Hola! He aquí yo jaja con otro fics LenxMiku como siempre xD, y etto…
Va dedicado a mi Pequeña, Tierna y Pervertida Akuma-chan Hime c: más conocida como NattyBezariusPhantomhive.D que hoy 19 de junio de 2012 está de cumpleaños! :D jeje feliz feliz feliz cumpleaños Natty! Espero que te agrade mi pequeño regalito (Daisuki hontonii ^^)
Espero no decepcionar a nadie es primera vez que escribo algo como esto… habrá lemmón escrito por mi o.O
Disclaimer:Dejo en claro que ninguno de los personajes me pertenece, son de Vocaloid que pertenece a Yamaha Corporation entre otros... y solo hago esto con fines de diversión.
¤§•§¤ Lo más importante ¤§•§¤
▪*▪ Comenzando la investigación ▪*▪
En el año 1856, el gran y conocido dúo de detectives privados… los gemelos Kagamine, se encontraban en su lugar de trabajo (el edificio de patrullas o grupos de agentes de Scotland Yard), revisando los últimos casos que se les habían asignado. La mayoría de ellos eran de personas desaparecidas, asesinatos comunes, intentos de estafas hacia las familias reales… etc…
Estos gemelos eran excepcionales. A una corta edad habían demostrado una gran inteligencia y madurez… cosa que no era muy común.
La mayor de los gemelos, Rin con sus 18 años de edad era una chica muy inteligente, con sus ojos azules y su cabello rubio corto en el cual siempre llevaba un moño blanco sobre la nuca. Su forma de vestir era bastante a la moda en esa época. Casi siempre usaba vestidos con colores marrón, amarillo, y hasta color crema, que venían adornados con encajes negros los cuales eran muy voluminosos, pero a la misma vez elegantes, según ella eran muy cómodos. Al principio para Rin fue un poco difícil ganarse el respeto de sus colegas dado a su sexo. Pero con el tiempo fue demostrando una gran habilidad para resolver casos muy complejos junto con su hermano. Finalmente, se ganó la reputación que merecía. (Sin contar que ella había sido la única mujer en conseguir trabajo en Scotland Yard en toda la historia de ese grupo de agentes)
Por otra parte, el menor, Len con también 18 años de edad, era un joven prodigio, también tenía ojos azules y cabello rubio, que amarraba en una alta pero pequeña coleta atada con un listón negro. Sus trajes eran elegantes la mayoría del tiempo, y usaba un sombrero negro que era típico de él.
Estos hermanos gemelos venían de la prestigiosa familia Kagamine, de donde surgían grandes detectives… lamentablemente estos hermanos eran huérfanos. Ya que toda su familia había sido asesinada hace 6 años atrás por personas que jamás fueron encontradas… y pues, Len y Rin desde ese día, a su corta edad, juraron encontrar a los asesinos de su familia, para así hacerlos pagar.
Por el momento mientras aun buscaban pistas… se dedicaban a resolver casos muy complicados y extensos, pero siempre habían logrado llegar a la verdad.
–Len creo que ya hemos hecho mucho por hoy, será mejor que descansemos se está haciendo tarde – pronunció aquella rubia para luego dar un gran bostezo.
–Está bien… terminaré de revisar estas peticiones… hay algunas muy interesantes – respondió él sonriendo.
–¿Hay algún caso que llame la tu atención en particular? Hace tiempo no resolvemos algo que valga la pena.
–Pues… ¿Qué me dices de este? – agregó Len mostrándole la carta con la petición a su hermana mientras comenzaba a explicar en qué consistía – esta es de la Familia Hatsune, prestigiosa, adinerada, a punto de pasar a ser parte de la cadena de familias reales, definitivamente una de las grandes potencias de esta ciudad… pero hace 5 meses la esposa del duque Hatsune fue asesinada brutalmente; su hija la encontró en la cocina de la mansión con múltiples golpes y cortes por todo su cuerpo. Según el informe de los forenses que examinaron su cuerpo llegaron a la conclusión de que ciertos golpes solo pudieron haber sido gestados con aparatos de jardinería. Mientras que los cortes fueron efectuados con utensilios de cocina. La torturaron por buen un tiempo… una muerte horrible para una persona que tenía una reputación tan limpia y pura como ella. Aun que aquí no está muy bien especificada la casusa de la muerte, no saben si fue por desangramiento, intoxicación por algún tipo de comida, o los golpes que recibió. Los forenses no hicieron un mayor trabajo.
