Hola mis queridos lectores, aquí os traigo la serie de mini-historias que escribo de mi pareja favorita, como todos ya sabéis Fairy Tail, no sé cuantas incluiré, dependerá de vosotros, si os gusta seguiré todo lo que pueda, en principio como son historias pequeñitas, subiré una al día, ese es el plan (se nota que ya tengo tiempo libre, ¿no?
Una vez que os he dado explicaciones..., buenos días, tardes, noches o madrugadas si leéis y escribís a mis horas, aquí os traigo la primera mini-historia, no tendrán nada que ver las unas con otras y serán de temas muy variados, según me de el día n.n
Como siempre, nos leeremos abajo ;)
Disclaimer: Los personajes de esta historia no me pertenecen, son creaciones del gran Hiro Mashima, pero las historias son todas mías.
CAPÍTULO 1: REGRESAR
-La hora que es y sigue sin volver,_suspiraba preocupada la maga de escritura sólida.
Gajeel se había ido hacia unos días de misión y aún no había regresado, por suelte había ido con Lily, así que en cierto modo tenía una preocupación menos, ya que si pasaba algo grave, el Exceed se encargaría.
-Eres un cabezota, te dije que era mala idea,_le seguía regañando el excede negro mientras volaba a su alrededor.
-Lo sé, pero quería llegar a tiempo,_le decía mientras aguantaba otra arcada, en definitiva odiaba los transportes.
-Mejor espera a que se te pase el mareo,_le recomendaba el "gato".
-No quiero,_contesto en un tono bastante infantil para ser él,_llevo cuatro días sin verla, Lily, ¡cuatro días!,_le explicó alterado.
El exceed suspiro, tomó su tamaño grande y le ayudó a medio caminar, seis horas de tren eran demasiadas para Gajeel, sobre todo si llevaba un día casi sin dormir ni comer. Después de unos minutos de trayecto las arcadas desaparecieron, al fin había recuperado el control y cordura de su cuerpo.
-Sigues teniendo una pinta horrible,_se burlo de él el exceed.
-¡CÁLLATE, GATO!,_le gritó para ver cómo se alejaba en dirección al gremio, rellenaría el informe por los dos y se quedaría en casa de Wendy para dejarles la casa.
Ese grito, tenía que ser él, seguro que lo era, disparada, saltó del sofá dejando el libro atrás, abriendo la puerta para verlo, llevaba la maleta de viaje en el hombro, ojeras de un par de días y apenas había recuperado el color después del traqueteo del tren, pero ahí estaba, tal y como le había prometido, destrozado, cansado, pero sin lesiones graves.
-Ya estoy en casa, enana,_le soltó con una amplia sonrisa y la peliazul no dudó el lanzarse a abrazarlo.
-¡Bienvenido, Gajeel!,_gritó antes de abalanzarse sobre él y abrazarlo con fuerza.
La tomo en brazos y le plantó un suave y tierno beso en los labios, esos que a ella tanto le gustaban, para después conseguir uno más ardiente y pasional provocado por la amante de los libros.
-Llevo horas esperando esto,_le confesó mientras subía las escaleras de la entrada y cerraba la puerta,_el gato no está y tenemos la casa para nosotros solos,_rió divertido.
-Gajeel, ¿no te has visto?,_suspiro la maga de escritura sólida.
-No te preocupes, es el tren, ya se me ha pasado,_la tranquilizó el ojirojo.
-No es eso, estás cansado, además necesitas un baño y comer algo,_le regañó,_tenemos toda la noche por delante, aún es pronto, deja que te cuide, ¿vale?
-Ya me cuidarás mañana, sea lo que sea se ha quemado,_le dijo divertido para ver como la pequeña peliazul se metía corriendo en la cocina tras saltar de sus brazos.
-Llevo todo el día intentado hacerlo,_dijo con aire deprimido la pequeña maga.
-No te preocupes Levy, con que me haga algo de hierro me vale, yo te cocinaré algo,_la intentaba consolar.
-¡NO!,_estalló la peliazul,_ve a ducharte y espera en el sofá, voy a volver a hacerlo, compré ingredientes de sobra, así que no habrá problema,_lo medio arrastró al baño que compartían y lo dejó encerrado dentro.
-Mierda,_murmuro en cuanto se quedó encerrado en el baño, se había puesto en modo ama de casa, no era su faceta preferida de la peliazul, además, con baño se había imaginado otra cosa, esa mujer diminuta realmente lo ponía enfermo.
