NARUTO.
CONDENADOS DE LA SOLEDAD.
Hola un coordial saludo a las personas que leen los fics que escribo n.n este es una historia de 4 songifcs espero les guste, dejo los links para que puedan escuchar la musica, se los recomiendo, por otra parte aviso a todos que los siguientes dos capitulos los subire lo mas pronto posible en un maximo de 15 dias.
Dedicado a , -gaa y a cada una de las personas que me han dedicado un review ¡GRACIAS!
Este song fic se me ocurrió después de escuchar la canción del tercer capitulo, aquí les dejo los links por si quieren escuchar la música al leerlo (solo péguenlo), espero les guste.
(Naruto es de Kisimoto sensei –espero te des cuenta de lo magnifico que es el HinGaa- y las canciones de Metallica. No me pertenecen.)
h t t p : // mx. youtube. com/ watch? v=0REV30zeJiE
¡¡¡ANIMO!!!
Capitulo 1: "El imperdonable" THE UNFORGIVEN.
Una persona no puede decidir en que momento o familia nacer, una fuerza mas allá de la razón designa esas verdades, se dice que los seres humanos nacen libres y puros, pero conforme crecen son corrompidos por el medio donde habitan.
En el mundo de los shinobis nacer en una familia de alto rango o de línea de sangre sucesoria puede marcar tu vida de una forma impredecible.
Sangre nueva se une a esta Tierra,
Y rápidamente el es sometido…
Mediante un doloroso y constante castigo,
El joven aprende sus reglas.
Con el tiempo el niño asimila,
Este niño azotado innecesariamente,
Despojado de todos sus pensamientos.
A tiempos diferentes, en lugares diferentes, dos seres eran esperados con ansias en este mundo, sobre ellos cayendo un destino tal vez injusto, pues siquiera se ha pedido su opinión. Aun no nacían cuando quienes les esperaban buscaban y trataban de manipular las estrellas de sus destinos.
El joven no para de luchar y el sabe…
De su promesa que se hizo para si mismo:
"que nunca a partir de hoy…
Le quitarían su voluntad..."
Cuando sus ojos se abrieron a diferentes momentos, sus vidas se marcaron pues aunque quisieran luchar, estarían sumergidos en aquel ambiente que manejaría sus vidas, sin importar cuando esos ojos perdieran brillo, siempre se les exigiría más. Cada año de vida pasaría desapercibidos para ellos, pues seria tan natural hasta muy tarde que se diesen cuenta que siempre fueron movidos tras los hilos de quienes vivían a su lado.
Lo que he sentido,
Lo que he sabido,
Nunca ha aparecido en lo que he demostrado.
Nunca ser,
Nuca ver,
No veré lo que pudo haber sido.
Lo que he sentido,
Lo que he sabido,
Nunca ha aparecido en lo que he demostrado.
Nunca libre,
Nunca yo,
Entonces os nombro: "El imperdonable".
Intentar huir de esos destinos manipulados es difícil, una lucha desgastante que poco a poco acaba con los sentimientos más puros de aquellos inocentes corazones.
Las lágrimas dejan de correr en las pupilas aguamarina, y la coraza de odio sin emoción aparece para cubrir el alma quebrantada por aquella soledad, por aquella pérdida del ser el mismo, por la ausencia del amor.
Las lágrimas son constantes en las pupilas blanquecinas y queda desprotegidas ante aquel hostil entorno que trata de exigirle más de lo que puede en ese instante dar, expuesta su alma quebrantada por la soledad, perdida en si misma por la ausencia del amor.
Ellos dedican sus vidas…
A dirigir todo esto,
El intenta congraciarse con todos,
El es este hombre amargo.
Con los últimos vestigios de aquel corazón puro que nació, intenta cumplir las expectativas en la búsqueda de un poco de compañía, por una caricia o una simple sonrisa. Intenta con sus fuerzas lograr cumplir las expectativas de todos menos las de si mismo.
Es curioso que pase igualmente en dos puntos diferentes en tiempos diferentes, personas diferente en su exterior pero idénticos al interior, espejos que se reflejarían si estuviesen frente a frente.
A lo largo de toda su vida,
Ha combatido constantemente,
Esta lucha que el no puede ganar.
Ellos ven un hombre cansado que ya no se preocupa,
El viejo entonces se prepara…
Para morir arrepentido.