–Hum…la señora Hatsune, hace un par de años atrás tuve el placer de conocerla… una persona muy agradable y buena, así que después de todos los rumores de su muerte eran ciertos. Pues se oye interesante, hace tiempo no recibíamos una propuesta de trabajo así… a demás, de la forma que dice ahí en la que esa mujer fue asesinada es algo… familiar no crees? Por casualidad este caso no tendrá algún tipo de relación con los asesinos que mataron a nuestra familia Len?
–Puede ser, pero no hay que hacerse ilusiones, espero que este caso sea diferente a los demás – respondió el rubio.
–Está bien, si quieres entonces mañana mismo enviaremos la carta de respuesta a que aceptamos tomar este caso, será mejor que te vayas a dormir ya es tarde, tal vez eres un genio pero también debes descansar – reiteró Rin… bueno, esto era bastante común en ella ya que al ser la mayor siempre sintió que debía proteger a su hermano pequeño, pero la mayoría de las veces pasaba lo contrario, típico de hermanos…
En ese momento Len hizo una mueca, pero terminó por obedecer…
Al día siguiente enviaron la carta de respuesta a la mansión Hatsune. Y no tardaron muchas horas en enviar de vuelta el permiso para dejarlos entrar en ese lugar que era protegido por bastantes guardias.
Len estaba emocionado con este nuevo caso, no podía ocultarlo, le agradaban estas cosas.
Los gemelos no tardaron mucho en subir al carruaje que los llevaría hasta la mansión Hatsune donde comenzarían su investigación.
Iban muy calmados… hasta que llegaron a la entrada de la propiedad. En seguida los dos comenzaron a observar detenidamente el panorama, todo rodeado por guardias, el lugar tenía mucha seguridad, era extraño que un asesinato de ese tipo haya ocurrido en un lugar así.
Después de que los revisaran los dejaron entrar. Y mientras recorrían el gran jardín delantero en el carruaje antes de llegar a la mansión algo llamó la atención del particular rubio…
A lo lejos por la ventana se veía a una chica… si… una chica particular que jamás había visto, traía su largo cabello color aguamarina suelto, con un poco de trenzado, era un peinado simple pero a la misma vez hermoso, usaba un vestido bastante elegante, parecía ser que había estado en un lugar importante minutos antes, pero… lo que a Len mas le llamó la atención fueron los ojos de aquella chica… aun que eran hermosos y del mismo color de su cabello, estos parecían no tener vida… sin brillo, sin esa chispa que se encuentra en cualquier chica con esa apariencia. Dedujo enseguida que aquella joven debía ser la hija del duque Hatsune… era más hermosa de lo que se podría haber imaginado.
–Len, ¿estás bien? – preguntó la voz de su hermana interrumpiendo sus pensamientos.
–Claro, a que viene esa pregunta…
–Es que… tienes la cara algo roja, ¿te sientes bien? – en ese momento Len se sorprendió… era algo muy extraño, pero era verdad…
–Seguramente no es nada – respondió el joven fríamente.
Su hermana hizo una mueca, a veces esa actitud por parte del rubio era molesta, pero nada se podía hacer contra eso.
Cuando llegaron finalmente se bajaron del carruaje ayudados por los sirvientes de la gran mansión. Y casi de manera instantánea el duque Hatsune se les acercó saludándolos cordialmente.
–Es un placer conocerlos por fin en persona – pronuncio la cansada voz de aquél hombre de alrededor de unos 45 años… alto, de cabellos color aguamarina, vestido de manera muy elegante, también de apariencia caballerosa.
–El gusto es nuestro – asintió Rin respetuosamente asiendo una pequeña reverencia. En ese momento Len y el Duque Hatsune estrecharon sus manos, y como siempre, Len era hostil…
–Me alegra muchísimo que hayan tomado en cuenta mi carta, siéntanse en su casa, le doy la autorización de recorrer cada metro cuadrado de esta mansión, han ocurrido cosas extrañas últimamente, comienzo a temer por la seguridad de mi familia – explicó el aguamarina con una expresión triste.
–No se preocupe, le aseguro de que nosotros resolveremos todo – alentó Rin…
–Pero les advierto, esto es peligroso… he contratado mas detectives privados, pero todos ellos murieron, fueron heridos de manera irreversible y algunos huyeron sin dar ninguna explicación, espero que ustedes no me decepcionen – agregó el jefe de familia.
