una poción.- ¿Poción multijugos? -les pregunté confundida. Mi madre asintió mientras le entregaba un pequeño caldero con una sustancia burbujeante.
- A veces la usamos en el Ministerio -me explicó mi tío antes de irse, me acerqué y olí la poción.- Ser parte del Cuartel General de Desmemorizadores no es sencillo.
Llegamos a Bulgaria en poco tiempo. Nos alojamos en una pequeña posada a donde Gabor siempre llegaba durante vacaciones porque sus padres habían muerto hace varios años. En ese lugar recibí la respuesta de mis amigos y sonreí al ver lo que había escrito Abie. Discutí con Nick sobre la carta que Kailen le había mandado, no quería responderla. Así que en las siguientes cartas le volví a repetir lo mismo a Kailen y le pregunté si había investigado algo más sobre su familia, a Henry le agradecí que me anexara el párrafo de Abie y le informé que ya estaba en Bulgaria.
Henry le preguntó cómo era Bulgaria y que si había algo interesante, de nuevo su hermanita anexó un párrafo mandando saludos. Le dije a Clary que habíamos encontrado que por ahí había vivido una familia King pero no la habíamos investigado más a fondo, pero que por otro lado había estado trabajando con Emily y estudiar botánica muggle me había ayudado también, además de que Abie me ayudaba a veces porque le daban curiosidad mis experimentos. Me animé a escribirle una segunda carta a Nick. Aunque no tenía muchas esperanzas en que la contestara.
"Nick:
¿Cómo van tus vacaciones? Supe que te ibas a ir a otra escuela ¿cómo será? ¿Qué harás por allá? Me da curiosidad. Mi verano ha sido… interesante, he aprendido varias cosas de varias cosas. Emily está muy grande y bonita, te anexo una foto de ella. Gracias por dármela, me encanta.
Espero poder verte junto con Clary y Henry este verano. Antes de que te vayas.
Kailen." 1
Estaba detrás de Nick cuando recibió la carta de Kailen, miré la foto de Emily y sonreí.- Eres un tonto, Nick. ¿Aún sigues desconfiando de ella? -no me dijo nada y guardó todo en un cajón que cerró con magia.
Le dije a Kailen que era interesante que estuviera estudiando Botánica, le comenté que estaba pensando hacer algo parecido para entrenarme más con el asunto de las pociones. A Henry le dije que Bulgaria era un lugar precioso, estábamos alojados en Vratsa, el lugar con más población magia de esa zona del país, y teníamos de vista las montañas de los Balcanes, las cuales recorrí sobre una escoba en compañía de Gabe. Les dije que tenían que conocer el lugar, que algún día teníamos que visitar los tres juntos.
Henry le contestó que estaría gustoso de que algún día fuéramos los tres.-Gabe, es un nombre tonto.-me dijo mientras escribía.
-Stuart también lo es.
-Aeryn
-Stuart
-Enana.-lo miré feo y sonrió. Le dijo que se la pasara bien y que le avisara si hacía alguna poción interesante.
Le mandé unas fotos de unas nuevas plantas que había hecho y le conté que Henry y yo fuimos a un registro civil muggle a preguntar por mi familia y la señorita que nos atendió había quedado con nosotros de buscar los nombres en los registros. Creo que se compadeció de mí, una niña huérfana buscando a su mamá, a los muggle les emocionan esas historias.
Sonreí al ver las fotos que Kailen me mandó. Sabía que Nick están detrás de mí, observando lo mismo que yo.- A pesar de todo, te sigue interesando saber de ella -lo miré y me reí. No dijo nada y salió a dar una vuelta.
Gabe duró un par de días sin aparecer porque estaba tratando de agilizar los trámites de Nick. Le escribí a Kailen que me fascinaban sus nuevas plantas y que me alegraba que hubiera encontrado más información sobre su familia. En cuanto a Henry, le dije que me la pasaba muy bien y que salía sola constantemente a buscar plantas al bosque y a una pequeña biblioteca a investigar sus propiedades, era buena su idea de hacer nuevas pociones.