¡Ese viejo soy yo!...
Y con los años pasados se vuelve todo tan cotidiano hasta darse cuenta que ese ser ha dejado a un lado gustarles, ya no se preocupara mas por ellos, tomando el valor de buscar su propio camino, huyendo por un túnel que escavan por la oscuridad, en el secreto para no ser jamás descubiertos, para no ser detenidos y poder huir.
Acabaron con el espíritu puro, dejando solo sobras de un alma que pudo cambiar al mundo, y los ojos se apagan en su egoísmo, encerrándose en sus ilusiones, en el cariño que solo encuentran en sus propios sueños. ¡Oh desdichadas almas! ¡Si tan solo se encontraran, compañía se harían!
Lo que he sentido,
Lo que he sabido,
Nunca ha aparecido en lo que he demostrado.
Nunca ser,
Nunca ver,
No veré lo que pudo haber sido.
Lo que he sentido,
Lo que he sabido,
Nunca ha aparecido en lo que he demostrado.
Nunca libre,
Nunca yo,
Entonces os nombro: "El imperdonable".
- Para vivir debo matar… y tu eres mi presa…
Estas palabras eran dichas por un pequeño pelirrojo que no tendría más de los 8 años de edad, un ya shinobi de la Arena. El hombre adulto miraba con terror a ese niño de cabellos fuego y ojos como el mar, mantenía una mirada sin remordimiento y lo único que pudiera indicar una expresión en aquel níveo rostro era la sádica sonrisa en sus labios. El hombre estaba envuelto en arena, que le ajustaba el cuerpo con gran fuerza, se le dificultaba respirar.
- Me sentiré vivo…
El hombre entro en pánico ya que aquel niño lo asesinaría de forma cruel y el dolor mas intenso había comenzado. Parte de la arena comenzó a presionar en una de sus extremidades superiores, se retorció sobre el miembro hasta que el hombre grito con fuerza al sentir como se reventaba su brazo.
- "Yo soy Gaara… no me preocupa nadie… mi única forma de existir es eliminando a quienes se acerquen… es mi forma de sobrevivir…"
Los alaridos de dolor que emanaban de la garganta de aquel hombre eran escuchados a los alrededores, pero nadie se atrevería jamás a hacer nada, el no se atrevió a ayudar a nadie cuando estuvo lejos, sabia que nadie le ayudaría en ese momento. Las extremidades de aquel hombre fueron reventadas una a una, destrozados de manera lenta que la mutilación hacia que solo deseara la muerte.
La arena absorbía el vital liquido rojo cual vampiro, pero el rostro del pelirrojo se mostraba aquella satisfacción de quien ha sobrevivido, esa muerte era para el rectificar su existencia. Miro los restos de aquel hombre aun con vida sus ojos se apagaban lentamente, sufría, gritaba y fastidiado ya de aquella situación la arena le hizo desaparecer la cabeza.
- … Estoy vivo…
Lo que he sentido,
Lo que he sabido,
Nunca ha aparecido en lo que he demostrado.
Nunca ser,
Nunca ver,
No veré lo que pudo haber sido.
Lo que he sentido,
Lo que he sabido,
Nunca ha aparecido en lo que he demostrado.
Nunca libre,
Nunca yo,
Entonces os nombro: "El imperdonable".
- ¡Hinata como es posible que tanto tiempo de entrenamiento no sirva de nada!
- Lo siento padre –respondía una pequeña de cortos cabellos azabache.
- Olvídalo eres una inútil, seguro que ni a Gennin llegas a ser… ahora mi única esperanza es tu hermana menor que a pesar de ser un bebe muestra mejor aptitud que tu… inútil.
Hiashi hacia la última sentencia a su hija al tiempo que salía del dojo donde entrenaban, su rostro se mostraba rígido y en sus ojos se leía la decepción hacia su primogénita.
Cuando el hombre se alejo, saladas perlas corrían por las níveas mejillas de la pequeña ojiblanco, poso sus tiernas manos sobre su corazón presionándose a si misma, reconfortándose sola, como desde que tenia memoria.