–Nosotros, no somos como los demás detectives, se lo aseguro – corrigió Len de manera indiferente.
Luego comenzaron a observar a su alrededor y varios de los sirvientes y algunos familiares se encontraban ahí formados, todos se notaban nerviosos por la llegada de estos dos detectives que eran bastante reconocidos en el departamento de Scotland Yard hasta la época.
Los gemelos en seguida fueron invitados a entrar en la mansión. Se les trató muy amablemente, pero en realidad eso a ellos no les importaba mucho, estaban ahí para hacer su trabajo. Por lo que en seguida pidieron la presencia de los sirvientes de más confianza que habían en la mansión, junto a los familiares que la habitaban antes o después de que ocurriera el asesinato de la Señora Hatsune.
Tardaron un poco, pero cuando se vio que estaban todos reunidos, era hora de comenzar a preguntar los nombres y distinguir algún signo sospechoso en cada uno de ellos.
–Bien, primero necesito que nos presente a cada uno de ellos – señaló Len al Duque Hatsune, quien en seguida obedeció.
–De acuerdo – dijo parándose y dirigiéndose a unas mujeres que se encontraban algo alejadas del grupo en la gran sala – aquí les presento a mi prima Meiko Sakeni, hace poco tiempo vino a visitarnos junto a su esposo, el doctor Kaito Shion – señaló el Duque presentando a la mujer que usaba cabello castaño corto, recogido en un simple peinado, y usaba un vestido color vino, y se encontraba junto a su esposo, que tenía el cabello de color azul y poseía una mirada algo… depravada, por así decirlo. Luego de eso, el jefe de la familia, se acercó a unos cuantos sirvientes que estaban ahí – ellas son Teto Kasane y Gumi Megpoid, se encargan de mantener todo limpio y en orden con ayuda de las demás sirvientas – ellas saludaron cortésmente con una reverencia, Gumi tenía el cabello verde y corto, y Teto usaba dos coletas altas, era de cabello rizado de color rojizo, las dos usaban trajes de sirvientas y parecían jóvenes… en seguida el Señor Hatsune se acercó a un hombre de apariencia fuerte, algo intimidante a primera vista, de cabello largo y morado el cual amarraba en una alta coleta con algunos mechones que cubrían algo de su rostro, él era Gakupo Kamui, uno de los jardineros, casi siempre se encargaba de cuidar a las demás sirvientas de cualquier cosa.
Después el Duque se acercó y presentó a Luka Megurine, la cocinera principal de la mansión, una bella joven de cabello rosa largo. Una mirada verdaderamente encantadora, ella era simple, todos la apreciaban y querían mucho, aun que claro… solo una apariencia no confundía a los gemelos de que todos ahí eran sospechosos.
El siguiente en ser presentado fue Kiyoteru Hiyama, él era el mecánico de la mansión, tenía el cabello castaño oscuro, usaba unas gafas, pero eso no le quitaba lo atractivo.
Luego el señor se acercó a unas mujeres que estaban algo distanciadas de los demás en esa gran sala. Eran dos chicas rubias, una parecía obviamente más joven que la otra. El Duque presentó primero a la mujer rubia que traía el cabello suelto… y era la hermana menor de su fallecida esposa… era la señorita Lily, parecía tener unos 30 años.
Y la siguiente fue la otra chica rubia, pero su cabello era más oscuro, tenía una mirada seria pero a la misma vez serena, su cabello estaba recogido en una alta coleta a un costado de su cabeza, y sus ojos eran de color miel, parecía atractiva, pero a la misma vez se notaba tímida.
–Ella es mi sobrina, Neru Akita – dijo el señor Hatsune colocando su mano sobre el hombro de aquella joven. Ella hizo un leve saludo hacia Len sonrojándose… él solo ignoró eso haciendo una mueca casi imperceptible – mi hijo mayor Mikuo llegará en cualquier momento, en este momento se encuentra en sus clases con la espada – afirmó aquél señor.
