Aqui les presento un fanfic basado en el Elsword. Trataré de mantenerlo corto (3 capitulos) y terminarlo cuanto antes. La temática principal es el Yuri. El foco de la historia se centrará entre un triangulo amoroso entre 3 de los personajes involucrados.
Solo para aquellos curiosos los personajes de esta historia han elegido las siguientes clases:
Eve: Código Némesis
Elesis: Corazón ardiente
Lu: Noblesse.
Todos los demás: irrelevante (usad la imaginación como os plazca)
La imagen de portada ha sido dibujada por Fi-Man/Frontpic from Fi-Man, He's a talented artist so make sure you cheek out his works . www pixiv net/member_ ?mode=medium&illust_id=59204851 . Be aware of NSFW. (Remember to ad the dots to te link since fanfiction doesn't allow to write links)
Los nombres y referencias al juego de la historia se corresponden con su traducción oficial al español.
Elsword y todos sus personajes son propiedad intelectual de Kog.
Faltaba poco para el anochecer cuando los buscadores del Eldrit terminaron de montar el campamento. No muy lejos de Ranox, donde aún quedaba una pequeña parte del bosque sin haber sido abrasada por el volcán. Todos habían preparado las tiendas de campaña y se congregaban alrededor de una hoguera para pasar el rato antes de irse a dormir.
No muy apartados del campamento, en un claro entre las cenizas y los arboles chamuscados, Elsword y Elesis estaban en plena sesión de entrenamiento. A pesar del corto e inestable periodo de paz y tranquilidad del que disponían ambos se negaron a descansar ociosamente y mantuvieron su rutina de ejercicios.
Ambos espadachines blandían sus espadas sin miedo y sin contenerse, confiando el uno en la fuerza del otro, entrenando con el objetivo de estar a la altura del rival antes que la necesidad de sobreponerse. Pero esta actividad fue interrumpida por los quejidos de Elsword.
- Tío, menuda hambre, me comería un poru asado entero, con pezuñas y todo.
Elesis evitó reírse del comentario de su hermano, pero le concedió de todas formas el final del entrenamiento, ambos recogieron sus espadas y echaron a andar hacia el campamento. Fue entonces cuando Elesis se fijó en una inusual espectadora.
- Hola Eve, ¿has venido a ver entrenar a los maestros?
Apoyada contra el tronco de un árbol se encontraba la Némesis Nasod, se incorporó en cuanto Elesis la saludó y se dirigió a ella.
- En realidad quería pedirte algo Elesis – le dijo Eve - ¿Podrías acompañarme a Ranox?
- ¿Ahora? Ya es casi la hora de cenar, ¿Es que no te quedas en el campamento? – respondió Elesis.
- Por supuesto que no, y no te preocupes por la cena.
Eve concluyó esa última frase con una ligera sonrisa, casi imperceptible, pero lo bastante como para hacer que Elesis se quedase boquiabierta.
- ¡Así que puedes sonreír de verdad! Mierda, le debo cien mil ED a Elsword ahora…
- Elesis, si aceptas sin rechistar pasaré por alto el hecho de que hayáis apostado sobre mi capacidad expresiva – la sonrisa en el rostro de Eve se había ido para dejar en su lugar su usual rostro inexpresivo.
Elesis se despidió de su hermano, Eve le pidió a que avisase a los demás para que no las esperasen, y echaron a andar hacia Ranox. Desde donde estaban llevaría alrededor de media hora, y el sol estaba ya a punto de ponerse.
- ¿Y bien, que necesitabas de mí? – preguntó Elesis mientras caminaban por un sendero monótono.
- En realidad, quería hacer algo para agradecerte tu ayuda en Belder, pero a causa de los recientes acontecimientos no he tenido la ocasión.
- ¿Eh?, pero, no es necesario que hagas nada por eso. Solo cumplía con mi deber – respondió Elesis.
- No te preocupes, tómatelo como mi forma de presentarme apropiadamente.