Seguimos investigando cosas de mi familia. En la noche a veces leía los libros que había comprado en el callejón Knockturn, me di cuenta de que algunas de las cosas que Henry y yo habíamos practicado estaban allí pero con nombre y malos propósitos. Supimos que algo que Henry me había dicho que quería hacer era algo llamado oclumancia. Sobre el pársel mi amigo pronto entendió un par de cosas y se me ocurrió una idea, ¿por qué no escribir en pársel también? Después de un día entero dedicarme a esa idea le escribí una carta a Clary donde además de contarle cosas le pedí que leyera en voz alta la posdata y me dijera si había entendido algo. En la posdata había un conjunto de eses, zetas y aches. Había escrito "hola clary" en pársel.
Henry estuvo animándola a que experimentara y él por su parte estaba investigando cosas también en los libros de su papá, pero no me dejaba ver qué investigaba.
Después de leer varias veces la posdata de Kailen, solté una risita y le escribí que era una buena idea tratar de escribir una lengua simplemente oral, pero que había sonidos a los que no podíamos encontrarle una letra que los representara. Sin embargo, traté de escribir una posdata en pársel: "Saludos a todos". Le agradecí a Henry que me apoyara en el asunto de experimentar.
Un día antes de que Gabe llegara, salí a dar un paseo con Nick. El clima estaba usualmente frío a pesar de ser verano.- ¿No crees que deberías contestarle las cartas a Kailen? Ella aún no sabe nada de lo que le dijiste a Henry... -suspiró.
- Estoy confundido, Clary. No puedo hacer algo hasta aclarar mi cabeza.
Eso de poner los sonidos de serpiente no servía, era confuso. Tampoco entendí lo que ella escribió, me di cuenta de que era muy subjetivo el cómo se escribiría eso y decidí que había que inventar un alfabeto completamente nuevo, algo parecido al oriental regido mediante las combinaciones de letras. Ese terminó siendo un proyecto a largo plazo, aunque lo empecé entonces.
Henry, Abie y yo preparamos unas galletas para su curso. Ella metió unas cuantas en una cajita y Henry se encargó de mandarlas junto a su carta.
Decidí que enviaría otra carta a Nick, había estado teniendo cuidado de que Henry no se diera cuenta de que le había enviado cartas porque se enojaría seguramente. Pero esa vez él le acomodó las cosas a su lechuza y lo notó.
-¿Dos cartas?-me miró.
-No te importa.
-Nícolas... ya te dije que te olvides de él.-arrojó mi carta con su nombre en él a la basura.
-¡¿Qué te pasa?!-me acerqué para agarrarla y me detuvo.-Ya basta.-me zafé de él.- ¿Por qué te pones así cuando lo menciono?- me miró serio y me sentó en su cama, se sentó junto a mí.
-Bien, te contaré.
- Pues deberías aprovechar que no sabe nada y arreglarlo todo. Henry me ha hecho el favor de no decir nada -sólo meneó la cabeza.- Aunque no la vuelvas a ver, debes dejar este asunto claro... realmente creí que sentías algo por ella -me miró pero no dijo nada y me insistió a que regresara a la posada sola.
Decidí esperar un poco para volver a sacar el tema. Gabe regresó para darnos la buena noticia de que Nick había sido admitido al Instituto Durmstrang. Brinqué de la felicidad y esperé a que llegaran las cartas de respuesta de mis amigos para contarles.
Henry me contó lo que había pasado con Nick en el tren. Al inicio no le quise creer pero me dejó ver que decía la verdad, me entristecí pero duró poco ya que la tristeza se convirtió en enojo. Me fui a mi habitación y comencé a escribir una carta. Regresé justo antes de que Henry fuera a enviar la lechuza, lo detuve y metí la carta para Nícolas. Vimos a la lechuza apartarse y mi amigo me llevó a pasear para que se me bajara un poco el coraje pero cuando creía que ya se me había pasado, algo me recordaba a él y me volvía a enojar y ahora un poco más pues amenazaba con sentirme triste por su culpa también.