–Bien, lo interrogaremos cuando llegue, por ahora nos dedicaremos a hacerle preguntas a todos ustedes de lo que sucedió el día del asesinato, junto con mi hermano ya hemos leído el informe que nos enviaron, será mejor que no intenten engañarnos con nada – aseveró Rin con un tono autoritario, ella tenía el control de la primera parte de su interrogatorio, su hermano solo se dedicaba a observar detenidamente a cada uno de los involucrados. Y de alguna manera todos ya le temían a la Kagamine, aun que su rostro era angelical, su personalidad decía otra cosa, pero de ese modo todos asintieron y por mientras que hablaban con el jefe de la mansión los demás podían volver a sus labores diarias.
–Falta una – dijo Len cuando todos se habían ido y solo quedaba ahí el señor Hatsune.
–Perdón?
–Una chica, su hija. La vi en el jardín cuando entrábamos… en el informe decía que ella encontró a su esposa muerta, lo mejor sería interrogarla en este momento – cuando Len terminó su frase la expresión del Duque cambio completamente.
–Me temo que eso será casi imposible, mi querida hija rara vez habla desde ese trágico acontecimiento, sería un gran logro si hacen que les diga algo, ni siquiera yo la reconozco – la tristeza se podía ver claramente en el rostro de ese padre.
–Me agradan los desafíos – asintió el rubio tomando su sombrero y saliendo al jardín principal en busca de la joven – Rin, encárgate de interrogar a los empleados uno por uno, no dejes que ningún detalle se te escape, creo que esto me tomará algo de tiempo – su hermana asintió de mala gana, siempre le tocaba el trabajo más aburrido, pero Len siempre terminaba por resolver cada caso, su sistema funcionaba, así que debía seguir sus órdenes.
Mientras el rubio caminaba tranquilamente por el jardín en busca de la hija menor del duque solo observaba el lugar detenidamente, la base de toda sus investigaciones siempre se basaban en la observación.
Siguió caminando por algunos minutos y llegó al lugar a donde había visto a la joven aguamarina, pero al parecer ya no estaba, lo único que encontró en ese lugar fue un pañuelo blanco con la insignia de la familia Hatsune. Len se sentó en una banca que estaba por ahí pensando y tratando de deducir la personalidad de cada uno de los sirvientes que le habían presentado tan solo con su apariencia… y al final, todos tenían algo, aun que fuera pequeño, todos estaban de alguna manera involucrados, necesitaba saber sus cuartadas. De pronto una sutil voz interrumpió los pensamientos del chico.
–Encontraste mi pañuelo – la voz parecía apagada, pero a la misma vez hermosa. Len levantó su mirada y se sorprendió levemente por lo que vio. La hija del Duque Hatsune.
–Eres, más hermosa de lo que se esperaba – pensó en voz alta Len. Él nunca se relacionaba con nadie más que no fuese su hermana o con los involucrados en los casos que resolvía, en otras palabras… totalmente inexperto en cuanto se trata en relaciones sociales normales.
–Eso es demasiado atrevido de tu parte, pero tú debes ser uno de esos detectives privados de Scotland Yard que contrató mi padre ¿verdad? – el rubio asintió.
Atrevido… tal vez, bueno, eso no le importaba, pero en realidad… aquella chica se veía más bonita a corta distancia.
–Me presento, soy el detective Len Kagamine, junto con mi hermana gemela Rin estamos aquí para resolver el caso del asesinato de tu madre – dijo mientras rodeaba la aguamarina y la miraba detalladamente.
–Soy Miku Hatsune, no creo que necesites saber nada más. Pero, te vez demasiado joven para ser un detective privado – Len solo guardó silencio con el comentario de Miku.
En seguida ella se sentó en la banca y comenzó a mirar un punto desconocido, el rubio se sentía ignorado con esa actitud…
–Necesito que me digas como fue que encontraste exactamente el cadáver de tu madre masacrado en la cocina – pidió indiferentemente el joven… pudo notar enseguida cómo la expresión corporal y facial de la chica cambiaban radicalmente… ahora Miku parecía estar en shock, no se movía y había agachado la cabeza… pero sin importar nada mas Len continuó – soy el encargado de interrogarte sobre este caso, necesito que me confirmes si es verdad lo que decía en el informe, ¿las extremidades de tu madre estaban literalmente mutiladas con diversos cortes? ¿Tenía varios golpes en la cabeza de los que la mayoría eran mortales?...
–Detente…– pidió Miku en un hilo de voz mientras que lagrimas instantáneamente comenzaron a salir de sus ojos, pero Len en ningún momento lo notó y solo continuó.
