Disclamainer: Ninguno de los personajes y/o escenarios mencionados a continuación me pertenecen. Conclusión: a mí esto no me reporta ninguna clase de beneficio.

Ciertamente, amargura era la palabra. O frialdad. Tal vez las dos le valieran.

No sé si alguno de vosotros ha sentido alguna vez en una relación que hay que tirar del otro.

Pues eso me pasaba a mí. Al gran Draco Malfoy. Pero jamás de los jamases, nadie sabría quién era el otro en mi relación.

Ese otro era Harry Potter. Si señores. Yo y el odioso Niño-qué-vivió estábamos saliendo juntos. No desde hacía mucho, para que negarlo. El mayor problema es que nuestra relación es secreta. Imaginaros lo que sería que se descubriera, Rita Skeeter tendría carnaza para meses.

Pero una relación secreta era una relación al fin y al cabo. Y ese imbécil de Potter la estaba jodiendo. Aunque, ¿quién sabe?, tal vez lo estuviera haciendo a posta para librarse de él.

Lo cierto es que la frialdad impregnaba todas y cada una de las palabras que me dirigía Harry.

Y yo necesito que me quieran. Y que me lo demuestren.

A Harry no le gusta hablar de esta clase de problemas. Prefiere que se vayan solos y hacer como si nunca hubieran existido.

Craso error.

Me gusta hablar si tengo problemas con mi pareja. Por eso Harry se agobió.

Harry dijo que tenía dudas.

Y ante la duda, lo dejé.

Si señores, lo dejé. A pesar de ser un Slytherin, yo también sufro. Y mejor dejarlo ahora que cuando me hubiera enamorado irremediablemente, ¿no?

En cuanto a la actitud de Harry… ¿qué decir?

Él se empeñaba en hacerme creer que estaba mal porque lo había dejado.

Mentira.

N/A: Sé que es muy malo xDD Pero tenía que escribirlo. Si le gusta a alguien, puede que lo continúe, ya tengo ideas en mente… Espero comentarios, aunque sean malos (siempre y cuando sean desde el respeto, si vas a insultar ahórratelo)!