Partimos a conocer el nuevo colegio de Nick, iba a ser un viaje corto, así que dejamos nuestras cosas en la posada. El castillo estaba al norte del continente y era muy grande. Cuando lo conocí, sentí un poco de escalofrío. Estando ahí, descubrí la reputación que tenía el instituto, un instituto que se enfoca en las Artes Oscuras. Nick me miraba constantemente pero no dije nada... todavía. Afortunadamente regresamos pronto.
Al llegar a la posada, descubrí a una lechuza en mi escritorio. Sonreí y abrí la caja. Las galletas estaban deliciosas y vi que había otra carta de Kailen para Nick. Se la lancé y comenzó a leerla, mientras yo leía la mía. Cuando terminé, vi a Nick y su expresión no me gustó.
-¿Por qué Kailen está enojada?-le preguntó Abie a su hermano tras verme encerrarme en mi cuarto.- ¿Qué le hiciste?
-No le hice nada. Fue Nícolas. Yo sólo le conté lo que había pasado.-protestó y se sentó en el sillón.
-Nícolas... Nícolas... ¿es el niño que le gusta?-se sentó junto a él a comer un helado.- Los chicos son unos tontos.-Henry la vio con una ceja levantada.- ¿Qué? Es la verdad.-él frunció el ceño.- Ay Stuart no te pongas pesado, ya tengo nueve años.-se levantó y se fue a su cuarto.
-Ah... las mujeres son un desastre.-suspiró y esperó a que se me bajara otro poco el enojo.
Tomé otra galleta y seguí observándolo. Al final me miró y me tendió la carta. Me encogí de hombros y la agarré para leerla. Cada que avanzaba, más abría los ojos. Maldito Stuart, ¿por qué abriste la boca? Sentí que otra voz contestaba en mi cabeza: ya lo sabes, ¿para qué preguntas? Fruncí el ceño y me acabé la galleta que tenía en la otra mano mientras terminaba de leer.
-¿Estás bien?-me preguntó un par de horas más tarde y entró a mi cuarto con galletas y helado.
-Deberías tocar.-me senté.- Ya estoy más tranquila pero sigo molesta.-agarré una galleta y la cubrí con helado.- Siento algo parecido a la decepción o no sé bien. Gracias por haberme dicho, ya puedo estar tranquila y olvidarlo.-comí la galleta y me recargué en él.- Siento como si... no sé... como si hubiera perdido algo.- me volví a acostar después de agarrar una galleta.
-Ya lo olvidarás.-me revolvió el cabello, asentí.
- Iré a dar un paseo -dijo con poco entusiasmo y se levantó de la cama. Lo retuve.
- Tú no vas a ningún lado -lo miré y le señalé la cama. Suspiró y volvió a sentarse. Agarré otra galleta.- Haré que abras los ojos, querido primo. Así que aquí te quedas y me escucharás.- me terminé la galleta en dos bocados.- Primero, voy a leerte la carta en voz alta para que no olvides nada...
La carta decía:
"Henry me contó de su discusión al final del año. ¡No puedo creer que pensaras eso de mí! Bueno, la verdad es que yo misma dudé de mí, pero me conoces, todos me conocen, ¿cómo podrías dejarte influenciar por quien fue mi padre? Ni siquiera lo conocí, no crecí con él y lo odio, lo odio incluso más de lo que tu familia pueda llegar a odiarlo.
Sí… soy Mulciber. Pero también soy King y Teshbock, pero dejando de lado todo eso soy Kailen, la misma niña torpe, ingenua, chaparra que conociste durante tres años. Hubiese preferido que me hubieras dicho en la cara lo que le dijiste a Henry… así hubiésemos terminado en términos claros al menos, y no habría estado preocupada porque te habías despedido así de frío.