–¿Tenía los ojos abiertos cuando la encontraste? – seguía preguntando sin parar en ningún momento – necesito que me respondas esto, y también quiero que me expliques tu coartada ese día a esa hora, eres una de las sospechosas principales, después de todo fuiste tú la que la encontró muer…– en ese momento Len no fue capaz de continuar con su oración, lo único que se escuchó en ese momento fue el golpe de una gran bofetada…
–¡Imbécil! Solo porque eres un detective privado no te da el derecho de decirme este tipo de cosas de esta manera! Estas completamente equivocado si crees que yo le hice algo como eso a mi propia madre! Yo la quería mucho… la amaba… era mi mejor amiga! jamás hubiera sido capaz de hacerle algo así ni a ella ni a nadie! Eres un idiota sin corazón al hablar así! Por si no te has dado cuenta yo tengo corazón! – gritó Miku entre llanto después de haberle pegado una gran bofetada a Len en el rostro. (Nota de la autora: perdón Len! xD pero te lo merecías jeje)
Después de eso Miku lo quedó mirando directamente a los ojos… él estaba particularmente sorprendido y tocándose con la mano la zona del golpe… vaya… esto era genial, recién la conoce y ya lo golpeó. Esto jamás había pasado… aun que cuando reaccionó del todo recordó una de las conclusiones que había llegado con el pasar de los años "las mujeres generalmente son más sensibles que los hombres…Art. Psicología Humana"
Pero la bofetada no era lo único que le había molestado a Len. Las lágrimas… el llanto… ese llanto desesperado, lleno de remordimiento y dolor que se había desatado en la chica era muy incómodo… tal vez había empezado muy rápido, pero jamás había tenido que lidiar con algo así. Por lo general sus casos los protagonizaban personas frías, sádicas, masoquistas, esquizofrénicas, nunca mostraban ningún signo de emoción en particular… pero esta chica, era completamente lo contrario, esto definitivamente iba en contra de todo lo que había aprendido en sus años como detective, pero… por la expresión de Miku… tal vez era verdad que ella no estaba involucrada en eso. Y ahora… un nuevo sentimiento había nacido en este chico… el arrepentimiento…
–Lo siento – se disculpó Len al ver que la aguamarina estaba arrodillada en el suelo llorando desesperada… involuntariamente se arrodilló frente a ella y con su mano tomó su mentón para que levantara la cabeza y poderla mirar directamente a los ojos. Ella se sorprendió con esta acción mientras que Len se le acercaba cada vez mas – no era mi intención hacerte sentir mal, pero soy una persona autista y debo admitir que no sé relacionarme con la gente de manera correcta, lo siento – susurró en su oído…
Ayudó a Miku a que se colocara de pié, y luego él se sentó en la banca a observarla.
–Si no quieres hablar sobre esto ahora no te obligaré, pero algún día tendrás que decirme todo lo que ocurrió…
–Ni siquiera te conozco, ¿por qué debería hacerlo? – preguntó Miku aun algo afectada con lo recién ocurrido – a demás… es peligroso que estés aquí, si sigues así terminarás igual que los demás detectives que vinieron a investigar este caso...
–Gracias por preocuparte, pero… te aseguro de que no será igual, ahora mismo acabo de hacer algo que los demás nunca lograron – dijo Len con modestia. Miku lo miró extremadamente confundida… el rubio soltó una pequeña risita al ver la cara de la chica – estoy hablando contigo ¿no? Estoy seguro de que ninguno antes pudo lograr eso.
La aguamarina se detuvo un momento a pensar… lamentablemente, era verdad, y… ¿Por qué estaba hablando con este chico que había sido tan grosero con ella?
–Sigues siendo… un idiota – aseguró dándole la espalda.
El rubio solo se limitó a observarla por ese momento, se veía tan serena con la vista al cielo aun que estaba dándole la espalda… y con esas pequeñas actitudes él ya se imaginaba como debía ser el tipo de personalidad de la chica…
–Y bueno… si no quieres hablarme de ti… ¿por qué mejor no me hablas de las personas que te rodean?
–Investigar eso… es tu trabajo – respondió fríamente la aguamarina.
–Es lo que estoy haciendo ¿no?
