Mi final deseado
Mi final ya estaba llegando y seria inminente. Un paso más y caería al vacio desde este acantilado. Nadie me podría salvar. Y yo así lo quería, si él no estaba junto a mí, ya nada valía la pena.
Aun no entiendo como he sobrevivido tanto sin él. Pero lo hecho, hecho esta y no hay marcha atrás.
No le he dicho nada a nadie, no quiero que sufran buscándome. Lo sabrán todo cuando encuentren mi cuerpo. O si no es así, no se lo que pasará…
Se que suena muy egoísta no pensar en ellos, pero mi vida se había convertido en la de un muerto viviente. Prácticamente ya no estaba con ellos, solo estaba mi cuerpo, por eso no vale la pena seguir aquí, si no hay nada que me guie hacia adelante.
Y volviendo al presente, me dije: -Ya es la hora.
Y con un fuerte suspiro, avancé un paso al vacio y cerré los ojos para esperar la caída.
Otro pasó y ya estaba cayendo, sentía el viento azotándose contra mí y podía experimentar la adrenalina en mi interior.
-Pronto estaré donde tú estés, aunque no me puedas ver. Te amo, ahora y siempre- dije mentalmente y preparada para el gran golpe contra el agua.
Pero sentí una gran ráfaga de aire y como el sonido el agua se hacia mas distante. Cuando abrí los ojos, me quede impactada. Había muerto muy rápido y sin dolor. Una gozada, pensé con ironía.
Porque delante de mí estaba Edward, más perfecto que en mis falsas ilusiones, que no le hacían justicia alguna.
Me miraba con ojos oscuros, de enfado. Supongo que fue, porque le prometí que no haría nada estúpido, pero gracias a eso, él estaba junto a mí.
-¿Por qué lo has hecho?- me dijo con la voz impregnada de dolor
-Quiero estar junto a ti- dije con voz pastosa por el agotamiento.
-Te dije que no hicieras nada estúpido, que vivieras feliz- dijo como si quisiera llorar.
-Pero no quiero vivir si no es junto a ti, ¿Qué no lo entiendes?- dije empezando a enfadarme.
Pero todo enfado se esfumó cuando me miro a los ojos, y no me pude contener. Me tiré a sus brazos y lo abrace tan fuerte como pude. No quería que se fuera, me daba igual que fuera una ilusión como las anteriores.
-No te vayas, no me dejes de nuevo. No sabes lo que he pasado- Dije llorando contra su pecho.
-Intenté alejarme para que siguieras con vida. Pero veo que eso es imposible- dijo con una sonrisa-, igual de imposible que yo pueda vivir sin ti- añadió con tono serio pero con añoranza.
Y en menos de un segundo sentí sus labios helados contra los míos.
Como extrañe esa sensación. Y no quería dejarla nunca más.
Quería mi eternidad junto a él. Y como si me hubiese leído la mente. Me dijo: -Nunca te dejaré, no puedo vivir sin ti, no puedo. Lo intente para mantenerte a salvo, pero no puedo.- dijo con un suspiro- y mi familia esta igual que yo, te echa mucho de menos.
-Los extraño mucho- le dije- ¿Podemos ir a verlos?- le pregunte con emoción.
-Se alegraran mucho- dijo volviendo a besarme- Te amo- me susurro en el odio- siempre y para siempre
-Para toda la eternidad- y esta vez le besé yo demostrándole todo mi amor y anhelo.
Esto es todo lo que yo quería, mi eternidad con él.
Un sueño muy fácil de cumplir. Y se que seré muy feliz junto con él.
Junto con el hombre que se alejo de mí para protegerme.