No tienes ningún derecho a juzgarme por quién es o haya sido mi padre. Tú no sabes lo que es que un hombre de los que odias te haya quitado todo lo que tenías y que él mismo sea la razón por la cual estás vivo. Es divertido ¿no? Te trae a la vida para que veas como te quita todo y luego desaparece. Es genial tener un padre que ha lastimado personas de maneras crueles, insensibles y que las haya disfrutado. Pero lo más divertido es que tú mismo temas ser igual porque finalmente su sangre corre por tus venas y claro, están las demás personas ¿qué dirán? ¿Qué harán?
Creo que al final me alegra que te vayas y que no te vaya a volver a verte ¿por qué querría seguir viendo a alguien que me culpa de malvada y de posible mortífaga? Sí, me alegra mucho no tener que pasar más tiempo contigo. Así los dos estaremos bien ¿no? Tú seguro y yo tranquila."
No había firmado, no había saludado, no había considerado importante esos detalles solo quería expresar lo que sentía en ese momento. Ahora, acostada y con Henry sentado a mi lado esperando a que me diera sueño, no sabía exactamente que sentía.
Dejé de leer y lo miré.- Te lo dije, idiota -me puse las manos en la cintura.- ¡Ah! Pero cómo ibas a creer en la palabra de tres mocosos de 13 años, ¿no? Tú ya eres un adulto y lo sabes todo, ¿verdad? Pues déjame informarte que el que tengas 18 años sólo te marca como mayor de edad, pero no como una persona madura -levanté la mano donde tenía la carta.- ¿Te das cuenta de lo que has hecho? La lastimaste, Alessandro. Sí, seguro estará enojada, pero más que eso, estará herida -porque tú le gustas también, idiota.- ¿Cómo pensabas comprobar que estábamos diciendo la verdad? ¿Usando Legeremancia? -desvió la mirada y abrí la boca sorprendida.- Así que eso haces cuando sales a pasear... practicas con tu padre... -la poción no era para el trabajo, era para ayudarlo. Negué con la cabeza.- Si piensas redimirte con ella, suerte con eso, primo. Porque con Henry de su lado, ninguno de los dos va a aceptar cualquier cosa que les digas -le arrojé la carta y salí de la habitación.
No pude dormir y fui a molestar a Henry, se despertó me preparó leche tibia y le puso ahí unas gotas de poción para dormir que había guardado. Desperté hasta el mediodía del día siguiente, me di cuenta de que solo estaba mi amigo en la casa. -Juguemos algo.- le dije cuando bajé, estaba inexpresiva y aún no terminaba de aclarar lo que sentía. Él asintió, pasaron unos días y entonces algo me ayudó a distraerme, cada vez faltaba menos para el mundial. Henry siguió escribiendo a Clary, yo anexaba un pequeño párrafo en su carta saludando a Clary, Abie también le escribía un párrafo en las cartas de su hermano.
Kailen dejó de escribir y le pedí a Henry que me tuviera al tanto de ella, aunque me daba una ligera idea. Pensé en reclamarle que le hubiera dicho, pero desistí al final, seguro él tenía sus razones.
Un día que regresé temprano de la biblioteca encontré a Nick curioseando entre mis cartas. Había estado muy callado y hablábamos poco. Suspiré, cerré la puerta y me acerqué a él.- Si te importara, no habrías dudado de ella -no me miró y se acostó en la cama. Me senté junto a él.- Te entiendo, Nick. Sé que no querías salir lastimado si descubrías que ella no era lo que pensabas. Sé que hiciste todo ese drama como un escudo para que no se dieran cuenta de que en el fondo te dolía. No eres tan duro como quieres que los demás crean -suspiré.- Te conozco desde hace años. Y ella es la primera que ha roto tu barrera de protección, por eso debiste confiar en ella, fueran ciertas tus sospechas o no. Pero ahora... no creo que encuentres la manera de reparar lo que hiciste. No la volverás a ver, Nícolas -se volteó.