–Te pido por favor que me dejes tranquila, quiero estar sola…
–No me iré hasta que me respondas, si me dices lo que quiero saber te dejaré en paz, te lo prometo – en ese momento Miku hizo una mueca, se volteó a ver a Len, y él se sorprendió un tanto con lo que vio… aquella chica, estaba haciendo un esfuerzo muy grande al ahogar sus lágrimas, se notaba en la expresión de su rostro, la situación no podía evitar tener cierto grado de incomodidad, pero era algo que Len debía hacer.
Miku prosiguió en responder lo básico… no dio mayores detalles, a excepción de su familia, ya que la relación que tenía con los sirvientes era muy buena, ellos contaban mas como su verdadera familia. Por lo que comenzó hablando de su tía Meiko y su esposo el Dr. Kaito… últimamente se habían acercado más a la familia poco antes de que su madre fuera asesinada, sospechoso a primera vista…
Luego habló de su tía Lily… ella siempre tuvo problemas con su hermana, discutían a menudo, aun que la madre de Miku siempre intentaba mantener las cosas en paz, nunca se lograba, las razones de estas peleas realmente eran desconocidas por los demás… pero habían rumores de que años atrás antes de que Miku y su hermano nacieran, hubo cierto conflicto entre la señora Hatsune y su hermana Lily por el corazón del Duque… aun que esos son solo rumores, jamás se comprobó nada.
Más tarde su Padre… bueno, él había sido alguien de mucho apoyo, ella lo estimaba mucho, y había sufrido bastante con el repentino asesinato de su esposa. Cayó en una depresión por un tiempo de la cual le había costado librarse.
Seguida su prima Neru Akita… la verdad es que se llevaba bien con ella, pero había algo, una cierta barrera que impedía la comunicación sincera cuando se hablaba con esa rubia, era algo extraño. Sobre su pasado en realidad tampoco se sabía mucho, a excepción de que su familia entera había sido masacrada por unos ladrones… un robo que terminó muy mal, y ella fue la única sobreviviente ya que antes de morir sus padres la escondieron en un pequeño armario… ella vio toda la masacre con sus propios ojos… al menos eso explicaría un poco su actitud distante… nunca se llevó mal con alguien en la mansión.
Por último la aguamarina mencionó a su hermano mayor Mikuo Hatsune…era muy sobreprotector, siempre lo fue pero lo era más ahora que sentía la necesidad insaciable de proteger a su hermana de cualquier peligro. Pero esto casi siempre traía problemas de hermanos, ya que él la protegía demasiado… por esta razón Miku aprovechaba tanto el tiempo que tenía para estar sola y pensar en que sabe qué…
Y eso fue lo más que Miku quiso explicarle a Len, tardó bastante tiempo en hacerlo… a demás no le agradaba hablar sobre su familia, a veces ni siquiera se sentía con ese derecho, ya que pensaba que a penas los conocía.
La aguamarina volvió a darle la espalda al chico. Minutos después de un silencio incómodo Len se levantó y se acercó silenciosamente a Miku. Se quedó parado de tras de la joven… y de pronto ella comenzó a sentir que alguien estaba respirando en su cuello, se volteó muy asustada, pero se encontró con la pequeña sorpresa…
–Que crees que haces! – preguntó algo molesta.
–Solo me di cuenta… de que hueles muy bien – Miku se sonrojó levemente en ese momento.
–I..idiota… tu…
–En esta época no es bien visto que una dama esté junto a un extraño tan cerca el uno del otro, y a solas… – interrumpió una voz severa y seria que la chica reconoció en seguida… pero también provocó cierto grado de molestia en Len.
–Hermano yo…
–Así que tu eres Mikuo, el hermano mayor de la señorita Hatsune, te adelanto que no deberías preocuparte, yo solo estoy haciendo mi trabajo como detective privado – explicó Len sin inmutarse.
–¿Qué tipo de detective privado intenta coquetear con mi hermana menor? Los he observando – Mikuo no despegaba su mirada del rubio, quien tenía cara de indiferencia, apartó a Miku de él hasta que alzó la voz.