- Eso me recuerda que no sueles hablar mucho, Eve.
- No suelo hablar cuando no hay nada que decir, si es a lo que te refieres. Por otra parte, nadie de nuestro grupo parece la clase de persona que podría ofrecerme una conversación interesante.
El camino empezaba a ensancharse a medida que se veía el muro que rodeaba a la ciudad de Ranox, se podía oír la maquinaria de las minas de los enanos incluso desde allí.
- Bueno, está ese niño obsesionado contigo – sugirió Elesis – Seguro que podríais hablar de Nasods y esas cosas…
- De lo único de lo que podría hablar con ese niñato insolente es de como clavar su cabeza en una lanza – respondió Eve con un claro tono irritado.
- Oh vamos, a mí tampoco me cae bien, pero tampoco voy por ahí amenazando con degollarle – dijo Elesis con una risa.
- Elesis, te he dicho que yo no hablo cuando no hay nada que decir, ¿verdad?
Elesis se detuvo un momento al enterarse de que Eve no estaba bromeando, pero luego dio unos pasos apurados para alcanzarla de nuevo.
- Está bien, mejor no hablemos de ello.
Eve le dio la razón con un ademán de la cabeza. Habían alcanzado ya las puertas de la ciudad y hacían cola para que los guardas fronterizos las dejasen entrar.
- La seguridad ha aumentado mucho ¿No? – dijo Elesis.
- Acaban de pasar una crisis que pudo haber acabado no solo con la destrucción de la ciudad, sino de todo Elios, yo creo que ni siquiera están siendo lo bastante precavidos – se detuvo para dar un suspiro de resignación – pero de todas formas que iban a poder hacer cuando a la hora de la verdad no pueden hacer más que confiar sus esperanzas en un grupo de niños de mejillas sonrosadas.
Elesis se rio del comentario de Eve, y finalmente las dejaron entrar en la ciudad.
- Por fin – exclamo Elesis, claramente irritada por tanta espera – Por favor dime que pronto dejaremos de caminar.
- No te preocupes, he reservado una mesa en el mejor restaurante de la ciudad para nosotras, ¿decías que tenías hambre, verdad? – dijo Eve, sonriendo de nuevo.
Elesis empezó a relamerse los labios, con bastante poca clase, mientras Eve la guiaba entre las calles de Ranox. Ninguna de las dos era consciente de la sombra que las había estado siguiendo desde que salieron del bosque.
- ¿Adónde crees que van, Ciel? – preguntó una Lu que se escondía detrás de una columna ante la mirada extrañada de la multitud.
- Están yendo hacia la posada – respondió Ciel, quien ya bien por seguir la corriente de su ama, o por interés propio, se ocultaba tras un periódico en el que había recortado dos ridículos agujeros a través de los cuales ver.
La pareja demoníaca se puso en marcha manteniendo una distancia prudencial para no ser detectada por Eve o Elesis.
Apenas cinco minutos más tarde ambas estaban ante la puerta de una posada digna da una reina. El edificio tenía unas dimensiones tan grandes que Elesis se extrañó de no haberse fijado nunca en él, además de su aspecto lujoso y fuera de lugar en contraste con el ambiente industrial de Ranox.
- Esta posada ha estado mucho tiempo cerrada, cuando llegué a Ranox no tenía pensado rebajarme a dormir en el suelo en una tienda de campaña de nuevo, así que pedí al dueño que preparase la posada para mi estancia.
- Espera, ¿Has reservado para ti la posada entera?
Eve asintió como si fuese algo obvio, pero Elesis se quedó con una expresión a cuadros.
- Con la cantidad de pueblecitos en apuros que he salvado hasta ahora, el dinero no es ningún impedimento – explicó Eve.
- Aun así, ¿no es un poco excesivo? – replicó Elesis.
Eve se encogió de hombros y entró en el edificio, una vez en el recibidor habló con quien parecía ser el posadero. Un hombre de unos 40 y largos que vestía un esmoquin negro azulado.
