Título: Juegos
Rating: T
Pairing: LxLight muy muy angst.
Genre: Romance, angst.
Advertencias: Esta es una volada mental, conste que lo he dicho.
Disclaimer: Death Note no me pertenece, es propiedad del dúo dinámico Tsugumi Ohba y Takeshi Obata. El gran anime es de Madhouse.
Atraparás a Kira, es lo que llevas pensando desde que entraste en el caso. Lo atraparas, tienes todo lo necesario para hacerlo. Incluso un sospechoso.
Yagami Light.
Hijo inmaculado, estudiante modelo. Hermoso e inteligente. Demasiado perfecto, piensas. Demasiado perfecto como para no tener nada que ocultar. Los seres así no existen, y tú te encargaras de probarlo.
Atraparás a Kira y bajarás de su pedestal a Yagami Light.
Lo observas por las cámaras. En su interminable actuación. Ríe y bromea con su madre y hermana. Termina sus deberes, estudia. Se acuesta temprano y es un ejemplo de responsabilidad.
Demasiada responsabilidad en un adolescente de sólo diecisiete años. Claro que es un genio, y para jóvenes anormales tienes tu propio caso ¿no?
Pero esto no está sobre ti. Esto está sobre Kira. Y sobre tu sospechoso.
Lo observas, mientras duerme, mientras se baña, mientras come, mientras estudia. Y nunca hay falla, nunca hay duda en su cara, nunca hay frustración. Siempre apacible, siempre.
No logras pruebas incriminatorias. Debes sacar las cámaras, no lograste demostrar nada a nadie.
Salvo a ti.
Yagami Light no existe, es sólo una fachada.
Calificaciones perfectas.
Nada menos de lo que esperabas de Kira.
Y de ti.
Das el discurso junto a él, sabes que los demás te miran raro. Pero no te importa, nunca te ha importado. Eres mejor que cada uno de ellos, y lo sabes. Sólo el que está a tu lado puede hacerte competencia. Pero lo vencerás en su propio juego.
(Soy L)
No puedes ver su mirada, pero sientes –casi palpas- su corazón bombear más rápido y su respiración entrecortada. Claro que si no fuese Kira quizás también tendría aquella reacción.
Te da la mano y dice que te admira. Dice que te admira y que ojala atrapes a Kira. Lo ves en sus ojos, ves los cálculos que hace en su cabeza. Sabes que la presión que debe estar sintiendo es asfixiante.
Pero es demasiado perfecto como para demostrarla.
Las próximas semanas, son sólo juegos. Juegos mentales, tu eres el gato y él el ratón. Fingen ser amigos, fingen ser grandes compañeros, buscando cual de los dos tiene una mejor máscara.
Eres el gato y él el ratón. Y en el primer paso en falso que de cualquiera de los dos, el juego terminará.
Que bueno que tú nunca te caigas.
Aparece un nuevo Kira. No tan perspicaz como el primero –Light- pero aún peligroso. Con tu propio sospechoso intentan encontrarlo, atraparlo.
No lo logras. Quizás en esa pequeña batalla Yagami Light te ha ganado.
Pero eres tú quien después encierra a Misa Misa.
Y es él mismo quien viene contigo –ustedes- para que lo confines.
(Es posible que yo sea Kira.)
¡Cuánto descaro!, no es posible, es verdad. Él es Kira, no es una probabilidad, es un hecho. No tienes pruebas, pero ahora las tendrás.
Mantienes tu rostro estoico. El juego debe seguir.
Y seguir, y seguir.
Lo encierran por más de cincuenta días. Atrapado, torturado. La presión para él debe ser inaguantable.
Todos los días te lo grita. Soy inocente.
Pero no lo es. Desde el séptimo día sus ojos se han suavizado, han perdido el aire calculador. Pero es Kira. Es Kira y aunque su rostro grite inocencia, su alma ya esta marcada con la culpabilidad.
Finalmente, después de la última prueba, no tienes más remedio que liberarlo. Bajo tu mando, claro.
Las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana juntos. Unidos por una cadena.
Y el juego. Aún eres el gato y él el ratón.
Su cara puede ser más amable, su personalidad más correcta. Pero es Kira. En un pasado, en un presente, en un futuro. No tiene importancia, tú eres la justicia y tú lo llevaras a su fin.
No puedes evitar sentirte cómodo con él. Con el asesino. Con la persona que está planeando tu muerte.
Pero…
… es tan como tú. Es tu igual. Si hubiesen estado en el mismo bando, quizás habrían podido ser amigos, piensas.
Pero quizás nunca hubieses conocido al verdadero Light. Al que ingenuamente desprecia a los que no son como él, al que odia perder, al que su orgullo es otra parte de su persona. Tú lo sabes, porque eres igual.
Y sientes en un rincón de ti, algo que pensabas no tenías. Miedo. Yagami Light es como una versión diferente de ti. Es tan parecido, para a la vez tan diferente.