–Por lo que logro distinguir… Mikuo… estas frustrado… no, es más que solo eso, eres tan sobreprotector con tu hermana ya que te sientes culpable al no haber podido ayudar a tu madre? Tu actitud es un simple signo de culpabilidad e inseguridad, eso te ha llevado a tomar clases de espada para estar preparado si algún día te encuentras con el asesino… tienes sed de venganza, pero te haré una pregunta – mientras Len hablaba el aguamarina se quedaba paralizado y su hermana solo miraba la situación confundida, este detective sabía cómo llegar a lo más profundo de los corazones de las personas – si llegas a encontrarte cara a cara con el asesino en este instante ¿serías capaz de arrebatarle la vida? – esta última pregunta fue lo que hizo enfurecer al mayor de los hermanos Hatsune, esto dio como resultado… un gran puñetazo en el rostro del detective Len Kagamine, quien terminó cayendo al piso bruscamente.
–Tú no me conoces! No tienes derecho a decir ese tipo de cosas como si lo supieras todo, te mataría en este instante! – gritaba como loco Mikuo mientras Len se incorporaba en el piso.
–Ha, si? me gustaría verte intentándolo – lo retó el rubio con algo de dificultad, ahora su nariz sangraba por el golpe que había recibido.
Mikuo estuvo a pocos segundos se lanzarse sobre Len, pero la aguamarina lo detuvo. Ella no permitiría que algo así ocurriera, y menos frente a sus ojos por más que aquél rubio se lo mereciera. La escena fue extraña, pero finalmente el mayor de los Hatsune se calmó, pero aun le enfurecía el hecho de ver el rostro de Len sin inmutarse, se notaba frío, sin dolor, aun que su nariz no dejaba de sangrar… la expresión de indiferencia de este chico era casi desesperante.
Más tarde el ambiente silenció, aun que las miradas que se cruzaban eran fulminantes, al parecer nadie se atrevía a decir ni una palabra, o más bien, éstas no eran necesarias. En un instante Miku comenzó a acercarse a Len… cosa que a su hermano no le agradó mucho.
–¿Qué haces Miku? – ella no respondió y solo siguió caminando en dirección a donde el rubio se encontraba sentado. Se posó junto a él, y con su pañuelo comenzó a limpiarle la sangre que aun seguía saliendo de la nariz de Len…
El detective Kagamine hizo una pequeña mueca de dolor cuando la suave tela del pañuelo tocó su piel, la cual sirvió para disimular su pequeña impresión al ver como esta chica lo ayudaba… tal vez las cosas habrían salido mejor si no hubiera hablado sobre sus especulaciones de actitud.
–Señorita Hatsune, esto es muy amable de su parte, pero pienso que si sigue haciendo esto… su hermano enloquecerá – advirtió Len con una sonrisa sarcástica.
–Imbécil si sigues molestándome juro que te voy a…
–No importa lo que él piense – interrumpió Miku volteando a ver a su hermano quien le devolvió la mirada confundido – y no te sientas muy especial por lo que estoy haciendo… es lo que habría hecho con cualquiera…
–Cualquiera… eh? – repitió él. Después Len sacó un pequeño reloj de bolcillo, y cuando vio la hora alzó la voz – Bueno, es hora de que vuelva a la mansión en busca de mi hermana, es tiempo de irnos, Señorita Hatsune… sería tan amable de acompañarme? – preguntó el rubio cordialmente mostrándole su mano a Miku. Quería pretender ser amable, aun que era alguien serio a veces le agradaba molestar a los demás, y en este caso había encontrado una manera muy eficaz de ponerle los pelos de punta a la persona que lo había golpeado tan duramente, también lo tomaba como un tipo de venganza…
–Iremos los tres – obstaculizó Mikuo, no permitiría tal falta de respeto. Aun que no se imaginaba las verdaderas intenciones de este misteriosos detective.
Caminaron sin decir ninguna palabra, hasta que llegaron a la mansión donde fuera de ella los esperaban Rin junto al Duque Hatsune.
–Señor Kagamine ¿Qué le ha ocurrido en el rostro? – preguntó el Duque preocupado al ver la magulladura que había en la cara de Len junto a unos cuantos rastros de sangre.
–Digamos que hubieron algunos inconvenientes mientras hacía mi trabajo – el rubio siguió caminando hasta llegar junto a su hermana. Mikuo lo miró con rencor y entró en la mansión sin decir ninguna palabra…
–Pido disculpas en nombre de mi hijo, él a veces es… bueno, ahora señorita Rin le presentaré a mi hija Miku…– pero cuando el Duque había volteado a ver a su hija ésta ya estaba a una distancia considerable adentrándose en los grandes jardines de la mansión – bueno… mis hijos son un tanto especiales, no son muy sociables, me disculpo por eso, espero que usted detective Len haya podido hablar con mi hija.