En la cocina, Levy se resignaba a preparar una sopa, era más sencillo, además también le haría algo de hierro, lo había echado muchísimo de menos y ahora por fin estaba en casa, lo mínimo era tenerle una comida decente, desde que la idea de una posible boda pasó por la mente de ambos, el pelinegro se había propuesto ahorrar para que ella tuviera la boda que quisiera.
-Ya estoy,_le saltó y Levy asomó la cabeza en busca de algún posible rasguño o signo de dolor,_estoy bien, ya te lo he dicho,_se quejó, la conocía demasiado bien y sabía que era capaz de vendarlo entero si lo consideraba necesario.
-Aún necesito algo más de tiempo, sécate el pelo hace frío,_le regañó para perderse de nuevo en la cocina.
-¡Estamos en verano enana!,_le gritó para dejarse caer en el sofá.
-¡Como quieras, no te quedes dormido!,_le gritó desde la cocina.
Unos minutos después salió con una alegre sonrisa y un par de cuencos con una sopa humeante, esa era su especialidad, la sopa fue algo que dominó con rapidez, pero el resto del recetario se le resistía.
-Con algo de hierro habría sido suficiente,_le dijo para incorporarse pero ella lo detuvo, posando un dulce beso sobre sus labios.
-Quieto, te he dicho que te iba a cuidar,_le dijo con suavidad, consiguiendo que se relajase,_venga, abre la boca.
-Estas de coña, puedo comer solo, ¡no soy un crío!,_se quejó mientras se ponía rojo.
-¿Te has sonrojado, Gajeel?,_le preguntó coqueta, aguantándose algunas carcajadas, adoraba esa faceta tan dulce, infantil y tierna de su pareja.
-¡Claro que no!,_le contestó aún enfadado.
-Entonces, ábrela vamos,_insistió la peliazul.
-No, no quiero, no estoy ni herido, ni enfermo, solo estoy algo cansado puedo comer solo,_le explicó para sentarse a su lado y coger el cuenco.
-No es una debilidad, Gajeel, no tienes remedio,_suspiro para verlo comer,_¿qué tal está?
-Has mejorado bastante, aunque la mejor parte es el hierro,_le contestó.
-Viniendo de ti eso es un alabo,_sonrió la pequeña McGarden,_¿cómo te fue en la misión?,_le preguntó.
-Bien como siempre, no fue muy complicada, además estaba con Lily, el gato siempre es un buen apoyo, además han pagado bien,_le contestó con una sonrisa, terminó el cuenco y lo dejó sobre la mesa.
-Me alegro, la próxima vez iré con vosotros, hace tiempo que no vamos de misión los tres juntos,_le dijo, terminando su cuenco también y recogió ambos llevándolos a la cocina.
-¿Cuánto más tenemos que ahorrar, enana?,_le pregunto una vez regresó a su lado.
-Pues depende, ¿qué tipo de boda prefieres?,_le preguntó, sabia de la inocencia que poseía para esos temas, por lo que no se impresionó al verlo sonrojado.
-La que tu prefieras,_le sonrió para sentarse en el sofá a su lado,_pero de esas de las de la tele no, son un coñazo,_se quejó recordando la telenovela que le obligo a ver su enana y la coneja.
La risa clara de Levy hizo retumbar la casa y provocó un sonrojo en el pelinegro, le dio un beso y se acurrucó contra su pecho.
-¿Qué te pasa ahora?,_le preguntó algo avergonzado, no tenía ni idea de bodas, había ciertas costumbres humanas que no entendía.
-Nada, no me estoy riendo de ti,_le dijo para que se calmase,_las bodas no son como las de la tele Gajeel, al menos no todas,_le sonrió.
-¿Tú como la quieres?, no me has contestado,_le preguntó, acariciándole con suavidad la mejilla.
-Sencilla, no quiero nada escandaloso, ni extravagante,_le contestó para depositar otro suave beso sobre los labios de su chico.
-Acabo de llegar y solo hablamos de boda, estamos empezando a obsesionarnos,_le dijo divertido, levántandose de golpe y cargándola como si fuera un saco de patatas, provocando que se le escapase un pequeño grito.
-¡Si tenías sueño lo podrías decir simplemente, Gajeel!,_reía Levy sobre sus hombros,_puedo andar yo sola.
