Pareja: UsxFem!Uk
Disclaimer: Himaruya Hidekaz creo Hetalia y por lo tanto es su culpa que este obsesionada con este anime/manga y escriba fics al respecto.
Advertencia: Nada en particular
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Toda su vida había creído, quizás de una manera algo ingenua, que algún día, de alguna forma su príncipe azul aparecería para rescatarla, se sentía algo tonta ahora a sus 17 años al considerarlo. Esas historias pertenecían a sus libros, ya había esperado demasiado, él no se presentaría. Debía aceptar su realidad por triste que fuese.
Recordó con algo de nostalgia cuando a era pequeña y Scott se burlaba de ella por la misma razón. En esa época se tomaba las historias de manera mucho más literal y nadie podría haberla culpado, ya en entonces su hermano mayor era el demonio en persona. No era extraño que dejara sus zapatos abandonados en cualquier parte, se dejara crecer exageradamente el cabello, persiguiera a los conejos blancos, o buscase la cabaña de los enanitos en el bosque. Por supuesto los vecinos decían que era rara pero por otro lado ellos no vivían con ese monstruo pelirrojo que más que un niño parecía la rencarnación de todas las brujas y madrastras malvadas que conocía.
Al crecer había dejado esos hábitos, pero aun así esperaba que algo sucediese, que su vida cambiase de un día para otro. Pero eso no había ocurrido y ya se había cansado, todas esas esperanzas no eran más que un desesperado anhelo por cambiar la realidad, no habían mundos mágicos en armarios, hadas madrinas ni príncipes azules. Y ella no era ninguna princesa
El ruido de alguien llamando a la puerta interrumpió su ensimismamiento, sin mucho ánimo se levantó del sofá y se dirigió a abrir. No estaba segura como lucia su rostro al ver a aquel visitante, un chico rubio bastante alto, ni delgado ni musculoso, con lentes cubriendo sus ojos azules. No lo conocía pero algo le agradaba de él. Ni siquiera lo creía posible, carecía de total lógica, para empezar ¿Qué hacia ahí?
-Hola, me llamo Alfred Jones… me acabo de mudar a la casa de al frente- hizo un gesto a su espalda donde aun podía distinguirse un gran camión blanco y un par de hombres cargando cajas- sé que suena algo descortés pero me preguntaba si podías prestarme algo de café.
-No hay problema- se dio media vuelta y antes de dirigirse a la cocina musitó- …por cierto, soy Alice Kirkland, un gusto conocerte
-Lindo nombre, Alice
La chica no pudo evitar sonrojarse, mientras buscaba el café se repitió una y mil veces que debía calmarse un poco, el chico solo estaba siendo amable, no podía reaccionar así, no es como si pudiese enamorarse solo habiendo cruzados solo unas cuantas palabras. O tal vez, solo tal vez así era como empezaba su cuento de hadas.
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¿He mencionado que adoro a Alice? Es que como personaje me hace pensar en un cuento de hadas, de hecho no creo que el nombre sea ninguna coincidencia (sé que el nombre no es oficial, pero es de los que más se usan)
Espero que les halla gustado este mini-fic , no olviden dejar reviews y hasta las próxima, ¡bye!
