Hola! .. etto, decidí arreglar un poquito Azul Dorado ya que tenía unos pequeños errores... sólo los mejoré! ^^ no hice ningún cambio drástico, si fuera así, avisaría a todas =) ¡Disfruten y gracias por seguir mi fic inexperto RenxPilika n.n!
Azul Dorado - by AshyKara Tao
Tan extraño pero intenso era el sentimiento. Ren se movía de forma tan energética y libre que hizo que pensará que disfrutaba entrenando. Suspiro. Pareciera que entrenar 3 horas seguidas para Ren era pan comido (y así era).
-¡Ren!- Llamo su hermosa hermana -Un amigo tuyo vino a visitarte…- dijo sonriéndole amablemente para luego guiñarle el ojo. Ren se sonrojó y terminó su posesión de objetos.
-Bueno hermana vamos…-dijo mientras avanzaba hacia ella mientras que ésta se adentraba a la casa, bueno…mejor dicho a la gran mansión Tao.
Era enorme. Contaba con cuarenta y nueve habitaciones totalmente equipadas, tres cocinas extensas con todo lo necesario (y refrigeradores llenos), dos salas de entrenamiento especial y veintitrés piscinas (diesicéis temperadas y siete normales) … si siguiera describiendo esto no terminaría nunca así que continuemos.
Ren avanzó hacia las duchas (que eran bastantes también) y comenzó a ducharse eliminando todo el sudor molesto. Al terminar se amarró una toalla a la cintura y salió del baño para irse a su habitación (que también era enorme xD).
Mientras en la sala de la mansión lo esperaba un chico de pelo azulado, vestido con unos shorts negros y una polera azul marino con aquellos simbolos característicos de los ainu.
-Ren ya viene, tu sabes que tarda un poco en vestirse y arreglarse…-comentó Jun mientras le servía un poco de jugo.
-Muchas gracias, Jun- sonrió el chico mientras tomaba un sorbo de aquel rico néctar de durazno.
-Asi que vienes a buscar a Ren…-comentó mientras tomaba asiento enfrente del shaman de hielo y lo miraba con una sonrisa ligera.
-Así es, tengo pensado visitar a Yoh, hace mucho tiempo que no lo veo y creo que a Ren le gustará ir también…-respondió Horo Horo.
Jun sonrió.
-Yo iré también…-dijo la voluptuosa taoísta mientras se ponía de pie –si es que..quieren…-dijo mirando a Horo quien sólo sonrió y asintió.
-Claro que puedes, Jun, además eres nuestra amiga –Jun ensanchó su sonrisa.
En ese momento bajo Ren, vestido con unos pantalones de seda negros y una camisa de seda tambien aunque de un color morado oscuro del que resaltaban pequeños detalles dorados.
-¿Qué tanto hablan?- pregunto frío como siempre y cruzándose de brazos.
-Ah, Ren como eres por Dios…-dijo Horo poniéndose de pie. –Andando hombre, vamos a ver a Yoh…-
Ren se sorprendió y luego asintió cerrando los ojos y avanzando.
Los tres salieron y se dirigieron al auto de Horo Horo para irse al aeropuerto.
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Mientras en la pensión Asakura había un caos tremendo. Ryu había traído a toda su pandilla y habían hecho una pequeña fiesta aprovechando que Anna había ido a Izumo para hablar con la abuela de Yoh y que no llegaría en un buen rato. Y Manta…sufría considerablemente por tener que limpiar todo, ya que Anna le había encargado ello y quien sabe las cosas que podría hacerle al pequeño enano si no cumplía al pie de la letra con sus mandatos.
-¡¡Ya dejen de hacer desorden!!- grito el enano mientras que los demás no escuchaban y los que alcanzaron a escuchar no hacían caso alguno. –Vaya.. no pienso limpiar todo esto.-dijo Manta soltando la escoba y cruzándose de brazos haciendo un leve puchero.
Yoh avanzó hacia él y le dio un breve golpecito en el hombro, apoyándolo, luego avanzó hacia Ryu y lo llamó.
-Don Yoh… lo siento es que…mis amigos se comportan así cuando están en ..confianza…-dijo Ryu haciendo una muy exagerada reverencia.
-No te preocupes, Ryu, pero necesito que limpien todo, Manta no puede hacerlo todo solo… ¿entiendes?- le respondió amablemente Yoh mientras que sonreía.
Este asintió y llamo a todo su grupo. -Hey muchachitos, se me ponen a limpiar toda la pensión, no quiero holgazanes, si no limpian... -su mirada cambió a algo siniestro- no veremos la telenovela de las ocho en casa de Ball Boy (N/A: no se me ocurré que otro nombre puede ser x'D)- los amenazó, todos asintieron y comenzaron a ordenar con muchas gotitas en su nuca. El shaman de la espada de madera comenzó a hacer la cena con ayuda de Manta. Yoh suspiró y decidió ir a descansar al patio un rato.
Bueno hasta aquí el primer capítulo... continuaré con el segundo. ¡Gracias por leer!
