N/A: Dedicado a mi amiba Aby :3... Espero que sea de su agrado también! Especiales agradecimientos a: Lyn, Sofi, Xhian y Aby xD


¿Cuánto había pasado ya? ¿Quince minutos? ¿Media hora? Miles Edgeworth miró el reloj de su teléfono celular. No, sólo habían pasado sólo cinco minutos desde que le había mandado el mensaje de texto a Wright. Cinco eternos minutos.

Suspirando con desgano, el fiscal apoyó su brazo sobre su escritorio para luego posar su cabeza sobre su mano. Miró también sin ánimos los papeles que tenia pendientes para leer, firmar o archivar sobre el mueble, la verdad que ahora su mente no estaba en condiciones para trabajar con ellos. Estaba agotado porque no había podido descansar bien, tenía un poco de resaca, los recuerdos del día anterior eran demasiado relevantes como para dejarlo concentrarse en otra cosa…

Miró otra vez al aparato: seis… no, siete minutos desde que le había mandado el mensaje. ¿Qué podía estar haciendo Wright? Por la hora que era, seguro que no estaba en la corte… Miles ya había probado llamar a su oficina, pero tampoco había tenido éxito contactando al abogado. Entonces volvió a suspirar con un dejo de derrota.

Wright no podía estar ignorándolo… ¿verdad? Es decir, no era algo que fuese a hacer, no iba para nada con su personalidad. Sobre todo luego de lo que había pasado entre ellos dos el día anterior.

El fiscal le había llevado unos archivos de un caso de hacía unos años atrás para ayudar a su compañero con su investigación y por esa razón se encontraba en el departamento Wright. Más tarde, un cliente adinerado del abogado defensor se había pasado por allí para dejarle un sake muy, muy caro y delicioso, en agradecimiento por haber salvado a su hija de prisión la semana anterior. Al cabo de una hora más o menos y luego de haber revisado todo los papeles y datos que Miles le había llevado a Phoenix, ambos se habían dejado llevar por el sake y ninguno de los dos había quedado del todo consciente de sus acciones luego de casi terminárselo; pero eso tampoco significaba que lo que había venido después (Miles se sonrojó un poco al recordar lo que le había hecho a Phoenix) no había sido cosa de poca importancia. Tanto para uno como para el otro.

Ya habiendo perdido la cuenta de cuántas veces lo había hecho, el fiscal de magenta volvió a suspirar. Lo que había hecho con Wright había significado mucho para Miles, ¿pero qué para el otro? Y entre más esperaba que la respuesta llegara a su teléfono móvil, más nervioso se ponía.

Los ebrios y los niños no mienten. Ninguno de los dos era un niño, pero ambos sí habían estado un tanto… pasados de copas. Y lo que se habían dicho, confesado, había sido para Edgeworth como sacarse un peso de encima.

Entonces, éste volvió a mirar la hora: diez minutos desde que le había mandado el mensaje a Wright. En ese momento también notó que se acercaba la hora de marcharse a casa y por ello Edgeworth decidió guardar y ordenar todo el papeleo para tratar de despejar su mente, pero no tuvo éxito alguno. Una vez que había terminado, se dirigió a recoger su abrigo y marcharse. Pero cuando estaba a unos segundos de abrir la puerta, su celular reclamó atención: le había llegado un mensaje.

Con un poco de temor aunque lleno de curiosidad, Miles leyó las palabras que la pequeña pantalla le mostraba. De pronto una brillante sonrisa se dibujó en su rostro, salió rápido de su oficina, y tuvo que hacer lo imposible para contener sus ganas de ir corriendo hasta su auto.


Ah, disculpa que no te respondí hasta recién! Acabo de llegar de la oficina y me olvidé el celular aquí. Con gusto cenaría contigo :) Dónde?
De: Phoenix Wright. Mensaje recibido el día miércoles XX- Ago-20XX a las 18:22 p.m.