- "Nadie necesita una inútil como yo… estoy sola… solo me tengo a mi misma, el único amor que recibiré será el mío"
Entonces salió de aquella estancia dirigiéndose a su habitación, pero al pasar por el salón principal de la mansión observo a su padre acariciar tiernamente la cabeza de su hermana menor, hacia tantos años su padre no tenia contacto físico con ella de forma afectuosa, decidió no llorar, pero aun su paso era casi a rastras. Cuando llego a su habitación solo atinó tumbarse sobre su cama y llorar hasta quedarse dormida, perdiéndose en los sueños e ilusiones de que algún día alguien la amase, y cuando llegase esa persona no le importaría nada ella lo amaría.
Nunca libre,
Nunca yo,
Entonces os nombro: "El imperdonable".
Tu me designaste…
Ahora yo te designare…
Entonces os nombro: "El imperdonable…".
Al nacer nadie elige a la familia donde será recibido, y en base a ese grupo de personas que te recibe en el mundo comienzas a conocer la vida, si dentro del seno familiar la violencia, ausencia del afecto y soledad es lo que se vive, las criaturas crecerán incompletas tratando de buscar en ellos mismos en efímeras ilusiones o acciones aquello que les ate a la vida.
Los amigos son aquella familia que puedes elegir, un especie de pacto que te une a otros seres para convivir, para apoyarte y si tu núcleo familiar es malo, esta familia secundaria será el pilar de vida para aquellos seres que busquen pequeños halos de luz en la oscuridad.
Se dice que la persona amada, es aquella que refleja en el exterior lo que tu eres por dentro en lo mas profundo de tu sub cociente, lo que eres cuando estas a solas, esos pensamientos que jamás dices, que nunca efectuaras.
¿Es posible que en este mundo basto, dos condenados a la soledad se puedan encontrar?
Nunca libre,
Nunca yo,
Entonces os nombro: "El imperdonable".
Tu me designaste…
Ahora yo te designare…
Entonces os nombro: "El imperdonable…".
Una joven de cabellos oscuros leía profundamente aquel enorme libro que hablaba sobre el funcionamiento de las terminales nerviosas y el cerebro, sobre las conexiones del chakra, etc. Suspiraba después de terminar cada capitulo para comenzar sus practicas sobre un inocente animal.
- Discúlpame se que no debería hacer esto contigo, procurare no les sea doloroso –mencionaba a un pequeño conejo que se encontraba inconsciente sobre una mesa de madera oscura- procurare y me esforzare para que sobrevivas.
La joven comienza con una serie de sellos, después de canalizar cuidadosamente su chacra, estudiaba en secreto, experimentaba métodos más avanzados de los que su maestra le enseñaba.
- "A mi aun no me enseñan esto… después de todo apenas tres años me uní al grupo de estudiantes de Tsunade sama… aunque es mas que conocido que ella solo ve con talento a Sakura" –Hinata Hyuga le había rogado a Shizune mano derecha de la Hokage que la entrenara en la medicina, esta acepto gustosa de tener a su primera pupila, y solo ella reconoció el talento de la morena impulsándola a que reforzara conocimientos también a lado de Tsunade. Su esfuerzo por su vida ninja había sido solo de ella, pues a su familia poco le importo cuando se hizo gennin, chunnin e incluso la dificultad de convertirse en jounin no fue algo que compartieran con ella, sin embargo se mantuvo firme y fuerte pues sus amigos, su verdadera familia jamás la abaldonaba eso lo había aprendido y nunca lo olvidaría. Su adición a la medicina ninja les había importado muy poco pues después de todo, los líderes de la familia planeaban mandarla a la rama secundaria. Así que ante esos incentivos Hinata entrenaba cada día mas fuerte en la medicina pues tal vez de esa manera lograría hacerse un milagro.
Años habían pasado desde que Sabaku No Gaara fuera nombrado Kazekage de la aldea oculta en la Arena, y aun así el hombre estaba lleno de enemigos aun dentro del mismo concejo de su aldea. Pero les era útil, pues el pelirrojo que alguna vez fue el temerario demonio era el protector más fiel y desinteresado de su aldea. Justamente eso ultimo era lo que le hacia perseguir a un par de criminales de rango S.
Se había adelantado al grupo y estaba solo frente a dos poderosos enemigos que eran la peor escoria, asesinos, adictos, traficantes, violadores y por si era poco pedófilos. Los ojos aguamarina no disimulaban la repulsión a esos eres, y aun manteniendo el control sobre la arena comenzó una dura batalla.
Pasaron minutos eternos, Gaara iba ganando la batalla pero mal herido, una sensación extraña invadía su cuerpo, miro al hombre que estaba muriendo a sus pies que aun respiraba dificultosamente pero sonreía.
