Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen, son propiedad de Masami Kurumada.

Amándote

Rápidamente se desplazaba por el lugar, necesitaba con real urgencia salir ahí. Sus largos cabellos rubios eran impelidos con ímpetu por el fragor de la carrera. Intentaba controlar su respiración, que lentamente la abandonaba. No podía detenerse, no podía mirar atrás, si lo hacía él la alcanzaría.

¿Por qué?... ¿Por qué?... Me esforcé tanto para anular mi presencia. Todos estos años nunca se había dado cuenta… ¿por qué ahora fue diferente? ¿Qué hago?

La joven seguía su carrera sin parar. Ya había perdido la cuenta de cuánto tiempo llevaba corriendo, hasta que tropezó y sin poder hacer nada, rodó por el suelo.

Lo que me faltaba… ahora todo se terminará. Tengo que salir de aquí, no puedo dejar que me alcance… no puedo… si él me alcanza ¿qué haré? ¿De qué habrá servido tanto esfuerzo?

Unas lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos zafiros, aunque aquel metal que cubría su rostro impedía que aquello se notara. Con dificultad se levantó e intentó retomar su huida, cuando una voz la llamó… esa voz…

-¡JUNE! Detente, por favor.

Perdóname, Shun. No puedo… no puedo dejar que me veas… no puedo permitir que te acerques a mí…

Se volteó para seguir huyendo, cuando sintió una mano que rodeaba su brazo y la atraía con fuerza. Debido al impulso, la chica terminó estrellándose en el pecho de su perseguidor, lo que hizo que el joven retrocediera unos pasos para recuperar el equilibrio.

-Sí, eres tú, June… ¿por qué, entonces?... ¿por qué huyes de mí?...

Lo que tanto temía está sucediendo… no, por favor, no preguntes nada, no me pidas explicaciones, no hay respuesta para tus preguntas, ni explicaciones que dar… mi decisión la tomé hace tanto tiempo que ya perdí la cuenta de cuantas veces intenté cambiarla, pero no puedo, no puedo interferir en tu vida…

-Respóndeme, June, por favor. Dime que te sucede…

¿Qué me sucede? ¿De verdad quieres saber qué me sucede, Shun? Si supieras ¿qué pensarías? No. No puedes saberlo, prefiero vivir eternamente escondida entre las sombras, admirando tu hermosa presencia, llenando mi corazón de tu alegría tan ajena a mí, viendo tu maravillosa sonrisa que le dedicas a ella y no a mí…

La joven era sostenida de los hombros por su compañero de entrenamiento, mientras ella mantenía su vista fija en el suelo. No tenía el valor de mirarlo a la cara. No podía ver esos ojos tan transparentes, si lo hacía sabía que perdería todo el valor que se había dado estos años.

El chico al ver que no lograría respuesta, acercó sus manos a su rostro, posando una de ellas en aquella máscara que le impedía ver qué estaba pensado y sintiendo la amazona.

-¿Qué pretendes?- dijo al fin June intentando alejarse- acaso no sabes… acaso olvidaste… - ya no tuvo el valor de seguir hablando.

-Claro que sé, June, pero necesito verte, a ver si así me respondes.

¿Quieres verme?... Oh, ¡cuánto desee escuchar esas palabras salir de tu boca!, ¡cuántas veces esperé a que tú me lo pidieras! Pero, ahora es imposible. Ya he tomado la decisión de alejarme por tu bien. Tu corazón tan puro, tan abnegado te impediría verme sufrir y quizá hasta te sacrificarías por mí. Pero tú no mereces eso, tú mereces lo mejor, vivir con ella y para ella… no para mí…

-Por favor June, te he buscado por tanto tiempo y ahora apareces aquí, ahora estás frente a mí…

¿Me buscaste? ¿Cómo no lo supe? Pero, si cada vez que te visitaba, escondida para que no pudieras encontrarme, nunca note tristeza en tu rostro, nunca supe que deseabas verme de nuevo. Siempre estabas a su lado, siempre sonriéndole, siempre protegiéndola y arriesgando tu vida por ella. No puedo pedirte nada, tu amor por ella es demasiado grande y no permite un lugar para mí. No puedo siquiera aspirar a compararme con ella.