-¡No seas tan quejica!, es una buena vista siempre,_le guiñó un ojo antes de dejarla caer sobre la cama con cuidado.
-Estúpido Gajeel, eres un pervertido_susurró, sentándose en la cama, aunque realmente le gustaban esa rudeza y esas atenciones que le daba su manera el ojirrojo.
-Venga, no te enfades, si te encanta,_la empezó a molestar para tumbarse a su lado,_así pareces más alta.
-Desde aquí tú pareces igual de estúpido,_se quejó hinchando las mejillas.
-Se suponía que me ibas a cuidar y no paras de meterte conmigo,_suspiró fingiendo pesar.
-Eres imposible,_le regañó, acurrucándose a su lado para acariciarle el pelo,_¿quieres que te de un masaje o algo?,_le preguntó.
-No hace falta, odio estar así de hecho polvo,_le confesó mientras la atraía hacia él para darle un beso algo más pasional.
-Para, no empieces, mañana no tenemos nada que hacer, es mejor que esta noche durmamos,_le regañó Levy para darle otro beso más dulce y seguir con su tarea.
-Está bien,_cedió ayudando a Levy a acurrucarse entre sus brazos,_pero mañana no te pienso dejar escapar, enana,_le susurró con cierta malicia.
-Más te vale,_le contestó provocando que se sonrojase y lo recorriera una corriente eléctrica, esa mujer podía con él,_buenas noches, Gajeel,_le dijo para entrelazar los dedos de su diminuta mano con los dedos de la masculina.
-Buenas noches, Lev,_le contestó dándole un tierno beso en la cabeza.
A media noche un pequeño susurró despertó el DS de hierro y observo a la maga que aún mantenía su mano fuertemente entrelazada con la suya.
-Sabes Levy, me importa una mierda si nos casamos como en la tele, de forma sencilla, bajo el mar o sobre un maldito volcán, voy a estar contigo para siempre, incluso si me muero, me las apañaré para revivir otra vez,_le confesó creyendo que estaba dormida,_voy a protegerte siempre, enana.
-¿Tenías que esperar a que me durmiera para decirme eso?,_le preguntó divertida, había conseguido que se sonrojase por completo, adoraba ver esa versión tan tierna de su querido mago.
-¡¿Por qué no me has avisado?!,_se quejó dándose la vuelta avergonzado.
-Venga, Gajeel, no tienes porque avergonzarte, es muy tierno que digas esas cosas,_le decía mientras lo abrazaba desde atrás.
-¡Déjame!,_se quejaba.
-Venga, no te enfades, me gusta que me digas cosas así,_lo relajaba la maga de escritura sólida mientras le acariciaba el pelo y le daba algún que otro beso travieso en el cuello.
-Te lo has buscado tú, estás arrestada por fingir estar despierta,_le dijo divertido para enredarse con ella en un beso pasional y acalorado que terminó en algo más.
-¿Te has quedado dormido ya?,_le preguntó la peliazul al moreno, mientras se acurrucaba aún más en su pecho.
-No, estoy esperando a que tú lo hagas,_le contestó mientras le acariciaba la espalda con suavidad.
-Está amaneciendo, voy a cerrar la persiana, sino en un rato empezarás a quejarte,_iba a levantarse pero los fuertes brazos del moreno se lo impidieron.
-Ya lo hago yo,_le dijo para lanzar un cuchillo de hierro y cortar la cuerda.
-¡No era necesario romperla!,_lo regañó.
-¡Qué le den!, no voy a dejar que una dichosa persiana te aleje de mía ahora,_se quejo con un ligero sonrojo consiguiendo un dulce beso por parte de la maga.
-Ya lo arreglaremos más tarde, ahora mejor a dormir,_se volvió a tumbar sobre su pecho y se relajó por completo.
-Me gusta que estemos así,_le soltó el DS antes de cerrar los ojos.
-Vamos a estar así para siempre,_le sonrió y el también sonrió antes de quedarse dormido.
Bueno hasta aquí la primera historia, ¿qué os ha parecido?, ¿continúo la serie o la dejo?, si queréis que hable de algún momento específico se aceptan peticiones, siempre ^^
Comentarios, review, cualquier fallo avisad, que siempre la lío, espero que os haya gustado.
GRACIAS POR LEER, COMENTAR Y APOYAR! n.n