- No estés tan segura -murmuró con los ojos extrañamente brillosos. No entendí a qué se refería, pero sabía que quería estar solo y me salí.
Llegó el día que nos iríamos al mundial, íbamos a llegar tres días antes del día preciso. La mamá de Henry nos preparó un buen desayuno y tras acabar su papá se colgó la mochila al hombro. Llegaríamos a casa de un amigo suyo por medio de polvos flu y luego caminaríamos. Abie nos dio tres paquetes de más galletas caseras y partimos.
-Eso de los polvos flu...-negué.- Prefiero la escoba.-dije a Henry tras salir de la chimenea, rió, puso sus manos en mis hombros y fuimos a saludar al amigo de su papá.
Ya hechos los trámites, regresamos a casa sin Gabor. Él iría con otros amigos al mundial. Le agradecí y le di un abrazo de despedida.- No te despidas, princesa Clary. Puede que nos volvamos a ver muy pronto -me guiñó un ojo y nos fuimos. Viajamos en tren unas horas porque no teníamos ganas de usar ningún transporte mágico. Después viajamos en traslador con mi padre. Nuestra casa estaba cerca del lugar donde sería el Mundial de Quidditch, así que sólo nos levantamos temprano ese día para llegar a tiempo.
Fue interesante acampar ahí. Magos y brujas por todos lados, magia por todos lados, niños en pequeñas escobas, comida siendo asada en pequeñas fogatas mágicas, mascotas extrañas, me gustaba salir a pasear solo para ver. Henry me acompañaba todo el tiempo, me presentó a algunos amigos y hubo uno que se la pasaba buen rato con nosotros también.
Un día antes del Mundial de Quidditch, me levanté de un susto porque sentí algo deslizarse dentro de mi cama. Vi a Litza con cara de pocos amigos.- Sabes que odio que me levantes así -le dije tratando de controlarme. Ella sólo sacó un poco la lengua y se deslizó al suelo.
- Felices 14, Clarissa -me dijo mientras asentía levemente con su cabeza.
- ¿Qué? -la miré extrañada.- ¡Ah! Cierto... es mi cumpleaños -me reí.- Gracias, Litza.
Cuando bajé a desayunar, mi madre había preparado un gran pastel de chocolate.- Tu comida de todo el día -me dijo sonriendo y me abrazó.- Felicidades, Clary. Tu padre quería felicitarte pero tuvo un asunto urgente.
- Ya saben que entiendo su trabajos -sonreí y partí un pedacito de pastel.
- Nick se quedará contigo un rato porque desafortunadamente me tengo que ir yo también -asentí y me dio un beso en la cabeza.- Disfruta el pastel -y se fue por la chimenea.
-Apúrate Henry.- estaba esperándolo en la puerta de la tienda.- ¿Qué tanto haces?
-Espérate ¿sí?-salió de su pequeño cuarto que compartía con su papá, vi la caja que llevaba en su mano, lo vi.- ¿Qué? En los cumpleaños se dan regalos.-me empujó.-Ya nos vamos papá.
-Con cuidado.- nos dijo y siguió platicando con alguien de la tienda de a lado.
-Hasta lue...-Henry no me dejó despedirme y me empujó colina abajo. Apresuramos el paso, queríamos llegar no tan tarde.
Nick llegó minutos después de que me había cambiado. Me miró y se rió.- ¿Qué?
- ¿No deberías lucir mejor el día de tu cumpleaños?
- Pero si no hay fiesta, me pongo lo que me dé la gana -llevaba unos simples jeans con una blusa de tirantes y mi cabello suelto un poco ondulado, ya que había crecido un poco.- Además, es mi día, hago lo que quiera... y hace un poco de calor aquí.
- Me mandaron esto para ti -me dio dos cajas.- Uno es de mis padres, mientras que el otro es de Gabor -sonreí.
- Los abriré después -lo jalé a la cocina.- Comamos pastel. Lo hizo mi madre.