–No tiene que preocuparse, después de lo que han pasado es normal que se comporten así, y con respecto a su hija todo salió perfecto – respondió Len subiendo a su carruaje – Rin, es hora de irnos.
–P...por ahora terminamos con la primera investigación, supongo que tengo suficientes testimonios por el momento, volveremos cuando tengamos algo, y si cualquier cosa extraña acontece por favor no dude en llamarnos – dijo Rin volteando a ver al Señor Hatsune.
Después de eso se despidió y subió al carruaje junto a su hermano. Y partieron de vuelta a su lugar de trabajo, hacia el edificio de Scotland Yard.
En el trayecto se podía ver a un cierto detective distraído…
–Así que… te golpearon otra vez? – preguntó la rubia…
–Sí, esta vez fueron dos veces en un día, esa chica golpea muy fuerte…
–Ella te hizo eso en la nariz Len?
–Por supuesto que no, fue su hermano, mal entendió la situación en la que nos encontró a Miku y a mí, y a demás le dije un par de verdades las cuales no era capaz de asumir.
–Ya veo… esa es la razón por la que siempre, en cada caso que resolvemos terminas con un golpe en el rostro o en cualquier parte, no sabes medir tus palabras… aun que no lo creas, las personas tienen sentimientos – sermoneó momentáneamente Rin, mientras que Len se reía de manera indiferente.
–Esto no se trata de tener sentimientos o no, se trata de ser sincero. La verdad, muchas veces duele, tú y yo lo sabemos muy bien hermana.
–Tú nunca cambias, y espero que esta vez, no utilices tu famoso método para sacar información con la hija del Duque Hatsune, hay un cierto grado de inocencia en ella que me agrada, aun que no se si deba preocuparme, noté que esta chica no es para nada fácil – decía Rin mientras afirmaba su cabeza en el vidrio.
Ella sabía muy bien que su hermano usaba métodos "eróticos" para sacarle información a las chicas, se acostaba con ellas si era necesario, él era capaz de todo para resolver un caso… aun que sinceramente Len nunca había disfrutado ninguna de esas experiencias con esas chicas, solo lo tomaba como algo formal y cotidiano de su trabajo.
–Tienes razón… no será necesario… ella me dijo varias cosas sobre sus parientes y no tuve que insistir mucho – afirmó el rubio… su hermana lo miró con una sonrisa curiosa.
–Así que Miku…eh? No quiero que finjas conmigo Len, sabes muy bien que entre nosotros no hay secretos… te interesa ella, verdad? – preguntó jugando con sus manos.
–Eres demasiado infantil Rin, y como dije antes ese tipo de sentimientos son para las personas frágiles, espero que jamás vuelvas a imaginarte algo así. A demás considera que fui yo quien estableció nuestras 3 leyes inquebrantables – respondió Len mirándola seriamente, aquél comentario le había molestado en parte – después quiero que comparemos toda la información que reunimos a ver si encontramos algo… y no creo que haya que darle mucha importancia a este caso, lo resolveremos en menos de una semana – cambió el tema explicando modestamente sin hacer ningún tipo de expresión facial… como siempre… permanecía frío.
Luego el silencio reinó en el carruaje, era incómodo… y Len… bueno, ya había fruncido su seño. Su hermana suspiró…
–A veces pienso que te sentirías mejor si sonrieras de corazón de vez en cuando – dijo la rubia rompiendo el silencio…
–¿Por qué piensas que no me siento bien? Solo soy objetivo. A demás sonreír es signo de felicidad, la felicidad es para los débiles y cobardes que aparentan que todo en la vida está bien… cualquier tipo de sentimiento relacionado con la felicidad significa pérdida de tiempo, y desconcentra de las cosas que en verdad importan.
–Pero somos humanos, y somos débiles – repitió Rin en un intento de cambiar un poco la actitud de su hermano, siempre lo intentaba y aun que jamás lo lograba seguía insistiendo.
–Solo diré que tu y yo pensamos de manera muy distinta – fueron las últimas palabras de Len antes de que llegaran a Scotland Yard, donde les esperaba más trabajo…
Continuará…
Fue el primer capi… espero sugerencias para seguir mejorando c:
Ojalá les gustara… Próximo capítulo: Lemmón! D':