- Yo voy a subir a mi habitación a cambiarme. ¿Te importaría esperarme en el comedor?
- Claro.
El posadero acompañó a Elesis a un gran salón lleno de mesas, todas ellas sin sillas alrededor, excepto la suya. El comedor había sido adornado con velas, cortinas de seda y todo lujo de detalles innecesarios de mencionar. Un ambiente bastante romántico.
Elesis se sintió abrumada por tanto lujo, pero entonces recordó que Eve era en efecto la reina Nasod, por lo que esta clase de caprichos debían ser su día a día normal. Entonces sintió como si le hubiesen derramado un jarro de agua helada. Eve había ido a cambiarse, pero Elesis se miró a si misma. Como había estado entrenando, sus botas estaban sucias y llenas de tierra y barro, su pantalón tenía las rodillas rasgadas y el culo lleno de tierra por haberse sentado y para colmo se había puesto su abrigo blanco con las puntas y el borde quemados.
Llevo puesta mi ropa para entrenar en un salón digno de la nobleza… Tampoco es que Eve me diese la oportunidad de cambiarme, pero aun así… menuda vergüenza
Elesis pensaba en esto mientras miraba de un lado para otro, tratando de averiguar la reacción de los empleados de la posada, que no paraban de ir de un lado para otro. Debían de pensar que tenía mucho morro para acompañar a una reina con semejante aspecto.
- Elesis, espero que no te haya hecho esperar mucho – dijo Eve, que acaba de entrar al comedor.
Eve lucía un precioso vestido negro, de falda ancha y bordillo de encaje sin mangas, con unos guantes de hombro alto a juego con el vestido. Elesis se fijó en como lo que parecían un par de botas altas asomaban por debajo de la falda, y en como Eve vestía un ajustado corset a pesar de no "llenarlo" por completo.
- Vaya, estás… preciosa – dijo Elesis mientras se miraba de nuevo, pensando en una excusa.
- Gracias, no te preocupes por eso Elesis, los caballeros no tienen traje más elegante que su armadura – le dijo Eve al notar la inquietud de Elesis sobre su vestimenta inadecuada.
Mientras tanto, fuera, en un callejón oscuro.
- ¡¿Todo el edificio ha sido reservado por Eve?! –gritó Lu.
- Eso parece, no podremos entrar haciéndonos pasar por meros clientes – respondió Ciel
Lu se tomó un rato para pensar, momento que Ciel aprovechó para intentar disuadirla.
- Lu, ¿Por qué quieres irrumpir en esa velada?
- Esas dos, están tramando algo – dijo Lu – He visto a Eve mirar a Elesis a escondidas durante estos días, y ahora de repente esto.
- Es probable que Eve solo estuviese esperando la mejor ocasión para invitarla.
- De eso nada Ciel, no era eso, reconozco esa forma de esconderte para mirar a alguien sin decirle nada. Esto no es una cena de agradecimiento, Eve ha metido a Elesis en una cita – chilló Lu con tono impaciente.
Ciel suspiró.
- ¿Y eso a nosotros nos afecta en…?
- Ciel, mira que eres cortito, te he dicho mil veces que esa reina Nasod – Lu hizo una pausa para asegurarse que nadie más escuchaba - ¡Tiene que ser mía!
- ¿Y eso por que?
- Ya te lo he dicho, necesito alguien para complementar mi corona, pero todos los reyes de este mundo humano son ridículos, no pueden ni proteger su propio país. Pero Eve parece alguien capaz. Y por supuesto está el detalle de que… bueno, es una belleza – Lu dijo esto último sin mirar a Ciel directamente.
- ¿Y…? – Ciel se disponía a preguntar cuando Lu le interrumpió.
- Una sola pregunta más y no dejare que vuelvas a acariciarme el pelo durante un mes entero.
Ciel levantó las manos en señal de rendición.