-Shun… suéltame, por favor.

-Nunca, no voy a soltarte para que vuelvas a huir.

-No lo hagas más difícil. No debiste seguirme.

-No entiendo que es lo que te sucede, June, pero no voy a dejarte ir hasta que conversemos como es apropiado.

¿Apropiado? ¿Qué es apropiado en este momento? Todo lo que he hecho es porque creí que realmente era lo correcto, pero ¿será así? ¿Estaré haciendo lo correcto o solo me convenzo de que es así? Shun, has crecido tanto, puedo sentir tu fuerza a pesar de la delicadeza con la que tomas mis brazos; estás tan maduro, pero aún conservas esa pureza tan propia de ti, esa transparencia que obliga a cualquiera a hacerte caso. Pero cómo puedo decirte estas cosas, si con ello solo te provocaría lástima… ya no resisto, no soporto esto… mi corazón late tan rápido que siento que se va salir en cualquier momento, quiero llorar y desahogarme de una vez por todas…

-June, ¿por qué lloras? Déjame ayudarte, por favor. Tanto tiempo sin verte, pensé que te habías olvidado de mí, que no querías que te encontrara… mírame, June, por favor…

Shun tomó nuevamente el rostro de la joven y pasó suavemente su mano por aquella máscara, acariciándola. La miró intensamente, tratando de convencerla de quitársela, intentando transmitirle todo lo que sentía en ese momento.

¿Por qué me miras así? Oh, esos ojos tuyos, tan verdes, tan tranquilos, tan esperanzadores… como no perderme en ellos, como evitar ser atrapada por tu mirada. Apártate, por favor, o sino no podré contener mis sentimientos. Aléjate, o te arrepentirás de haberme detenido.

Entonces, al verla dudar, sin decir nada, quitó la máscara que cubría aquel rostro que tanto anhelaba ver. Su imagen quedó grabada a fuego en su mente. Ahí estaba aquella chica que voluntariamente se había quitado ese trozo de metal que la ocultaba del resto. En ese entonces, no había entendido el significado de aquella acción, era solo un niño preparado para ir a la batalla. Pero, cuatro años no pasan en vano y el recuerdo de ese momento lo había acompañado todo el tiempo. Había deseado encontrarla y verla, sí, verla, para comprobar que el sentimiento que descubrió después de terminar su participación en las guerras era real y no solo una ilusión.

En silencio, limpió sus lágrimas, acarició su rostro y se llenó de sensaciones hasta ahora desconocidas para él. Deseo acercarla más a él, abrazarla, impedirle que volviera a desaparecer. Con desesperación, la atrajo a sí y la rodeo con sus brazos en una evidente muestra de esos sentimientos que estaba descubriendo.

¿Qué es esto? ¿Qué ocurre? ¿Por qué me abrazas de esta manera? Quisiera que el tiempo se detuviera en este instante, que nunca te separaras de mí. Entiendo que la nostalgia te lleve a hacer esto, pero para mí es algo que nunca olvidaré. Sentir tu respiración agitada en mi cuello, tus brazos rodear mi cintura, incluso puedo sentir los latidos de tu corazón alterado. Oh, Shun, te amo tanto, no puedes siquiera imaginar lo que provocas en mí con tus acciones. Suéltame, por favor, que ya no puedo contener mis sentimientos, poco a poco siento que pierdo la cordura en tus brazos.

-June, deseaba tanto volver a verte, anhelaba encontrarte. ¿Por qué nunca volviste? Te necesitaba tanto, tu compañía, escuchar tu voz…

Sigue, sigue hablando Shun, no te detengas… necesito escucharte para darme valor y revelarte mi verdad…

-Por ahora, prométeme que te quedaras a mi lado, aunque sea un tiempo, por favor.