- Idiota… caíste sobre mi… jutsu, ahora morirás… en vida e dado a… puntos cerebrales… con exactitud… estarás en… estado vegetal… toda tu vida… a… menos que… se apiaden de… ti y te… maten.
Gaara sintió menguar su cuerpo, su vista le fallaba, sus extremidades eran igual, estaba por caer al suelo cuando sintió que le sujetaban, observo dos rostros bien conocidos y sonrió débilmente.
- …Los quiero… -dijo con resignación sabiéndose sus ultimas palabras decidió dedicárselas a las primeras personas que se atrevieron a darle una oportunidad, que se atrevieron a estar con el en su cambio, los únicos por quienes comenzó a preocuparse de forma personal aparte de si mismo, la única familia que tenia, sus únicos amigos… en su mente se vinieron un flashazo de imágenes con ellos y callo en un profundo sueño.
Temari y Kankuro se miraron curiosos, Gaara tenía varios golpes y heridas de gravedad, debían atenderlo rápidamente, se debatían si volver a su aldea o ir a la aliada, realmente lo segundo era la mejor opción por dos razones: estaba mas cerca y la legendaria Tsunade estaba ahí.
- Estarás bien hermano –dijo Temari acariciando el cabello rojo de aquel cuerpo inerte que cargaba el castaño sobre su espalda.
- No te preocupes Temari, Gaara se repondrá.
Nunca libre,
Nunca yo,
Entonces os nombro: "El imperdonable".
Hospital de la Hoja.
- ¡VAMOS RAPIDO! ¡QUIERO A TODAS MIS ALUMNAS AQUÍ A MI LADO! –gritaba una rubia de voz firme, la figura mas importante de la aldea oculta en la Hoja.
Pronto un grupo de mujeres jóvenes kunoichis se aceraron comenzado el trabajo que conocían, que habían practicado y al cual ya estaban adecuadas. Una joven de cabello azulado y ojos color perla trabajaba tímidamente sobre el pecho de un hombre que yacía inconsciente sobre la camilla del hospital.
Varias horas mas tarde aquel cuerpo que había sido atendido se encontraba en un cuarto solitario, un hombre pelirrojo reposaba con una tranquilidad sepulcral que podría decirse que estaba muerto. Afuera una mujer rubia de cuatro coletas abrazaba a un hombre castaño que tenia el rostro pintado, los ojos marinos de la mujer se inundaban con sus propias lagrimas y sollozaba sin poder evitarlo, sollozaba aun olvidando todo el entrenamiento que recibió, nadie le había preparado para eso.
- ¿Pero esta segura Tsunade sama? –insistió el castaño.
- Si lo estoy, Gaara esta muerto, su cerebro no responde.
- Pero dijo… que aun respiraba por si mismo, ¿Cómo es posible?
- Su cuerpo mantiene funciones básicas, pero ya no esta ahí, Gaara es un vegetal… creo que lo mas digno para un hombre como el…
- ¡NO! –Grito la rubia girándose a buscar la mirada marrón de la otra rubia mayor- no me interesa si piensa que esta muerto, se que Gaara despertara, quiero que lo sigan atendiendo.
La mayor miro aquellos ojos decididos, entendía bien que se aferraba a la pequeña esperanza de vida sobre un cuerpo ya sin alma, un vegetal que jamás respondería, pero entendió a los hermanos de la Arena, pues ella hubiera dado lo que fuese por tener esa esperanza con sus seres amados.
- Lo tendremos aquí hasta que ustedes decidan darle la muerte, pero como dije ahora solo es un vegetal –sentencio la mujer que dio media vuelta y comenzó su andar.
- ¡espere! –Grito la rubia de cuatro coletas- ¡no quiero a cualquiera cuidándolo, exijo que tenga la mejor atención no me importa cuanto cueste! ¡No me interesa si piensa que esta muerto en vida, quiero que sea atendido por usted misma, que este alguien siempre con el!
- Lo entiendo –dijo la mayor girando su rostro a verlos, miro esos profundos ojos decididos, no perdería la esperanza tan fácilmente- Yo revisare a tu hermano cuando crea necesario, pero pondré a una de mis alumnas a su exclusivo cuidado –con esto ultimo se marcho sin mas.
Continuara…