Y mientras te habla, mientras te convence de que atraparan a Kira.
No puedes evitar el leve pesar, de saber que cuando todo termine él ya no estará aquí.
La justicia se encargará de ello.
Tú.
Cuando está durmiendo no puedes impedir mirarlo fijo, él sabe que siempre lo haces. Después de todo es tu trabajo ¿no?
Tan tranquilo en su pocas horas de sueño. Tan joven… el pensamiento viene solo a ti, tan joven. Apenas dieciocho años, con toda una vida por delante. Tan brillante. Pero es un asesino.
Y te enojas, te frustra el saber que ha arruinado su vida por un sueño infantil.
Pero no te importa más allá de eso. Serás tú después de todo quién lo despierte.
Eres el gato y él el ratón en éste juego maldito.
Los dos concordaron las reglas, recordando ser Kira o no.
Eres L, y nada cambiará eso.
Light se mueve intranquilo en su sueño. Con respiración entrecortada nombra a su padre y despierta agitado. Te ignora y vuelve al trabajo.
Eres L, y nada cambiará eso. Ya has llegado demasiado lejos como para rectificar.
Ahora has nombrado con una palabra la sensación que te deja Yagami Light.
Atracción.
Simple y clara. Y no te sorprende. Al fin y al cabo, sólo una persona como Light podría despertar tu interés total. Solo un espejismo de ti mismo podría estimularte.
Estás encadenado a él. De forma psíquica y física.
El juego que tanto han jugado tiene una nueva luz.
Aún eres el gato y él el ratón.
Mientras están juntos, sientes el poder. Sientes el control de tener debajo de ti a Kira. De tener control sobre Kira. Y no sabes si el placer es por el propio acto o por la epifanía de tu realización.
Nunca te ha interesado el control. Siempre lo has tenido.
Y una parte de ti sabe que sí tienes el control, también es porque Yagami Light no quería subir tu nivel de suspicacia. Pero lo ha hecho.
Sucumbes con un nombre en tu boca mientras tu visión se descolora y sientes por unos instantes que el cielo existe.
Light no dice nada. No tienes nombre después de todo.
Y esto siempre ha sido un juego. Nunca ha estado sobre nada más.
Light se aleja y reposa, tu igual. Pronto volverán al trabajo y a la rutina.
Nunca hablan de lo que hacen. Ambos saben que era una posibilidad después de más de tres meses encadenados.
Y Light también se siente atraído por ti. Quizás por eso la leve culpabilidad que tienes después de gritar Kira, cada noche.
Su relación es tan pragmática como cada cosa en sus vidas.
Detective, sospechoso y compañeros de cama. La rutina la saben de memoria: levantarse, bañarse, trabajar, comer, dormir, follar.
El juego aún sigue.
Nunca ha terminado. Y nunca ha estado sobre algo más.
Pero cuando su mano roza la tuya, no evitas repetírtelo rápidamente. Intentando convencerte.
No puedes tener apego emocional hacia Yagami Light. Eso sería firmar tu sentencia y su triunfo.
Y esa noche prefieres cerrar los ojos que ver los de Kira. No quieres saber lo que podrías ver. Tienes miedo de que para Yagami Light esto dejara de ser un juego.
(Mientras estemos unidos, es evidente que moriremos juntos)
Tanta pasión, tanta seguridad en su voz. Prefieres no mirarlo porque sabes la verdad. Puede que no sea Kira en el momento, pero cuando lo sea…
Esto siempre ha sido un juego, y que para él haya dejado de serlo no significa que para ti también. Pero sus palabras, por un instante desearías que fueran verdad. Pero es solo un instante.
Te pide que lo veas a los ojos, te pregunta si son los ojos de un asesino.
¡Y no lo son!, tienen tanta esperanza, tanto fuego, tanta inocencia. Son tan claros. Pero lo ves, en el fondo, reflejando los tuyos propios. Y lo ves, Kira está ahí. Lo quiera o no.
Terminan como siempre, golpes y patadas. Es Matsuda quien los separa, aunque saben que no habría sido necesario. Después de esto algo ha cambiado entre ustedes.
Pero las reglas del juego siguen igual.
La última noche que están juntos, no sabes que será la última. Pero el ambiente es más melancólico que otras veces.
Todo es igual, pero cuando culminas ves sus ojos, y te reflejas. Y ves tantas cosas. Ves un futuro. Ves una vida. Ves sueños perdidos. Ves bajo el cinismo de tu propio carácter. Y lo ves a él. A Yagami Light. No a Kira.
Y mientras tocas la fina línea que separa la realidad de lo maravilloso. Y pronuncias por primera vez su nombre.
(¡Light!)
No Kira.
Ambos terminan. Jadeando. Buscando sus respiraciones. Y sonríes. Y no es como otras veces, estás sonriendo, porque sí. No necesitas un motivo. No necesitas nada. Salvo la propia sonrisa en el rostro que tienes al lado.