-¿Quedarme? ¿De verdad quieres que me quede?

-Claro, necesito que aclaremos muchas cosas.

-Shun, yo tengo que decirte algunas cosas… necesito hacerlo antes de aceptar lo que me propones, porque quizá después de eso querrás que me vaya…

-Nunca podría desear que te fueras, recién vuelvo a tenerte a mi lado…

-Yo he estado todo este tiempo junto a ti, Shun, observándote, contemplándote, admirándote desde lejos, en las sombras…

-¿Has estado aquí todo el tiempo? Entonces, ¿por qué te mantuviste alejada de mí? ¿Por qué impediste que te viera?

-Por mis sentimientos… y por ella, aquella a la que has jurado tu lealtad…

-¿Atenha?, pero no entiendo… ¿cuáles son tus sentimientos, June?

-No puedo competir por tu amor, ya que se lo has entregado a Athena y como caballero tu vida depende de ella. Además, he visto tu felicidad al estar a su lado, he visto como la miras con admiración y cómo estás dispuesto a morir por ella. Yo no soy nadie para interponerme en tu camino, no quiero tu lástima y no quiero que te sacrifiques por mis sentimientos…

Ya, lo dije, solté toda mi verdad y ahora vendrá el final. Solo espero que me perdones Shun, que me perdones el haberte amado con locura, si con locura, porque mi amor a estas alturas ya no tiene nada de racional. Mi amor por ti es eterno, nunca morirá. Sólo espero que no me odies después de esto, pero estoy casi segura que no debido a tu nobleza, esa que me enamoró de ti.

-¿Lástima? June, yo nunca sentiría eso. Además, mi amor por Athena es algo muy distinto al amor que puedo sentir por una mujer. Esa clase de amor solo lo he sentido por…

-Yo sé eso, sé que lo que sientes por ella es devoción. Por eso mismo no puedo aspirar a entrometerme, no puedo alejarte de ella… Shun, yo…

-Te amo, June…

¿Qué acabas de decir? Repítelo, repítelo muchas veces para poder creerte, que aún suena como un sueño para mí… eso debo estar soñando, pero el sonido de su voz al decir esas palabras tan anheladas en secreto por mi corazón fue tan maravilloso, tan real que estoy segura que no es así.

-Te amo, June… lo diré todas las veces que necesites para convencerte.

La chica levantó su cabeza y se quedó mirándolo incrédula. Esos ojos jamás le mentirían y ellos le transmitían el amor que jamás pensó recibir.

-Yo también te amo, Shun. Te amo tanto, tanto que… - no pudo seguir; la alegría se transformó en lágrimas que salían presurosas de sus hermosos ojos.

Así se quedaron, abrazados, aferrándose a ese sentimiento mutuo que al fin compartían.

Entonces el joven, con su mano levantó el rostro de la chica por el mentón y fue acercando sus labios a los de ella, buscando esa cálida caricia que siempre había anhelado desde el día que la vio. Los centímetros que los separaban fueron acortados y lentamente se unían en un leve roce de amor puro. Pero, poco a poco la desesperación se hizo presente y el beso se fue intensificando, como si con él pudieran llenar todo el vacío que habían sentido esos cuatro años. Cuando al fin calmaron sus emociones, se separaron sonrojados y agitados por las emociones que les proporcionó aquel primer beso de amor.

Nunca pensé que esto pudiera hacerse real, siempre fue un sueño imposible para mí. Ahora que estás aquí, que puedo comprobar tu amor, tengo por seguro que siempre viviré amándote…


Nota de la autora: Esta idea que se me vino a la mente y no pude desecharla hasta que la terminé. Quería escribir sobre esta linda pareja, espero les haya gustado. Selitte :)