Tardamos mucho en dar con su casa. No conocíamos la zona y teníamos que buscar a lo muggle, pero tras perdernos, discutir un poco, logramos dar con la casa.
-¿Listo?-le pregunté y asintió.- ¿Seguro?
-Que sí.
-A ver repite lo que le vas a decir.- bufó y dijo una frase en pársel, se equivocó un poco en la pronunciación, reí.- Te dije que practicaras conmigo.- toqué el timbre.
Escuché el timbre y me asusté.- Nadie toca el timbre en esta casa -lo miré.- ¿Quién será?
- Ahora veo -se acercó a una de las ventanas y cuando volteó, estaba pálido.- ¿Cómo saben dónde vives? Son Kailen y Henry -me levanté de un brinco.
- Escóndete en el ático -me miró y dudó.- ¡Vamos! No quiero problemas y menos el día de mi cumpleaños -me obedeció y subió las escaleras corriendo. Suspiré y abrí la puerta, sonreí encantada.- ¿Qué hacen aquí?
Henry y yo dijimos al mismo tiempo en parsel.- ¡Feliz cumpleaños!- Él se volvió a equivocar un poco en la pronunciación y me burlé de él.
-Vinimos a felicitarte y al pastel.-sonreí.
-Todo lo que le importa es el pastel.-dijo Henry y rió.-Abie te manda felicitaciones también.
- Gracias -no pude evitar reirme.- ¿Cómo supieron que había pastel? -entrecerré los ojos.- Su olfato me sorprende -me hice a un lado.- Entren.
-Solo adivinaba en realidad.-reí y entramos.
- Y es de chocolate -sonreí, cerré la puerta y les señalé la cocina.- Vamos, está por allá.
-Genial.-sonreí y fuimos a la cocina, me senté frente a donde estaba el pastel.-Henry te trajo un regalo que se tardó mucho en envolver.
Me reí y saqué un par de platos para servirles pastel. Me di cuenta de que Nick había dejado su plato en la mesa, junto al mío. Esperé que no lo notaran y les di una rebanada a cada uno.
-Gracias.-lo probé.-Está muy bueno.-sonreí, saqué de mi bolsillo una cajita y se la di, Henry hizo lo mismo pero con dos.
-Uno es mío y otro es de Abie.-le explicó.
Tomé los tres.- Muchas gracias -los puse junto a las cajas que me había traído Nick pero me detuve y los miré.- ¿O quieren que los abra ahorita?
Me encogí de hombros.- Son tus regalos, haz con ellos lo que quieras.-sonreí y comí más pastel.
-¿Ya lista para el Quidditch?-le preguntó Henry.
Asentí sonriente y tomé una de las cajas.- ¿De quién era éste?
-Abie.-dijo Henry.
- Ok -lo desenvolví con cuidado porque no me gustaba abrir los regalos bruscamente.
Abie le había mandado galletas de nuevo, la diferencia era que estaban decoradas con dibujitos hechos con betún.
- ¡Qué linda! -las puse en un plato.- No quiero ni comerlas de lo bonitas que están. Le agradecen de mi parte -tomé otra caja.- ¿Y ésta?
-Mía.-dije mientras tomaba el último bocado de pastel. Le había comprado un par de libros sobre Quidditch y cuidado de las escobas.
- Guau -miré los libros y sonreí.- Uno de estos lo quería desde hace un par de años pero no querían comprármelo. ¡Muchas gracias! -tomé la última caja y miré a Henry.- Y ésta es tuya, ¿verdad?
Sonreí, él asintió. Había conseguido una snitch y la había hechizado antes de salir de vacaciones, así que la snitch podía abrirse y servir para guardar pequeñas cosas allí.
Grité al verla y sonreí emocionada.- ¡Una snitch! -la miré de cerca y la abrí.- ¡Guau! Gracias, Henry -lo miré agradecida.
-De nada.-sonrió, estaba feliz de que le hubiera gustado tanto. Reí un poco, me pateó por debajo de la mesa.