Pero el juego sigue. Ya no sabes si son las mismas reglas. No sabes quien va ganando o perdiendo. No sabes si eres tú o él.
Por un momento, piensas que Kira no importa. Piensas que L no importa.
Piensas que en tus veinticuatro años de vida nada importa. Y quisieras tantas cosas. Quisieras que la efímera felicidad que tienes durara más. Quisieras que nada de esto sea sobre un juego. Quisieras creer que Light no es Kira.
Pero eres infantil. Pero eres mal perdedor. Y si Light no fuese Kira, te habrías equivocado.
Y tú nunca te equivocas.
Después de todo, L vale más que tu efímera felicidad.
Aún cuando eso significa destruir a Yagami Light.
El juego tendrá que continuar.
Han atrapado a Higuchi. Aunque éste ya está muerto. Pero tienes el arma ejecutora.
Death Note.
Y tienes al shinigami.
Estás a un punto de ganar. Respiras tu propia victoria. Nunca antes un caso ha sido tan personal como éste.
Light se pasea por tus lados. Sus ojos han vuelto a ser tan afilados como cuando se conocieron. Su rostro ha tomado de nuevo la fachada de perfección.
Y cuando te mira te das cuenta. Te vigila. Te observa. Planea sus movimientos.
¿Desde cuando él es el gato y tu el ratón?
¿Desde cuando empezaste a caer?
Tú lo bajarías de su pedestal, no él a ti.
Debes probar el cuaderno. No te importa que te acusen de ir contra la ética. Ya lo han hecho, y ya lo has hecho. Tus métodos siempre han sido pocos ortodoxos, y si es necesario matar para poder llevarle su justicia a Kira, estás dispuesto. El fin siempre ha justificado los medios.
Y más cuando la fría mirada de Kira se posa en ti. Light es Kira. En un pasado, en un presente y en un futuro.
Esto siempre ha sido un juego. No importa si alguna vez sentiste que era inocente. Light está perdido, y tú no puedes ayudarlo. Nunca pudiste. Y si lo hubieses hecho…
… habrías tenido que admitir que estabas equivocado.
Y nada de lo que posiblemente sientas vale tanto como para admitirlo.
Está casi lista la prueba. Verificaras las reglas del cuaderno. Y si tus hipótesis son correctas. Kira será ajusticiado.
Eres la justicia.
Eres la justicia.
Pero todo se empieza a desmoronar. Watari no responde.
(All Data Deletion).
Watari no responde. Intentas razonar ignorando la perdida. ¡El shinigami, el shinigami!
(El shinigami ha-)
No puedes hablar. El dolor en tu pecho, el indescriptible dolor en tu pecho no lo permite. Ataque al corazón. Estás muriendo.
Estas perdiendo.
Y es tan lento, tan lento, y tan rápido porque sabes que cuando cierres los ojos ya no despertaras.
Estas cayendo y ya nada puede sostenerte.
Pero Yagami Light te afirma y cae junto a ti. Pero Yagami Light se aferra a ti y tú a él, pensando que quizás puedes vivir.
No es así. Son tus últimos segundos. El gran L esta acabado. El ratón se comió al gato.
Y miras su rostro. Su mueca desviada, sus ojos con rastros de locura. Los ojos de Kira.
Intentas recordar los ojos inocentes de Yagami Light. Los ojos esperanzadores que contaban un futuro nuevo. Los ojos que te hicieron pronunciar su nombre.
Ya no están. Yagami Light es Kira. Y Kira es Yagami Light.
(Lo sabía… yo no estaba… equiv-)
Perdiste.
El juego se acabó.
¿Pero era un juego?
¿Era un juego sentir la adrenalina recorrerte cuando estabas junto a él?
¿Era un juego sonreír al ver su sonrisa?
¿Era un juego el haber ignorado a cada persona, salvo a él?
Esto nunca estuvo sobre un juego.
Necesidad, interés, atracción…
Uno de los dos caería. Esas eran las reglas que impusieron. Y sabes que si hubieses probado que él era Kira, ahora él estaría aquí, en tu lugar, en tus brazos. Muriendo.
Nunca fue un juego.
Pero ya estás muerto como para intentar dilucidar algo más.
Después de todo. Los detectives como tú no se enamoran...
(¡¡Ryuuzaki!!)
...Y en las reglas eso nunca estuvo acordado.
Notas de la autora: uff, este es el primer esbozo Slash que he escrito. Realmente no pienso que L y Light se amaron y blablabla, pero entre ellos hubo algo indescriptible. Obsesión, atracción, interés o quizás qué, pero hubo algo.
Espero haber mantenido a los personajes IC y lo mayor canon posible, preferí hacerlo más apegado al manga, por eso falta la escena de la lluvia. Hay bastante entre líneas que espero haber podido plasmar bien, cualquier duda preguntar.
No sé si hacer una segunda parte del punto de vista de Light, espero sus opiniones.
